Perú: la noche de los indultos

03/01/2018
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Foto: CELAG
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Pedro Pablo Kuczynski (PPK) continúa siendo el presidente de Perú. El 22 de diciembre, luego de un prolongado debate en el Congreso ante el cual fue llamado a declarar acerca de su presunta negociación con Odebrecht cuando era ministro de Estado del expresidente Alejandro Toledo (quien actualmente se encuentra prófugo, con dos órdenes internacionales de captura, acusado de lavado de activos, tráfico de influencias y de recibir sobornos por parte de Odebrecht )  el presidente  -en un acto digno de ser catalogado como el escape del siglo- logró eludir  lo que parecía una vacancia inminente.

 

Increíblemente, PPK logró los votos necesarios para impedir su destitución por incapacidad moral, la cual contaba con el aval de 93 de los 130 congresistas. ¿Cómo logró los votos necesarios para evitar su cesantía? El principal promotor de su destitución fue Fuerza Popular (FP), encabezada por Keiko Fujimori, quien, anteriormente, ya había hecho gala de su rol de mayoría parlamentaria para mellar la gobernabilidad del mandatario y desarticular su gabinete ministerial. Sin embargo, fue la fisura dentro del propio bloque la que garantizó la permanencia del presidente.

 

La hora de la verdad: la votación

 

Con un total de 119 congresistas presentes, la votación se cristalizó con los siguientes resultados:

 

  • 79 votos a favor de la destitución, compuestos por: 61 de FP (la mayoría de la bancada), 10 del Frente Amplio (FA) (todo el bloque), 3 de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), 2 de Alianza para el Progreso (APP), 2 de Acción Popular (AP) y 1 de los dos congresistas independientes.

 

  • 19 votos en contra de la destitución, compuesto por los 18 congresistas del oficialismo (Peruanos por el Kambio) y el independiente restante.

 

  • 21 abstenciones compuestas por: 10 congresistas de Fuerza Popular, entre ellos nada menos que Kenji Fujimori –hermano de Keiko e hijo de Alberto- y sus congresistas más cercanos, 6 de APP, 3 de AP y 2 del APRA. Los 10 congresistas de Movimiento Nuevo Perú, liderado por Verónika Mendoza, participaron del debate pero no se contabilizan como abstenciones pues se retiraron en bloque del recinto a la hora de votar.

 

Reconstrucción de los hechos

 

En el patíbulo de los acusados, PPK jugó su última carta. Denunció que “La Constitución y la democracia están bajo ataque. Estamos ante un golpe bajo el disfraz de interpretaciones legales supuestamente legítimas. Pero, las intenciones de nuestros opositores quedan desenmascaradas por su comportamiento apresurado y abusivo”[1]. Kuczynski aseveró que se trató de un golpe a las instituciones democráticas por parte del fujimorismo e implícitamente dio a entender que ninguno de sus vicepresidentes lo sucedería.

 

Por medio de este artilugio impuso presión a los congresistas, quienes deberían escoger entre el mal menor: un presidente agobiado por la sombra de la corrupción o el posible adelantamiento de las elecciones, donde si bien el fujimorismo es la identidad política positiva mayoritaria, hasta el momento no logra ganar la pulseada electoral en segunda vuelta gracias al rechazo que genera -el cual consagra al antifujimorismo como la identidad política negativa mayoritaria, aunque dispersa en distintas expresiones partidarias-.

 

La apelación a la conciencia democrática de los congresistas fue significativa, pero hubo otro factor clave: el evidente acuerdo con el sub-bloque de Kenji -a quien ofreció como prenda de cambio la libertad del exdictador, Alberto Fujimori, sentenciado por crímenes de lesa humanidad-. El indulto fue otorgado el 24 de diciembre, ante la manifestación de calle más grande que se haya registrado en contra del actual gobierno[2]. El pacto de impunidad fue sellado bajo el eufemismo de “humanitario”.

 

A la hora de declarar, PPK contaba con la imagen más baja desde su asunción. Quienes se manifestaron en contra del golpe fujimorista y a favor de las instituciones no necesariamente eran adeptos a su gobierno, sino antifujimoristas. Sin embargo, al hacerse pública la noticia del indulto desbordaron las manifestaciones en todo el país en contra de la medida: “PPK traidor”, podía leerse en más de una pancarta.

 

De esta forma, la derecha peruana selló un pacto de intercambio de favores e impunidad entre dos fuerzas que, al menos en campaña, se presentaban como opuestas. PPK salvó el pellejo a cambio de dilapidar su ya escaso capital político: el poco apoyo que le quedaba -luego de la erosión del Congreso, la huelga de maestros, los desastres naturales y los escándalos de corrupción- por parte de quienes lo acompañaron con su voto en las presidenciales de 2016 como la opción “no fujimorista”.

 

Por su parte, el bloque mayoritario en el Parlamento mostró las fisuras internas, que se habían mantenido contenidas. Con Alberto en libertad aún queda por saber quién será bendecido con el favor del patriarca. La división entre los liderazgos de Kenji -el más fiel al padre- y Keiko podrían derivar en un nuevo liderazgo, o al menos una división significativa al interior del bloque de FP.

 

 

Fuente: cuenta oficial de Twitter de Kenji Fujimori[3]

 

La división dentro de FP era un tema sobre el tapete. Kenji fue sancionado en dos ocasiones[4][5] por votar contra la corriente de su propia bancada[6], dejando en evidencia la disputa de liderazgo con su hermana, quien cuenta con gran parte de los congresistas del viejo régimen. Se cree que la diferencia de posturas tuvo que ver con el indulto a Alberto, dado que mientras Kenji era proclive a negociar con el oficialismo, Keiko quiso ir por todo -es decir derrocar a PPK y llamar nuevamente a elecciones-.

 

Kuczynski continuará en el cargo, lo que no implica que sus problemas hayan terminado. Por el contrario, con su imagen por los suelos deberá afrontar un problema más complejo: garantizar su gobernabilidad sin actores sociales que le brinden apoyo. Solo, frente a una oposición tenaz por parte de casi la totalidad de la población que se manifiesta enfurecida tanto contra la corrupción como contra el indulto. En el mejor de los casos, deberá afrontar el resto de su gestión sumamente debilitado y deslegitimado, si es que logra concluir su mandato.

 

Notas

 

[1] https://ojo-publico.com/568/kuczynski-la-democracia-esta-bajo-ataque-estamos-ante-un-golpe

 

[2] https://www.pagina12.com.ar/85203-hermanados-por-la-ambicion

 

[3] https://twitter.com/KenjiFujimoriH/status/935706186606931968

 

[4] https://elcomercio.pe/politica/kenji-fujimori-suspendido-60-dias-proceso-disciplinario-443345

 

[5] https://elcomercio.pe/politica/kenji-fujimori-suspendido-120-dias-fuerza-popular-noticia-477524

 

[6] http://larepublica.pe/politica/1029229-keiko-y-kenji-fujimori-arrecian-sus-diferencias

 

Bárbara Ester es investigadora de CELAG

 

@barbaraestereo

 

 

 

 

https://www.alainet.org/pt/node/190115?language=en
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