Brainstorming

09/09/2016
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Lo que es jubilar... jubilado
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Brainstorming: literalmente, ‘tormenta de ideas’. Cuando las multinacionales ven con horror que los beneficios bajan, reúnen a sus ‘genios’ con el sano propósito de estrujarles el hemisferio derecho del cerebro, y obtener las últimas gotas de creatividad. Para lograrlo, sacan a los ‘genios’ de su entorno cotidiano: la ‘investigación científica’ sugiere que eso les aviva la pensadora. De ahí que las reuniones y conferencias corporativas se desarrollen en hoteles y resorts situados lejos del mundanal ruido.

 

La Reserva Federal, banco central de los EEUU, fue a elucubrar nuevas ideas en Jackson Hole (Wyoming). Acompañada de un areópago de “expertos”, gente que sabe, influye y decide: banqueros centrales, agentes privados, académicos y legisladores. Ya era tiempo. Una semana antes, Kevin Warsch, ex gobernador de la FED, publicó una columna en el Wall Street Journal titulada: “La Reserva Federal necesita un Pensamiento Nuevo”.

 

He aquí el producto del brainstorming, una ‘tormenta de ideas’ como se pide.

 

Cada año los bancos centrales fijan un objetivo de tasa de inflación. La FED, el Banco Central Europeo (BCE) ponen un 2%. ¿Por qué? La respuesta es de una sencillez bíblica: ¿por qué no? De ahí que en un destello de creatividad, en una fugaz pero genial ocurrencia, alguien preguntase: “En vez de fijar un objetivo de inflación del 2%... ¿por qué no lo fijamos en 4%?”

 

La estupefacción de la sala fue inferior sólo a la que provocó otra idea aún más genial que la primera: “En vez de inquietarnos por el PIB… ¿por qué no nos centramos en el PIB nominal?”

 

Es poco probable que tales “chisperas” relancen el crecimiento y el empleo. No pocos financial experts dudan. Entre ellos John Mauldin, consultor financiero del que ya te he hablado. Y junto a Mauldin, decenas de millones de parados que buscan curro en los EEUU, en Europa, en Japón y otros lugares del mundo.

 

Mauldin piensa que el Simposio sólo buscaba ampliar el número de herramientas de que dispone la FED, habida cuenta que ni el relajo monetario ni la manipulación de las tasas de interés han logrado estimular la inversión. Tú me dirás que dos herramientas es poco, pero hasta ahora nadie había imaginado que necesitasen otras. La teoría económica y la ortodoxia monetarista son así: dogmáticas.

 

Temblando de pavor, y contra la opinión de más dogmáticos que ellos, los genios de la FED entraron en lo que llaman uncharted waters, mares desconocidos: “Si las ZIRP, tasas de interés a cero por ciento, no motivan a nadie, probemos con las NIRP, las tasas de interés negativas.”

 

El tema trae tela: con las NIRP un banco debe pagar para prestar plata. He aquí el mundo al revés. El griterío de los bancos es ensordecedor y alguno, para compensar, cobra hasta por el Guten morgen. El Raiffeisenbank cobrará un 0,4% anual por los depósitos que superen los € 100 mil. En vez de pagarte por tu dinero, te cobrarán por él. El mundo al revés te digo.

 

El BCE ya le había aplicado tan novedosa regla a los bancos privados, con la loable intención de obligarles a ofrecer créditos en vez de almacenar su liquidez en el banco central. Aun así, la banca privada no mueve pieza. De paso, los Fondos de Pensión deberán pagar por colocar tus dineritos y, en vez de hacerte ganar dinero para tu jubilación te empobrecerán cada día más.

 

¿No me crees? Hace algo más de una semana, el periodista Tom Keene de la Radio Bloomberg, entrevistó a Stanley Fischer, vicepresidente de la FED.

 

Tom Keene: (…) “Hay un duro debate sobre la eficacia de las tasas de interés negativas para los bancos centrales, para los gobiernos y para los bancos privados. ¿Cuál es la eficacia de las tasas negativas para quien ahorra?”

 

Stanley Fischer: “Bueno, claramente hay diferentes respuestas a las tasas negativas. Si Ud. es un ahorrista, es difícil lidiar con ellas, aun cuando impulsan un mejor precio de los activos. Pero nosotros consideramos todo eso. En economía tenemos que tomar soluciones intermedias todo el tiempo, y la idea es, mientras más bajas sean las tasas de interés mejor para los inversionistas.”

 

Si cotizas en una AFP, ya sabes cuál es tu triste suerte: los bancos centrales (FED, BCE, Bank of England, Bank of Japan, etc.) prefieren servir los intereses de los inversionistas, aun cuando eso signifique hundir en la miseria a millones de futuros jubilados. John Mauldin se escandaliza:

 

“Leamos la frase de nuevo… ‘la idea es, mientras más bajas sean las tasas de interés mejor para los inversionistas.’ Están sacrificando a las familias de clase media de los EEUU, a los esforzados trabajadores que respetaron las reglas y ahorraron y se jubilaron esperando disfrutar de sus nietos y de algo de descanso, y encuentran que no pueden porque la Reserva Federal piensa que proteger a Wall Street, a los ricos inversionistas y a los bancos es más importante”.

 

Ya. Pero lo importante es que la caja de herramientas de la FED dispone de otro utensilio: las NIPR.

 

No sólo la FED: Nestlé, gigante suizo del sector agro-alimentario, obtuvo créditos a 4 años a una tasa negativa del -0,008%. Otras multinacionales se aprestan a aprovechar la ganga, mientras los analistas financieros europeos ponen el grito en el cielo. Uno de ellos publicó en marzo de este año una nota titulada: “BCE: de la estupidez de las tasas a 0% a la incuria de las tasas negativas”.

 

¿Quién iba a imaginar que el sueño de Keynes, “la eutanasia de los rentistas”, se cumpliría de este modo?

 

Por otra parte, Stanley Fischer le aseguró a Tom Keene: “Estamos en un mundo en el que (las tasas de interés negativas) parecen funcionar”. John Mauldin se pregunta: “Ah, ¿sí? ¿Para quién? ¿En qué realidad?”, antes de disparar:

 

“Alemania está flirteando con la recesión, endeudada más allá de cualquier esperanza de salir del problema. Italia acaba de abandonar el puerto de los acuerdos Presupuestarios europeos para regresar a los agitados mares de los déficits aún más grandes, con una deuda aún mayor, compitiendo con Grecia. La deuda italiana representa hoy el 132% del PIB, y si Italia aprueba sus anunciadas políticas impositivas y de gasto fiscal, la deuda pronto llegará al 150% del PIB.”

 

Desolador panorama. Ahora bien, si los bancos prestan a tasas negativas, los Fondos de Pensión pagarán el pato de la boda recibiendo una remuneración aún más negativa. El futuro de los sistemas de previsión por capitalización se anuncia tormentoso.

 

Pero, ya se dijo, los bancos centrales disponen de una nueva y flamante herramienta. Que según Stanley Fischer –no muy seguro de sí mismo– “parece funcionar”, mientras crece el escepticismo de un lado y la certidumbre de un desastre del otro.

 

Ocurre que hay un precedente: Japón. El gigante asiático, tercera economía del planeta, ha conocido dos décadas de crecimiento cero. A pesar de haber inaugurado las ZIRP, y luego las NIRP, sin resultados. Nadie espera que ahora las NIRP hagan por Japón lo que no hicieron en veinte años.

 

La otra genialidad de Jackson Hole, el PIB nominal, tampoco ayuda. El PIB nominal evalúa el valor añadido de bienes y servicios al precio del año corriente, mientras que el PIB real lo hace al precio de un año de referencia considerado como año “base”. En otras palabras, el PIB real corrige el efecto inflacionario. Uno no ve qué cambia, a los efectos del crecimiento, medir el PIB nominal.

 

John Williams, presidente de la FED de San Francisco (la Reserva Federal está constituida por doce FED regionales), sugirió fijar un objetivo de inflación del 3%. El ya mencionado Kevin Warsh señala que “un cambio numérico en el objetivo de inflación no es una reforma”, agregando que “sirve como un subterfugio para distraer la atención de los errores monetarios, regulatorios y fiscales”. Ya ves el ambiente de coherencia y camaradería…

 

John Mauldin opina que en Jackson Hole “nadie tuvo ninguna idea nueva.” Y señala, caustico: “Para empezar, el discurso de Janet Yellen, que fue notable sólo en lo aburrido y lo poco inspirado. No entregó ninguna nueva información”. Hace unos días te comentaba que los economistas-jefe y otros “expertos” habían parado de respirar esperando la alocución de Yellen: ya ves el resultado.

 

Tenaz, Mauldin llama la atención sobre un elemento del discurso de Yellen que pasó inadvertido: la Footnote 8. En ella Yellen se refiere, favorablemente, a una fórmula matemática que podría poner las tasas de interés en piloto automático. Aun cuando hasta ahora no es el caso, que figure en los papeles de Yellen sugiere que su uso podría constituir otra “herramienta”.

 

Si conoces los Automated Trading Systems (ATS), es como para sentir escalofríos en la espalda. Los ATS son programas informáticos que ejecutan órdenes de compra/venta de cualquier activo negociable en un mercado financiero. A una velocidad inimaginable, provocando reacciones en otros ATS. En un par de ocasiones, algún bug (error de programación) ha puesto en peligro los equilibrios del mercado financiero planetario.

 

Que los banqueros centrales se queden sin trabajo es lo de menos. Pero ver un ejército de economistas-jefe obedecer las “señales” enviadas por un algoritmo instalado en un ordenador como el de 2001: Odisea del Espacio…

 

John Mauldin precisa que si se hubiesen seguido las reglas descritas en la Footnote 8, (con un algoritmo que tomando en cuenta variables como la tasa de inflación subyacente –core PCE price index– el objetivo de inflación de la FED y la tasa de desempleo, calcula una tasa de interés óptima para los Fondos Federales), y si se aplicasen las reglas utilizadas durante la última recesión… la tasa de interés resultante hubiese sido de -9,0%.

 

¡Una tasa negativa de -9,0%! Vivan los automatismos y la cibernética… ¿Todo bien HAL?

 

El propósito es acostumbrar a todo el mundo a la idea de las tasas negativas. Marvin Goodfriend, de la Carnegie Mellon University, llamó a hacer de modo que “las tasas de interés negativas puedan estar libremente disponibles y completamente efectivas como una opción frente a una futura crisis”.

 

Actualmente, el BCE opera con una tasa efectiva del -0,04%, y el banco central de Suecia con una tasa del -0,05%. Vistos los resultados… no es hora de organizar un carnaval.

 

Christopher Sims, de la Princeton University, clausuró el Simposio de Jackson Hole. Una vez no es costumbre, un premio Nobel de economía (2011) habló de economía real. Fue para comentar la ineficacia de las políticas fiscales y las incógnitas que surgen de la compra de activos tóxicos por parte de los bancos centrales. Anota: incógnitas (misterioso, oculto, desconocido). En su día, Alan Greenspan –presidente de la FED durante 18 años– declaró que para él las tasas de interés eran una incógnita. Si a eso le sumas que los bancos centrales (FED, BCE…), gracias a sus ‘nuevas herramientas’ generan más incógnitas… quiere decir que no saben dónde están y, peor aún, no saben dónde van.

 

El buen Christopher Sims comenzó su discurso preguntando: “¿Por qué han sido ineficaces las políticas monetarias en los EEUU, en Europa y en Japón?”

 

Uno imagina que a Janet Yellen, a Mario Draghi y a Haruhiko Kuroda les debe haber dado hipo…

 

Ya ves, los enteraos que venden retiros espirituales, simposios, cónclaves, reuniones, conferencias, convenciones y otras juntas en hoteles caros y resorts exclusivos con el pretexto de estimularle la cafetera a los participantes, son tan estafadores como los gobernadores de los bancos centrales. Para no hablar de los economistas-jefe que viven amorrados a esa teta.

 

Tal vez por esa razón Thomas Jefferson dijo alguna vez:

 

“Me parece que, de vez en cuando, una rebelión es una cosa tan buena y tan necesaria en el mundo político como las tormentas en el mundo físico.”

 

Ya sabes lo que te queda por hacer.

 

Ps: thanks to John Mauldin for his accurate sources and thoughtful comments

 

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