La derrota de Merkel confirma desalentadora tendencia en Europa

03/10/2017
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ROMA, 2 oct 2017 (IPS) – En general, los medios no han analizado por qué el resultado de las elecciones de Alemania es el peor posible. Ángela Merkel no es una ganadora, sino una lideresa en una posición frágil que tendrá que hacer concesiones y deberá pagar ahora por sus errores.

 

Analicemos en cuatro puntos la situación en la que queda Alemania.

 

Primer punto: el declive de los partidos tradicionales

 

Desde hace unos años, los partidos tradicionales que gobiernan sus países desde el final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se vuelven irrelevantes.

 

En las últimas elecciones francesas se vio el colapso práctico de los partidos Socialista y gaullista, con la llegada de un candidato totalmente desconocido, Emmanuel Macron, quien concentra 60 por ciento de las bancas parlamentarias. Y lo mismo había ocurrido antes con los comicios presidenciales de Austria.

 

Ese proceso comenzó ahora en Alemania.

 

El partido de Merkel, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), tuvo la peor actuación desde su creación en los comicios del 24 de septiembre. Y su partido hermano, la Unión Social Cristiana de Baviera, perdió la friolera de millones de votos.

 

Lo mismo pasó con el Partido Socialdemócrata (SPD), que tuvo la menor aprobación en la época contemporánea. Los dos partidos que habían reunido 67,2 por ciento de los votos en las elecciones pasadas, en 2013, ahora obtuvieron 53,2 por ciento.

 

Y como en otros lados, los votos faltantes fueron a parar a los partidos que concentraron el descontento y el deseo de castigar al “establishment” fue evidente.

 

Die Linke, un partido radical de izquierda, recibió 0,6 por ciento adicional, derivado del rechazo a la creciente desigualdad social y de la falta de convencimiento de que el SPD no haría nada diferente al CDU al respecto.

 

Los verdes obtuvieron 0,5 por ciento adicional de los indignados por las promesas de Merkel de elevar el gasto en defensa a dos por ciento del producto interno bruto para contentar al presidente estadounidense, Donald Trump.

 

El mayor ganador fue Alternativa para Alemania (AfD), de extrema derecha, que captó la disconformidad de la gente en materia de inmigración, de la Unión Europea (UE), y de otros asuntos nacionalistas y populistas.

 

La AfD concentró 12,6 por ciento de los sufragios, convirtiéndose en el tercer partido más votado y ahora tiene 96 miembros en el parlamento. Este partido recibió 980.000 votos del CDU, 470.000 del SPD y 400.000 de Die Linke.

 

Pero más importante, de 1.200.000 personas que no votaron en los últimos comicios, 60 por ciento de los consultados para un estudio de Infratest Dimap, dijeron que estaban “desencantados con la situación política actual”.

 

Además, la encuestadora concluyó que 84 por ciento de los entrevistados dijeron que la situación económica de Alemania era buena, cuando hace cuatro años era 74 por ciento y solo 19 por ciento, hace ocho años.

 

https://www.alainet.org/pt/node/188409
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