La tendencia, cada vez más acentuada, de trabajar en redes fue asumida por la radio popular de América Latina, que acaba de inaugurar ALRED, América Latina en Red, un sistema satelital que cubre todo el Continente. Durante la última Asamblea de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica, ALER, celebrada en Quito a fines de septiembre de este año, los directores de unas cien emisoras ratificaron su deseo de integrarse en esa red latinoamericana y responder a los desafíos que esto implica. Posiblemente el funcionamiento de la red latinoamericana de emisoras populares y la puesta en marcha de varias redes nacionales y regionales, que aprovecharán la infraestructura instalada, cambien el modo de hacer radio educativa y participativa. En el siguiente artículo se argumenta sobre las exigencias que tendrán las radios populares en el próximo milenio y el tipo de red a la que aspira ALER. La nueva radio Para el nuevo milenio esperamos una radio que: responde plenamente a su realidad local o regional, altamente útil para su audiencia, altamente participativa y democrática en su metodología, que se constituye en foro público, lugar de construcción de la opinión pública y de la(s) cultura(s), esencialmente ciudadana, actor social fiscalizador: de la sociedad en general y control social del poder,interconectada, en red con otras radios que le dan presencia nacional e internacional, articuladora de la sociedad civil, en red con las demás instancias de la sociedad civil: organizaciones y ONGs. Más que los indicadores de éxito, generalmente aceptados, la radio manejará nuevos criterios. Se preguntará en qué medida la radio ha sido útil para la ciudadanía: cuántas acciones del poder fueron fiscalizadas por la radio, cuántas obras fueron terminado bajo su impulso, cuántos debates se han difundido, cuántas acciones de ciudadanía fueron impulsadas, cuántos consensos apoyados... La Radio: Mediador y Actor Social Como resultado del debilitamiento de muchas de las viejas mediaciones (la política tradicional, el movimiento popular, la escuela o la iglesia), la radio, al igual que los demás medios, se ha convertido en mediador y actor social de primera categoría. En vez de mediar, muchas veces la radio sustituye a los demás actores. Al convertirse en vanguardia muchas veces queda a mitad del camino y opaca a los demás actores sociales. Por eso, debe preguntarse cuáles son sus limitaciones. La radio es un actor social más, que va de la mano con los demás, y es un espacio de encuentro, un foro. Las acciones típicas de la radio se pueden dibujar con estos verbos que denotan servicio y acción concertada: apoyar, aportar, contribuir, juntar, promover, cuestionar, vincular, intermediar, participar. El rol de actor social de la radio dependerá del tipo de participación que se da, de las alianzas que se forjan alrededor de ella y de las estrategias que elabora junto con los demás actores sociales. Por eso, la radio no debe andar sola. Establece alianzas, se sustenta en otros grupos de la sociedad civil y coordina su acción con ellos. Su función es ser promotora de la palabra de la sociedad civil, especialmente de los sectores populares, amplificadora y reforzadora del poder civil. Aquí cabe preguntar quiénes son los actores sociales que utilizan los medios de comunicación. ?Sigue la radio corriendo detrás de las voces prominentes de los políticos y los dirigentes, o amplifica la voz de los demás actores civiles: los nuevos actores, organizados y no-organizados, los excluidos? Nuestra radio, en su función de democratizadora, debe seguir ?empoderando? a los actores sociales, los viejos y los nuevos. Sigue siendo promotora de la organización popular. En su acción de empoderamiento mediante la participación y amplificación de la palabra, prestará especial atención a los sujetos marginados y rechazados de la sociedad y a las nuevas formas de organización que están surgiendo. Información y Opinión Pública La radio popular es por esencia foro abierto y espacio para la formación de la opinión pública. Por esta razón, la radio debe reforzar su función informadora. Debe también impulsar la capacidad argumentativa del público, para que su opinión sea iluminada y sólida, capaz de convertirse en corriente de opinión fuerte y en acción transformadora. Esta capacidad argumentativa se forma suministrando una información digerible, con pautas de contexto y trasfondo de los hechos, con puntos de referencia que conectan con la vida cotidiana de la gente. En el campo de la información y opinión pública hay que tomar en cuenta el proceso de despolitización que han sufrido grandes sectores de la población. Lo político ya no está en la agenda popular. Sin embargo, a veces recobra vigencia y se pone en primer lugar. Esto sucede cuando lo político pisa lo privado, cuando invade la vida de la gente. Las radios son retadas a hacer un trabajo de traducción de los grandes temas hacia la vida cotidiana del público, y de la vida cotidiana hacia la agenda informativa. El comunicador, cuando entrevista o busca opinión, debe entrar en la realidad del oyente y no utilizarlo como instrumento de su programa o del tema. En la radio popular siguen vigentes: la función denunciativa, la defensa de los derechos humanos, el apoyo a los excluidos y la defensa de la integridad de la creación. Una Radio Útil, Cercana, Humana Esta utilidad se expresa en: compañía agradable, información útil antes que noticiosa, entretenimiento, poder decir su palabra, hacer trabajos en común. Una radio cercana, que habla de mi vida, de mis gustos, de mi gente. Una radio humana, que promueve la humanización de la gente, que estimula la comunicación de persona a persona, que se centra en los valores humanos y en la construcción de una nueva ética común. Calidad y Profesionalismo La innovación de nuestras radios dependerá también de su calidad: los nuevos formatos que utiliza, el lenguaje, el estilo de comunicación, y de las nuevas temáticas que trata: democracia, ciudadanía, desarrollo local. Todo esto supone una metodología de trabajo sistemática y profesional: evaluar, planificar, investigar, sistematizar, reprogramar. ?Qué son las redes y qué buscan? La palabra "red" cubre muchos significados (se habla de redes de ONGs, redes de computadoras como Internet y redes de radios). A veces la red se refiere sólo a los aspectos organizativos de una asociación, otras veces está expresando una intencionalidad o un objetivo, a veces es una metodología de trabajo. Para nuestro propósito, ?red? significará aquí una red de producción y transmisión radiofónica. La fuerza de esta red está en que es construida por el conjunto. No es una cadena monitoreada y dirigida desde un centro, aunque por supuesto tiene su mecanismo de coordinación y centro de operaciones. Hoy en día la globalización ha invadido los rincones más apartados, las fronteras se abren, el mundo queda cada vez más intercomunicado. Una emisora aislada ya no podrá sobrevivir sola, ni en audiencia ni a nivel económica. ?Las radios locales, sin los demás, vamos a morir?. Desde el 1 de setiembre de 1997, ALER puso en funcionamiento América Latina en Red, ALRED, que en su primera etapa enlazará y brindará servicios radiofónicos a 45 emisoras en 14 países del Continente. No es por casualidad que en sus siglas aparece la palabra RED. El proyecto es fundamentalmente la construcción de una red latinoamericana de redes de producción radiofónica. ?Qué tipo de red queremos? Queremos una red cálida, con iniciativa desde los puntos de vista de la periferia, desde la cotidianidad de la gente, desde el lugar de la acción donde vibra la vida de la gente. Una red que nos informa de la gran riqueza de nuestra diversidad. Una red participativa, dialogal, horizontal, democrática, con una metodología de dar y de recibir. Una red no condicionada en su metodología por la tecnología, sino con una tecnología que se adapta a la metodología participativa. Una red de subredes según las necesidades compartidas. Por ejemplo entre radios que tienen un mismo público (quechua-quichua) o una misma propuesta (educación radiofónica). (*) El presente artículo fue elaborado a partir de las conclusiones de una de las meses de trabajo, durante la X Asamblea General, de ALER, celebrada en Quito, del 18 al 24 de setiembre de 1997.