El Brexit y el Reino Unido: Continentalismo vs Globalismo

07/11/2017
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Introducción

El acrónimo Brexit, nacido de Gran Bretaña (Britain) y salida (exit), remite al proceso de salida aun en curso del Reino Unido (RU) de la Unión Europea (UE), cristalizado en el referéndum consultivo que tuvo lugar el 23 de junio de 2016, donde el Brexit se impuso por sobre la permanencia por 52% a 48%. El Brexit no es una concatenación de sucesos casuales que tienen como resultante un referéndum, sino que es un hecho político y social. Como tal, tiene actores con diferentes intereses, agentes que aún hoy disputan el proceso de salida del RU de la UE y que definen la complejidad que atraviesa este hecho y su carácter sumamente crítico a la hora de analizar el tablero geopolítico del siglo XXI.

Hay razones para avizorar un realineamiento del Reino Unido que trasciende la proclama de “euroescepticismo”i, que se suponía, arrasaría la UE después de la crisis de deuda de Grecia en el año 2010. Más allá de observar los datos en términos de una lectura de economía política, es preciso realizar principalmente la lectura político-estratégica para visualizar las confrontaciones en una crisis que se profundiza en 2008, se expande hacia la UE en 2010, se hace global en 2013 y continua a partir del 2013 y 2014 con el ingreso y ascenso de los Multipolarismos universales como esquemas de poder de primer orden.

Es al calor de esta crisis sin ganadores aun, que podemos entender al Brexit como la oportunidad para que otros actores vuelvan a jugar en los primeros planos del poder mundial, siendo este el caso de la Corona Británica del Reino Unidoii (RU). Ésta, tiene una confrontación prioritaria con el globalismo en la city de Londres y de segundo orden, con el Continentalismo Europeo que controla la UE con centro en Alemania-Francia-Italia.

Es a partir de la crisis que abre el Brexit, que se pueden ver estas contradicciones como una jugada de la Corona Británica contra el globalismo financiero en la City de Londres, por establecer un realineamiento geopolítico con estrategia propia para retomar el control de su territorio (RU), que venía manifestándose al menos desde el año 2013, apoyándose en el esquema Universal Multipolar-BRICS y en la profundización del dialogo entre anglicanos y católicos, entre la reina Isabel II y el Obispo de Roma, que se iniciara en 1967iii, en el marco ahora de un humanismo que es ecuménico pero también interreligioso, que convoca y reúne a las 5 grandes religiones en un Pluri/Universalismo Multipolar que confronta con un globalismo financiero, que amenaza integralmente en base a un capitalismo neoliberal que extermina la humanidad y la naturaleza toda.

La Corona Británica y la City de Londres ¿Qué está en juego?

Es importante plantearnos que el Brexit puede ser observado como una jugada para retomar el control del Reino Unido por parte de la Corona Británica, enfrentada con la estrategia del globalismo financiero, quien tiene en la milla cuadrada de la City de Londres uno de los centros neurálgicos con el cual coordina y potencia la red financiera global. Esto se debe a que el proyecto de globalización financiera ha significado una creciente deslocalización y pérdida del poder industrial de los países antes llamado “centrales”: el RU no es una excepción.

A su vez, se disputa el regreso de la soberanía comercial de Bruselas (capital de la UE), controlada por la Oligarquía Continentalista europea, a Downing Street, hoy en manos de la Corona Británica, lo cual es una herramienta fundamental para definir el futuro comercial y productivo del RU. En este sentido, el Brexit anuncia formalmente un realineamiento estratégico del Reino Unido que se venía insinuando años antes de que se manifieste.

En el despliegue del Brexit, se juega la lucha por definir la tenencia o no del pasaporte financiero para el Reino Unido; cambios que golpean directamente a la gran banca global en la City de Londres y su acceso el mercado europeo, uno de los más importantes del mundoiv.

El Brexit abre una oportunidad para la Corona de profundizar los lazos de cooperación estratégica con la China Multipolar, la cual tiende a consolidar e incrementar sus respaldos frente al Globalismo. Esto se hace necesario, teniendo en claro que la Corona Británica, se sostiene en la Oligarquía Continentalista Británica, la cual se expresa a través de la escala de su complejo industrial-militar-científico-tecnológico cuyo centro es el RU.

La escala continental que tiene la Corona, tras haber controlado vastos territorios del planeta en su estadio de potencia hegemónica desde el primer cuarto del siglo XIX hasta 1944/50, se respalda primero en los 14 territorios de ultramar dependientes directamente de la Reina Isabel II. Varios de estos territorios son ampliamente conocidos por su valor estratégico en el plano militar, como el caso de las Islas Bermudas. En Gibraltar, además de ser usada como base por la OTAN, tiene la Corona un astillero controlado por la Armada Real. A su vez, está el caso de la base más importante de la Armada Real en el continente sur-americano, las Islas Malvinas (llamadas Falklands por el RU) como punto estratégico de control del paso bioceánico sur-sur (pacífico-sur-atlántico) en tiempos de comercio mundial por medio de grandes buques portacontenedoresv, además de poseer grandes recursos hidrocarburíferos y minerales. Por esta relevancia, las Malvinas son utilizadas como base de la Real Fuerza Aérea, el Ejército Real y la Armada Real.

En segundo lugar, la escala continental se sustenta también en el Commonwealth, o Mancomunidad de Naciones, que representa los vestigios de la antigua esfera de influencia mundial del imperio británico. La organización está compuesta por 52 países, su principal objetivo es la cooperación internacional en el ámbito político y económico. Si bien desde 1950 con el auge de los procesos de descolonización pos-Breton Woods se ha eliminado la sumisión a la Corona británica como implicancia de la ‘Mancomunidad’, la Reina Isabel II del Reino Unido sigue siendo la cabeza de la organización, símbolo de la libre asociación de sus miembros, según los principios formales. En el discurso anual de la Reina el 21 de junio de 2017, se hizo un fuerte énfasis en asegurar el mejor Brexit posible para el RU, la recuperación industrial y la atracción de inversiones en infraestructura, haciendo referencia a la relevancia que tienen estos ejes programáticos para la próxima reunión del Commonwealth que organizará en abril del año 2018, para “esta y las futuras generaciones”vi.

Por el lado militar, en la UE, el RU domina la venta de armas con 35,5 billones de Euros al año (2015), lo cual genera 309.210 empleos en su territorio. BAE Systems es la principal empresa en ese rubro en territorio Británico con 23 billones en ventas y 82.500 empleados. Al RU le siguen Francia con ventas por 33,5 billones e Italia con 15,5 billones. Alemania muy lejos, con apenas 5 billonesvii, lo que es expresión de su doble derrota, en la primera y segunda guerra mundial y en haberla mantenida dividida y ocupada desde 1949 hasta 1990. Cabe también remarcar, que el RU es la quinta potencia nuclear del planeta con 215 ojivas nuclearesviii formando parte del segundo grupo con Francia (300) y China (260), y muy lejos detrás de Rusia (4.500) y EEUU (4.000). En Europa, es un terreno que sólo Francia puede disputarle. A su vez, conserva parte del protagonismo que ha sabido tener en el control estratégico de los océanos para el tráfico de mercancías y la esfera geopolítica.

Importante es hacer una digresión, es preciso saber que la economía-para-la-guerra constituye una alternativa ante la tendencia a la baja de la tasa de ganancia en la economía real en general, y explica el tendencial desarrollo de un complejo industrial militar a partir de la posguerra, primero en Estados Unidos de América –EUA- pero también en el Reino Unido –RU- y Francia. El ´milagro económico´ alemán (así como el japonés) se debe al hecho que Alemania (y Japón) se vieron forzados de invertir en la economía real-civil al verse limitados políticamente, luego de su derrota en la II Guerra Mundial, para invertir en la economía-para-la-guerra.

Visto ahora desde el punto de vista de la reproducción del capital a nivel social global, la venta de productos bélicos y los medios de destrucción en general permiten en un ciclo determinado la realización de ganancia. Durante ese ciclo fueron producidas mercancías que cuentan como riqueza real a nivel nacional. Por ello, la riqueza o capital real generada en un ciclo, se transforma en capital o riqueza ficticia en el ciclo siguiente lo que se expresa en tasas más bajas de crecimiento en comparación con países que tuvieron bajas inversiones de defensa, como Alemania y Japón en la posguerra .

Al constituir el gasto de defensa un gasto falso, este sí puede y debe ser transferido a terceros, que depende del grado de “apertura” de una economía, que es resultado de su subordinación económica política o derrota militar anterior. Luego, la exportación de armas significa para el país productor, la realización de las mercancías producidas por el complejo industrial-militar sin que tenga que asumir esa parte del gasto improductivo. Al trasladarse el gasto improductivo a naciones “compradoras de armas”, naciones que han sido subordinadas y que se les imponen guerras regionales para seguir fragmentando e debilitándolas geopolíticamente, estas últimas asumen los efectos negativos. La OTAN-Globalista sirvió en buena medida para sostener, consolidar y profundizar la posición dominante del continentalismo norteamericano primero (1950-1980) y del globalismo unipolar luego (1990-2017), y por ello, lograr la transferencia de los costos improductivos del gasto militar norteamericano en primer lugar, pero también del RU y Francia (en otra posición) a terceras naciones.

La gran fracción del capital financiero continentalista de EUA ha florecido mediante crecientes inversiones en el complejo industrial militar a partir de una deuda creciente en dólares mediante los Bonos del Tesoro, es decir a partir de otra forma de capital ficticio, que también transfirió sus costos a su periferia de naciones subordinadas, a cambio de importaciones por EUA de riqueza real (productos y servicios en el ámbito civil y a menudo de origen chino).

Retomando, por el lado científico-tecnológico, se notan dos aristas del RU con diferentes posiciones relativas en comparación con el Continentalismo europeo (UE). Hay que destacar que el volumen de negocios de la manufactura de alta tecnología (MAT) del RU (2014) es de 40.922 millones de Euros, ubicándose en cuarta posición en la UE detrás de Alemania, que con 121.114 millones casi triplica su volumen; Francia 68.467 millones e Italia 44.247. No hay que perder de vista, que, a pesar de tener el cuarto lugar en volumen de negocios en la MAT, tiene el tercero en valor agregado. Pero en el sector “servicios de alta tecnología intensivos en conocimiento”, es donde el RU lidera el volumen de negocios con 248.404 millones, seguida por Alemania con 221 mil millones, Francia con 151 mil millones e Italia con 96 mil millones. Estos datos se pueden visualizar en el siguiente cuadro de Eurostatix. La disputa en este plano, es clave para entender la puja entre las fracciones de capital dinámicas que avanzan y las que van quedando retrasadas, en términos de valor agregado, productividad, escala y forma de producción.
 



Fuente: Eurostat


Además, la Corona Británica tiene un pie en la City de Londres, que opera desde un lugar subordinado a la gran banca global, con un conjunto de corredores de bolsa y fondos de inversión de tamaño mediano y pequeño, que se posicionaron a favor del Brexitx. Este es un dato importante porque una de las apuestas de la Corona es también disputar la City de Londres para subordinarla al complejo industrial-militar-científico-tecnológico. Un indicador del éxito en este enfrentamiento, estará dado por la magnitud de la migración forzada de la gran banca global de la City de Londres a otras cities de la UE, y el grado de subordinación en que esta permanezca tanto en la UE como en el RU. Recordando que la Corona está enfrentada de manera prioritaria y directa con la Oligarquía Financiera Global en Londres y de manera secundaria con la Oligarquía Continentalista Europea.

Entendemos la iniciativa del Brexit, primero como un golpe al globalismo en la City de Londres en su disputa de poder por el RU Segundo, es también una movida dirigida a la UE para poder retomar el control del proyecto productivo en su territorio y llevarlo a dar un nuevo salto de escala y calidad, he aquí el lugar de la asociación con la China Multipolar, que desarrollaremos más adelante. El Brexit es por lo tanto la expresión de la lucha de estos actores; que se establece como tal, debido a sus estrategias antagónicas de territorialidad y proyección de poder. Contra la City de Londres por un lado y por el otro, contra el “yugo” germano-francés que puede dar y no dará lugar para que la Corona se fortalezca en el mismo plano que el Continentalismo europeo. Plano en el cual es fuerte y desde el cual puede mantener su presencia como actor estratégico: el industrial-militar, científico y tecnológicoxi.

Recordemos que, para la Corona Británica, el poder y escala del complejo industrial, militar, científico y tecnológico del RU, le da entidad al concepto de Estado-Continental, piedra angular para la proyección de su poder. El conflicto profundo contra la Oligarquía Financiera Global radica en que esta última tiene en Londres, el control de la City financiera más importante de la red de cities financieras global. Los patrones de acumulación que desde allí impulsan la globalización financiera y la consolidación de las otras cities, fortaleciendo el control los bancos centrales y el dominio de estos en cada nación, dominando la moneda e ignorando y subordinando a sus gobiernos electosxii, que implicaron la desindustrialización y deslocalización del poderío industrial de antaño del RU (también en EUA) hacia las emergentes economías globales. Desde los años 90 y sobre todo después de la derogación de la ley Glass-Steagall en 1999, durante el gobierno de Clinton, se allanó el camino a la fusión de las bancas de inversión y comercial, profundizando las condiciones de posibilidad para profundizar estos procesos.

 Esto le permitió al proyecto Financiero Global, conducir desde su red de cities financieras, un proceso de desplazamiento del PBI mundial de los entonces llamados países centrales al mundo de las economías emergentes (EE)xiii. Para el caso del RU, como consecuencia de tales políticas, el capital financiero llegó a representar el 32% del PIB, casi tan alto como en EEUU, el 33% (el promedio de la Organización de la Cooperación y el Desarrollo económico, OCDE, es el 28%)xiv. Este crecimiento se hizo a costa del sector industrial, que bajó de un 20% del PIB -cuando el Nuevo Partido Laborismo inició su mandato en 1997 con el pro-globalista Tony Blair a la cabeza- a un 12% en el 2010, lo cual explica el deterioro de la manufactura y con ello el fin de los salarios altos y el debilitamiento de los sindicatos más fuertes y militantes –los sindicatos del sector manufacturero-, siendo el mercado de trabajo británico uno de los mercados más desregulados existentes hoy en el mundo de las economías “centrales”.

Profundizando esta arista del RU, de 2004 a 2014, tiene un crecimiento promedio de la economía del 1,2% anual, comparado con el 1,3% de Alemania y el 0,9% promedio de la UE, con una marcada caída entre 2008-2009xv. La UE crece y crecen también el RU y Alemania pero no son los mismos sectores de la economía los que crecen. Observemos el próximo cuadro.
 



Ahora nos interesa poner de manifiesto lo cualitativo y específico de ese dato cuantitativo en el RU (UK), donde desagregado por sectores en el periodo 2003-2013, vemos una caída del sector industrial (industry) del 17,6-a-14,3%, transporte de 19,8-a-18,5%, construcción (de 6,7-a-6,1%), información y comunicación (de 7,1-a-6,6%), en la composición del total de valor agregado en la economía británica, y a la vez , vemos un crecimiento en sectores como el de bienes raíces (Real estate activities) de 8,6%-a-10,9%, el financiero y de aseguradoras (financial and insurance activities) de 6,8-a-7,8%.

Esto nos muestra como en este periodo atravesado por la crisis financiera global que estalla en 2008 y sigue, en la economía del RU los sectores asociados a la producción e industria sienten el impacto de la crisis y pierden posición, retroceden, decrecen de los niveles que habían alcanzado hasta 2003, mientras los asociados a la renta financiera, seguros e inmobiliaria crecen. Este dato es más importante cuando lo contrastamos sector-por-sector con lo que ocurrió en Alemania donde crece la industria y decrecen las finanzas. En Francia donde decrece la Industria y crecen las actividades financieras al igual que en el RU y en Italia donde las pérdidas en Industria son muy significativas y las actividades financieras crecen.

Entonces podemos observar cómo en el periodo observado 2003-2013, crisis 2008 mediante, mientras en Alemania la industria logra avanzar por sobre las finanzas, en el RU, Francia e Italia la situación es inversa los que crecen acumulando son los intereses vinculados a los sectores financieros a expensas de los industriales. Es por eso que establecemos como antagónica la presencia en el RU de estos proyectos; uno no puede consolidarse sin afectar los intereses del otro en lo que hace a la batalla que nos toca analizar.

A su vez, no hay que perder de vista que la Oligarquía Continentalista Europea está enfrentada a la gran Banca Global, por el hecho que a estos últimos no les sirve ningún tipo de soberanía que no sea la acumulación por el libre flujo financiero global “gobernado” desde de la red de directorios de bancos centrales. Recordemos que los intereses financieros globales con fuerte asiento en la City de Londres siempre disputaron la conducción del bloque europeo y la tuvieron por lo menos hasta que se inicia la crisis global en 2008. A diferencia del bloque germano-francés, nunca quisieron una UE con unión política, sino sólo reducida a lo económico, como CEExvi.

Por ello, es precisa otra digresión para dejar en claro que el capital suele lanzarse a la apropiación/especulación con capital ficticio como remedio para contrarrestar la baja en la tasa de ganancia en la economía real, y que esto se agudiza en las grandes crisis. El capital ficticio refiere a aquella parte de la riqueza nominal o patrimonial, no constituida directamente por bienes reales y se comporta como capital rentista remunerado exclusivamente por la tasa de interés.

A mediados de los años 90, el volumen de sus operaciones financieras-ficticias era de 25 veces el PIB real mundial. En 2013 oficialmente ya alcanzaba las 70 veces y si incorporásemos al cómputo todos los flujos financieros que van por fuera de las bolsas de valores, los llamados mercados extrabursátiles, el volumen sería de 250 veces el PIB real mundial. De estas operaciones no hay obligación de rendir cuentas, ni publicar sus estadísticas y han crecido exponencialmente durante la última década, según el Banco de Basilea (BIS).

Analizar el capital ficticio permite caracterizar mejor la etapa actual del capitalismo, al resaltar la contradicción entre producción y apropiación de riqueza. Las ganancias en la economía alemana derivan más de la creación de plusvalía y valor en la economía real, mientras la City de Londres crece a partir de la apropiación (re-distribución) de plusvalía y valor creados en el mundo. Lo anterior significa que la explotación no sólo se da en cuanto a la relación de producción/lucha entre capital y trabajo, sino también en la relación de lucha de competencia/concurrencia entre las diversas fracciones del capital.

Con el desarrollo del capital ficticio la suma total en valor del patrimonio del conjunto de los agentes de la economía, la riqueza patrimonial social, diverge cada vez más del valor total de las existencias de riqueza real capitalista, pero sirve como palanca de apropiación del excedente-valor a nivel global. La City de Londres es esencial para el capital financiero unipolar y globalista que depende de mantener ese poder de apropiación del excedente-plusvalor global.

Retomando, un hecho central para entender el enfrentamiento con el núcleo germano-francés y la estrategia global en la UE, es que el globalismo para imponerse impulsa la desarticulación y atomización de la unión europea, alentando el mayor crecimiento y dinamismo de las periferias, especialmente las que podríamos llamar “extra-PIIGS” (PIIGS o “cerdos”, en inglés, acrónimo construido a partir de las iniciales de Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España, club de grandes deudores de la UE, que más adelante abordaremos en detalle).

 Llamamos a estos países “periferias extra-PIIGS”, por no estar controladas vía deuda por la banca germano-francesa, la cual busca a su vez, centralizar el poder de gobernar (caso de Greciaxvii) frente a “política centrífuga” que implica la estrategia globalista de inversiones, en la base económica de la UE. Para ilustrar esta afirmación, basta revisar los índices de crecimiento interanual por país de la UExviii y sus niveles de inversión privada como porcentaje del PBIxix, entre 2003/2004 y 2013/2014. En líneas generales, se pueden ver grandes niveles de dinamismo (crecimiento e inversión privada) que contrastan como espejo invertido, con la gran volatilidad de sus economías (pronunciadas caídas post crisis 2008).

Un caso testigo interesante en este sentido es el de Estonia, que registró uno de los niveles más altos de crecimiento del PBI en 2004 con un 6,5; en 2005 un 9,5%; avanzado un 10,4% en 2006; 7,9% en 2007 y al calor de la crisis de 2008, cayó un -5,3%, y en 2009 perdió otro                    -14,7%. Sus niveles de inversión privada también son de las más altas, del 22,8% del PBI hacia 2003; 19,6% para el 2008 y del 17,8% en 2013. Los países núcleo de la UE, como se ve, muestran números más modestos de porcentaje de PBI en inversión privada (business) pero sus recesiones son mucho menos drásticas en el contexto de crisis. Alto crecimiento impulsado por inversión, con pronunciadas caídas en la crisis habla de fracciones de capital con gran propensión a la movilidad-volatilidad-deslocalización (capitales globales). El mismo fenómeno se da para Letonia y Lituania. En el grafico 1, observamos el crecimiento de PBI comparado con el resto de los UE-28 países.
 



El comportamiento de estas economías aparece como muy sincronizado entre sí en sus indicadores. Quizá tenga que ver, como dice Aurelién Poissoner, en un artículo para la Comisión Europeaxx, que “los inversionistas ven a estos países como un mercado común aparte”. Esto se debe, en sus palabras, a la similitud de sus políticas económicas pro-mercado.

Los tres países tienen “precios competitivos” de mano de obra (siendo Lituania cuatro veces más “barato” que el promedio de la UE), bajos impuestos y altos estímulos a la inversión. Tomemos el caso de Letonia para graficar está idea. Según KPMGxxi, la carga fiscal de Letonia es de las más bajas de la UE, además de tener de las mejores relaciones entre calificación de mano de obra/salario en la unión continental. Según fuentes oficiales del gobierno Letónxxii, la mayoría de la Inversión Extranjera Directa (IED) es hacia el sector financiero y de seguros con el 24,93%, le sigue venta y comercialización de bienes/reparación de autos-motos con el 14,98%, 12,51% bienes raíces, 12,21% sector manufacturero, entre otros sectores.

En marzo del 2017, el miembro del directorio de la multinacional Heinz y ex Secretario de Estado, John Kerryxxiii, que ofició en ese cargo como pieza clave de la estrategia globalista en la presidencia de Obama, remarcó las “bondades” de Letonia como gran lugar para hacer inversiones y desarrollar negocios. Recordemos, que los tres países bálticos, son miembros de la OTAN, y que Letonia, ha hecho un gran lobby político para la obtención de una base naval de la OTAN nada menos que en un ex puerto soviético en su territorioxxiv y tienen las tres frontera directa (Estonia, Letonia) o muy próxima (Lituania) con Rusia y salida directa al mar báltico. Consideramos importante esta información y datos porque se observa la diferencia entre una crisis en Grecia, Portugal, España e Italia, en el corazón histórico de la Unión Europea y el Euro con inversión dominantemente que proviene la el núcleo germano-francés; y las crisis en los ex países de la URSS, donde la inversión de la transnacionales globales es muy fuerte y muy fuerte en relación a la estrategia de la OTAN-Globalista en su “batalla geopolítica” contra Rusia-China-BRICS.

En 2010xxv, la banca global con asiento en Londres, había efectuado una corrida financiera contra España a través de su calificadora de riesgo Standard & Poors, golpeando la estabilidad de la UE y dando inicio así a la crisis europea y con ello la “segunda ola” de la crisis financiera global, luego de que a fines de 2009 la posición de la city londinense se viera debilitada debido a la firma de los Tratados de Lisboa de la UE (en donde se consolida el nucleó germano-francés) y con la crisis de Dubaixxvi.

Luego hacia 2016, el Deutsche Bank, principal banco de la UE, fue asediado fuertemente por los medios de comunicación del capital financiero global a causa de su enorme “burbuja”xxvii (también por ser el principal acreedor de deuda soberana de los países europeos), en base a lo cual profetizaban que caería, a la par que se producían toda una serie de sanciones y multas de gran envergadura por parte de instituciones legales situadas en EEUU, que tendían a construir la “caída”xxviii.

En la coyuntura post Brexit, los intereses financieros globalistas dominantes en la City de Londres no sólo muestran por un lado los primeros signos claros de oposición al Brexit sino que frente al hecho ya consumado inician una ofensiva contra la UE y la oligarquía continentalista, que se manifiesta en lo mediático, en lo político y en lo militar con actos de desestabilización “terrorista”, que en su contracara aparecen como euroescepticismo. La política globalista financiera jugó a promover mediáticamente los “Exit” en cada nación de la UE, fortaleciendo esa posición con acciones de grupos terroristas (ISIS) y organizando la migración masiva desde el medio oriente, Siria/Iraq, naciones también en guerra contra el ISIS/OTAN; esta es su estrategia para debilitar y fragmentar la UE y así poder subordinarla y controlarla a partir de sus cities financieras locales (Paris, Milán, Ámsterdam, entre otras).

Finalmente, la Corona Británica confronta con el núcleo germano-francés en el terreno de la producción industrial, científico-tecnológica por el mercado europeo en general y el de China-BRICS en particular. Pero es en la confrontación entre el Continentalismo Europeo y el Multipolarismo contra el Globalismo, que yace la clave para entender por qué la Corona tiene una oportunidad histórica de retomar la iniciativa después del Brexit. Para primariamente golpear sobre el globalismo en Londres y retomar el control del RU, y secundariamente, salirse del corsé alemán-UE y disputarles en su propio terreno.

Los lazos del RU con la China Multipolar vienen teniendo una relevancia cada vez más fuerte en comparación con los de la UE desde hace unos pocos años, y es en la profundización de la cooperación estratégica con este actor multipolar y de escala universal, lo que da espaldas, oxígeno y sentido de oportunidad a la Corona para poder desarrollar su estrategia propia al enfrentar un actor que la supera ampliamente en escala como es el Globalismo unipolar.


La Corona Británica y la China Multipolar: anatomía de una oportunidad histórica

En diciembre de 2013, el entonces Primer Ministro David Cameron arribaba a China con una delegación de al menos cien empresarios, en la que sería la misión comercial británica más grande de la historia. El objetivo es profundizar la relación de la UE con China. En este sentido, Cameron se posicionó sin ningún tipo de medias tintas a favor de un mayor grado de integración del bloque europeo con China: “Algunos en Europa y otros lugares, ven el mundo cambiando y quieren cerrarle las persianas comerciales a China. El Reino Unido quiere demoler esas barreras”xxix. Esta posición disparó controversias en el seno de la UE, que fueron expuestas por Alexandre Polack, vocero del ejecutivo de la UE y expresión de la estrategia Continentalista Europea, diciendo que la UE se encontraba en un estadio “prematuro para discutir un acuerdo de libre comercio con China”.

    Ya en octubre del 2015, el presidente Chino Xi Jinping fue invitado al Reino Unido por la Corona Británica, en nombre de la Reina Isabel II quien es la jefa de Estado del RU, llevando a cabo una visita de Estado donde de manera conjunta lanzaron, en sus palabras, una “abarcadora alianza estratégica para el siglo XXI”xxx que abre una etapa dorada” en las relaciones entre ambos países. La propuesta es profundizar el vínculo económico, comercial y de inversión, político, tecnológico y estratégico, en línea con la “Agenda Estratégica de Cooperación China-UE 2020” que data del 2003.

Además, ambas partes remarcan la importancia de las inversiones bilaterales para promover el crecimiento, puestos de trabajo y el intercambio de bienes y servicios. Si bien estas son consignas generales, también se habló de un hecho que terminó de concretarse el 18 de enero del 2017, cuando el primer tren directo desde China, Ciudad de Yiwu, arribó a Londres, confirmando las palabras que indicaban el “fuerte interés de ambas partes en cooperar en iniciativas como la ‘Iniciativa China una franja, un camino’ (conocida como Nueva Ruta de la Seda u OBOR) y el Plan Nacional de infraestructura del RU. A su vez, el mismo día que este mega proyecto se concreta y el primer tren chino arriba a Londres, la primera ministra Theresa May, declaró que mantenían con el gigante asiático el status de relaciones “doradas”xxxi; mientras buscan seguir atrayendo billones de inversiones chinas, se preparan para dejar la Unión Europea.

Parece clara la decisión, que la asociación estratégica con la China Multipolar (BRICS) esté en primer plano en esta nueva etapa del RU. Lo cual traza un hilo de continuidad, pero también de ruptura con el anterior gobierno liderado con Cameron. Este último apostó a dar un golpe de timón para reformar y conducir la UE hacia las necesidades estratégicas de su nuevo aliado que se venía dando desde 2013, en cuanto a la regulación de mercado laboral, competitividad y financiamiento de la deuda de los PIIGSxxxii. No son reclamos ideológicos, son expresiones institucionales para pedir más lugar y espacio, y manifestar la oposición a la estrategia de conducción Germano-Francesa que tiende a una centralización económica, política y estratégica cada vez mayor a partir de su núcleo de poder y concepción.

Causalmente, la deuda de los países PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España), en el estallido de la “crisis de deuda” en 2010, estaba un 71% en poder de los bancos de origen Alemán y Francés, y solo un 18% de los Británicosxxxiii. Esto habla del fuerte condicionamiento y a la vez exposición financiera del núcleo continental europeo en la periferia y su necesidad de centralizar cada vez más la soberanía a nivel continental (UE) y reducirla a nivel nación (Grecia), y el porqué de la corrida financiera originada desde Londres sobre España para hacer estallar la UE, a partir de potenciar lo local en cada nación para luego poder centralizarlo desde las Cities Financieras.

En caso de que la crisis de los PIIGS se profundizara, el eje germano-francés quedaría excluido y completamente subordinado en el enfrentamiento por la configuración del orden mundialxxxiv debido a la implosión misma de la UE que los países en defaults provocarían. En cambio, manteniendo los PIIGS a flote vía financiamiento de deuda a través del Banco Central Europeo (BCE), además de garantizar la estrategia de dominación, salvaguardando sus bancos y la UE, se sostiene una de las patasxxxv del enorme y estratégico superávit comercial Alemánxxxvi, que consolida su posición de poder en la UE.

Lo anterior es clave para entender el enfrentamiento actual entre la Corona Británica, que juega ahora con proyecto propio, contra el Continentalismo europeo. El 12,8% de las importaciones de bienes y servicios del RU, provienen de Alemania (70,6 billones de euros), siendo actualmente el país que más vende a los británicos, seguido por EEUU 9,4%, China 7% y Francia 6,7%xxxvii. En total, hablando del RU, el 52,9% de sus importaciones provienen de la UE (un total de 290,6 billones de Euros). Por otro lado, el 17% de sus exportaciones se dirigen a EEUU, la UE acapara el 44,4% de las mismas con un 8,4% dirigido a Alemania, siendo el miembro de la UE que más le compra. Crucemos estos datos con el siguiente cuadro que presenta el balance neto entre exportaciones e importaciones de bienes al interior de la UE en billones de Euros:
 

 


Fuente: Eurostat (2015)


Como vemos en el comercio intra-UE, el RU es el más deficitario, con Alemania siendo uno de los más superavitarios. Así, los germanos sostienen hasta estos días un esquema muy parecido al que tenía China a principios del siglo XXI: bajo consumo interno, bajas importaciones, elevadas exportaciones, con la diferencia del alto valor agregado en Alemania, que no se compara con el de China del año 2000 y si con la China del 2012 en adelante. Esto explicaría, coyunturalmente y en parte, por qué la cautela estratégica de Alemania en la asociación con la China Multipolar en términos de un TLC y la apertura total.

El bloque de poder continentalistaxxxviii de la UE necesita los mercados cautivos de toda la UE para fortalecer su posición y, consolidarse como esquema continental en la UE, para poder asociarse con un esquema Universal y no ser subordinada en un esquema Global. Un TLC con China significaría la apertura total del mercado europeo y el chino, a arancel cero para importaciones y exportaciones entre las partes. Actualmente, sería contraproducente para la estrategia de centralización adoptada por el bloque que tiene en Angela Merkel a su principal vocera. En cambio, es para la Corona, una salida viable para pensar en reconstruir su poder industrial, hoy en día eclipsado, subordinar al poder financiero global en la City de Londres y recuperar soberanía para proyectarse estratégicamente.

 Por otro lado, a diferencia de la postura adoptada por Cameron, el ala del partido conservador británico que hoy en día encabeza Theresa May, quien asume respaldada por la Corona el 13 de Julio de 2016, optó por la ruptura y la excepcionalidad. ¿Qué es lo que realmente está en juego entre la permanencia y la salida de la UE, a la hora de pensar el acercamiento con la China Multipolar?

Para entender el presente, hay que comprender el pasado. No podemos analizar el impacto del Brexit sobre este proceso de integración, si no tenemos en cuenta las relaciones de China con la UE en su conjunto para luego ponerlas en relación con las del RU. Estos escenarios, muestran un peso específico que es necesario poner de manifiesto antes de comenzar a explorar en detalle qué está en juego en ellos.

Si bien ya llevan más de cuarenta años de relaciones diplomáticas, es importante remarcar que desde 2003, cuando se firmó de manera conjunta la “Agenda Estratégica de Cooperación China-UE 2020”, se comenzó a entablar una amplia hoja de ruta de integración bilateral que serviría de referencia a futuro, citado en varios documentos. Esta agenda incluye paz, seguridad, comercio e inversión (con mención a que ambas partes comenzarían a avanzar hacia un tratado de libre comercio), el antecedente de la promoción del Renminbi (RMB, Yuan) y el Euro como monedas de intercambio entre las partes, agricultura, industria, transporte e infraestructura, ciencia, tecnología e innovación, energía, entre otras.

    No pretendemos ser exhaustivos en el tratamiento de cada acuerdo diplomático que se firmó después de ello, pero sí mencionar un momento en el cual se detallan algunos pormenores que nos expondrán los desafíos e intereses en juego en ese proceso de integración. El 25 de febrero de 2016, la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE con sede en Bruselas, Bélgica, organiza el “Evento sobre la Asociación con China” (China Assosiation Event) en Londres, donde el discurso de Cecilia Malmström, la comisionada de comercio de la UE, afirma una serie de  cuestiones que prueban ser ordenadoras del panorama general de esta asociación: “China es la tercera economía mundialxxxix, después de EEUU y la UE, además, es el segundo socio comercial más grande de la UE, y el segundo del RU sin contar la UE. También es un gran inversor. La UE tiene stocks de 117 billones de libras esterlinas en la economía china, y esta última, es una creciente fuente de inversión extranjera para la UE. Las inversiones chinas en la UE en 2014, eran ya cuatro veces más que en 2008. Y solamente mirando las exportaciones, tres millones de puestos de trabajo en Europa dependen de las ventas a China”xl.

Pero el llamado de atención de la Comisión Europea viene por otro lado. Malmström hace hincapié en un cambio de paradigma en el modelo chino de desarrollo que, durante treinta y cinco años, se había mantenido en base a “abundante mano de obra barata, inversión en infraestructura liderada por el Estado, crecimiento basado en exportaciones y un sistema financiero diseñado para apoyar a las empresas estatales” llegando a su límite, y hace pocos años comienza una transición hacia uno donde el consumo interno y el valor/trabajo agregado tienen un lugar cada vez más importante. Si bien se remarcan tensiones en términos de ciberseguridad, derecho internacional y derechos humanos (que afectan el clima de negocios), la comisionada de comercio acepta que para ambas partes la relación es de suma importancia, remarcando un asunto que, en sus palabras, “es el problema actual más importante en las relaciones comerciales entre China y la UE”: el acero.

“La actual y masiva sobrecapacidad es simplemente insostenible”, los reclamos llegaron al ministro de comercio chino, abriéndose instancias de defensa comercial e investigaciones. Malmström “tranquiliza” a los industriales de la UE, aclarando que están ocupándose de esta cuestión que, sin decirlo, hace referencia al “dumping”: práctica comercial por la cual se vende un producto por debajo de su precio de mercado, o quizá también debajo de su costo de producción, con el fin de “eliminar la competencia”, ganando cuota de mercado desplazando a otros competidores.  Los Gráficos muestran los cálculos de Producto Bruto por país a PBI Nominal y PBI Paridad Poder Adquisitivo (PPP) en Billones (Bn).
 




Gráfico: China PBI Paridad - PPP

 



Las crisis de sobreproducción o capacidad excedente del capitalismo, concuerda con el diagnóstico general que se plantea, de una China que pasó de crecer al 10% anual (con un PBI nominal/paridad de 2Bn/4Bn en 2004), a una que crece al 6,5% (sobre un PBI nominal/paridadxli de 10Bn/17Bn en 2014).

De todas maneras, sería poco serio afirmar que el dumping es unívocamente una política de Estado sin un estudio especializado en eso. Si tomamos esto por cierto, ¿No es acaso China una amenaza para el actual esquema alemán, en caso de abrirse a un TLC? Aun así, la relación no debe verse en blanco y negro. La asociación entre las partes creció mucho, sobre todo al calor de la última crisis financiera global (2007/8), pero este punto aparenta ser el límite mientras el modelo alemán de conducción de la UE se respalde sobre esta estrategia: la subordinación de la periferia de la unión europea por medio de la escala industrial, científico-tecnológica y la centralización. Como aclaramos anteriormente, el mercado europeo es una de las claves del gran superávit comercial alemán. Si China tiene acceso irrestricto, le disputaría no solo esa cuota a Alemania y sus aliados en la UE sino el territorio. Claro que la China multipolar tiene otro modo de integrar a la UE, puede asociar la UE al BRICS como bloque regional, al igual que se asoció Rusia como Unión Aduanera Euroasiática. Por lo tanto, esto muestra que hay más dimensiones en juego en esta puja.

    Otro tema relacionado que involucra la relación de la UE con China, es el “Estatus de Economía de Mercado”. En 2001, China ingresa a la Organización Mundial del Comercio (OMC) bajo un “protocolo de acceso” especial y con ciertos condicionamientos, debido a su reciente transición de una economía central planificada a una economía “abierta a la inversión extranjera directa y el comercio”xlii. Estas condiciones expiraron el 11 de diciembre de 2016. A partir de esta fecha, China buscó que se reconociera automáticamente su estatus de economía de mercado, lo cual le fue denegado.  El 29 de marzo de 2017, la administración Trump se preparaba para analizar el pedido de China de ser favorecida con el estatus en cuestión, bajo las reglas de la OMC. Esto sucede después de que tanto la UE, como los EEUU, Japón y otros miembros de la OMC, se resistieran a aceptar el tratamiento automático de China como economía de mercado. El 21 de junio del 2017, el Representante de Comercio de los EEUU, Robert Lighthizer, quien trabajó como representante comercial adjunto en la administración Reagan e hizo su fortuna defendiendo empresas del acero estadounidenses en casos de dumping, salió a posicionarse en contra de la posibilidad de incorporar a China como economía de mercado, argumentando que las consecuencias serían “cataclísmicas”xliii.

¿Por qué la disputa? Competencia comercial y poder. Tener a China como una “no economía de mercado” les permite a los rivales de la China exportadora disputar con aranceles extras, definir el quién y cómo hacer negocios en sus mercados, proyectando poder sobre y desde los mismos. Estas dos cuestiones son los temas centrales para el ejecutivo europeo en la relación con la China Multipolar, pero Malmström marca que, para que se pueda avanzar definitivamente en un acuerdo de libre comercio e inversiones entre las partes, “El Estado (chino) necesita ser un regulador y no un actor económico; tiene que dejar que las empresas ineficientes se vayan a la quiebra y hacer ajustes para reducir la sobrecapacidad”.

Sin duda, esto no es un tema menor, ya que implica, nada más y nada menos, que la China-BRICS deje de ser un actor de poder, subordinando la (geo)estrategia y la (geo)política de China a los grandes actores globales de la economía de mercado transnacional (ETN´s) allí asentados. Sin el Estado, guiado por la estrategia Multipolar, difícil sería hablar de soberanía político económica, mucho menos de Estrategia de poder propia, en un capitalismo donde las burguesías nacionales que llegaron a ser grupos económicos (si es que aún existen) son subordinadas por las fracciones transnacionales más dinámicas, corporaciones multinacionales y redes globalesxliv. China decide avanzar armando conglomerados de empresas, que integran grandes y potentes con pequeñas y frágiles, asociadas al Estado Multipolar de China.

      “Entre 2004 y 2014 los intercambios comerciales entre China y el Reino Unido pasaron de 20.000 a 80.000 millones de dólares (creciendo cercano al 40% anual promedio), mientras que las inversiones chinas en territorio del RU crecieron a una tasa anual de 85% desde 2010”xlv, y en el contexto de la crisis financiera, de 2009 a 2014, se duplicó. Observamos, una clara aceleración de la apertura del mercado chino a los productos del RU, y además también a todos los productos de la UE. Una jugada estratégica para mantener en pie a la UE al calor de la doble “crisis” que jaquea su unidad, la que viene de la iniciativa que lleva a la “caída” del Lheman Brothers en 2008 y la que viene de la iniciativa de Londres que apunto a la “caída” de la economía de España. La UE es uno de los actores/mercados más importantes del mundo con el que China busca acercar lazos, pero que también significa una más acelerada presencia de productos chinos en el RU. Esta apuesta de ninguna manera sería posible, si el Estado no es quien comanda la lógica de articulación entre capital-trabajo, producción-comercio exterior. El ejecutivo de la UE bien lo sabe, no es una cuestión de ideologías. Es una decisión económica estratégica, de disputa de poder.

Detengámonos en este punto a observar con mayor detenimiento la enunciación sobre el rol que debería tener el Estado Chino. ¿En qué punto del plano fáctico, es diferente lo que hace el Estado Chino de lo que hace, por ejemplo, Estados Unidos a través del Pentágono o la OTAN? Bien sabemos, que el Departamento de Defensa cuenta con el presupuesto más elevado en relación a la suma de gastos de los demás países del mundo, y que en pocas manos quedan los grandes contratos. A principios de 2017, Lockheed Martin ganó un contrato de 423 millones de dólaresxlvi para la producción del F-35 Lightning II, proyecto que fue larga y duramente cuestionado por sus desorbitantes costos económicos. A su vez, esta empresa es uno de los pilares del complejo industrial-militar estadounidense desde hace décadas. Financiar a través de contratos, ¿no es acaso una manera en que el Estado es parte o se “asocia” con las corporaciones multinacionales propias? En este caso, es una empresa que mantiene a Estados Unidos al tope de la industria aérea en el terreno militar regular. Este apoyo no hace más que apuntalar la escala para mantenerla en el centro de la escena. Entonces, ¿por qué la acusación europea a China? ¿Sólo porque las empresas que apoya, además, son jurídicamente estatales? No, es claro que es sólo un argumento adaptado a artilugios legales, que no hace más que enmascarar una disputa de poder.

    El tanque de pensamiento europeísta Bruegelxlvii, trabajando con fuentes de Eurostat, ordena cuantitativamente algunos datos macroeconómicos que nos servirán para tener un panorama general de la situación. En 2015, las exportaciones chinas dirigidas a la UE se componían por los siguientes destinos principales: 20% a Alemania, 19% a los Países Bajos, 16% al Reino Unido, 8% Italia y Francia, 6% España, 4% Polonia, 4% Bélgica. A su vez, las importaciones chinas provenientes de la UE tienen el siguiente desagregado: 42% proviene de Alemania, 15% Reino Unido, 11% Francia, 6% Países Bajos e Italia, 4% Bélgica, 3% Suecia y España. Teniendo presente estas cifras, podríamos afirmar que tanto Alemania, en primer lugar, como el Reino Unido, son los dos “países” claves para China en la UE. Lo cual nos muestra que la China-BRICS-multipolar tiene toda una política hacia las dos economías más grandes y poderosas de la UE, la de Alemania y la del RU (quedando relegada Francia, a tercera gran economía en la UE). Pero es importante resaltar que Alemania lo es de la UE continental y el RU lo es la UE insular. Hay un núcleo central de países de la UE donde se consolidarían los intereses en el mercado chino y a su vez, el interés chino en la colocación de productos. Alemania está a la cabeza de ambas listas.

Ahora, ¿a qué hacía referencia el RU con la caracterización de “relaciones doradas” entre China y el RU? A las inversiones. En el periodo 2010-2015, la Inversión Extranjera Directa (IED) de China en el RU duplica aproximadamente la destinada a Alemania: 15.164 vs 7.905 millones de euros. El RU es una pieza importante en la estrategia china para con la articulación euroasiática y esto se explica por otros hechos, como la firma de acuerdos de cooperación estratégica, la incorporación británica al Banco Asiático de Inversiones e Infraestructura (BAII), el lugar del Yuan en la City de Londres, que mencionaremos más adelante, entre otras.

Esto nos muestra que también la Corona Británica del RU tiene (al menos visible desde 2013) una estrategia propia. Deja de optar por jugar en el proyecto de otro, subordinada como lo venía haciendo bajo el globalismo financiero en Londres y lo confronta. Tiene también la Corona una estrategia específica, diferenciada y contrapuesta a la de la UE, a la hora de profundizar la relación con la China-BRICS-Multipolar. ¿Qué cambió? Que ahora tiene las condiciones de posibilidad para desarrollar su juego, desde la consolidación del BRICS como actor enfrentado al Globalismo. Este es el respaldo para jugar las cartas de su estrategia propia, una movida digna de un jugador que conserva su voluntad de poder, que hace siglos está en la partida del poder mundial, con paciencia histórica suficiente como para leer el tablero y salir a la cancha en el momento adecuado.

    Siguiendo un trabajo del FMI, Bruegel establece que existe una correlación positiva entre las tasas de crecimiento de las exportaciones chinas al RU y las de este último a la UE. Correlación positiva significa que un número elevado de lo que ingresa al RU proveniente del China, pasa a la UE continental. De lo que se puede concluir, que varios de los productos que China vende al RU terminan finalmente en la zona continental de UE, en una movida de triangulación de productos. No hay que dejar de remarcar que el primer ministro del RU, Cameron, fue el más agresivo a la hora de tomar la bandera del tratado de libre comercio entre China y la Unión Europea, desde la cual se mostraba resistencia, principalmente a través de la presidencia de la Comisión Europea (Jean-Claude Juncker); ahora en el proceso de salida (Brexit), esa voz de peso en la mesa de la UE deja de tener un lugar.

¿Cuál será entonces el lugar de la inversión China en el RU una vez fuera de la UE? Theresa May y la Corona Británica, como ya vimos, apuestan a esa continuidad apoyándose en el antecedente de 2014 (unos meses después de la visita de Cameron a China) donde las partes firman una serie de acuerdos que exceden los 14 billones de libras esterlinas en intercambio. Los acuerdos específicosxlviii no serán tema de análisis, pero es interesante ver, para poner un ejemplo, la asociación entre British Petroleum (BP) y la estatal China CNOOCxlix por 12 billones de libras esterlinas para el suministro de 1,5 millones de toneladas de gas natural licuado por los próximo 20 años, empezando en 2019.

    Si bien el RU y China vienen dialogando con la idea de un TLC desde 2013, la situación actual para el corto y mediano plazo tiene algunas complejidades que es necesario resaltar. Después de la activación del artículo 50 del “Tratado de la Unión Europea” el 29 de marzo de 2017, comienza un período de dos años antes que el RU pueda salir legalmente de la UE. Hasta que concluyan las negociaciones sobre cómo se hará la salida efectiva, puede pasar mucho tiempo y muchas cosas, inclusive un cambio de gobierno. Para fortalecer definitivamente el proceso de salida y asegurar un “mandato Brexit”, el 19 de abril Theresa May (tories) llamó a elecciones anticipadas para el 8 de junio del 2017, donde se impuso a su principal opositor, Jeremy Corbyn (laborismo) por mucho menos margen del que se preveía. Aun así, confirmado el mandato Brexit, habría ciertos avatares que atravesar una vez sorteada la conducción efectiva del gobierno. Primero, hasta que el RU no esté fuera de la UE, no podrá concretar (aunque sí negociar en las sombras) formalmente un TLC con China, ya que la soberanía de la política comercial de la UE radica en la Bruselas controlada por el núcleo de poder germano-francés.

Segundo, hay que tener en cuenta cuál va a ser la relación entre el RU y la UE una vez concretada la salida. Sobre esto, hay tres opciones que cabe destacar. Primero, el caso noruego, lo cual implica mantener el acceso al mercado europeo en caso de optar por seguir perteneciendo al Espacio Económico Europeo una vez retirado el RU de la UE; sería considerado un “Brexit Suave”, conservando la soberanía para establecer su propia política comercial, fuera del alcance de Bruselas y del núcleo germano-francés. Todos los beneficios, ninguno de los costos, un escenario muy poco probable.

Una segunda opción podría ser de pocos o ningún acuerdo con la UE, como cualquier otro país del mundo, sería un “Brexit duro”.

Como tercer caso, está la opción de un nuevo TLC entre las partes. Esto sería el “Brexit Suizo”, a la vez una oportunidad como un escollo, dependiendo de cuáles fueran los actores que logren imponer sus intereses en el plano geopolítico.

El caso suizol muestra las oportunidades que podría presentar el aparente objetivo de la Corona Británica de máxima: tener un TLC o acuerdos bilaterales de acceso preferencial con la UE y un TLC China, siendo soberana en el proceso, quedando en el centro de ambas partes como núcleo neurálgico del comercio euroasiático. “En el contexto de la “Asociación Europea de Libre Comercio” (AELC), Suiza firmó varios TLC con la UE […] a su vez, firmó TLC con 38 socios fuera de la UE, incluyendo a China. Para prevenir el ingreso al mercado europeo de importaciones que no son de la UE, los países del AELC como Suiza deben aplicar ‘reglas de origen’ que muestren en qué medida un cierto bien es producido y procesado dentro del Espacio Económica Europeo (EEE), para así gozar de aranceles preferenciales o de lo contrario ser gravada de manera normal. El mismo tipo de tratamiento ha sido incluido en el CETA (Comprehensive Economic and Trade Agreement) conocido en español como Acuerdo Integral sobre Economía y Comercio o Acuerdo Económico y Comercial Global (AECG), entre la UE y Canadá, que debe aún entrar en vigencia”.

Pero a su vez, que el RU pueda quedar asociado “a la manera Suiza” con la UE es el escenario más probable, debido a la apertura a disputas que éste da. Esta estrategia le da margen de negociación, tanto al RU como a la UE, de no romper con absolutamente toda su base económica, hoy en día muy vinculada entre ambas partes. Sobre este último punto, hay que marcar una posibilidad muy cierta que podría alertar a aquellos industriales con casa matriz en la UE. En el caso de que se dé un TLC entre China y el RU, las inversiones industriales chinas en el RU podrían ganar en competitividad al tener a disposición bienes intermedios de procedencia china por debajo de los aranceles garantizados por el status MFN (Most Favored Nation)li, es decir, sin aranceles. Los productos finales, ensamblados y con agregado de valor en el RU, podrían ingresar en la UE, ganando lugar en ese mercado. Uno de los puntos en contra que tiene esta operatoria, es el transporte, ya que requiere de rutas marítimas específicas para no perder en costo-beneficiolii.

El impacto, aún incierto, del tren directo de Ciudad Yiwu a Londres, será tema de análisis de primer orden para pensar cualquier tipo de escenarios que aquí hemos mencionado. Los primeros datos hablan de una reducción de 50% del costo frente al transporte aéreo y el mismo porcentaje de reducción de tiempo sobre los transportes marítimos. El servicio puerta a puerta hasta Londres pasa por Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Alemania, Bélgica, Francia, cruzando el canal hasta el RU, tomando 18 días en concretar esta travesía intercontinental. El mismo, es llevado a cabo por la empresa China “Yiwu Timex Industrial Investment Co”, que ya tiene experiencia (vía su Joint Venture con la Deustch Bahn AG) operando trenes de carga dos veces a la semana entre China y Madrid, pasando por la ciudad germana de Duidsburg, por más de un añoliii. Cabe mencionar que, en las operaciones hacia Madrid, también participa la empresa estatal rusa de trenes Russian Railways (RZD).

Esta iniciativa incluye a toda la UE, pasando por su núcleo central desde Alemania hasta España con otra vía hacia el RU. Es, de hecho, una apuesta a mayores niveles de integración por parte de la China Multipolar, más allá de las particularidades y estrategias que desplieguen el RU y la UE. Mientras las contradicciones secundarias afloran y se disputan, el conflicto principal contra el globalismo financiero por parte de la China Multipolar, como de estos actores europeos, obliga al avance constante a como dé lugar.

La posibilidad de que el Reino Unido no quede asociado “a la manera Suiza” (la única opción realista de asociación que no la incluya en el mercado común europeo, si no, no habría brexit efectivo), y se dé un tipo de Brexit más “duro” es cierta. Esta última opción, como mencionamos, puede ir por el lado de un acercamiento más directo para un TLC con China-Brics-Multipolar. Ahora bien, este escenario abre complejidades que es importante poner de relieve: por un lado, oportunidades y tensiones para las partes, y por otro, las consecuencias en la UE.

Las exportaciones de la UE hacia China son el 9,5% del total de la UE, siendo el segundo socio comercial después de EUA Desagregando el caso del RU, hacia el 2014, su cuota de exportación al mercado chino era del 3.7%, 18.700 millones de euros; la de importaciones del mismo el 7%, 38.300 millones de euros. Aunque el superávit de servicios del RU con China era de 2.200 millones, el intercambio de bienes con la potencia asiática suma lo suficiente como para generar un déficit comercial del RU del orden de los 19.600 millones. China es el séptimo mercado de exportaciones del RU y la tercera fuente más grande de importaciones. Por lo tanto, es claro que lo más importante no es la relación comercial actual sino el componente estratégico de la articulación entre la Corona Británica y la China multipolar. Estos datos cuantitativos sirven para tener un marco a la hora de pensar los intereses de los actores concretos, en las negociaciones en curso para definir qué tipo de Brexit se lleva a cabo.

Profundicemos estas dimensiones. De las exportaciones del RU a China, el 45% está conformado por bienes de consumo, el 25% por bienes intermedios, el 16% por bienes de capital, y el 14% otrosliv. A su vez, de la estructura de exportaciones de la UE (excluyendo al RU) el 46% corresponde a bienes de capitallv, 25% de bienes de consumo y 17% de bienes intermedios y 12% otros. Esto da una pauta, de los negocios que podrían estar en juego a la hora de la ejecución del Brexit y de la diferencia entre el Continentalismo europeo y la Corona Británica en su composición científico-tecnológica en exportaciones, reflejado en que bienes de capital implica una producción mucho más conocimiento-intensivo y de mayor valor agregado que la de bienes de consumo.

Desagregando, en la siguiente figura podemos ver las exportaciones del RU a China, en comparación con sus principales competidores de la UE continental. Recordemos que “MFN tariffs” (tarifas de nación más favorecida), que aparece en el cuadro, es el arancel mínimo que una nación ofrece antes de pasar a un TLC (tratado de libre comercio).
 



El cuadro está construido para evaluar los escenarios a que conduce un posible TLC entre RU-China por fuera de la UE, que consoliden las fortalezas de la Corona Británica, en su estrategia de recuperación de soberanía sobre el RU, frente a la disputa comercial-industrial con el núcleo germano-francés de poder en la UE y que le permita imponerse estratégicamente frente la oligarquía financiera globalista en la City de Londres.

El cuadro nos permite observar rápidamente los grandes negocios que se verán comprometidos, según el tipo de Brexit que se lleve a cabo. Los aranceles de nación más favorecida son la clave para identificar los conflictos que se abren para la Corona Británica en un hipotético “Brexit duro”. A la hora de quedar por fuera del esquema UE, se genera la condición de oportunidad para profundizar lo que el RU venía considerando como estratégico desde el acercamiento de Cameron en 2013 y que Theresa May reafirma: profundizar los lazos de esta etapa dorada con la China Multipolar.

En el caso de que se avance en un TLC, y que podría pasar tanto para el caso de Brexit “a la Suiza” como en el “duro”, el caso de las automotrices (lo cual aparece en el cuadro anterior como “motor cars & vehicles”) es el más destacado de todos para visualizar la diferencia competitiva que se genera en el seno de los dos socios comerciales más importantes de China en la UE. Recordemos el peso específico de estos actores: el 20% de las exportaciones europeas a China, son alemanas y el 16% provienen del Reino Unido. Si miramos las tarifas MFN chinas en el cuadro, veremos que el sector automotriz llega al 25%, el más alto de todos los sectores analizados. A su vez, Alemania acapara el 51,67% de las exportaciones de ese sector hacia el gigante asiático, mientras que el RU tiene un 29,21%, siendo el segundo en importancia, seguido de lejos por el 5,23% de Eslovaquia.

El Reino Unido podría obtener una gran ventaja competitiva ante sus pares europeos firmando un TLC por fuera de la UE (y su mercado común) con China en el sector automotriz. Bruegel afirma sobre esta opción, no sería del todo favorable a priori, ya que “la mayoría de la industria automotriz del RU es extranjera, y la continuidad de su presencia en el RU puede ser muy dependiente de la posibilidad de mantener o no el acceso al mercado común europeo, estos inversores extranjeros pueden relocalizar sus inversiones en otros países de la UE, minimizando el impacto de un TLC entre RU-China. Por otro lado, si el RU continúa teniendo acceso al mercado común, un TLC entre RU-China podría dañar a otros países de la UE, como Alemania o Eslovaquia”.

    La fortaleza de este diagnóstico está fundamentada en un dato que no aparece en el artículo citado, pero sí en un informe de la firma global KPMGlvi, donde se detalla la relación de la industria automotriz británica con la UE. Esta industria compone el 4% del PBI británico y actualmente genera 700.000 puestos de trabajo en el RU. A su vez, la UE es “el más grande socio comercial del RU por lejos. La mitad de las exportaciones automotrices del RU son para consumidores de la UE, y más del 40% de las autopartes compradas por las automotrices británicas provienen de la UE”. Lo cual explica por qué, en caso de quedar por fuera del acceso al mercado común, habría un importante caudal de negocios en el RU que se resentirían.

    Por lo tanto, para la Corona Británica, debido a la íntima vinculación con la UE por ejemplo en este sector clave, estratégicamente es más conveniente y da más margen de maniobra poder concretar un Brexit estilo Suiza, que uno duro que la deje por fuera de toda posible negociación. Un Brexit estilo Suiza da chances de poder dejar por dentro del mercado común europeo, mediante acuerdos bilaterales, a las industrias y negocios que juegan en su proyecto y golpear sobre su oponente prioritario la oligarquía globalista en la City de Londres, negándose a negociar el pasaporte financiero (EEE) a la banca global, mientras tiene abiertas las chances de acordar tratados en favor de las fracciones financieras de menor escala relativa. Al mismo tiempo, tiene la oportunidad de articular por fuera con otros actores, como la China Multipolar para profundizar sus inversiones e intercambio bilateral, o articular con Trump en EEUU, quien manifestó abiertamente su voluntad de avanzar en un amplio acuerdo comercial con el RUlvii después de que se concrete el Brexit.

Siguiendo el caso de las automotrices en el RU vinculadas fuertemente a la UE, es interesante marcar la excepcionalidad del caso de Jaguar Land Rover, cuya casa matriz se sitúa en Whitley, Reino Unido, y emplea a 30.000 personas en todo el país. La mayoría de su mercado de ventas se explica por China, seguido de la UE, el RU y EUAlviii. Sus ventas aumentan año a año y es un factor a tener en cuenta a la hora de leer su posicionamiento un tanto peculiar el día después de los resultados del Brexit: “Para Jaguar Land Rover, hoy es un día de negocios como cualquier otro. Somos una empresa británica con una fuerte base manufacturera en este país; el RU es nuestro hogar y nos mantenemos comprometidos con todas nuestras plantas de producción y decisiones de inversión”lix.

Otros sectores son afectados, como la producción de motores de combustión interna (en el cuadro anterior aparece como “internal combustion engines”), donde Alemania y el RU se disputan casi en partes iguales las exportaciones europeas al mercado chino, pero el análisis queda bajo el paraguas de las mismas variables: qué intereses y qué fracciones de capital se impondrán dentro del Reino Unido, la City de Londres y la UE, la fuerza y consensos necesarios para conducir políticamente este proceso, definiendo así los trazos gruesos de la geoestrategia que tiene a Europa, su mercado y su orientación futura como los puntos neurálgicos del conflicto.

En síntesis, el mejor escenario para la Corona es un Brexit modelo Suizo, donde puede disponer de los TLC que quiera hacer con la UE, por sector, por rama, por empresa, por tratado, etcétera, dejando por fuera o por dentro a aquéllos aliados o actores funcionales a su estrategia de proyección de poder. También da lugar al Continentalismo europeo a tener un margen de negociación y no exponer ni debilitar a gran parte de su base económica vinculada al RU, garantizando una herramienta para seguir disputándole a futuro la supremacía europea.

 Además, a la Corona le sirve el modelo Suizo para poder dejar por fuera a la gran banca global del acceso al pasaporte financiero, hecho básico y esencial para disputarle a la oligarquía financiera globalista en la City de Londres de modo contundente el poder en la City de Londres y en el RU. Tener un TLC con China-BRICS, es la opción que más fortalece a los británicos a la hora de colocar sus productos, en medio de su disputa con el globalismo en Londres y con el núcleo continental europeo que controla la UE. Además, teniendo así la oportunidad de articular mucho más directamente con la China-BRICS, se abre una ventaja competitiva muy considerable por sobre el núcleo germano-francés que le disputa directamente el mercado chino en términos de inversiones y comercio. Esto nos muestra cuán importante es para la Corona la articulación en el esquema universal multipolar BRICS no solo porque le da escala para enfrentar al Globalismo unipolar financiero, sino porque esa escala le abre la posibilidad de avanzar en la disputa con la UE en inversiones y comercio. Claro está que también la UE juega y por lo tanto, se articula a su modo y con sus tiempos, en el esquema universal multipolar BRICS, tomando nota de la disputa táctica en inversiones y comercio. Coincidiendo ambos actores continentales, también en el respaldo y articulación que han mantenido o retomado con el universalismo multipolar humanista ecuménico e interreligiosolx.

El globalismo en Londres juega abiertamente a que no haya Brexit, con sus operaciones mediáticas y mediaciones político-militares operando con el desgaste y los atentados terroristas (Londres, Manchester, etc.) respectivamente. Ningún tipo de Brexit que ponga en jaque el pasaporte financiero les conviene, cualquier barrera al libre flujo financiero de capital va en contra de su proyecto estratégico e intereses. La relocalización de la banca global de Londres en otras cities financieras de la UE será un indicador preciso del éxito del golpe de la Corona Británica sobre proyecto financiero global en territorio del RU. Claro que este éxito y la magnitud del mismo también dependen de que el Continentalismo Europeo logre subordinar a la oligarquía global con nuevo asiento en la city de París, imponiendo a la city de Frankfurtlxi como dominante entre las plazas financieras en la UE, y que esta última permanezca alineada a la hegemonía política del BCE y la Comisión Europea de la UE.

Como podemos claramente observar, a las estrategias del universalismo multipolar del BRICS y del Humanismo ecuménico e interreligioso, les interesa fortalecer todo proceso que debilite los esquemas de poder que tienden a la guerra financiera o a la guerra militar regular e irregular (Isis-EI-Daesh) como modo de imponer sus intereses. Esto a su vez, tiende a fortalecer todos aquellos actores y esquemas que tienen a la paz y a la política como modo de resolución de conflictos y la defensa del Estado, los gobiernos elegidos por los pueblos, la producción, el trabajo, la ciencia y la tecnología con inclusión social, económica, política y cultural de las mayorías.

Brexit, Corona Británica y el Yuan multipolar

Otro aspecto importante del problema que estamos tratando es el lugar del Yuan en la City de Londres. Recordemos que hay tres actores: Globalismo financiero en la City de Londres, la Corona Británica y la China Multipolar, para dar cuenta de los diferentes intereses y proyectos que le dan peso específico de agentes heterogéneos. Para así hablar con mayor especificidad de una relación que no es binaria, entre Estados nación como unidad de escala o países centrales vs periféricos, como lo interpretaría la geopolítica del siglo XIX y XX respectivamente.

Una de las grandes batallas en la disputa por la reconfiguración del orden mundial es la moneda mundial. La moneda como instrumento que media, organiza y conduce/coordina las relaciones económicas internacionales de cambio, de atesoramiento y de reserva. La estrategia de internacionalización del Yuan, también llamado Renminbi (RMB, “moneda del pueblo”), por parte del gobierno de China/BRICS se abordó desde varios frentes: vía acuerdos de permutas (‘swap’) de divisas; instalando bancos de liquidación directa (‘RMB offshore clearing banks’); otorgando cuotas de inversión para participar en el Programa de Inversores Institucionales Calificados en Renminbi (‘Renminbi Qualified Foreign Institutional Investor Program’); además del ingreso a la canasta de monedas del FMI el 1ro de Octubre de 2016, que le otorgó a los Chinos una victoria en el largo camino (se avizora) por la disputa de la moneda mundial.

Según la Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT, por sus siglas en inglés) hacia Marzo del 2016, el peso del Yuan en Londres desplazó a Singapur del segundo lugar detrás de Hong Konglxii en la totalidad de transacciones off-shore de liquidación directa (clearing centres) en RMB, como se puede ver en el siguiente cuadro.


 




En este contexto, se construye el dominio del RMB (Yuan) en los pagos entre Londres y Hong Kong, que ahora explica el 40% de todos los pagos en ese corredor, seguido por el dólar de Hong Kong. Londres es el mercado de intercambio de monedas (FX-trading centre / Forex) más grande del mundo, pero en lo que respecta a predominio de la moneda China, el 6.3% de pagos realizados en RMB en Londres, no hace sombra al 72.5% que se producen en Hong Kong. Aun así, es muy superior a la visualizada en otras cities europeas: París representa el 1,6%, y Frankfurt apenas el 0.5%; hoy mencionadas como potenciales herederas de la relocalización de gran parte de la banca mayorista de Londres post-brexit.

Además, no hay que perder de vista que en tanto servicios de compensación (clearing), piedra angular de las transacciones interbancarias, no existe la capacidad e infraestructura necesaria en la zona euro, ni un gran proveedor de servicios de compensación centralizada como el LCH Clearnet –casa de compensación londinense, parte de la milla cuadrada de la City.

Eddie Norton, director regional europeo de pagos y manejo de efectivo para el HSBC (Hong Kong and Shanghái Banking Corporation), dijo para el Financial Times, que el crecimiento en los pagos de RMB en Londres refleja un giro más amplio de las prioridades de la región: “El auge del RU, al convertirse en el más grande centro de actividad de RMB fuera de Hong Kong, refleja la importancia que las compañías europeas están depositando en su relación comercial con China. La apertura de un banco de liquidación directa (Clearing Centre, se refiere a la filial británica del China Construction Bank inaugurada en 2014) hace dos años, ayudó al RU a construir liquidez en RMB, y empresas de avanzada están capitalizando la mejorada infraestructura de pagos de Londres para conectarse con socios del mundo. Mientras otras cities regionales como Frankfurt y París se esfuerzan por incrementar sus negocios en RMB, el panorama europeo para el flujo de comercio e inversiones con China lucen cada vez mejor”.lxiii

Esta información nos habla del lugar clave de Londres en la estrategia china por internacionalizar el Yuan. Pero para hacerlo, la construcción de poder en el plano geopolítico, debe entenderse a partir de la capacidad de integrar diversos jugadores a un esquema de fuerzas que pueda dinamizar sus economías y por ende sus intereses estratégicos, no sólo los económicos. Tanto en forma subordinada, la de par-aliado o de alianza táctica-momentánea, la relación con la city es de orden táctico, se circunscribe a cierta masa de negocios que pueda desarrollar el Continentalismo Europeo y Británico, y el globalismo, mientras instala la moneda Yuan/BRICS.

La estrategia universal-multipolar de articulación euroasiática avanza confrontando con la estrategia globalista, pero en medio de esa relación de disputa de poder hay espacios de beneficios económicos para múltiples actores. Muchos de los países que conforman la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda (OBOR) serán incluidos en los bloques regionales de poder de los cuales forman parte (Unión Aduanera Euroasiática; UE; etc.), sobre todo aquellos países menores de Asia “en camino” a la India, Rusia y la UE.

     De esta manera, y como mencionamos previamente, se debe ver la última gran jugada de articulación euroasiática por parte de China: el proyecto “one belt, one road”, una franja un camino (de ahora en más OBOR), llamada también como “Nueva Ruta de la Seda”. Este proyecto significa una gran masa de recursos económicos para la producción e intercambio comercial en el que muchos actores podrían incluirse, y donde la voluntad política acompañada de espacio de participación en negocios económicos, puede terminar de consolidar la tendencia, pero de otra manera, que viene acelerándose desde la crisis de 2008: el desplazamiento del centro gravitatorio de la producción y el PBI mundial hacia el mundo emergente, con centro en el Asia-Pacíficolxiv.  

Esto significa no sólo tener la capacidad económica para abrir e incluir a otros, sino además la capacidad de sumar voluntades y aunarlas para seguir confrontando abiertamente a escala mundial con el negocio de la “timba/burbuja” financiera global, el modelo globalista de producción-consumo ordenado desde la red de cities financieras con lógica de eficiencia microeconómica-matemática, anti humanista.

Nunca hay que perder de vista que el Estado Chino como tal, emerge y se consolida a partir de su condición multipolar-universal que en junio de 2009 institucionaliza como Primera Cumbre de los BRIC en Rusia. La administración pública, Estado practico, no es indicador de que exista un Estado del poder, con sus grados de soberanía y escala de actor que hoy tiene. De la misma manera, el Estado privado del Capital Financiero Transnacional, adquiere su condición de global no por el poder de circulación de los flujos financieros globales, sino por ser capaz de construir e imponer su territorialidad, que no es la del Estado Nación, sino la de Estado Global en red de cities financieras, borrando las fronteras de las decisiones productivas, comerciales y de consumo.

 De ahí, la importancia del Estado Chino-BRICS como jugador estratégico. Recordemos las advertencias de Cecilia Malmström. No se confronta con una o dos empresas que utilizan tácticas de dumping, por algunas quejas de las empresas del núcleo industrial europeo, si no de manera mucho más amplia en el plano del poder: en el de la soberanía. Sentarse a negociar un TLC con “China” es sentarse a discutir con un proyecto mucho más amplio que un gobierno conducido por el Partido Comunista Chino. La escala es tal, que es impensable creer que todas las fracciones del complejo industrial-científico-tecnológico europeo podrían salir ganando. De ahí la constante cautela/reticencia por parte del núcleo germano-francés en la UE de avanzar o no, y al mismo tiempo, tener un actor como la Corona Británica, que desde el gobierno de Cameron puso el pie en el acelerador como los abanderados de la profundización de esta jugada de asociación euroasiática.

Estamos trabajando sobre el Yuan en Londres, pero aun así hablamos sobre articulación Euroasiática. No estamos fuera de tema. El rol del RMB en la city de Londres a futuro, es clave en medio de la coyuntura Brexit. No es un tema menor el acceso al mercado europeo del sector financiero, y cuál será el futuro de las instituciones financieras de la “milla cuadrada” disputadas al calor de los escenarios del Brexit, duro, a la Suiza o suave, que se barajan en los análisis actualeslxv.

El grueso del financiamiento y transacciones del proyecto OBOR es una de las más importantes aristas a la hora de pensar qué tipo de Eurasia se avizora en el futuro, donde hasta ahora, el rol de la Corona Británica del RU parece ser muy importante. Es decir, se hace necesario pensar quiénes y de qué manera jugarán esta partida de asociación estratégica para poder visualizar el tablero de poder de primer orden mundial. De ninguna manera hablamos de este hecho como algo inexorable, es muy complicado hacer encajar linealmente este complejo de relaciones entre Estados Universales y Naciones, y sus representantes en términos ideológicos o institucionales, pero hay que mirar la realidad y poder observar que la voluntad de mayor integración existe y ya está en marcha hace años, más allá de las contradicciones, marchas y contramarchas.

En mayo de 2017, Alicia García-Herrerolxvi, explora las vías por las cuales el proyecto OBOR puede llevarse a cabo. Además de China, otros 68 países se sumaron rápidamente a la ambiciosa iniciativa: Afganistán, Albania, Arabia Saudita, Armenia, Azerbaiyán, Bahréin, Bangladesh, Bielorrusia, Bután, Bosnia & Herzegovina, Brunei, Bulgaria, Camboya, Corea del Sur, Croacia, República Checa, Egipto, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos, Filipinas, Georgia, Hungría, India, Indonesia, Irán, Irak, Israel, Jordán, Kazajistán, Kuwait, Kirguistán, Laos, Letonia, Líbano, Lituania, Macedonia, Malasia, Maldivas, Moldavia, Mongolia, Montenegro, Myanmar, Nepal, Nueva Zelanda, Omán, Pakistán, Palestina, Polonia, Qatar, Rumania, Rusia, Serbia, Singapur, Siria, Sudáfrica, Sri Lanka, Tayikistán, Tailandia, Timor-leste, Turquía, Turkmenistán, Ucrania, Uzbekistán, Vietnam y Yemen.

Siguiendo el mismo estudio, el financiamiento total estimado por el Banco Asiático de Desarrollo (ADB)lxvii es de 26.000 billones de dólares, que incluye energía, transporte, telecomunicaciones, agua y sanidad, para los próximos 15 años. En concreto, la propuesta de China-BRICS comienza en 1.000 billones anuales hasta llegar a los 5.000 billones en 5 años. Se podría pensar que con la gran cantidad de reservas con las que cuenta el Banco Central de China, alcanzaría para dar un firme puntapié inicial, pero hay que tener en cuenta que la situación actual no es la misma de 2014 para los Chinos. Desde ese año a la actualidad, se han perdido reservas por casi 1.000 billones de dólares pasando de 4.000 a 3.000 en total, debido a corridas financieras con iniciativa en las cities globales. “Fugas de capitales” es el nombre que usualmente se usa para dar cuenta de estos sucesos.

Sería ingenuo pensar que el camino de China para financiar este proyecto vendrá sólo de las reservas de su Banco Central o de sus grandes reservas de oro. Hay distintas herramientas por las cuales se puede llegar al número del “trillón al año” (en palabras del Presidente chino Xi Jinping) sin comprometer la integridad de una de las últimas líneas de defensa ante las “corridas financieras o golpes financieros” de la gran banca global.  Dentro de esas herramientas, se pueden contar con:

El Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII). Fundado el 24 de octubre de 2014, es la institución multilateral impulsada por el Estado chino para el financiamiento de proyectos de infraestructura, siendo una gran apuesta para disputarle la escena al dúo FMI - Banco Mundial. Debe ser por esta confrontación, que hacia marzo de 2015 las relaciones entre la administración Obama de los EEUU y el RU se tensionaron públicamente ante la apuesta británica de ser el primer socio occidental del BAIIlxviii. Actualmente, el BAII contaría con un capital de 100 billones. El Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, New Development Bank) también con la misma figura y el Fondo de Ruta de la Seda sumaría 40 billoneslxix, totalizando aproximadamente 240 billones. Algo menos de ¼ de la propuesta de 1000 billones al año (equivalente al “trillón al año”). De los cuales claramente, no podrían disponerse de todos esos fondos a la vez por el desfinanciamiento que provocaría, pero que sumarán al total.

Financiamiento en RMB. Los bancos chinos podrían otorgar préstamos en RMB para los socios de OBOR y utilizar el Yuan para pagar a las empresas de transporte o energía (grueso de las inversiones necesarias) chinas involucradas en las inversiones. También se podría usar el financiamiento en RMB como medio (colchón) para solventar la balanza comercial con China y disponer de otros recursos para la co-financiación. Una oportunidad para dar un paso más hacia la internacionalización de hecho de la moneda a través del intercambio comercial.                 

China cuenta actualmente (mayo de 2017), con un stock de deuda externa que se halla en un 12%lxx de su PBI. Para financiar los 5.000 billones en 5 años, el stock de deuda aumentaría hasta el 50% del PBI aproximadamente, si el costo de ese pool de deuda es co-financiado por los socios de OBOR.

Pero también, el endeudamiento ha sido una receta cada vez más global y así lo es también para China. El Banco Popular de China aplica hoy en día ya la misma política de comprar sus propios bonos para emitir dinero sin respaldo, aunque su economía real ha retomado la senda de crecer por arriba del 6,7%, cuenta con un fuerte respaldo de su asociación estratégica BRICS, además de ser el mayor comprador de commodities (petróleo, gas, soja, etc.) y sus grandes reservas/respaldos en oro que le permiten ya estar avanzando con el petro-yuan-oro como nueva propuesta de moneda y sistema monetario internacional alternativa al petro-dólar. Esto se da contando también, que entre noviembre de 2014 y octubre del año 2015, el banco central chino rebajó seis veces los tipos de interés. Según datos del Banco de Pagos Internacionales de septiembre de 2016 -los últimos disponibles-, la deuda total del gigante asiático suponía un 255% de su Producto Interior Bruto (PIB). Si bien tanto la pública -la que está en manos del Gobierno- y la de los hogares están en niveles aun bajos en comparación con otras grandes economías (46,1% y 43,2% del PIB, respectivamente), la deuda corporativa se situó en un preocupante 166,2% del PIB. China se ha vuelto también, otro adicto a la deudalxxi.

Socios Europeos. Actualmente, el 55% de los préstamos (953 billones de dólares) a los países incluidos en OBOR que mencionamos más arriba, proviene de bancos en la UE. El 45% restante (786 billones) del resto del mundolxxii. La UE en su conjunto tiene mucho para ganar desde el lado de la integración comercial y productiva, pero también financiera. Sería de esperar que las relaciones entre los bancos con asiento en la UE (actualmente hablamos de la UE-28, es decir, con el RU incluido) y las naciones de OBOR se profundice. Sobre este último punto, cabe destacar uno de los últimos grandes movimientos en la gran banca europea. El 2 de mayo del 2017, Bloomberg reportó que el conglomerado chino HNA Group se había quedado con la mayoría accionaria del Deutsche Banklxxiii, uno de los bancos más importantes de Alemania (radicado en Frankfurt) y de la UE. Había pasado del 3% reportado en febrero, a un 4,8% en marzo, actualmente controla casi el 10% del capital accionario del banco, sobrepasando el 5,9% de BlackRock, la corporación gestora de inversiones con sede central en Manhattan.

Las señales de asociación son aún más claras. El 1 de junio del 2017, el Deutsche Bank anunció que se asociará con el Banco de Desarrollo de China en proyectos conjuntos. El acuerdo entre los bancos incluye un compromiso para financiar proyectos por 3 mil millones de dólares por una duración de 5 años. Si bien cuantitativamente no es algo que genere oleajes, la virtud del acuerdo está en lo cualitativo. En la herramienta de asociación puesta en marcha que tiene posibilidades de profundizarse, porque, además, se anunció que el Deutsche prevé obtener la licencia China para emitir préstamos denominados en RMB. Algo que disputa con la capacidad que ya tiene Londres, pero que va en línea con la voluntad de profundización de asociación euroasiática vía internacionalización del yuan.

Para la Corona Británica, el respaldo de la China Multipolar en Londres es clave para abrir su disputa por la City contra la gran banca global que la controla. A la China-multipolar le conviene la profundización en este plano para internacionalizar de hecho la presencia del Yuan en el intercambio comercial y el financiamiento de inversiones. La Corona, si bien conserva la libra esterlina como su moneda propia, ya no disputa en ese plano para imponerla como referencia mundial (algo que supo tener hasta 1944), por lo que apoyarse en el Yuan (RMB) para disputarle al petro-dólar desde la city más importante para el intercambio de monedas, es una posición desde la cual crear oportunidades para retomar la iniciativa.

Siguiendo la lectura desde la mirada de la Corona Británica, esta asociación no es más que un medio en pos de profundizar los lazos que le dan respaldo para volver a los primeros planos del poder mundial. A su vez, esta relación no se da exenta de conflictos y matices, ya que para la China Multipolar, la UE es necesaria y estratégica a la hora de pensar en la UE como nueva piedra angular del Multipolarismo uni/pluriversal lo cual se verbaliza como la necesidad de una Eurasia unida y fuerte. El matiz es que, con el poder de la Europa Continental, la Corona Británica siempre tuvo contradicciones. En el periodo 1806-1914, estas disputas interimperialistas eran de primer orden, hoy son de carácter secundario debido a que el enfrentamiento del proyecto financiero global con el Continentalismo en Washington es la contradicción principal que ordena todas las demás. Esto se debe a que se trata de un conflicto entre la mayor capacidad de guerra financiera y la mayor capacidad de guerra militar nuclear de destrucción masiva. En medio del Brexit, el desafío será ver si la profundización de estas diatribas secundarias no dinamita el frente común y necesario junto al Universalismo Multipolar, contra el Globalismo Unipolar.

Perspectivas y Horizontes Futuros

Retomando, es importante volver a dejar en claro que tanto la estrategia de la Corona Británica como de la Oligarquía Europea (UE) se fortalecen con el apoyo y el desarrollo de las iniciativas estratégicas de la China-Brics-Multipolar.

¿Alguien podría pensar que, con este nivel de asociación, la UE se alejaría demasiado del RU porque la Corona firme un TLC con China? Así planteado es una antinomia, una falsa contradicción. Ésta es la lectura que el continentalismo europeo busca imponer sobre el Brexit, para conducir ideológicamente a la población y tensionar el acercamiento de la Corona con la China Multipolar. De modo que, a la Corona no le quede más que la opción del Brexit blando, teniendo que jugar sus cartas del modo más próximo a los intereses de Bruselas (Continentalismo europeo conducido por Alemania).

Más allá de las contradicciones, vemos que la asociación con la China-multipolar viene creciendo aceleradamente desde la crisis financiera global de 2008, y para el caso del RU, con estrategia propia y diferenciada ya desde 2013. ¿Quién podría ocupar el lugar que hoy ocupa China como socia de la UE y del RU, que las sostiene y motoriza absorbiendo su producción y proveyendo ingentes inversiones? ¿Acaso EEUU y su ala Unipolar Continentalista? Trump debilitó su posición cuando hirió de muerte el TLCAN/NAFTA, confrontando con México para que las inversiones de las transnacionales en el clúster automotriz mexicano se relocalicen en EUA, lo cual obliga a que México re-direccione su mirada hacia Hispanoamérica y el Asia-Pacífico. ¿Acaso será EEUU y su ala Unipolar Globalista? Trump ya “dio de baja” la globalista TTIP (Asociación Transatlántica y Transpacífica para el Comercio y la Inversión), propuesta de Obama de TLC entre EEUU y la UE.

Si bien Trump apoyó el Brexitlxxiv, y como mencionamos, abogó por un tratado comercial con el RU post-salida efectiva de la UE, dada la profunda crisis al interior de EEUU está por verse aun si podrá o no efectivizar la alianza Trump-May hecha pública en la cumbre del G-20 en Hamburgo, en Julio de 2017. Claro que Trump podría avanzar en los acuerdos con la China multipolar también, como hizo Theresa May. Incluso estos ya se mencionaron en la reunión Trump-Xi Jinping del 6 de abril de 2017 en la seguridad de “rancho” personal, y que fueron interrumpidos por el bombardeo de la OTAN a una base siria en “desuso” y por un motivo que nunca se comprobó verdadero.

Por otro lado, el peso específico de las relaciones entre el RU y la UE detalladas en este trabajo, hablan de que no sólo los actores financieros en Londres, París y Frankfurt estarán disputando la coyuntura Brexit. ¿Qué pasara con todos los intereses industriales y comerciales que se desarrollaban a arancel cero en el seno de la UE? Tanto desde el lado del RU como desde la UE, son parte neurálgica de las negociaciones en curso y del tipo de Brexit que pueda terminar imponiéndose.

Si hay una posibilidad para que un proyecto de la Corona del RU, con estrategia propia, y una Europa continental tengan vida, radica en la construcción de un bloque Euroasiático con la China de los BRICS. Actualmente no hay otro proyecto estratégico y actor que los incluya a escala universal/global, concediéndole espacios económicos para que puedan seguir desarrollándose ambos y además, fortaleciéndose como bloques regionales de poder lo cual apuntala y fortalece la concepción multipolar.

Leer, ver o considerar esta cuestión de forma lineal y/o binaria, es decir, que China “se quedará” con el RU o con la UE, es leer en línea con los intereses de la UE y en ese sentido va la posición del europeísta Bruegel. Más allá que esto será un tema fundamental de las negociaciones UE-RU, el nuevo tipo de relación que se dé con China-BRICS, incluirá necesariamente a ambos actores, la negociación será sobre cómo y con qué tipo de acuerdos estratégicos.

Por otro lado, dentro del RU ¿tienen oportunidad de ponerse de pie otras fracciones de capital ahora que la soberanía industrial y comercial queda más cerca de la Oligarquía Continentalista Británica que de la Oligarquía Globalista en Londres? Rupert Murdoch, el magnate mediático, accionista mayoritario de News Corporation (que controla Fox News, The Sun, entre otros medios de comunicación que claramente jugaron en favor del Brexit), es un conocido exponente del poder mediático del Continentalismo en Washington, que también se benefició con el Brexit por el golpe al globalismo que ha significado. Además, sacó rédito al pagar un 15% menos debido a la caída de la libra esterlina, en su oferta para comprar y quedarse con el 61% de Sky (la prestadora de servicios de televisión satelital) que aún no posee (ya tiene el 39%)lxxv .

También, esta devaluación generó un beneficio en la balanza comerciallxxvi para los exportadores industriales en el RU. El déficit de cuenta corriente pasó de ser 5,3% del PBI en el tercer trimestre del 2016 a 2,4% en el cuarto, principalmente debido a un incremento de las exportaciones de bienes por un valor de 7,6 billones de libras esterlinas en ese período. Lo cual marca una tendencia, o al menos da una señal, del proyecto que la Corona busca desplegar para retomar el “control” de su PBI: imponer el poder de su complejo industrial, científico-tecnológico.

Según el tipo de Brexit que se termine imponiendo, estas preguntas podrán tener diferentes respuestas, pero no dejarán de ser pertinentes. Las relaciones comerciales del RU con la UE son estructuralmente condicionantes de toda política económica y estrategia de desarrollo para la Corona. No se puede pensar en la ruptura sin analizar esta complejidad. La Corona Británica enfrentará un feroz lobby que buscará condicionar su estrategia; buscarán ponerla de rodillas con hechos de fuerza, vía terrorismo, migración forzada y corridas financieras sobre países frágiles, etc., todo expuesto de modo deformado mediáticamente globalizado. Su principal oponente es la oligarquía global en Londres, Paris y otras cities, que buscará condicionar un Brexit a su medida. La oligarquía continentalista en la UE también tendrá una posición de confrontación, pero su estrategia hoy es consolidar la UE frente a los embates (golpes de estado por todos los medios y de todo tipo) de la oligarquía globalista, que es su oponente prioritario.

Por otro lado, la UE ya se proclamó en contra de un TLC con China (diferenciándose de Cameron en su momento) si no se hace bajo las condiciones que como UE busca “acordar” con el gigante asiático. Mientras tanto, se profundizan los lazos de inversión productiva y comercial. El eje de la puja no es quién logra o no un TLC con China, sino cuánto tiempo toma hacer que esa asociación estratégica llegue al punto de no retorno. Ésa es la apuesta de la China-BRICS, primero al hacerse indispensable en varios frentes en tanto motor neurálgico de Europa (Alemania/Francia/Italia/Reino Unido), segundo al lanzar iniciativas, con marchas y contramarchas, que acerquen Asia y Europa, dos de los continentes que ya supieron ser centro del mundo.

Para los Chinos, tener una estrategia sin tiempo y con iniciativa económica estratégica lanzada en mayo-septiembre de 2017, otorga una ventaja para avanzar sin pausa por sobre quienes “viven” una crisis interna que no pueden resolver de manera definitiva (Globalismo vs Continentalismo norteamericano en EUA). Sabemos que la Corona Británica apuesta a la territorialidad de la producción y el comercio. Sería ingenuo pensar que se han olvidado su historia imperial, siendo que alguna vez fue primera potencia mundial y controló efectivamente 1/3 del planeta entre 1815 y 1944. Al haber estado en declive desde el final de la Segunda Guerra Mundial cuando EUA impone en la posguerra mundial de 1944 el dólar-oro subordinando a la libra esterlina-oro de Británica, éste puede ser finalmente el momento de buscar el modo de resurgir, aliándose a la única estrategia que puede darles lugar para desarrollarse: el Multipolarismo Uni/Pluriversal en su modo BRICS y en su modo Humanista Ecuménico. Aunque no sea como potencia imperial mundial.

En este contexto, se deja ver que el momento de profundizar el avance para la Corona Británica es ahora; a partir del relanzamiento oficial de la iniciativa multipolar OBOR en mayo y la iniciativa petro-yuan-oro en septiembre de 2017, lo cual trasluce de manera clara que los vientos que moldearán el tablero euroasiático y mundial del siglo XXI vuelven a soplar desde el Este.

 2/11/17
 

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