Telesur, trinchera de la geopolítica comunicacional contrahegemónica
- Opinión
Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra
José Martí
Diciembre de 2004: Durante el encuentro en Caracas en el que nació oficialmente de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad bajo el impulso del Comandante Chávez y Fidel Castro, se constituye una mesa de trabajo llamada “En defensa de la veracidad y la pluralidad informativa”. De esa mesa se extraen una serie de acuerdos[1] en el que el segundo de los mismos era “Apoyar la constitución de una televisora del Sur y de medios televisivos y radiofónicos independientes y al servicio de los intereses de nuestros pueblos”.
Julio de 2005: Medio año después nacía, el 24 de julio, aniversario del natalicio de Simón Bolívar, una televisora destinada a contribuir al proceso de emancipación latinoamericana y caribeña, teleSUR.
Probablemente los 12 meses que pasan entre diciembre de 2004 y 2005 significan el momento de mayor flujo del cambio de época en América Latina. En diciembre de 2004 nacía el ALBA en La Habana y la Red En Defensa de la Humanidad en Caracas, en julio lo hacia teleSUR; en noviembre Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Lula da Silva, fortalecidos por una campaña continental desde los pueblos de Nuestra América, enterraban en Mar del Plata el ALCA delante del mismísimo George W. Bush; y en diciembre Evo Morales ganaba las elecciones en Bolivia para pocos meses después dar paso a una Asamblea Constituyente, nacionalizar los hidrocarburos y sumar el apellido TCP (Tratado de Complementariedad de los Pueblos) al ALBA.
Pero el momento histórico hoy en el continente es de reflujo; la muerte del Comandante Chávez; las agresiones del imperialismo que hoy toman forma en una estrategia para agredir y a poder ser derrocar los gobiernos legítimos y democráticos de Venezuela, Ecuador y Brasil; una nueva derecha que se recicla y apropia del discurso de los gobiernos de izquierda de la región; los instrumentos para la desintegración latinoamericana como la Alianza del Pacifico o los tratados de libre comercio; y la propia moderación de gobiernos progresistas como los de Chile o Uruguay, con la incógnita de saber si proyecto nacional-popular del kirchnerismo va a poder continuar sin un Kirchner conduciendo el proyecto desde el gobierno, nos dejan la preocupación de si el cambio de época va a poder seguir profundizando el escenario posneoliberal en América Latina y el Caribe.
Y si la ofensiva de la derecha contra Nuestra América tiene un arma principal, esta es el plano mediático. La hegemonía del capitalismo en el plano cultural es llevada un paso más allá mediante el terrorismo mediático ejercido contra gobiernos populares o contra las luchas sociales; se criminalizan gobiernos posneoliberales y luchas en defensa de la tierra, el agua o el territorio; se editorializa contra cualquier medida que haga peligrar los intereses de unas elites políticas y económicas; la libertad de expresión es asimilada como libertad empresarial de unos oligopolios mediáticos.
Es por ello que en estos tiempos confusos y de incertidumbres para el proyecto emancipador nuestroamericano, necesitamos más que nunca una herramienta como teleSUR, que marque un norte en el Sur. Una herramienta que acompañe el proceso regional de ensanchar y ampliar los márgenes de la democracia; y eso pasa también por democratizar la comunicación, poniéndola al servicio de los pueblos.
Porque la agenda informativa de teleSUR es también la agenda de los pueblos de América Latina y el Caribe. La paz acompañada de justicia social en Colombia; la defensa del pueblo cubano ante el bloqueo criminal que sigue sufriendo, o la amputación territorial que supone tener una base estadounidense de detención ilegal y torturas como Guantánamo violando su soberanía territorial; la lucha contra las situaciones de neocolonialismo moderno que aún persisten, desde Malvinas a Puerto Rico, pasando por una salida al mar con soberanía para Bolivia; la relación Sur-Sur con los nuevos actores del mundo multipolar como China, Rusia, India o Irán; la defensa ante las agresiones imperialistas de todos los pueblos oprimidos del mundo, del Sahara a Siria, de Palestina a Grecia; toda esta agenda necesita de un medio de comunicación contrahegemónico que ayude a sustentar las luchas reales, comenzando por informar sobre ellas de manera veraz, que no neutral.
En esta coyuntura política, una de las principales prioridades en Nuestra América debe ser fortalecer el proceso de integracion política, económica, cultural o tecnológica a nivel latinoamericano y caribeño para avanzar hacia la emancipación; pero la arquitectura de integración latinoamericana y caribeña debe ser acompañada de una arquitectura mediática que facilite la disputa contrahegemónica de nuestros pueblos para alcanzar su liberación. Y esa segunda y definitiva independencia debe ser, y será, retransmitida por teleSUR.
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