El Plan Nacional de Desarrollo: paz y derechos humanos

18/10/2014
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En la ciudad de Cali con presencia del presidente Santos, el DNP continuó hoy 17 de octubre, la ‘vuelta a Colombia’ para la construcción del Plan Nacional de Desarrollo 2015 – 2018, supuestamente de la mano con las regiones.
 
Según Simón Gaviria esta vuelta “se traducirá en estrategias particularizadas pero enmarcadas en un fin común: una Colombia en paz, con equidad y educada.”
 
Para quienes entendemos la paz, como la plena vigencia y respeto a los derechos humanos, el trámite no violento de los conflictos una declaración como esa nos entusiasma, pero cuando conocemos los contenidos hasta ahora presentados nos embargan serias dudas y preocupaciones.
 
La primer de ellas tiene que ver con la comprensión que el gobierno parece tener sobre a participación. En efecto la metodología comprende el establecimiento de unas mesas de trabajo, donde miembros de los Consejos Nacional y Territoriales de Planeación, gremios, grupos étnicos, congresistas, miembros de la academia y de los gobiernos territoriales (gobernadores y alcaldes) se reúnen con representantes del Gobierno nacional y de los ministerios para “de manera conjunta priorizar obras que requieren los departamentos, cerrar brechas y fortalecer el crecimiento económico de las regiones”[1].
 
Como se puede ver de la enumeración anterior, las organizaciones sociales, los defensores y defensoras de derechos humanos están por fuera de esta dinámica, de hecho el diseño que hemos conocido habla de reuniones de 60 a 80 personas. Eso es una burla a la democracia participativa.
 
Estos encuentros que finalizarán el 8 de noviembre seguirán en Armenia (Quindío); Medellín (Antioquia); Pereira (Risaralda, Caldas); Montería (Córdoba y Sucre); Barranquilla (Bolívar, Atlántico, Magdalena, Cesar, Guajira); Villavicencio (Meta, Vaupés, Guainía, Guaviare); Pasto (Nariño y Cauca); San Andrés; Neiva (Huila y Tolima); Leticia (Amazonas, Putumayo y Caquetá); y, Bogotá, Cundinamarca, pueden dar al final con una participación del orden de las 800 personas máximo. Entonces es un asunto tanto de cantidad como de calidad de la participación.
 
Si el asunto de la participación es grave, es peor cuando se considera el objetivo que entrecomillamos de las declaraciones del Director de Planeación Nacional. Y lo es porque no se corresponden para nada a un esfuerzo extraordinario como el que país necesita para hacer realidad la “paz territorial”. Esta declaración no se diferencia en nada de otras múltiples declaraciones a través de los años y darán como resultado un Plan de Desarrollo que no servirá como instrumento de priorización de las políticas públicas en el propósito de la paz.
 
De allí solo se pueden desprender indicadores de crecimiento del PIB y obras de infraestructura. ¿Dónde queda la consolidación del Estado Democrático de Derecho?; ¿Dónde queda el enfoque de derechos de la Constitución de 1991?
 
Pero la cosa puede empeorar. Según se encuentra en la página WEB de Planeación Nacional “Luego de esta etapa seguirá una segunda fase relacionada con diálogos temáticos con el sector productivo, donde se abordarán temas como: primera infancia, política de desarrollo productivo basado en innovación, desarrollo territorial, desarrollo rural agropecuario, educación de calidad e infraestructura”.
 
¿Este diálogo es con el sector productivo? ¿Por qué? ¿El resto de la sociedad colombiana no tiene nada que decir a este respecto? ¿La academia no tiene nada que ver con el desarrollo productivo basado en innovación? ¿Dónde queda el enfoque diferencial en las políticas públicas?
 
Qué lugar van a tener en el Plan de Desarrollo los Lineamientos de Política Pública de Derechos Humanos que el 10 de diciembre de 2013 el presidente Santos recibió y a la que se refirió diciendo, “Porque la política pública tiene sentido en el territorio, como aquí se dijo, que es donde se construye y donde se materializan los derechos. Esta es la piedra angular de una Política que nos va a pertenecer, de verdad, a todos y que demuestra nuestro compromiso –desde la sociedad civil, desde el Estado y la comunidad internacional– con la protección y respeto de los derechos humanos en Colombia”.
 
¿Qué lugar van a tener los acuerdos de la Habana y como se materializará en el Plan de Desarrollo el esfuerzo extraordinario que habrá que hacer en los más de 200 municipios donde el conflicto armado es una realidad cotidiana? ¿Cómo se materializará la Política Pública de Derechos de la Mujeres? ¿Cuáles serán los planes específicos para hacer realidad una Estrategia de Defensa de los Derechos Humanos y de garantías a defensores y defensoras para el ejercicio de esa defensa?
 
Dado que las bases del Plan Nacional de Desarrollo deberán ser presentadas al Consejo Nacional de Planeación a más tardar el 14 de noviembre y que antes del 10 de enero de 2015 este organismo deberá dar a conocer su concepto, para que sean incluidas en el documento final para la redacción del articulado del proyecto de ley que deberá debatir el Congreso de la República, en la legislatura ordinaria el año entrante, todavía hay ocasión para que el gobierno rectifique el camino.
 
Corresponde a las organizaciones de la sociedad civil y a sectores dentro del Estado poner presión para que lo que llegue al Congreso sea una gran apuesta por transitar de la Guerra a la Sociedad de los derechos y ese sea nuestro Plan de Desarrollo.
 
Nosotros haremos lo que nos corresponde.
 
Antonio Madariaga Reales
Director Ejecutivo Corporación Viva la Ciudadanía
 
 
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 421
Semana del 17 al  23 de octubre de 2014
Corporación Viva la Ciudadanía
 
https://www.alainet.org/pt/node/164855
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