Lo actuado por la Fiscalía General de la República y el Sistema Judicial en el “Caso Saca” es, como dijimos la semana pasada, una pantomima y una burla.

Dijimos que esto es así por las siguientes razones: porque la condena contra el último ex presidente arenero es menor a la que corresponde por los graves delitos cometidos; porque es resultado de una negociación truculenta con la Fiscalía; y porque quedan impunes el partido ARENA, los periodistas y medios sobornados, los exfuncionarios que recibieron sobresueldos y demás “destinatarios” de la corrupción de Saca.

Pero hay otras dos razones que no deben dejarse de lado. Una es que el proceso judicial contra Saca fue una venganza política ARENA: los oligarcas, dueños y financistas del partido de derecha, responsabilizaron a Saca por la derrota electoral del 2009 y lo acusaron de “entregarle el gobierno al FMLN”.

Esto significa que, en realidad, Saca no fue procesado por ser corrupto, sino por haberle fallado a las élites que controlan a ARENA. El ex gobernante, prácticamente, firmó su sentencia cuando, tras ser expulsado del partido oligárquico, apoyó el surgimiento de GANA, partido que ha respaldado algunas medidas de los gobiernos del FMLN.

Por eso también fueron procesados junto a Saca únicamente ex funcionarios que -como él- salieron de ARENA; y los que siguieron fieles al partido oligárquico no fueron enjuiciados. Por ejemplo: el ex secretario jurídico Luis Mario Rodríguez, ahora dirigente de FUSADES; y la ex vicepresidenta Ana Vilma de Escobar, protegida del Grupo Poma.

Y la otra razón es que la condena contra el ex presidente Saca es el acto central de la estrategia reeleccionista del Fiscal Douglas Meléndez, quien busca que ARENA y demás partidos de derecha lo ratifiquen el cargo por tres años más.

El Fiscal presenta como logro la condena contra Saca y, al mismo, tiempo protege a ARENA no investigando a los “destinatarios”, entre los cuales está el propio partido oligárquico. Por eso tampoco procesa a otros “destinatarios” del PCN, PDC y GANA, porque de esos grupos parlamentarios también depende su reelección.

En resumen, la condena contra Saca y compañía es un acto de venganza política de ARENA y una acción reeleccionista de Douglas Meléndez. La farsa judicial contra el ex gobernante es, como también dijimos en otra ocasión, un juego de “ganar-ganar” de ARENA y el Fiscal.

Asociación de Radios y Programas Participativos de El Salvador (ARPAS)