La captura de Alstom

19/08/2019
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En el año 2007, la empresa francesa Alstom ganó una licitación en Indonesia en la que competía también la conocida empresa estadounidense General Electric. En Estados Unidos, como en todas partes, existe una ley contra el uso de sobornos para obtener contratos gubernamentales. Uno puede preguntarse si esa ley se aplica a las empresas del complejo militar industrial norteamericano, cuando la Secretaría de Defensa de ese país abre concursos y licitaciones.

 

El asunto es que un tribunal norteamericano sentenció que la empresa francesa Alstom había ganado la licitación mediante sobornos. Esto sin haber llevado a cabo ninguna investigación instructora en Indonesia, donde supuestamente se había cometido el delito y sin que ningún tribunal indonesio delegase la investigación o el juicio en un tribunal norteamericano. Tampoco se había abierto alguna investigación en Yakarta.

 

Tal como pretenden las autoridades estadounidenses, sus tribunales federales y los decretos de su gobierno tienen jurisdicción universal. El asunto es que el caso de los supuestos sobornos que habían impedido que la General Electric ganase la licitación en Indonesia, fue juzgado por un tribunal federal en Connecticut. Hace un par de semanas, el juez de esa causa condenó a Alstom a pagar una multa de 772,3 millones de US$ por un soborno nunca demostrado. Fue la multa más grande que el gobierno de Estados Unidos haya impuesto por un caso de soborno. Encima de ese atropello, el FBI arrestó a los más altos funcionarios de las filiales de Alstom en Estados Unidos.

 

En 2013, arrestó a Federic Pierucci, presidente de la División de Energía en Alstom; lo arrestó en el aeropuerto JFK de New York, cuando llegó a Estados Unidos por negocios de la empresa, su perspectiva era de 5 años de prisión, mientras duraba el juicio. Las pruebas de la acusación contra él, aún permanecen secretas, igual que en el caso de Meng Wangzhou, la vicepresidente de Huawei que fue arrestada en Canadá mientras estaba en tránsito en un aeropuerto. Las visitas a los aeropuertos de Estados Unidos o de sus países satélites, es peligrosa para los ejecutivos de empresas que compitan exitosamente contra las grandes empresas estadounidenses.

 

Poco después de esos incidentes, la General Electric propuso a la directiva de Alstom comprar esta empresa. Hubo una asamblea de accionistas que rechazó la oferta de General Electric. En 2014, el gobierno del Presidente Hollande y del Primer Ministro Manuel Valls, nada quiso hacer, para detener la venta de Alstrom a la General Electric. Su Ministro de Economía entonces, Michel Sapin se enteró de la intención de venta por los diarios en abril de 2014, cuando fue aprobada la venta por la Asamblea General de Alstom en noviembre de ese año, era ministro de economía Emmanuel Macron, el actual Presidente de Francia.

 

Alstom no es una empresa cualquiera. Alstom construyó y tiene el contrato de mantenimiento de casi todas las plantas de energía nuclear de Francia, incluyendo el reactor nuclear del portaviones Charles de Gaulle. En Francia, la mayoría de energía eléctrica consumida es de origen nuclear. De este modo, con un golpe de mano jurídico de muy dudosa legalidad y presiones gangteriles y con la colaboración del gobierno Hollande, una empresa norteamericana muy cercana al gobierno de Washington controla ahora la red francesa de energía eléctrica y se ha apropiado de todas las patentes de una de las principales empresas europeas en el campo de la energía nuclear.

 

En Bruselas, Paris y Berlin los lacayos y cómplices de Washington, aplauden la ulterior disminución de la soberanía francesa.

 

Almería, agosto de 2019

 

https://www.alainet.org/pt/node/201667
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