Uribe Vélez, jefe del paramilitarismo colombiano, es el mayor responsable del desplazamiento de millones de campesinos. En su gobierno fueron expulsados violentamente de sus parcelas más de 2 millones 300 mil humildes labriegos. Es, además, el mayor enemigo de la paz. Su acto politiquero en Cúcuta no es más que la salida desesperada del fascista que se siente arrinconado y con los días contados para que responda ante la justicia nacional e internacional por sus crímenes de lesa humanidad.

Juega a cuatro bandas para romper los diálogos de La Habana, destruir la unidad latinoamericana (Unasur) y propiciar un conflicto bélico con la hermana República de Bolívar y Chávez. El pueblo colombovenezolano y latinoamericano debe desenmascararlo y colocarlo en la picota pública.

Colombia es una de las naciones del mundo con el mayor número de desplazados por la violencia de los grandes terratenientes, multinacionales mineras, bananeras, de los banqueros, caciques políticos santouribistas, camarillas militares y policiales.

Para el efecto, dichos factores han organizado y financiado poderosas redes de bandas paramilitares y criminales, las cuales mediante la masacre, el asesinato, el secuestro y la intimidación, obligaron y obligan a cientos de miles de campesinos, indígenas, afros y mujeres a que abandonen sus parcelas y cultivos agrarios. Tierras que han sido arrebatadas por los grandes hacendados en la Costa Caribe, en Urabá, en los Llanos, en el Valle del Cauca, en el Caquetá, Huila, Tolima, Magdalena Medio y Cundinamarca.

Son casi 7 millones de personas desplazadas a punta de fusil y moti sierra hacia los grandes centros urbanos como Bogotá, Medellín, Cali, Cúcuta, Cartagena y Barranquilla.

En Bogotá se encuentran actualmente cerca de 700 mil desplazados, una población equivalente a los habitantes de Bucaramanga, la capital del departamento de Santander.

A propósito del acto politiquero organizado ayer, por el Jefe de los paramilitares colombianos (AUV), en el eje Cúcuta-San Antonio, en la frontera con Venezuela, la cual ha ido cerrada por decisión del Presidente de Venezuela a raíz de la violencia y desangre económico ocasionado por las bandas criminales que allí imperan mediante el contrabando de combustibles, alimentos y con la manipulación del dólar Today, y han sido instrumentalizadas en el marco de la guerra económica para destruir la revolución venezolana, es evidente la contradicción que surge en dicho acto orquestado, como parte de su campaña electorera, por el director de la ultraderecha fascista colombiana.

El mayor artífice del desplazamiento en Colombia, de la mano de los paramilitares, ha sido Uribe Vélez y su rosca de fanáticos anticomunistas.

En su prolongado y siniestro mandato (2002-2010), más de 2 millones 300 mil personas, fueron desplazadas por todo el territorio nacional, especialmente en el Catatumbo, donde Mancuso, con el apoyo del Ejercito y las brigadas militares de la Seguridad Democrática, ejecutaron una bruta y sangrienta operación de exterminio con consecuencias humanitarias inimaginables, que se vió reflejada en la migración dantesca hacia la vecina Venezuela, de millones de humildes trabajadores agrarios.

De su autoría también es el mayor cementerio encontrado recientemente en la ciudad de Medellín, de donde es oriundo, la Escombrera, lugar en que se han localizado cadáveres de cientos de líderes comunitarios y de los derechos humanos, degollados por las escuadras conjuntas de los militares del General Montoya y los Paramilitares del Bloque Metro de Carlos Castaño en la conocida Operación Orión, que es investigada por la Sala Penal de la Corte Internacional y la Corte Penal Internacional.

Viene ahora este oscuro personaje a dárselas de redentor y salvador a propósito de la crisis por el cierre de las fronteras con la patria de Bolívar. Que farsante. Que payaso.

Mentiras como todo lo de este genocida que tiene muchas cuentas pendientes con la justicia colombiana e internacional.