La diplomacia de los Estados Unidos es la clásica diplomacia de las cañoneras solo que ahora es más con los llamados Carrier Groups que son un Porta-aviones y su escolta. El fondo es una diplomacia tan obsoleta como la otra. Un porta-aviones cuesta entre 9 o 10 millardos de dólares y puede ser destruido por un misil balístico Dong-Feng 21, que cuesta probablemente algo más que US$100.000.

Durante el reinado de la Sra. Clinton en el Departamento de Estado, se proclamó el “Pivot to Asia”, como la nueva orientación de la política exterior de los EE.UU. e inmediatamente se desplazaron al Pacífico 9 de los 11 Carrier Groups con que cuenta la US Navy.  Al mismo tiempo se lanzó la propuesta de acuerdo supuestamente comercial conocido como Trans-Pacific Economic Partnership –TPP, idéntico a los otros acuerdos que conocemos como TLCs suscritos por Estados Unidos con sus vasallos de América Latina y de Asia.

El acuerdo tenía la novedad de apartarse del modelo EEUU / países en desarrollo porque incluía a Japón, mientras que ostensiblemente excluía a China.  Pero los chinos se habían adelantado aplicando su diplomacia económica en toda la zona del llamado Mar de China; una diplomacia que financia obras de infraestructura e inversiones, para los parlamentos, del desarrollo de industrias básicas y de bienes intermedios e incluso bienes finales, sin exigir de los gobiernos concesiones a la ideología neoliberal.  Es la misma diplomacia económica practicada en los países del Mercado Común Euroasiático a lo largo de la zona por donde pasará la nueva Ruta de la Seda entre Europa y China.

Esa diplomacia, basada en una verdadera asociación en mutuo beneficio, obligó a que el Sr. Trump tirara el TPP a la papelera, un gesto prudente para evitar un bochorno; porque ya los parlamentos de Vietnam y otros signatarios del TPP habían decidido no ratificarlo.