Grecia o el sentimiento occidental antioccidental

25/01/2015
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 El partido de izquierda Syrisa, al mando de Alexis Tsipras, ha ganado contundentemente las elecciones de Grecia. Poniendo de manifiesto con meridiana claridad, que los pueblos no perdonan impunidad alguna en ningún lugar del mundo. Los tecnócratas europeos del Banco Central Europeo y los funcionarios de Bruselas tienen que estar preocupados porque no han ganado sus vasallos del modelo neoliberal europeo, que sólo han traído miseria, pobreza, marginalidad y humillación a millones de europeos en Grecia, España, Portugal e Italia. Tecnócratas que no aprendieron de las lecciones de América Latina. Y recuerdo bien el año 2.005, cuando debatíamos la posibilidad de triunfo con los compañeros del MAS en Cochabamba, cuando llegaban amenazas de muchas instituciones mundiales, de la embajada gringa, de los portavoces del colonialismo, para condicionar los votos dizque y no arriesgar al país a situaciones inciertas como peligrosas. Chantajes que no funcionaron, que demostraron la debilidad del modelo con pinta de tecnocracia, ciencia y exactitud económica. A Grecia le amenazaron todos los días, incluso con expulsarla del concierto europeo del euro y de los beneficios de la Comunidad Económica Europea. Lo cual ya no importaba, porque la miseria y el hambre se manifestaron en estas elecciones, y ganó la dignidad y los valores básicos de un territorio que inventó la filosofía occidental, como las reflexiones de la contemplación humana.
 
Grecia da una lección al mundo: de no arrodillarse ante ningún patrón, por muy poderoso que este sea. El modelo neoliberal de austeridad europea, está destruyendo los Estados del bienestar que tantos años de luchas y sacrificios han significado a los pueblos europeos. Conquistas sociales que se plasmaron en las políticas de Estado europeos. Pero en lo últimos años, sobre todo después de la crisis bursátil norteamericana (2.008), que arrastró a Europa a la hecatombe económica con sus secuelas de miseria y desocupación, erosionaron brutalmente los Estados del bienestar hasta convertirlos en lo que son hoy día: simples Estados de administración del capitalismo más salvaje conocido que son las finanzas y las bolsas de valores gringos. Pues sí, los tecnócratas del norte europeo tienen que estar preocupados. Pensaron que la economía era una ciencia exacta, matemática y funcional. Fracasaron. Esos oficinistas alejados de las realidades mundiales, no tienen idea alguna de lo que realmente es la economía. Como en varios pasajes de la historia, se derrumban estrepitosamente con sus aureolas de científicos y monjes de los números y el conocimiento. Interesante paradoja europea: no aprenden ni entienden de sus mismos fracasos, de sus mismas miserias. Los pueblos dan lecciones en todas las épocas históricas, porque las impunidades tienen siempre patas cortas. Porque la dignidad no tiene precio alguno, y sin los pueblos todo los demás no es sostenible. Las sofisticadas ciencias económicas europeas, y sus centros de investigación, se derrumban ante la dura realidad y el empuje de los pueblos en los votos, o en las calles, como la última legitimidad de los valores humanos y filosóficos.
 
Grecia también le da un mensaje a la ultraderecha latinoamericana. Aquellos agoreros que siempre están abanderando sus postulados académicos y científicos, criticando a los gobiernos progresistas de sus gastos económicos, que a sus ojos no son inversiones sino gastos populistas. Y no ven los resultados de Europa, resultados abiertamente anticientíficos y poco decorosos humanamente. La derecha latina, que son descendientes de las colonias extranjeras en general, empieza a sentirse animada desde hace un par de años. Consideran que el desgaste de los gobiernos progresistas las dará inevitablemente otra vez lugar en los Estados. Se han fortalecido a lo largo de todo el continente. Felizmente tienen la respuesta de Grecia, desde Europa, de que sus modelos siguen siendo sangrientos y antihumanos. Que sus sofisticados modelos económicos, son simples modelos académicos de oficina. Y ahí deben quedarse. Que la economía es más que unos ejercicios burocráticos de algunos iluminados y gurus de las matemáticas.
 
Grecia ha sido contundente ante el mundo. Deberíamos estar contentos, a pesar de la miseria y humillación de estos años del pueblo griego. Nuestras organizaciones sociales tienen otras lecciones de otros pueblos del mundo, como el griego, de que tenemos que seguir fortaleciendo nuestras únicas fuerzas con posibilidad real de cambio y poder: estar organizados. Y este día tenemos que agradecer al pueblo griego de su voluntad y deseo, de no obedecer a la historia tradicional, a la historia de la Europa señorial y colonial. Los pueblos pueden romper todos los modelos impuestos y poderosos. Los pueblos pueden romper todas las lógicas históricas, teleológicas y lineales. Esperanzas que siempre nos han mantenido vivos y con los sueños de pie.
 
Muchas gracias pueblo heleno, como el pueblo alteño: nunca de rodillas.
 
 La Paz, 25 de enero de 2015.
https://www.alainet.org/pt/node/167064
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