El cínico idioma del imperio

26/10/2011
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"Cada cañón que se hace, cada buque de guerra que se echa al agua, cada cohete que se lanza significa, a fin de cuentas, que se está robando de los que tienen hambre y no están siendo alimentados....  Este mundo armado no solo está gastando dinero. Está gastando... las esperanzas de los niños."
 
Este párrafo es del ex presidente estadounidense Dwight Eisenhower, el mismo que invadió Guatemala para derrocar el gobierno democrático de Jacobo Arbens y el mismo que apoyó al dictador Francisco Franco en España.
 
Algo característico de los imperios es el cinismo que practican en su verbo y el desprecio con que tratan la vida de los pueblos.
 
¿Cuánto están gastando en guerras mientras Somalia muere de hambre y sed? 
 
Este cinismo imperial va de generación en generación y no mide sus efectos en sacrificios para la humanidad. Correspondió a Bush padre enrostrarle al mundo esta respuesta sobre los peligros del cambio climático y la necesidad de asumir compromisos ambientales: "El estilo de vida estadounidense no está abierto a negociaciones".
 
Tristemente célebre fue la afirmación de Franklin Delano Roosevelt en defensa de uno de sus dictadores en Latinoamérica: “Tal vez Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta".
 
O esta otra perlita del delincuente confeso Richard Nixon: "América Latina no le importa a nadie".
 
Pero a Ronald Reagan si le interesaba Nicaragua, por eso armó un ejército mercenario financiado con drogas, que, apostado en Honduras, asesinó maestros, estudiantes, niñas y niños para minar la Revolución Sandinista con el terror. "La Contra Nicaragüense es el equivalente moral de nuestros Padres Fundadores", dijo el perverso que infestó Centroamérica de escuadrones de la muerte.
 
Tal vez tenía razón el actor vaquero si partimos de los valores pregonados por Jefferson: “El dinero y no la moral es el principio de las naciones fuertes”.
 
Al fanático Bush hijo se le atribuye haberse comunicado con Dios. "Tengo una misión de Dios. “Dios me dijo: George, ve y lucha contra esos terroristas en Afganistán. Y lo hice. Y entonces me dijo: George, ve y acaba con la tiranía en Irak. Y lo hice". Para sellar su obra maestra con la máxima tautológica: " Si no ganamos la guerra, corremos el riesgo de fracasar".
 
Woodrow Wilson habló muy claro en los tiempos en que Lenin definió al imperialismo. "Ya que el comercio ignora las fronteras nacionales y la industria insiste en tener el mundo como mercado, la bandera de su nación los debe seguir, y las puertas de las naciones cerradas deben ser derribadas... Las concesiones obtenidas por los financieros deben ser salvaguardadas por ministros de estado, aún cuando en el proceso las naciones poco dispuestas a ello vean ofendida su soberanía. Se deben obtener o implantar colonias para que ninguna esquina útil del mundo quede apartada o sin uso". Es ésta esencia colonialista del imperialismo, la que se acaba de apoderar de Libia sobre millares de víctimas.
 
En nuestros días, el insulso nobel de la paz, zigzaguea siempre para simular su estirpe criminal. Habla de paz, pero sólo piensa en hacer la guerra. "Nunca descarto ninguna posibilidad en un mundo que es tan complejo".
 
Es el imperialismo el que se burla de la humanidad. Combatirlo es la más pura causa de los pueblos.
 
- Yldefonso Finol es Presidente de la Comisión Nacional de Refugiados
 
https://www.alainet.org/pt/node/153573
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