¿Y la paz para la naturaleza?
05/05/2014
- Opinión
El presidente Maduro tiene el mérito de estar evitando la guerra civil. Su discurso del 1º de mayo defendiendo los derechos de los trabajadores le da fundamento a una paz para toda la gente humilde. Ha entendido, creo, que de acuerdo con el artículo 5 constitucional él no tiene poder sino un mandato para servir obedeciendo a un pueblo que quiere paz con dignidad.
Ahora, ¿cómo parar la guerra contra la naturaleza? Sin paz para la naturaleza (que es también paz para las comunidades originarias) no es posible la paz en el planeta. La naturaleza puede existir sin nosotros. Nosotros no podemos existir sin ella, dijo en la ONU el presidente Evo. La mesa para los temas ambientales es imprescindible. Hoy la acelerada acumulación de capital se corresponde con una cada vez más acelerada destrucción de todas las formas de vida.
Por ejemplo, la Amazonía es la zona más biodiversa del mundo. En una hectárea se puede encontrar más de 600 especies de árboles, mientras en todo el territorio de Estados Unidos quizás haya unas 800. Sin embargo, más de 180 campos petroleros y gasíferos se extienden por la Amazonía a través de Brasil, Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador en un área de 688 mil km² bajo control de 35 compañías transnacionales. 72% de las selvas peruanas está vinculado a este proceso.
Tristemente, en el Ártico, en las reservas naturales de Alaska, Siberia, la Amazonía... hay petróleo. La ganancia fácil multiplicará los gases invernadero. Por tanto, el hielo del planeta continuaría derritiéndose y la Amazonía destruyéndose. El Polo Norte casi ha desaparecido. Varios países se disputan la posesión de lo que queda para explotar el petróleo que ahí existe.
La cuarta parte de las especies animales ha desaparecido desde 1970. Entre 1970 y 2005, el índice de vida en el planeta cayó 27%, siendo mayor el impacto en la Unión Europea: cayó 35% entre 1990 y 2005 (IPS). Los asesinos de la Tierra y de la gente son los mismos.
Mientras, según datos de IPS, las transnacionales de alimentos incrementaron sus ganancias: Cargill, 86% en el primer trimestre de 2008; Bunge, 77% en el último trimestre de 2007; ADM, 67% durante 2007, el precio de los alimentos se incrementó en 83%. La pobreza de la gente y la de la Tierra tienen el mismo origen. Hambre y escasez para la gente; desertificación del planeta y del alma humana.
Publicado en Últimas Noticias (Venezuela), martes 6 de mayo de 2014
https://www.alainet.org/pt/node/85333
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