Con ocasión de la Cumbre de Cancún

Un liderazgo mundial para salvar la humanidad

04/12/2010
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Estamos frente a dos grandes procesos contradictorios: la desestructuración sistémica del mundo capitalista y la respuesta-movimiento de los pueblos que buscan salidas a dicha situación.
 
Crisis sistémica generalizada
 
El primer proceso consiste en la agudización de la crisis estructural de la economía capitalista fruto de la sobreproducción de bienes y servicios (advertida por Marx hace siglo y medio), que induce guerras de rapiña imperialistas por el control de los mercados y de los territorios ricos en recursos naturales (reveladas por Lenin hace un siglo). Vivimos también un progresivo desequilibrio biológico-ambiental por efecto del crecimiento desmedido de una sola especie (la humana) que depreda la naturaleza en forma irracional (prevista por los naturalistas) y afrontamos una profunda crisis espiritual que se refleja en la alta incidencia de enfermedades mentales, adicciones depresivas como la drogadicción, fanatismo, violencia demencial, pornografía y sexualidad distorsionada, etc. (vislumbrada por antropólogos, psicólogos, sociólogos y profetas).
 
Como reacción a dichos fenómenos la población crea diversas formas de resistencia que poco a poco se constituyen en un movimiento planetario. Se materializa en migraciones masivas y espontáneas de millones de personas hacia el norte desarrollado; el fortalecimiento de movimientos nacionalistas para impedir el saqueo de los recursos naturales y la explotación de su fuerza laboral; la integración económica subregional e intercambio de valores entre países y bloques de países por fuera del control de las metrópolis imperiales; el desarrollo de nuevas formas de economías locales y regionales que buscan la permuta de productos y servicios en términos de equivalencia de valores; el impulso y desarrollo de nuevas tecnologías agroecológicas y de acciones en defensa de la supervivencia y recuperación de especies naturales; y el fortalecimiento de procesos de auto-reconocimiento como base de un movimiento cultural de amplio espectro que tiende a convertirse en una corriente ideológica de resistencia al pensamiento dominante del mundo capitalista. Este proceso se apoya en el rescate de cosmovisiones ancestrales y elaboraciones conceptuales de carácter popular construidas en diversos momentos de la historia humana.
 
La profundidad y sostenibilidad de la crisis económica detonada por la quiebra del sistema financiero internacional; la constatación del desequilibrio ambiental del planeta que se refleja en el calentamiento global y el caos climático que la humanidad ha empezado a interiorizar en su conciencia colectiva; la avalancha de inmigrantes desde los países del mundo dependiente hacia los centros poblacionales del mundo súper-desarrollado que alguien calificó como “la venganza del Sur”; el agotamiento de los recursos energéticos de origen fósil y por tanto, la inminente quiebra de la industria automovilística - principal soporte del mundo capitalista durante el siglo XX -; la creciente pobreza y crisis alimentaria que sufren los pueblos del mundo en medio de una sobreproducción de cereales que alimenta a cientos de millones animales (bovinos, porcinos, aviares) para producir carne que consume un 10% de la población mundial; la aparición de nuevas enfermedades de alta virulencia e impacto devastador; todo esto y mucho más, son los alarmante componentes de la situación trágica que vive la mayoría de la población terrestre y que no tiene una solución a la vista.
 
Amenaza de una guerra mundial
 
Una serie de informaciones denunciadas por Noam Chomsky y Fidel Castro, corroboradas en gran medida por los secretos diplomáticos filtrados por Julian Assange en WikiLeaks, alertan sobre la salida violenta que preparan las elites plutocráticas capitalistas a esa crisis sistémica que se profundiza sin control. Una gran conflagración mundial de carácter bélico amenaza a la humanidad. Parece que no descartan una guerra nuclear pero prefieren una guerra convencional de gran impacto como estrategia para dinamizar su complejo industrial-militar, desaparecer a millones de personas y destruir economías de países y “Estados inviables”, y construir nuevas alianzas intercontinentales para consolidar una nueva hegemonía económica y política que reemplace el decadente poder de los EE.UU. y Europa. Va asomando la cabeza una burguesía supranacional de carácter mafioso conformada por los principales accionistas de los conglomerados capitalistas transnacionales y sus planificadores estratégicos. Es una amenaza real.
 
Para justificar la necesidad de una guerra de dimensiones mundiales las oligarquías del mundo híper-desarrollado estimulan toda clase de situaciones caóticas, propician violencias de diverso tipo, incitan movimientos fundamentalistas de carácter religioso, racial, político y étnico-cultural, promueven el tráfico de drogas, crean guerras mediáticas e informativas. Generan así un ambiente psicológico de máximo desorden y anarquía. Posicionan en el imaginario popular anuncios y profecías apocalípticas de dudosas procedencias. Todo con el fin de impulsar energías y conductas extremo-fascistas dirigidas contra los pobres, indigentes, inmigrantes, y “gente extraña” que es convertida en la enemiga de “su sistema político democrático”, de su modelo de progreso y de su “seguridad nacional”.
 
Necesidad de un liderazgo mundial
 
Frente a ese panorama la humanidad requiere un liderazgo mundial verdaderamente democrático. La creciente movilidad e inter-conectividad entre la población terrestre ha generado las condiciones para la aparición de dirigentes de dimensión planetaria. Así mismo, los movimientos y protestas antiglobalización, contra la guerra, ambientalistas, solidarios con pueblos y especies en extinción, y una gran cantidad de expresiones humanistas, dejan ver el gran potencial de ese proceso unificador global.
 
Un nuevo liderazgo orbital es necesario y urgente. Que recoja las banderas progresistas que los pueblos han levantado desde siempre. Que no se deje aislar del Partido Imperial Mediático. Que sepa interpretar y plantear los intereses de las amplias mayorías mundiales. Que reivindique la Paz entre los pueblos y naciones, la preservación del Medio Ambiente para garantizar la supervivencia humana, la derrota de la guerrerista mafia financiera y bancaria, y la superación de la pobreza construyendo equidad y justicia social.  
 
Ese liderazgo planetario debe plantearse una forma de lucha política que podría contemplar los siguientes aspectos:
 
-        Que asuma con serena decisión la lucha por derrotar una concepción y modelo de desarrollo basado en el fetichismo de la mercancía, esencia del consumismo depredador que hoy tiene alienada a gran parte de la sociedad humana. Dicha tarea está íntimamente ligada a la lucha por evitar la hecatombe ambiental planetaria que tiene en peligro la supervivencia de la especie humana.
-         
-        Que retome las banderas libertarias, humanistas, socialistas, comunistas y anarquistas del siglo XX en una dimensión renovada, integrando las conquistas liberales del siglo XVIII y XIX – que algunos se las dejan a la burguesía -, pero con la convicción que la tarea fundamental es la conquista social del reino de la libertad por parte de la humanidad en su conjunto. 
-         
-        Que se plantee la lucha por la democracia sin caer en la defensa de un Estado burocratizado y enclenque que nos dejó el neo-liberalismo. En esa tarea no se puede renunciar a utilizar temporalmente el poder político que ese “Estado heredado” representa, que es necesario como herramienta para quebrar la resistencia de las élites plutocráticas que hoy dominan el mundo. Se trata también, de estimular la apropiación y práctica colectiva de ejercicios participativos de gobierno (auto-gobiernos).              
-         
-        Que aborde la lucha política en una dimensión universal como especie humana sin negar las particularidades nacionales, étnico-culturales, los desarrollos desiguales, las diferencias históricas de tipo religioso y político, promoviendo nuevos reconocimientos y reencuentros que fortalezcan las identidades de los pueblos como parte de una afirmación humano-universal.
-         
-        Que replantee el tema de los métodos de lucha dándole prioridad a la lucha pacífica. Que sin renunciar a la construcción de una fuerza real, le otorgue máxima importancia a la “batalla de ideas”, a la capacidad de los pueblos de derrotar políticamente a las minorías oligopólicas con base en una actitud ética y estética frente a la vida y a la existencia humana. La resistencia civil, la desobediencia pacífica, la movilización social civilista y la acción electoral con carácter transformador, deberán ser las herramientas de ese movimiento insurgente de carácter planetario. Ya Evo Morales ha intentado posicionar un referendo continental para enfrentar la intervención militar estadounidense en América Latina, pero sus pares presidenciales no han actuado de consuno.
-         
En términos prácticos se necesita que Lula, Evo, Correa, Chávez, Lugo, Mujica, la Kirchner, Ortega, Funes, Raúl Castro y otros presidentes latinoamericanos progresistas, diseñen una estrategia propositiva de amplio espectro. Dicha acción no debe enviar el tradicional mensaje defensista y contestario que suena a negociación “pedigüeña”. ¡No! Se necesita “algo más” para desencadenar las fuerzas reprimidas que se vienen acumulando en todas las regiones del planeta tierra.
 
Que convoquen a Nelson Mandela, Bono, Juanes y demás líderes pacifistas del orbe. Que inviten a Al Gore y a las cabezas de las organizaciones ambientalistas de todo el mundo. Que soliciten la presencia de los más representativos líderes democráticos de los movimientos sociales de los cinco continentes, indígenas, mujeres, jóvenes, etc., para proponer un plan de acción de “salvamento de la humanidad”. Sería un nuevo Foro Social Mundial con poderes reales al frente y con una fuerza social dispuesta a la acción global.
 
La gravedad de las catástrofes que vive la humanidad requiere una acción universal colectiva. Ha llegado la hora de un verdadero liderazgo mundial.
 
Popayán, 4 de diciembre de 2010
 
https://www.alainet.org/pt/node/146009?language=en
Subscrever America Latina en Movimiento - RSS