Cumbre de las Américas en Cartagena

18/02/2012
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El mecanismo de Cumbres de jefes de Estado y de Gobierno fue establecido en la post-guerra fría como uno de diálogo político para mejorar las relaciones entre países y al mismo tiempo avanzar en compromisos regionales.
 
Una ‘pequeña crisis’  se le ha presentado a Colombia, como país organizador, al proponer el Presidente ecuatoriano Correa que los países del ALBA no deben asistir si no es invitada Cuba, que es un país de las Américas, propuesta suscrita por sus colegas del ALBA. Inmediatamente Estados Unidos salió a ripostar diciendo que Cuba no cumple los requisitos para ser invitada a la Cumbre y que además no se ha reintegrado a la OEA.
 
No hay duda que estamos frente a un pulso de fuerzas que tiene varios ejes de tensión y que paradójicamente Colombia, como país anfitrión, termina en medio de los mismos. Primero,  hay un remanente sin cerrar de la ‘guerra fría: Cuba había sido expulsada en 1962 en la reunión de la OEA en Punta del Este, en el contexto de ese enfrentamiento bipolar global, por haberse declarado socialista; esto parcialmente se remedió en la Asamblea de la OEA de 2009 en Honduras, donde por unanimidad la OEA –incluyendo el voto de Estados Unidos- levantó dicha suspensión por considerarla anacrónica.
 
Pero quedan dos temas pendientes, uno el tema del regreso de Cuba a la OEA, aspecto que parece difícil, en la medida en que para Cuba es casi un tema de principios no regresar a una organización que la sancionó, a su juicio sin razón  y luego le levantó la sanción, igualmente sin estarlo solicitando. Adicional y relacionado está el carácter de la OEA, que a diferencia de la ONU, que es una organización de Estados sin condicionar el tipo de régimen político que tengan –allí hay democracias, reinos, autocracias, dictaduras-, la OEA con la aprobación de la llamada ‘carta democrática’ pasó de ser una organización de Estados a lo que algunos han denominado un ‘club de democracias’, colocando un modelo de democracia como referente, el de la democracia representativa. Esto igualmente dificulta un eventual retorno de Cuba  a esta organización regional.
 
Adicionalmente, debemos recordar que, como una evolución del Grupo de Río, se creó la CELAC –Confederación de Estados Latinoamericanos y del Caribe- que es una organización regional sin la presencia de Estados Unidos ni Canadá. Aunque inicialmente pareciera ser un escenario de integración basado en cumbres de jefes de Estado y de Gobierno, de diálogo político, podría eventualmente convertirse en una especie de sustituto de la OEA; esa por lo menos fue la opinión abiertamente expresada, durante la reunión fundacional, por varios Presidentes del grupo denominado ALBA.
 
Lo anterior  lleva  a señalar que la ‘pequeña crisis’ a propósito de la asistencia o no de Cuba, independiente de que afecte o no a la Cumbre de las Américas en Cartagena, tiene unas tensiones que si no se manejan de manera muy fina, pueden llevar a erosionar la OEA, a fracturar las relaciones de Estados Unidos con países de la región, o peor aún, acentuar tensiones regionales que no parecen convenir a nadie.
 
- Alejo Vargas Velásquez es profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia y
coordinador del Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa.
 
https://www.alainet.org/pt/node/155995?language=es
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