Rescate financiero y FMI

24/06/2013
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A

 

“Más que hablar de rescates financieros, hablemos mejor de desarrollo
y el Buen Vivir”
Rafael Correa/presidente de Ecuador
 
Uno de los principales problemas que enfrente la economía hondureña es el acelerado endeudamiento ya que la deuda pública total para 2013 se estima en 37.5% del PIB, un indicador alarmante. No es que este problema no existiera en el pasado, la diferencia es la forma como se endeudó el país después del golpe de Estado, las características de dicho endeudamiento y las políticas económicas ejecutadas para agravar el problema, en vez de corregirlo. El gobierno de facto se endeudó para mantener a las instituciones de gobierno operando, en especial a los cuerpos de seguridad del Estado, compensar aquellos actores e instituciones que apoyaron el “madrugón” y asegurar para el grupo oligárquico y sus empleados de confianza un futuro seguro después de las elecciones de noviembre de 2009.
 
Todavía no se sabe ¿A dónde fueron a parar esos recursos y quienes fueron los mayores beneficiados?, llámese alcaldes, ministros, diputados, familiares, amigos, banqueros, militares, periodistas, etc. Es una deuda mala o ilegitima, en tanto el pueblo la está pagando pero sin ninguna rendición de cuentas ni evidencia de sus beneficios para los más necesitados.
 
El gobierno del humanismo cristiano, según el presidente del Congreso de la República, se endeudó para arreglar el descalabro financiero de los responsables de la Cuarta Urna y golpe de Estado, pero también no se sabe, a ciencia cierta, la dedicatoria de este nuevo endeudamiento entre 2010 y 2013. La corrupción administrativa del Estado es una de las evidencias más visibles: se contrata deuda para alquilar lanchas rápidas para perseguir narcotraficantes y droga, pero su costo sale mayor que si se compraran al contado; hay un gran negocio con el llamado Camarazo, que lo único mostrado hasta la fecha es el asesinato de jóvenes estudiantes; se hipotecan los ingresos tributarios del gobierno, permitiéndole al oligopolio cementero pagar sus impuestos futuros con bolsas de cemento. Se aprueba la construcción de una cárcel de máxima seguridad en Comayagua sin autorización del gobierno local y población; se deja actuar a COALIANZA libremente por sobre la institucionalidad vinculante: Constitución de la República, SEFIN, SEPLAN, tribunal de cuentas, hipotecando el ahorro nacional y aumentando el endeudamiento a futuro; etc., etc.
 
La mala política económica ejecutada por el gobierno de la República es también evidente. Por un lado, ató la economía a un dogma monetario, flexibilizando la política cambiaria, aumentando la tasa de política monetaria e impuestos a lo “loco”, sin reducciones visibles en el gasto de gobierno para liberar recursos a la inversión. Más bien el gasto aumentó y ejerció mayor presión sobre la deuda interna para cubrir el desequilibrio fiscal, cosa que no se ha logrado corregir. Mientras tanto, el desempleo sigue en aumento: más de 2 millones de personas enfrentan problemas de empleo, aunque la reducción del desempleo fue uno de los compromisos de campaña del presiente Lobo Sosa.
 
A falta de un convenio con el FMI, se recomienda que Honduras pida o ruegue a este organismo y a la Comunidad Financiera Internacional para que sea beneficiado de un programa de rescate financiero, tal como se ejecutó en países como México y Brasil, y recientemente con Grecia y España. La pregunta que surge es ¿Existe voluntad en el FMI para apoyar esta iniciativa que es resultado del saqueo de los fondos públicos y de la ejecución de malas políticas económicas, que incluso llevaron a que Honduras fuera declarada inelegible y de alto riesgo por prestamistas internacionales?
 
Al parecer, en esto del rescate financiero el FMI es fácil de convencer, ya que con ello garantiza el pago del servicio de la deuda externa y se institucionaliza un pensamiento único en materia de política económica. Honduras que ya hipotecó mares, selvas, minerales, carreteras, puertos, telecomunicaciones, represas, territorios y biodiversidad, etc., solo le quedan las reservas monetarias y la cuota en dicho organismo. Un rescate financiero profundiza el ajuste económico neoliberal, cuyos costos mayores los sufren los pobres, clases medias, jubilados, pensionados, empleados públicos, obreros, estudiantes, mujeres amas de casa, campesinos, etc., no aquellos responsables del saqueo del país. Los que apoyan la idea de un rescate financiero, conscientes o no, esperan que al profundarse el ajuste se restablezca el equilibrio fiscal y retome el curso de un endeudamiento sostenible, la paz y tranquilidad vuelva al país; ello aun cuando el costo de dicha decisión sea demasiado alto para la economía y sociedad hondureña.
 
El rescate financiero ataría a Xiomara Castro y/o Salvador Nasralla, candidatos que lideran las encuestas de opinión, a seguir el camino trazado, caso contrario se abriría el expediente del Juicio Político solicitado por los diputados de los otros partidos políticos, en especial del  Partido Nacional.
Antes de hablar de rescate financiero hablemos de desarrollo; pero le agregamos un nuevo tema de agenda: el monto de la deuda ilegitima y la impunidad.
 
Tegucigalpa, DC, junio de 2013
https://www.alainet.org/pt/node/77068?language=es
Subscrever America Latina en Movimiento - RSS