Con el 2010 la naturaleza pierde la primera década del siglo XXI
26/12/2010
- Opinión
En el balance de estos primeros 10 años de inicio del milenio, el tema ambiental evidencia múltiples esfuerzos y acuerdos declarativos realizados por la ONU y pocas o ningunas acciones posteriores, de los mismos países convocados para detener la vil agresión que hoy se le infringe a la naturaleza. A continuación se reseñan los hechos más notorios de esta década perdida.
Cambio Climático y el Club de los contaminadores
13 Cumbres para tratar el Cambio Climático. Cumbre de Trieste Marzo 2001, Cumbre de Marrakech Noviembre 2001, Cumbre de Johannesburgo Agosto 2002, Cumbre de Nueva Delhi Noviembre 2002, Cumbre de Milán Noviembre 2003, Cumbre de Buenos Aires Noviembre 2004, Cumbre de Canadá Diciembre 2005, Cumbre de Nairobi Noviembre 2006, Cumbre de Bali Diciembre 2007, Cumbre de Polonia Diciembre 2008, Cumbre de Copenhague Diciembre 2009 y Cumbre de Cancún Noviembre 2010. A pesar de este importante número de convocatorias, donde el Cambio Climático fue una “verdad incómoda”, el club de los países contaminantes, “eficientemente” si logró ponerse de acuerdo, pero solo entre ellos, para bloquear todas las iniciativas mundiales y no permitir avanzar ninguna resolución obligante y coordinada contra el calentamiento global.
La década de la impunidad ambiental
La contaminación de las aguas por petróleo, mercurio y sustancias toxicas en estos últimos años, aun con el gran avance de las tecnologías, fue terriblemente desproporcionada en comparación a décadas anteriores. Además de los mares y lagos, más de la mitad de los ríos del mundo están contaminados. El derrame en el Golfo de México, es señalado como la mayor tragedia ambiental de la historia. Cientos de derrames de importantes magnitudes ocurrieron alrededor del mundo en esta década y no hubo ningún tribunal internacional que juzgara a los responsables de estos genocidios ambientales. La administración de justicia para los contaminantes no existió. Estos diez años serán recordados como la década de la impunidad ambiental.
Desastres naturales
La naturaleza nos devolvió con creces tanto castigo recibido y en esta década por lo menos cada año 250 millones de personas se vieron afectadas. Sufrimos acontecimientos únicos en su magnitud, como el tsunami de Indonesia en el 2004, de 8,9 grados Richter con epicentro frente a la isla indonesa de Sumatra, considerado el mayor de la historia causó 226.408 muertos en doce países ribereños del océano Indico. En el 2006, el tsunami de 7,7 grados de magnitud de la isla indonesa de Java dejó cerca de mil muertos y 110.000 desplazados. En el 2007, el tsunami en las Islas Salomón, provocado por dos terremotos, uno de 8,1 grados Richter seguido de otro de 7,6 grados, provocó mas de un centenar de muertos y más de 5.409 desplazados.
Vivimos escalofriantes inundaciones como la del 2000 en Mozambique, las cuales dejaron como resultado cinco millones de personas afectadas. Entre el 2001 y el 2006, el mundo fue testigo de las inundaciones masivas en Vietnam, Laos, Camboya, Malasia y Tailandia, igual en el 2007 en los estados de Tabasco y Veracruz en México, con más de 25 mil evacuados. Paquistán, India, Rusia y Centroamerica, sufrieron en el 2008 fuertes inundaciones con perdidas de cientos de vidas y millares de desplazados. Uruguay y Brasil también presentaron importantes movimientos de desplazados por inundaciones en el 2009. Al cierre del 2010 las inundaciones al norte de Colombia y Venezuela desplazaron a más de medio millón de personas.
Huracanes como el Julitt en el 2001, Isidoro y Kenna en el 2002, Charley, Frances, Ivan y Jeanne en el 2004, Wilman, Katrina, Junior, Emili y Stan en el 2005, sembraron el terror en el Caribe y sismos como el de Aceh, Indonesia, en el 2004 con 230 mil muertos de 9,5 grados, Pakistán Cachemira en el 2005 con 73.275 muertos de 7.6 grados, Làquila Italia en el 2007 de 6,3 grados, China Sicuani en el 2008 con 87.587 muertos de 7.9 grados, en Piscu Perú en el 2009 de 7,9 grados y el de Haití con 250 mil muertos de 7 grados y Chile de 8 grados en la escala de Richter en el 2010, entre otros.
Los países contaminantes, no conformes con todas las emanaciones de CO2 que su parque automotor y fábricas movidas por combustibles fósiles envían a la atmósfera, se dedicaron a ensayar nuevas tecnologías nucleares en los océanos, produciendo alteraciones sísmicas. Además, los múltiples experimentos secretos realizados en la troposfera han traído como consecuencia trastornos en la dinámica climática del planeta.
Crisis de alimentos y biocombustibles
Aparece en el mercado internacional la tecnología de los biocombustibles, y se inicia el desplazamiento de tierras dedicadas a la producción de alimentos, para sembrar en ellas las plantas con propiedades biocarburantes. Las reglas del mercado de la oferta y demanda se imponen, porque es más rentable producir una tonelada de biocarburantes, que una tonelada de papas o arroz. Con ello, se pone en juego la vida de millones de personas, producto de hambrunas, que cada día tienden a ser mayores en Asia, África y América. En esta década, se crearon las condiciones, que los científicos agroalimentarios han denominados el “tsunami silencioso”, que no es más que el pronóstico de una severa inflación por la cada vez mayor escasez de alimentos a nivel internacional, producto de las sequías o inundaciones de tierras fértiles por el cambio climático. Esto avizora enfrentar la nueva década con hambrunas sin precedentes en países pobres, que estarán indefensos ante este nuevo fenómeno.
Agua potable
Los conflictos por controlar ríos, lagos o acuíferos, se hicieron presentes en esta década. Millones de personas murieron en el mundo, por la falta de agua potable. A esta realidad, se le unió los efectos del cambio climático que inicio un acelerado deshielamiento de los glaciares, con lo que se pierde también una posibilidad tener agua potable a futuro porque ésta se va al mar y se contamina. Las tecnologías para desalinizar que transforman el agua de mar en agua potable, en términos de una solución masiva, no está al alcance de los países pobres. Según los pronósticos científicos, para esta nueva década, se producirá una disminución de las precipitaciones. Y cuando éstas se produzcan, van a ser seguidas y concentradas, de forma mucho más violenta y las sequías serán más intensas.
Todo indica que las naciones con capacidad bélica se preparan en la próxima década para “administrar” los grandes reservorios de las aguas potables.
Biodiversidad
El siglo XX cerró con 100 especies en peligro de extinción, la primera década del siglo XXI se inventariaron 1500 especies amenazadas. La deforestación amazónica, que nunca cesó, a pesar de cientos de protestas y sacrificios de muchos ambientalistas, fue una de las principales amenazas que ha puesto en peligro una gran variedad de especies de su flora y fauna. La agresiva pesca disminuyó en proporciones dramáticas las poblaciones de ballenas, delfines y atunes. En Asia y en el África, el inventario de especies en extinción fue tan grande como el realizado en el Amazonas. Aun cuando la ONU declaró el 2010 el año de la biodiversidad con el interés de dar a conocer la importancia y necesidad de proteger y conservar todas las especies existentes en el planeta, sigue siendo visible la poca voluntad política de las naciones en agendar acciones sobre este vital tema.
El compromiso ambientalista para las nuevas décadas
La vida de todos quienes habitamos en este planeta está comprometida. Ya no es la visión de científicos “locos” anunciando hechos apocalípticos, es el clamor de millones de afectados por catástrofes climáticas, hambrunas y sedientos por falta de agua potable. Las evidencias son abrumadoras, se requiere un nuevo rumbo desde una perspectiva ambiental y conservacionista, un nuevo orden mundial capaz de lograr verdaderos acuerdos y compromisos que frenen la agresión a la naturaleza y nos permita sobrevivir juntos al nuevo milenio. Sin embargo, mientras los acuerdos terminan de llegar, si es que llegan algún día, la defensa de la vida propia y de los seres que nos rodean, está en manos de cada uno de nosotros. Lo que hagamos por ellos desde el presente será lo valedero. Lo trascendente.
https://www.alainet.org/pt/node/146492
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