"Al final, -dice mi hijo-, Irak es como la tierra de Roham, donde van a pelear hasta los viejos y los chicos" Si, y las mujeres embarazadas también, -le contesto-. Veo los regalos de domingo que me trajo, son dos dibujos, el primero esta hecho en lápiz y tiene título: "Lista de terroristas": y hay tres caras sin cuerpo, apenas apoyadas en unas rayas de lápiz gris, quizás surgientes del fondo de la tierra como los Orcos asesinos de Tolkiem. A la izquierda, la primera cara tiene la mirada de furia y el pelo ondeado, no tiene orejas : señal de que no necesita oír nada acerca del mundo, y arriba dice "Bush". La cara al centro tiene un turbante de vendas cruzadas, la cara parece ser la unión de dos rostros distintos unidos por un bigote y una barba larga y enrulada. El cartel dice "Osama Bin Ladem" El último rostro tiene los ojos demasiado abiertos, como el que mira de asombro y no quiere pestañear, un bigote enorme surge desde arriba de la nariz, en realidad su cabeza tiene la forma de una copa o trofeo de las que se dan en una competencia de tiro o en la caza del ciervo de una rara y exclusiva cornamenta, incluso sus orejas parecen asas de taza para poder colocar el índice y apretar con el pulgar. Es la única cara con un breve cuello, aunque este parece más bien una base de esa copa-cabeza. El nombre que escribió mi hijo arriba es "Sadhamm Husein". El segundo regalo es un mapa fantástico de Irak, con sus principales ciudades , con círculos a los que marca el diario para indicar que están bombardeadas o tomadas, este mapa que es muy fiel al que uno puede llevar en mente, y mucho más si el autor tiene 9 años, tiene a Irak muy cerca de las aguas con portaaviones y barcos de guerra: leo Mar Rojo, Mar Caspio, Golfo Pérsico. Abrimos el diario para ver fotos, el tanque nº61 embiste y derriba una estatua de Saddam. Dorfman se preguntaba 12 años atrás por la "amnesia empedernida parece ir infectando a los norteamericanos en la medida en que se dedican a demoler un país que pocos de ellos pudieron haber hallado en un mapa hace un par de meses atrás. Concebir a Saddam como Satanás, personificar la Maldad en un solitario ser humano ahorra incómodas explicaciones históricas" Desde el living, escucho malamente, una explicación de domingo a la noche en la TV: no es tal cual, pero era algo así: El pueblo norteamericano hace coaliciones del miedo, es increíble el nivel de violencia y miedo que se vive en sus ciudades, el conflicto bélico exterior los unifica. La guerra exterior para suprimir contradicciones internas es una idea de manual elemental para un historiador de imperios o un estudioso del fascismo, no necesito demasiado para confirmar que esta maquinaria de muerte y violencia, ahora real en Irak, pero virtual y también real para un auditorio global, se orienta por necesidades domésticas del imperio, sean estas confirmación de su "identidad" dominante o petróleo barato para el funcionamiento de su cultura excedentaria, su arsenal de armas y mercancías, energía para poder ver por televisión la destrucción de sus enemigos. Viernes 28, "tuvimos un gran día", dijo el sargento Schrumpf. "Matamos a muchas personas hoy", "bajamos a algunos civiles", dijo el sargento, "pero, ¿qué le vas a hacer?". Y siguió ofreciendo ejemplos de sus ejercicios de tiro a la humanidad: "Había un soldado iraquí y 25 mujeres y chicos. No hice el disparo". Pero después ya no pudo seguir perdonando vidas: -Un soldado iraquí parado entre dos o tres civiles, el y otros abrieron fuego, vio cómo una de las mujeres que estaba junto al soldado caía. "Lo lamento, pero la chica estaba en el camino" dijo el sargento Eric Shrumpf de 28 años. Este es el tipo de relatos que se pueden leer en "The New York Times", "the Washington Post" o "The Guardian". No estamos lejos de cualquier mitología, de cualquier operación para negar un crimen colectivo bajo el enorme paraguas negro de la palabra guerra, primero pensar que es un extranjero, después que es un enemigo, si es posible pensar que el enemigo y su pueblo son menos humanos que "los nuestros". y después matar.... "Estamos en la tierra de los malos", dijo el coronel John Pomfret, "Me gusta esto". Un marine: "Entrené seis meses para esto, y ahora lo estamos haciendo. Quiero terminar con el trabajo así me puedo volver a casa". Si es una mitología mortal, produciendo efectos y devastación, no estamos lejos del señor del anillo o de cualquier relato de ese tipo, más bien entramos y salimos como humanidad de escenarios para la producción social de la muerte. Después será producción en serie de cinematografía, mientras la realidad virtual nos acostumbra digerir cualquier evento, si es trágico mejor, evitando la nausea. Por eso, como sucede con muchas personas no puedo evitar cierto encierro en mis tesoros del día, los dibujos, los besos de mi hija, las 125 nueces pequeñas que cosechamos al sol de esta tarde de otoño, en Temperley, por ahora lejos del "teatro" de operaciones militares del imperio , fuera del mapa que dibujó mi hijo, pensando en la tierra fantástica e irreal de Roham.