Francia, nuevamente socialista

15/05/2012
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Con estrecho margen y en segunda vuelta, el socialista François Hollande ganó las elecciones de Francia, provocando la algarabía de quienes nos identificamos con el socialismo y saludamos entusiastas a la espera de los cambios que precisan los galos, por hoy sometidos a una crisis provocada por el neoliberalismo.

Hollande, no era un político de las élites. Por el contrario, pasaba desapercibido para la mayoría de quienes viven de la política. Sarkozy, le miraba con desprecio y al referirse a él lo llamaba “eso. Pero hoy, Hollande es el presidente de Francia y anuncia reformas que nada tienen que ver con las impuestas en Europa por la canciller alemana Ángela Merkel.

Los socialistas, anunciaron políticas que necesitan todos, lo que es un preanuncio de alejamiento de las imposiciones y predominio de la Merkel que estuvo liderando a toda Europa. Lo que vaya a ocurrir, es para estar atentos, pues aparentemente este continente comienza a tener “cambios”.

El triunfo de Hollande fue estrecho. La oposición tiene un extraordinario caudal que puede ser mantenido o disminuir según los resultados de las elecciones legislativas de junio. Hollande debe preparar a sus partidarios y a toda la izquierda francesa para evitar la picadura de la víbora que es la ultraderecha.

Las elecciones legislativas de junio son fundamentales para los propósitos del nuevo gobierno, porque si no hay una mayoría adecuada, Francia se encuentra en peligro de tener un presidente socialista, pero un Primer Ministro de derecha.

Los analistas políticos que siguieron de cerca las elecciones, señalan desde París que tras haberse cantado miles de Marsellesas y miles de Internacionales, los socialistas comenzaron a prepararse para la tercera batalla que debe recolectar los votos de los descontentos, los desocupados y los despreciados inmigrantes que las pasaron muy mal durante  el régimen de Sarkozy.

Hay mucho que trabajar en el futuro, el panorama que dejó Sarkozy es prácticamente un campo minado. Hollande encuentra dos francias que es preciso unificar. Una Francia igualitaria y humanista que pretende el nuevo presidente y una Francia dejada por Sarkozy que fue xenófoba, partidaria del cierre de fronteras, odiadora de los inmigrantes y antimusulmán.

Junio es muy importante, las elecciones legislativas deberían darle a Hollande la mayoría necesaria para gobernar. Los votos, se encuentran  en abundancia entre los electores que sufren las consecuencias de la crisis, el desempleo y la desindustrialización. Pero, la derecha también tiene dirigentes muy influyentes que en los últimos tiempos adoptaron el disfraz de “derecha popular”, así que tras los festejos hay poco tiempo para trabajar.

La derecha francesa pretende que las elecciones legislativas sean una especie de “tercera vuelta” que les permita tener un equilibrio de poderes para no dejar gobernar a la izquierda, que por su parte aspira a una mayoría para su tranquilidad.

Las dos francias, una neoliberal de Sarkozy y una socialista de Hollande, están ahí. Aún se miran con recelo, pero se aspira a reconciliarlas y ponerlas a trabajar para arreglar todo lo que el neoliberalismo descompuso. La izquierda está trabajando para retornar al poder en esas condiciones y después de 15 años. El futuro de Francia, marcará lo que vaya a ocurrir en Europa. El Latinoamérica, tenemos que estar atentos a esos cambios.

 

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