Prevención bienvenida
- Opinión
El Presidente Salvador Sánchez Cerén anunció esta semana la implementación de nuevos programas de prevención de la violencia, entre éstos la entrega de dinero efectivo a jóvenes que no estudian ni trabajan para que se capaciten profesionalmente durante 12 meses y después se inserten en el mercado laboral. El proyecto iniciará beneficiando a unos 15 mil jóvenes.
El programa, denominado “Jóvenes con todo”, incluye pasantías laborales para quienes tengan ya alguna formación y capital semilla para iniciar algún negocio para jóvenes con actitudes emprendedoras.
Otro de los programa es “Actívate”, que será implementado por el Instituto Nacional de los Deportes (INDES). Éste proyecto busca que los jóvenes utilicen su tiempo de ocio en actividades deportivas para evitar que se incorporen a las pandillas u otros grupos delincuenciales.
Estos aplaudibles esfuerzos gubernamentales retoman la ruta de la prevención de la violencia trazada en el “Plan El Salvador Seguro” elaborado por el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia, que plantea medidas integrales que combinan prevención, persecución penal, reinserción y atención a las víctimas de la violencia.
Esfuerzos como éstos deben tener el apoyo decidido de todos los sectores políticos, empresariales, sociales y religiosos. Para librar a sus jóvenes de las garras de la violencia pandilleril, el país urge implementar ambiciosos planes de prevención que incluyan cientos o miles de programas y proyectos de inserción laboral, oportunidades educativas, emprendedurismo, desarrollo cultural, fomento deportivo, etc.
Según el PNUD, para la aplicación total del Plan “El Salvador Seguro” se necesitan 2 mil millones de dólares. Para conseguir estos fondos, Ejecutivo y Asamblea Legislativa deberían ponerse manos a la obra: el gobierno combatiendo la evasión y elusión tributaria, y los diputados aprobando una reforma fiscal progresiva “donde paguen más quienes tienen más”.
Es ahora o nunca. El país aún puede revertir la violencia e inseguridad, pero necesita que todas instituciones públicas, empresas privadas, partidos políticos y organizaciones sociales, académicas y religiosas dejen de lado sus intereses e ideologías y sumen en un esfuerzo común por la paz, la armonía social y la convivencia.
Así que, bienvenida la prevención, Presidente Sánchez Cerén. El país entero debe acompañarlo en tan necesaria e impostergable tarea.
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