Dos burgueses millonarios al rescate de la ética
- Opinión
“La oportunidad de derrotar al enemigo es proporcionada por el mismo enemigo”
Sun Tzu
Hechos “algo” asombrosos
Dos “viejos vitales”, empresarios millonarios, “burgueses decentes”, inician su actividad pública al frente de las alcaldías de Cali y Bucaramanga, en donde se hicieron elegir. En sus actos de posesión realizados en barrios populares insistieron en combinar ética con sensibilidad social. Sus metas son de lucha contra la politiquería, clientelismo, ineficiencia y corrupción, y, a la vez, construir equidad y justicia social. Es un hecho histórico en Colombia que no se debe desconocer.
El antecedente más parecido fue la elección de Antanas Mockus a la alcaldía de Bogotá en 1994. Sin embargo las diferencias son notables: Mockus no era un empresario exitoso, era apenas un matemático y un profesor excéntrico. No era un ejecutor sino un soñador. No tenía sentido social, era un neoliberal empedernido. Sin embargo, hay que reconocer, dejó un precedente importante en cultura ciudadana que hasta ahora ningún alcalde bogotano ha superado.
Lo interesante de estos alcaldes provenientes del mundo empresarial es que no llegan con aires de “salvadores supremos”. Han insistido en que requieren de la ayuda de todos y todas: ciudadanos y ciudadanas del común, gremios, sindicatos, concejales, partidos políticos, niveles superiores de gobierno, y a su edad, ambos septuagenarios, no tienen pretensiones de convertirse en profesionales de la política. Es una gran ventaja. ¡Van a lo que van!
Interpretar el mensaje
Si queremos avanzar de verdad, debemos estar atentos a los mensajes que nos envía la vida. No para convertirlos en noticias de momento ni chisme banal. Tampoco para que sean base de un proyecto inmediatista. Esos llamados de atención de la realidad deben ser estudiados en profundidad. Ver si hay allí fenómenos de importancia que nos sirvan para construir un proyecto que tenga un verdadero fondo; que sea un efectivo rompimiento con el pasado; que nos encause hacia nuevos horizontes con consistencia, coherencia y continuidad. Solo así trascenderemos.
Prospección hacia el 2018
Las cartas políticas para la contienda presidencial de octubre de 2017, ya están lanzadas y marcadas. Así lo indican los sucesos del año anterior. La derecha-derecha se alineará con Vargas Lleras, y aunque él no lo acepte, será el candidato de la “no-paz”. Lo más seguro es que lo respalde una alianza entre el Centro Democrático, Cambio Radical y una parte de los conservadores.
El “santismo” querrá mantenerse en el gobierno como “administrador de la paz” en el post-conflicto. Un candidato ungido por Santos, apoyado por el partido de la U, liberales y los otros conservadores, será quien represente a toda clase de politiqueros vestidos de “pacifistas”. Desearán repetir lo hecho en 2014, o sea, cooptar a la izquierda con la amenaza del “coco uribista”.
La izquierda llegará dividida entre Robledo y Petro. Eso está visto. No habrá fórmula conocida o por conocer capaz de unirlos después de lo ocurrido tras la derrota electoral en Bogotá. El MOIR ya atacó a Petro de diversas formas y éste ya dijo que las alianzas con la “burguesía nacional” eran cosas del pasado. Sus egos estarán por encima de cualquier acuerdo.
Ante la posibilidad de que Vargas Lleras logre la presidencia de la República, Clara López, Iván Cepeda y Piedad Córdoba estarán predispuestos a apoyar –tal vez con la conformidad de la agrupación política que creen las FARC, ya desmovilizadas–, al candidato “santista”. Esa actitud se explicará y justificará por la debilidad de una izquierda dividida y dispersa.
Son hechos que no requieren de sesudos análisis ni de complejos cálculos. Una cosa conduce a la otra. Ya los liberales promueven la no-venta de ISAGEN, no porque estén en contra de las privatizaciones sino para que Vargas Lleras no tenga con qué financiar su campaña electoral desde la Vice-presidencia, los ministerios y administraciones territoriales que controla. Sin embargo, descaradamente presentan esa actitud como una “defensa de lo público”. Y hay quienes les creen.
Una posible alternativa para una transición democrática
La única fórmula que los demócratas podemos organizar para derrotar a la derecha-derecha y a los “politiqueros vestidos de pacifistas” en el terreno electoral, es encontrar o construir un “outsider”. Un candidato que se parezca a estos dos “audaces veteranos” que están reinventando la política y que reivindican la “lógica, la ética y la estética” para gobernar con sentido social y eficiencia pública.
Si los demócratas, independientes, alternativos, progresistas y de izquierda, con humildad y paciencia democrática, ayudáramos a construir una propuesta y una candidatura de ese tipo para 2018 –ojalá sin protagonismos hegemónicos–, seguro que hacia futuro despejaríamos el horizonte.
Si solo camináramos por un camino como ése, con unos mínimos de honestidad, decencia, transparencia y honradez, superaríamos todo lo anterior. Y seguro que aprenderíamos a construir mayorías transformadoras.
Popayán, 5 de enero de 2016
E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado
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