Estados Unidos, los embustes de seguridad

10/02/2015
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México, bailado al son de la negra
 
Grandilocuentes. Así parecen los voceros del imperio estadounidense en decadencia, comenzando por el presidente Barack Obama. La “estrategia de seguridad nacional 2015”, presentada hace unos días —la última del gobierno actual, la primera salió en 2010—, continúa por las mismas estratagemas.
 
Los embustes de la “paz y la prosperidad”, “libertad”, “democracia”; la seguridad de los ciudadanos estadounidenses y sus aliados y asociados, “los valores universales de la democracia y los derechos humanos”, etc. etc. Pero sobre todo, asegurar el abastecimiento energético “para las Américas”: “Estamos trabajando frente a estos retos estamos trabajando con Canadá y México para mejorar nuestra competitiva colectiva, a la vez que impulsamos la prosperidad en nuestro hemisferio”.
 
Dos asuntos se desligan de lo anterior. Primero, que el imperio en decadencia continúa utilizando las mismas “estrategias” de antaño. No ha aprendido la lección de que esos cartuchos están quemados. Sobre todo desde que en el mundo nadie le cree que su interés por altos valores sea el real, como la libertad y la democracia, por citar solo dos.
 
Se olvida que las revelaciones de Snowden y Wikileaks, dejaron al descubierto sus estratagemas contra el mundo. Que utiliza, desde los tiempos agrios de la guerra fría, todos los artilugios no únicamente para espiar, sino que sobre todo para su beneficio imperial; de sus empresas multinacionales y de su sistema financiero.
 
Segundo: que si bien dicha estrategia coloca a países como Rusia —otros como Venezuela y Cuba también—, como países “problema” para su seguridad nacional, “a lo que destinará buena parte de los recursos”, sigue por la misma ruta trazada durante la segunda posguerra. Pero ni recreada en sus mejores escenarios es posible dar vuelta atrás. En ese pleito desgastará sus energías.
 
Lo que resulta, al mismo tiempo falaz, es hablar del Hemisferio como el beneficiado con dicha estratagema de “seguridad energética”; cuando es propia. Canadá y México son sus primero y segundo abastecedores de energía, petróleo y gas. Papelón el que está jugando México desde que aceptó —una gracia para Carlos Salinas de Gortari—, un TLCAN para el comercio desigual.
 
México no sale de la órbita imperial; más que eso, depende de lo que dicte el norte para sus planes. Al grado que depende, en economía y en asuntos como la seguridad interna, de lo que se diga afuera; en Washington con obligatoriedad para México. Porque así lo dictan los acuerdos suscritos.
 
La reforma energética reciente, del actual gobierno de Peña Nieto, resultó el colofón de los planes de Salinas, que son los mismos de Washington. El país tiene una “seguridad hipotecada”, cuando no vendida con EU. Así, con EU, México sale perdiendo. Solo falta que entren las petroleras a perforar, al modo tradicional para la extracción de petróleo y gas; o al “moderno” fracking, que destruye subsuelo, mantos acuíferos y naturaleza, como está ocurriendo todavía en su propio suelo.
 
A ojos vistas que esa técnica desaparecerá de sus narices, pero las meterá en el exterior; y México es el mejor escenario para la destrucción letal.
 
EU sigue imponiendo su “estrategia” de seguridad nacional. Propia. No le importa mencionar estratagemas como las del Estado Islámico, terrorismo puro, o la lucha contra el narcotráfico. Ni el tráfico de armas. Nada de eso. Plagas de otros. Venezuela está molesta; Cuba igual. En México hay noche estrellada. Baila al son que le toquen.
 
Los embustes están a la vista, las amenazas también.
 
 
 
 
 

 

 
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