Democratizar la radio
- Opinión
Hoy se celebró el Día Mundial de la Radio, conmemoración instaurada por la UNESCO para reflexionar sobre la importancia de la radio en el desarrollo de los pueblos. La celebración de este año lleva como lema “La Radio es Usted”, en referencia al rol del público en la comunicación radiofónica.
En muchos países hubo actividades alusivas, sin embargo, en El Salvador la fecha pasó bastante desapercibida: pocas radios dieron relevancia al tema, entre éstas las de ARPAS que realizaron un radioforo con participación activa de la audiencia, aspecto característico de la radiodifusión comunitaria.
La radio sigue siendo relevante, como medio y como gestora de procesos comunicacionales donde intervienen e interactúan diversos formatos, soportes tecnológicos, innovaciones digitales y lógicas multimedias. Por eso la ocasión es importante para reflexionar sobre la necesidad de democratizar el ámbito radial, en el marco de la democratización de las comunicaciones.
En tal sentido, es pertinente recordar que en el país la radio está altamente concentrada: el registro de concesiones de la SIGET confirma que un oligopolio privado conformado por cinco grupos empresariales (Corporación FM, Grupo Samix, Corporación KL, Grupo Radio Stereo y Megavisión) afiliados a ASDER, controla el 95% del espectro radioeléctrico.
El restante 5% de las frecuencias se lo reparten el Estado, algunas entidades no comerciales (iglesias o universidades) y las radios comunitarias aglutinadas en ARPAS que comparten una misma frecuencia desde hace más de 20 años.
En mayo del año pasado la Asamblea Legislativa aprobó una serie de reformas a la Ley de Telecomunicaciones, entre éstas una que reconoce la existencia de los medios comunitarios por radiodifusión y otra que establece mecanismos alternos a la subasta para asignar frecuencias radioeléctricas.
Sin embargo, dichas reformas, podrían ser únicamente declarativas y sólo portadoras de buenas intenciones porque chocan con una “limitante técnica”: la “falta de disponibilidad” de frecuencias, debido a la supuesta “saturación” del espectro radial. Según SIGET, el 100% de la banda radial del FM está asignada.
Ante esto, y dado que la creación de nuevos espacios a través de la digitalización de la radio es una posibilidad aún muy lejana, el Estado tiene la obligación de buscar alternativas para desconcentrar la propiedad de la radio y generar disponibilidad de frecuencias para más emisoras comunitarias y públicas, para así pluralizar y democratizar el espectro radiofónico.
Las referidas reformas a la Ley de Telecomunicaciones también redefinen las funciones de la SIGET como ente rector del espectro, responsable de su gestión, administración y vigilancia. Por tanto, puede y debe utilizar sus facultades de reorganizar, reclasificar, reservar y reasignar espectro, para generar espacios a la radiodifusión comunitaria.
Asociación de Radios y Programas Participativos de El Salvador (ARPAS)
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