UNAH: Camino al diálogo académico
- Opinión
Se están abriendo espacios para buscar soluciones a la crisis que enfrenta la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Desde los alumnos, aglutinados en el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU), hay declaraciones de sus líderes en cuanto a sentarse a la mesa de diálogo con las autoridades universitarias para discutir las reformas a las normas académicas, ya que estas no están escritas en piedra y, por tanto, pueden y deben ser reformadas. Esto es muy importante frente al planteamiento inicial del MEU y del Frente de Reforma Universitaria (FRU) de derogar las normas académicas en vez de consensuar reformas, en tanto varias de estas normas benefician también a los alumnos.
Desde las autoridades universitarias, hay voluntad por conformar una mesa de diálogo con los estudiantes, en tanto se ha reconocido que debe analizarse cada norma académica, principalmente aquellas no consensuadas que afectan a los alumnos, caso de la prueba de aptitud, cupos de ingreso a carreras como Medicina y promedios de notas para cursar un número mayor de asignaturas. Un argumento a favor de los alumnos es la creciente diferenciación que existe en los contenidos de las asignaturas por materias, el método de enseñanza aprendizaje y la base académica y conocimientos con los cuales los y las alumnas ingresan a la UNAH; que es, aunque no quiera reconocerlo el Ministro de Educación, Marlon Escoto, muy baja para aquellos egresados de colegios públicos nocturnos y del interior del país.
Desde los docentes, principalmente aquellos que participan de las reuniones y asambleas de la ADUNAH, la instalación de una mesa de diálogo amplio, franco e incluyente es el principal instrumento para superar esta coyuntura de crisis académica universitaria. Estos maestros, muchos de los cuales están con la reforma universitaria y reconocen avances en la UNAH, esperan un llamado para aportar ideas, conocimientos y propuestas de solución a la crisis; ya que en esto de la reforma son un actor principal a tomar en cuenta y, según la Ley, participante en las decisiones que tome el Consejo Universitario.
El debilitamiento de la ADUNAH en este proceso de reforma, no impide que se incorporen representantes de esta asociación en el proceso de diálogo en marcha en la UNAH, más bien es una espacio de apertura a la búsqueda de soluciones desde la llamada academia no institucional, o sea desde los docentes sin cargo administrativo en la institución.
¿Cuáles son los factores que impiden que se abra el espacio de diálogo incluyente? El primero es la falta de cumplimiento de las llamadas condiciones previas para el diálogo. Se refiere al compromiso de las autoridades de la UNAH de no criminalizar la protesta estudiantil y buscar con los operadores de justicia una solución a ello, para que los alumnos se sientan seguros de participar en la mesa de diálogo.
En entrevista a dirigentes del MEU, manifiestan que si ello se cumple en el acto se abandonan los edificios y reanudan las clases. Una solución intermedia es que se identifiquen testigos de honor que den fe que las autoridades universitarias y fiscales cumplirán con esta condición. El Comisionado Universitario tiene esta competencia, pero los alumnos exigen la firma de un acuerdo con la presencia de estos testigos nombrados por ellos y aceptados por ambas partes.
Un segundo factor es la ausencia de una hoja de ruta que permita visualizar los puntos de agenda a tratar en la mesa de diálogo, objetivos y propósitos, principios orientadores, mecanismo de representación y participación en la mesa por cada uno y número de representantes, puntos de acuerdo, ayudas memorias firmadas por representantes en cada reunión, y canalización de los acuerdos a las autoridades del Consejo Universitario. Desde la ADUNAH y docentes ya hay propuestas sobre ello, igual las autoridades universitarias cuentan con un marco de sistematización de las propuestas de los alumnos que posibilite construir esta hoja de ruta y definir las bases del diálogo.
Un tercer factor se refiere a los intereses político-partidistas en las demandas a las autoridades universitarias. Se ha denunciado por autoridades universitarias y analistas independientes la presencia de una agenda política que acompaña la agenda académica de los alumnos, pero también el interés de ciertos funcionarios de gobierno por alargar la crisis universitaria para desviar la atención del tema de reelección presidencial y aprovechar una coyuntura critica para intervenir la UNAH y caerle al presupuesto. Esto debe ser rechazado por los actores reales de la reforma universitaria: autoridades, docentes y alumnos.
En la academia los tiempos son parecidos a los de la política. Hay que actuar ya y convocar al diálogo académico; no hacerlo, es lamentar a futuro una gran pérdida no recuperable para el país y sociedad hondureña. Hay que recordar que en México todavía se lamenta el cierre de la UNAM; los alumnos y docentes lo llaman tiempos de oscuridad de la educación superior.
Ciudad Universitaria, Honduras, 30 de Junio de 2016.
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