EEUU, Colombia y su Guerra No Convencional contra Venezuela

La Doctrina de la Guerra No Convencional pretende la tercerización del conflicto mediante la utilización de otros Estados, compañías privadas de mercenarios o grupos paramilitares.

26/04/2021
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Ya lo señalaba el camarada profesor Carlos Lanz Rodriguez, abocado a las diversas investigaciones teóricas y a la denuncia mediática sobre la naturaleza de la Guerra No Convencional aplicada contra Venezuela por EEUU -y por eso lo convirtieron en objetivo militar del Pentágono y sus aliados políticos y militares en Suramérica-: el esquema planteado es “tercerizar” la agresión o plantearse una guerra peleada por “terceros” (mercenarios, países aliados a Estados Unidos, narcotraficantes, bandas criminales, otros). La razón es de índole pragmática y mediática. Evitar que se genere empatía hacia Venezuela, cuando fuese atacada por un país muchas veces más fuerte en términos militares.

 

En los artículos del camarada Fernando Rivero Osuna aparecidos en el periódico digital Cuatro F titulados: “Combates en Apure: una encrucijada político-militar” y “Desafíos militares en Apure”, se señala que la Guerra No Convencional se prepara y es ejecutada por Colombia, donde el paramilitarismo continúa siendo una importante fuerza político-militar de las élites de la Casa de Nariño, para preparar un escenario de guerra contra Venezuela. El paramilitarismo colombiano, vieja creación de la extrema derecha neogranadina en alianza con el Mossad israelí, sirve no solamente para la guerra contrainsurgente en su propio país, sino que también es la punta de lanza del plan del Pentágono contra Venezuela.

 

Cabe resaltar que el pensamiento militar estadounidense creó en 2010 el “Manual de Guerra No Convencional de las Fuerzas Especiales de EEUU” identificado como TC-1801. Este documento contempla los lineamientos para las Fuerzas Especiales tendientes a crear, desarrollar y consolidar un “movimiento insurgente o de resistencia” capaz de desestabilizar o derrocar regímenes adversos a Washington. El Manual sienta las bases doctrinarias para realizar operaciones encubiertas que permitan disfrazar la participación militar de EEUU contra Estados soberanos.

 

Es en el documento arriba citado, también llamado “Circular de Entrenamiento”, donde se define el concepto actual de las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército de los Estados Unidos para la planificación y realización de las operaciones de Guerra No Convencional (GNC). En el futuro previsible, EE.UU. estará involucrado predominantemente en operaciones de guerra irregular.

 

Deseamos referirnos a este Manual-Circular, donde se detallan siete fases de la GNC, a saber:

 

Fase 1: Preparación. La Resistencia y los promotores externos realizan la preparación sicológica, para unir a la población contra el gobierno en el poder o en favor de la potencia de ocupación, y preparan a la población para aceptar el apoyo de EE.UU.

 

Fase 2: Contacto Inicial. Las agencias del gobierno de EE.UU. coordinan con el gobierno aliado en el exilio, o con los líderes de la Resistencia, para ofrecer el apoyo estadounidense.

 

Fase 3: Infiltración- Los equipos de Fuerzas de Operaciones Especiales se infiltran en el área de operaciones, establecen comunicación con su base y contactan con la organización de resistencia.

 

Fase 4: Organización. Los equipos de Fuerzas de Operaciones Especiales organizan, entrenan y equipan a los jefes de la resistencia. Se hace énfasis en desarrollar una infraestructura.

 

Fase 5: Formación. Los equipos de Fuerzas de Operaciones Especiales apoyan a los jefes para expandirse en una organización de resistencia efectiva. Pueden realizarse combates limitados, pero el énfasis sigue siendo su desarrollo.

 

Fase 6: Empleo. Las Fuerzas de Guerra No Convencional realizan operaciones hasta llegar a unirse con las fuerzas convencionales o hasta que concluyan las hostilidades.

 

Fase 7: Transición. Las Fuerzas de Guerra No Convencional revierten el control nacional, cambiando a Fuerzas Regulares o desmovilizándose.

 

Como lo señala el compañero Rivero Osuna, lo que ocurre en Apure, Venezuela, se inscribe en una campaña de larga duración, concebida como la fase 6 del referido Manual-Circular. En un escenario de guerra limitada, esta fase consiste en una campaña de guerra de guerrillas y subversión, pero las fuerzas la ejecutan de modo ligeramente diferente. Generalmente las operaciones combativas no se enfocan hacia un evento único y culminante el día-D. Las fuerzas desarrollan estas operaciones a lo largo de un período de tiempo prolongado, con el propósito de erosionar lentamente la fortaleza y la moral del enemigo.

 

Detallemos más esta fase 6, con el objetivo de que la ciudadanía venezolana y de América Latina conozcan los detalles:

 

Durante la “Fase de empleo”, la “Fuerza de Resistencia”, conformada en este caso por los grupos paramilitares colombianos, narcotraficantes, ex guerrilleros desertores, bandas criminales -y quizás en la retaguardia algún miembro de las Fuerzas de Operaciones Especiales norteamericana así com tropa regular de Colombia- inicia un amplio rango de operaciones ofensivas para alcanzar los efectos deseados. Estos efectos pueden ir desde hacer que el enemigo comprometa recursos limitados en regiones alejadas del área de invasión, o brindar apoyo en el área donde se realizará una invasión. Pudiera ser que la acción actual en Apure sea un distractor para atacar por otra zona del país.

 

Las principales actividades de esta fase consisten en la prohibición o privación de algunos derechos y Operaciones de Apoyo de Información Militar.

 

Entre las prohibiciones o privación tenemos: destruir las líneas de comunicación; atacar nudos de mando y control, así como líneas eléctricas, torres de telecomunicaciones y a los principales líderes enemigos; atacar los sistemas móviles de defensa antiaérea; seleccionar como blancos la infraestructura del área de retaguardia, tales como almacenes de combustibles y municiones, patios de ferrocarriles, aeródromos, vías fluviales, plantas de generación de energía eléctrica, así como las instalaciones de radio, televisión y de otros medios masivos de comunicación; tomar objetivos claves, como pasos obligados, campos de prisioneros o de concentración e infraestructuras vitales por períodos de tiempo muy breves, etc. Para incrementar sus efectos, las fuerzas de resistencia deben atacar por otros medios objetivos no menos importantes, como la aviación interceptora o cohetes.

 

Las Operaciones de Apoyo de Información Militar -inteligencia militar-, buscan lograr dos objetivos simultáneos en la fase descrita.

 

Primero, explotar el éxito de la “guerrilla” para lograr su máximo efecto sicológico. Esta explotación puede incrementar la moral de las fuerzas de resistencia y auxiliares, que a su vez pueden incrementar su efectividad operacional.

 

Segundo, las Operaciones de Apoyo de Información Militar explotan el éxito de la guerrilla para erosionar la moral del enemigo y reducir su apoyo interno y externo. También pueden incrementar los desacuerdos, deserciones, y rendiciones de fuerzas enemigas, lo que hace disminuir aún más su efectividad operacional. Asimismo, pueden explotar más los actos de represalia del enemigo contra las poblaciones o las guerrillas, con el objetivo de separar a la población del gobierno enemigo o de las fuerzas de ocupación.

 

Otras acciones son: recopilar y reportar información de inteligencia, vital para las fuerzas de la coalición. Apoyar en la evasión y rescate de personal aislado (tripulaciones de aeronaves derribadas). Reconocer y recibir fuerzas invasoras aerotransportadas, de asalto aéreo, o anfibias.

 

Las Operaciones de Apoyo de Información Militar pueden incrementar la información de inteligencia útil, facilitada por segmentos de la población, mediante mensajes persuasivos que incrementen la simpatía y el apoyo hacia el movimiento de resistencia.

 

La información sobre recompensas y otros mensajes pueden persuadir a los grupos a los que va dirigida de que ayuden a la evasión y rescate de personal que quede aislado.

 

Adicionalmente, pueden ayudar a crear redes locales que provean apoyo para las futuras fuerzas de invasión, enfatizando los beneficios de apoyar las acciones de la Guerra No Convencional y destacando los aspectos negativos del gobierno enemigo o de las fuerzas de ocupación.

 

Con relación al día-D clasificado, el día del ataque o los ataques, son secretos. Escogen una fecha o evento definitorio, como el aniversario de un desorden civil, para motivar a la fuerza guerrillera e incrementar el apoyo popular a las operaciones. Una selección cuidadosa del día-D puede tener efectos sicológicos importantes sobre las operaciones de Guerra No Convencional.

 

Los ataques y actos de sabotaje y subversión de la guerrilla reducen la moral y agotan los recursos del enemigo, afectan su capacidad de administración, y mantienen la moral y la voluntad de lucha de la población para resistir.

 

Atacando repetidamente objetivos múltiples y ampliamente dispersos, la organización de resistencia confunde, frustra y desmoraliza a las fuerzas hostiles. Esos ataques fuerzan al enemigo a dividir su reacción y sus capacidades de refuerzo.

 

En conclusión, si las avanzadas en Apure son efectivamente parte de la Fase 6 de los manuales de Guerra No Convencional, entonces lo lógico es prever que continuarán las incursiones desde el teatro de operaciones de Colombia.

 

El espíritu de este artículo es el de promover y dar herramientas para ejercer la corresponsabilidad establecida en el artículo 326 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que establece que: “La seguridad de la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil, para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos, así como en la satisfacción progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos y venezolanas, sobre las bases de un desarrollo sustentable y productivo de plena cobertura para la comunidad nacional. El principio de la corresponsabilidad se ejerce sobre los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar”.     

 

  

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