Racismo, neoliberalismo y olimpiadas en Brasil

17/08/2016
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Brasil, después de Nigeria, es el país demográficamente que tiene la mayor concentración de africanos y afrodescendientes en el planeta. Más del cincuenta y tres por ciento de su población se consideran afrodescendientes. Brasil fue el último país en abolir la esclavitud (1888), permaneciendo desde esa época en exclusión y pobreza absoluta, hasta que el expresidente Lula Da Silva (2003-2011) llega al poder, logrando avanzar en un lento pero seguro proceso de inclusión sacando de la pobreza cerca de veinte millones de afrobrasileños

 

Hemos visitado este gran y hermoso país donde se impuso, por un largo periodo el lusotropicalismo como ideología social del mestizaje y blanqueamiento plasmado por el investigador Gilberto Freire a mediados del siglo XX. En las mayorías de las telenovelas brasileñas solo se refleja el rostro o las imágenes de las garotas o garotos brasileños de tez blanca y mestizadas.

 

Las veces que hemos estado en ese país, como activista afro, hemos observado con profundidad el otro Brasil, el que es reprimido por un Estado policial y de justicia desigual hacia las y los afrodescendientes. Hace poco un estudio de la Universidad de San Carlos expresaba que cincuenta y ocho por ciento de las personas asesinadas en la compleja y superpoblada ciudad de São Paulo por la policía militar eran negras. Por otro lado los afrobrasileños, cuya edad oscila entre 12 y 18 años, tienen tres veces más posibilidades de ser asesinados que los blancos. El Fondo Brasileño de Seguridad Pública develó en sus estadísticas que los afrobrasileños representan el 68 por ciento de todas las víctimas de homicidios. Sin discusión el Gobierno de Lula Da Silva avanzó en la lucha contra la exclusión, creando la secretaría contra la discriminación racial con rango ministerial, dirigida por la activista afrobrasileña Matilde Ribeiro. Lula, también impulsó la Ley 10.639/03 para la enseñanza obligatoria de la historia general de África y afrobrasileira. Los ocho volumen de la Historia General de África, publicada por Unesco, fue traducida  al portugués para que los brasileños entiendas los aportes africanos a la construcción de Brasil. Durante el Gobierno de Lula y posteriormente con el Gobierno de Dilma, se mantuvieron las políticas de las cuotas de la inclusión de los afrobrasileños en las universidades, ya que el 97 por ciento no asistían a las universidades. También se creó la Universidad de Integración Internacional Afrobrasileña.

 

La onda expansiva neoracista vinculada al neoliberalismo llegó a Brasil, con el golpe parlamentario que le dieron a la presidenta Dilma Roussef. Michel Miguel Elias Temer, actual presidente interino de Brasil, dirigente del partido neoliberal Movimiento Democrático Brasileño, en un tiempo fue secretario de seguridad de la ciudad de São Paolo, donde se hacían prácticas de exterminio racial y también, como parlamentario se opuso a la reforma agraria que beneficiaría a millones de campesinos. Hoy como presidente interino neoliberal, desde el 12 de mayo, comenzó a destruir el proceso de inclusión social y racial que se inició en el 2003, aparte de impulsar en tiempo récord las políticas neoliberales, similares a las que está promoviendo el Gobierno del presidente Macri en Argentina. La principal medida de Temer lanzada en mayo, bajo las orientaciones del Fondo Monetario Internacional, fue eliminar la inversión social, la cual fue protestada por la Central Única de Trabajadores de Brasil. Las olimpiadas se iniciaron con una concentración de más de veinte mil activistas, en las playas de Copacabana, en Río de Janeiro contra el presidente Macri, quien en su gabinete de veinticuatro ministros no tiene  ni a un solo afrobrasileño ni una mujer, es un Gobierno racista y machista

 

jesuschuchogarcia@hotmail.com

 

Correo del Orinoco Nº 2.472, 15/08/2015

 

https://www.alainet.org/pt/node/179564
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