De Crimea a la nueva crisis de los misiles

29/11/2016
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La escalada nuclear que tuvo su punto de inflexión en la Crisis de los Misiles de Cuba culminó con la firma por Kennedy y Jrushchov del Acuerdo de Suspensión de Pruebas Nucleares (1962) y la implementación de la Doctrina de la Coexistencia Pacífica pero la palindromía de la Historia podría hacer que dos presidentes del siglo XXI (Putin y Trump) quedaran hermanados con Kennedy y Jruschov por el retorno a escenarios ya olvidados de Guerra Fría que incluirían la reactivación de la carrera armamentista y el retorno a la Doctrina de la Contención (Doctrina Truman), teniendo de nuevo a la Crisis de los Misiles como ojo palindrómico.

 

Retorno a la Doctrina Truman

 

Las bases de dicha Doctrina fueron expuestas por George F. Kennan en su ensayo “Las fuentes del comportamiento soviético “publicado en la revista Foreign Affairs en 1.947 y cuyas ideas principales se resumen en la cita “el poder soviético es impermeable a la lógica de la razón pero muy sensible a la lógica de la fuerza”. Así, tras la Cumbre de la NATO celebrada en Gales en el 2014, se acordó la continuación del Plan de preparación de la Actuación ( RAP en inglés) en respuesta a la actitud rusa en la crisis ucraniana y que se traducirá en el despliegue de “unidades de intervención rápida” ( Speardhead Force) en Polonia, Países Bálticos, Rumania y Bulgaria así como la asunción por los países miembros de la nueva doctrina ‘Smart Defense” (Defensa Inteligente), nuevo concepto operativo que implicará la cesión parcial de la soberanía de los países miembros a la coordinación de defensa con la OTAN así como el incremento de las partidas de gasto de los países europeos que sería de un exiguo 2% del PIB nacional, quedando el grueso de la financiación en manos de EEUU.(el 75% de cerca del Billón $ del total del presupuesto).

 

Así, el presidente estadounidense, Barack Obama tras su reunión con el Presidente electo ucraniano Piotr Poroshenko, insistió en la política de su Gobierno de fortalecer su presencia militar en Europa al tiempo que anunció que solicitará al Congreso estadounidense la aprobación de un presupuesto de cerca de mil millones de dólares para tal propósito e instó a los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a incrementar los recursos destinados al desarrollo militar además de informar de sus proyectos de colaborar en esa área con países como Ucrania, Georgia y Moldova además de enviar a Polonia 12 F-16 y 200 soldados de refuerzo tras la crisis ucraniana, con lo que el contingente total de sus tropas en Europa ascendería a unos 70.000 miembros que podrían verse aumentados hasta los 80.000, lo que significaría en la práctica la vulneración del Acta Fundacional OTAN-Rusia de 1997 por la cual la OTAN descartaba “el estacionamiento permanente de un contingente sustancial y adicional de tropas de combate en el Este de Europa”.

 

Nueva carrera armamentista mundial

 

Desde el principio de su mandato Presidencial en el 2000, el objetivo de Putin ha sido la renovación de sus obsoletos arsenales armamentísticos con el reto de lograr en el 2020 la equiparación de su potencial militar con el de EEUU. Así, según el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), Rusia destinó 45.300 millones de dólares para la defensa en 2012 que comprende el contrato entre el Mindef y la empresa Astilleros Unidos Sevmarch, para la construcción de siete submarinos nucleares de quinta generación destinados a portar los novísimos cohetes balísticos intercontinentales de ojivas nucleares múltiples Liner que serán la espina dorsal de la estrategia nuclear rusa para la próxima década.

 

Así, a pesar de la vigencia hasta el 2021 del Tratado Start entre EEUU y Rusia que regula la cantidad máxima de misiles intercontinentales y cabezas nucleares que ambas partes pueden poseer así como un régimen de inspecciones mutuas, Putin habría anunciado la entrada en funcionamiento de más de 40 misiles balísticos intercontinentales de última generación en el 2015 y tendría presupuestado más de 550.000 millones $ para el próximo quinquenio (el 25% para arsenal nuclear), destacando el nuevo caza de quinta generación Sukhoi T 50 (operativo en el 2015), el nuevo misil balístico intercontinental de 100 Tm que estará operativo en el 2017) y el nuevo sistema de misiles antiaéreo S-500, (lo más avanzado en tecnología de interceptación de aeronaves) con el objetivo inequívoco de equipararse a EEUU como superpotencia mundial en el horizonte del 2020.

 

Por su parte, EEUU tendría planificado un programa nuclear con una duración de treinta años y un coste de un Billón $ así como un sistema diseñado para detectar misiles de crucero en territorio estadounidense (JLENS), carrera armamentística que por mimetismo se extenderá al espacio geográfico que se extiende desde Israel hasta Corea del Norte (incluyendo a países como Irán, Paquistán, India y China), quedando América Latina y el Caribe libres de armas nucleares tras la firma del Tratado de Tlatelolco (1.967) a pesar del riesgo potencial de la presencia de submarinos nucleares británicos en las Malvinas. 


¿Nueva Crisis de los Misiles?

 

Según explicaba Brzezinski en la revista National Interest en el año 2.000, “los europeos estarán más inmediatamente expuestos al riesgo en caso de que un imperialismo chauvinista anime nuevamente la política exterior rusa”, con lo que esbozó un plan que pasaría por la expansión de la OTAN hasta límites insospechados en la década de los 90 y la implementación del nuevo sistema europeo de defensa anti-misiles, (European Phased Adaptative Approach (EPAA). Dicho sistema en realidad se trata de un escudo anti-misil global en el que los misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos en un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares y sistemas de reconocimiento opto-electrónico) , con el fin maquiavélico de tras un primer ataque sorpresa de EEUU que destruiría el potencial nuclear ruso en su propio territorio, neutralizar posteriormente la réplica rusa por medio de los misiles estacionados en Polonia.

 

Tras los desacuerdos surgidos entre EEUU y Rusia por la declaración unilateral de independencia de Kosovo, Agfasia y Osetia del Sur, Barack Obama habría aparcado el proyecto del Escudo de Misiles Antibalísticos (NDM), sustituyéndolo por "un nuevo sistema de defensa anti-misil móvil" con la intención de convertir a Rusia en colaborador necesario en la salvaguarda de la paz y estabilidad mundiales. Sin embargo, en septiembre de 2009 el presidente Obama ( presionado por el Cuarto Poder (poder en la sombra de EEUU), aprobaba la implementación del nuevo sistema europeo de defensa anti-misiles,( European Phased Adaptative Approach (EPAA), que en realidad se trata de un escudo anti-misil global en el que los misiles interceptores emplazados en plataformas móviles pueden abatir blancos en un espacio común (a base de datos transmitidos por todos los radares y sistemas de reconocimiento opto-electrónico).


En un principio, Rusia y la OTAN acordaron cooperar en la creación del escudo anti-misiles para Europa en noviembre de 2010 en la Cumbre Bilateral de Lisboa, pues para Moscú era vital que la OTAN ofreciera garantías reales de que ese sistema no apuntaría a Rusia y disponer de un documento jurídicamente vinculante al respecto, pero la Administración Obama siguiendo la inercia mimética de la Administración Bush de ningunear a Rusia, ha rehusado hasta el momento ofrecer dichas garantías por escrito.

 

Aparcado de momento la quinta fase del despliegue del Euro DAMN, asistimos a unas sorprendentes declaraciones del ministro británico de Exteriores, Philip Hammond recogidas por el diario “The Telegrah” en las que afirma que “Londres podría acoger misiles nucleares estadounidenses en suelo británico en medio de las tensiones con Rusia”, lo que podría entenderse como el retorno a una carrera armamentista como la mantenida durante la Guerra Fría con la URSS ( reviviendo el proyecto Partnership entre los EE.UU y Europa para proveer al Reino Unido de misiles Polaris de julio de 1962) y teniendo como efecto colateral una posible escisión en el seno de la OTAN, siendo previsible que EEUU utilice las peticiones de Polonia como excusa para completar la quinta fase del despliegue del escudo antimisiles en Europa (Euro DAM), lo que tendría como réplica por parte rusa la instalación en Kaliningrado del nuevo misil balístico inter-continental de 100 Tm, (“el asesino del escudo antimisiles de EEUU” en palabras del viceprimer ministro ruso Dmitri Rogozin) así como la reactivación de la carrera armamentista entre las dos grandes potencias.

 

Así, según rt.com, Rusia estaría negociando instalar sus bases militares con Cuba, Venezuela, Nicaragua, Seychelles y Singapur con el objetivo inequívoco de ampliar el radio militar ruso, pues según el analista Lajos Szaszdi ”la apertura de la bases en el exterior es necesaria para la disuasión estratégica de Rusia, la inteligencia, así como para verificar los acuerdos del desarme y también determinar qué planes hay de parte del Pentágono en caso de operaciones o intervenciones en el extranjero", no siendo descartable tras la muerte de Fidel Castro la firma de un nuevo Tratado de Colaboración militar ruso-cubana (rememorando el Pacto Secreto firmado en 1.960 en Moscú entre Raúl Castro y Jruschov) que incluiría la instalación de una base de radares en la abandonada base militar de Lourdes para escuchar cómodamente los susurros de Washington y la instalación de misiles Iskander , pudiendo revivirse la Crisis de los Misiles Kennedy-Jruschov (octubre, 1.962) y la posterior firma con Jrushchov del Acuerdo de Suspensión de Pruebas Nucleares (1962).

 

Germán Gorraiz López

Analista  internacional

 

https://www.alainet.org/pt/node/182060?language=en
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