Obstáculos para demarcación de tierras indígenas
05/03/2004
- Opinión
La agresión que se estructuró en la frontera del Zulia trastoca los
intereses históricos de los indígenas de lograr por parte del Estado
venezolano el reconocimiento jurídico y político de sus territorios
y hábitats.
Esta agresión se inicia desde los tiempos de la conquista y la
colonización, se moderniza con la llegada de los capitales
multinacionales de petróleo (Shell y Creole) y la extensión de los
linderos agropecuarios hacia sus tierras planas y el piedemonte de
la Sierra de Perijá, que no sólo redujo a sangre y fuego a los
pobladores ancestrales de la selva, sino que la "privatiza" y la
transforma en caminos, carreteras y en enormes extensiones de paja
cruzada por doquier por alambres de púas y portones cerrados con
candados.
Hoy el Estado, sus instituciones y el nuevo Gobierno continúan
el camino de la complicidad cuando hoy se involucran con los
capitales carboneros transnacionales en la profundización del modelo
de enclave minero exportador, transformándose ahora el carbón en el
motor del desarrollo exógeno propuesto para el Zulia.
Los indígenas perdieron el Lago de Maracaibo y sus orillas, sus
tierras planas y parte del piedemonte de la Sierra de Perijá; en la
Guajira se acentúo el éxodo de los indígenas a la ciudad de
Maracaibo y sus espacios ancestrales los comparten hoy con
pobladores criollos. Los Añúu se extinguen, muy pocos, como los
pobladores de Nazareth, se consideran Añúu y en capacidad de
enfrentarse al modelo minero carbonífero portuario vial propuesto
por la empresa arubana Inter-American Coal desde la cuenca de los
ríos Cachirí y Maché hasta el Golfo de Venezuela en las tierras del
Cacique Nigales, las islas San Bernardo/San Carlos.
Tanto ayer como hoy, la lucha de los indígenas por la tierra y
sus aguas no tiene un mero carácter local o nacional, todo lo
contrario se enmarca en una planificación que obedece a asociados
intereses foráneos y de criollos cuya existencia comercial depende
del éxito de la dependencia que origina en nuestra patria este
modelo primario exportador.
Así como cronistas y misioneros en épocas de la conquista y la
colonia registraron el asesinato de indígenas y la reducción de sus
territorios, así mismo la prensa local y la antropología
contemporánea recogen el genocidio y ecocidio que las empresas
petroleras norteamericanas, inglesas y holandesas y algunos
ganaderos de Perijá ejecutaron contra los indígenas Barí y Yukpa y
sus hábitats. A manera de ejemplo, según los estudios realizados se
calcula que el territorio de los indígenas Barí para 1700 era de
35.00 km2, para 1900 16.000 km2, para 1983 1942 km2 en Venezuela y
840 km2 en Colombia.
El modelo depredador primario exportador del carbón que se
inicia al Noroeste del estado Zulia a través de
Corpozulia/Carbozulia conjuntamente con las multinacionales del
carbón RAG Coal International, Anglo-American Coal (quien compra las
acciones a la Shell) [Carbones del Guasare, S.A.] e Inter-American
Coal [Carbones de La Guajira, S.A.] hoy amenaza no sólo con
extenderse a lo largo de todo el piedemonte de la Sierra de Perijá
sino por todo el estado convirtiendo así al Zulia en Zona de
Sacrificio.
Este modelo de desarrollo, que se inicia en el municipio
Mara, en mina Paso Diablo (1987), por parte de la empresa mixta
Carbones del Guasare, S.A. y posteriormente en el municipio Páez, en
Mina Norte (1994), por parte de la otra empresa mixta de Carbozulia
Carbones de La Guajira, S.A., hoy amenaza las aguas superficiales y
subterráneas de la cuenca de los ríos Guasare, Socuy y Cachirí a
través de nuevas minas a explotar por parte de Carbones del Guasare,
S.A. (18.5 MMt/a), Carbones de La Guajira, S.A. (4MMt/a),
Carbonífera Caño Seco, C.A. (2 MMt/a), y Carbones del Socuy, C.A.
(2MMt/a). El carbón de la cuenca del Socuy se transportará a través
una vía ferroviaria de 8.5 kilómetros hacia un puerto a construir en
el poblado indígena Wayúu Pararú, afectando así todo la Guajira; así
mismo el carbón de las cuencas de los ríos Guasare y Cachirí se
transportará en gandolas al Terminal Carbonero de la Isla San
Bernardo, primer modulo de Puerto América.
En esta misma área Corpozulia se dispone a arrendar nuevas
minas de carbón a las empresas Minera MAICCA, C.A. (Tomen, TransMar
Coal y Excel) y a la KTK Minería de Venezuela, C.A., de esta manera
se espera en la Subregión Guajira movilizar a mediano plazo
aproximadamente 30 millones de toneladas de carbón al año, si
incluir el proveniente de minas particulares del Cerrejón Colombia,
tal como lo expresa el Plan de Manejo General de Puerto América y
los estudio de Términos de Referencia del Terminal Carbonero de la
Isla de San Bernardo. El impacto de transporte de carbón de Cerrejón
así como el de la carretera de la mina Cachirí no fue tomado en
cuenta en el Estudio de Impacto Ambiental del Terminal Carbonero de
la Isla de San Bernardo.
Este modelo minero portuario vial fue rechazado por parte de la
dirigencia Wayúu, vecinos y pescadores de Mara y Padilla en Páez (El
Escondido, el 18/05/02), en Mara (Cuatro Esquina, 11/07/02 y
18/10/02) y en Almirante Padilla (Isla de San Carlos, el 19/05/02)
en las presentaciones públicas convocadas por las empresas Inter-
American Coal Holding, N.V., Trans-Coal de Venezuela, C.A., Royal
Haskoning e INESPA, así como en las convocadas por Carbozulia,
Carbones del Guasare, S.A. y la Alcaldía de Páez en los auditorios
de la Escuela Fe y Alegría (09/11/02) y Toro Sentado (26/11/02) en
Paraguaipoa. Este rechazo se reforzó a través de varias Asambleas de
Ciudadanos apelando al artículo 70 de la Constitución de República
Bolivariana de Venezuela. Toda esta documentación (copias de
artículos de prensa, cartas, actas de Asambleas de Ciudadanos, entre
otras) fue remitida a la Ministra Dra. Ana Elisa Osorio, al Lic.
Norberto Rebolledo Director de Calidad Ambiental y la Ing. María del
Carmen Díaz Directora de POA del Ministerio del Ambiente y los
Recursos Naturales (MARN).
Por iniciativa de estos sectores indígenas la propia Ministra
Osorio visitó Mina Norte (01/02/03) y realizó dos asambleas con la
población, una en el Auditorio de Fe y Alegría en Paraguaipoa,
municipio Páez (02/02/03) y otra en el poblado La Eneita, en Mara
(17/05/03). A partir de esta convivencia y al escuchar el rechazo al
modelo carbonífero, en senda reuniones la Ministra cuestionó la
minería y jerarquizó la importancia del agua para la vida y el
desarrollo endógeno. Igual actitud mostró el propio Presidente Hugo
Chávez cuando visitó la comunidad Barí Saimadoyi.
Corpozulia, en la gestión de su presidente saliente Ing.
Santiago Bautista, afianzó la necesidad de ejecutar los proyectos de
explotación minera Río de Oro (47.700 has.) y Tukuko-Aricuaizá
(78.256,80 has.) en tierras indígenas del piedemonte de la Sierra de
Perijá y la importancia para ello de quebrar "la oposición de
algunas comunidades indígenas" a través de incluirlos en los
contratos de arrendamientos a firmar con los capitales del carbón
"como potenciales accionistas" (Hacia la Minería del Futuro,
Corpozulia, 2002: 8 y 11) lo resultaría un método perverso de
acelerar el etnocidio y el ecocidio en estos espacios humano y
físicos perijaneros.
Estos proyectos minero portuario viales cabalgan sobre el
desarrollo turístico, agrícola, pecuario y pesquero de la
subregiones Guajira y Perijá, contra el recurso agua y la producción
de oxígeno de los bosques y ríos que de manera paralela corren sus
aguas de Oeste a Este conformando la cuenca interior del Lago de
Maracaibo.
Desde los primeros intentos de deforestación y expropiación de
haciendas y finca para darle paso a la creación de la mina Paso
Diablo y posteriormente a Mina Norte los indígenas Wayúu, campesinos
y productores agropecuario se opusieron a sus aperturas, hoy es el
polvo del carbón, la escasez y la contaminación del agua y los
numerosos muertos y lisiados en los choques generados por las
gandolas transportadoras de carbón lo que movilizan las protestas de
los vecinos.
En Perijá, más de una década llevan manifestando públicamente
los indígenas Barí y Yukpa su rotundo rechazo a estos proyectos por
considerarlos atentatorios a sus modos y calidad de vida y a su
permanencia en la Sierra de Perijá. Varias han sido los
enfrentamientos con mineros y ganaderos terrófagos y las gestiones
ante el Estado en aras de que los Gobiernos de turno (Jaime
Lusinchi, Carlos Andrés Pérez, Rafael Caldera y Hugo Chávez)
deroguen estos proyectos mineros y en un acto político jurídico les
asignen parte de sus tierras despojadas a sangre y fuego por
petroleros y ganaderos.
Estos proyectos mineros que antes no eran más que iniciativas
dispersas de Corpozulia o de empresarios privados hoy se estructuran
a nivel internacional dentro de la estrategia estadounidense de
globalización denominada ALCA/IIRSA.
De los doce Eje de Integración propuestos por el Banco Inter
Americano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento
(CAF) para América del Sur, el Eje Andino al entrar a Venezuela
adquiere el nombre de Eje de Desarrollo Occidental que al analizarse
aparece el carbón como su el elemento dinamizador.
Al revisarse para Venezuela los proyectos del Banco Mundial,
del Banco Inter-Americano de Desarrollo, de la Corporación Andina de
Fomento, de los Gobierno de Holanda, Estados Unidos y Colombia, de
las empresa Royal Haskoning, Alkyon, Anglo American Coal, RAG Coal
International, Inter-American Coal Holding, Trans-Coal, Tomen,
TransMar Coal, Excel, entre otras, vemos que coinciden con la
propuesta de desarrollo concebida también por los Ministerios de
Planificación de Desarrollo (Plan Nacional de Desarrollo Regional
2001-2007), Energía y Minas, del Instituto Autónomo de Ferrocarriles
del Estado (IAFE) y de la Corporación para el Desarrollo de la
Región Zuliana (CORPOZULIA).
Esta acción minera atentatoria a los intereses de los indígenas
hoy se complica con la puesta en marcha del Plan Colombia. La guerra
se ha trasladado a la Sierra de Perijá, agresores y víctimas se han
desplazado a estos espacios perijaneros, por ello se habla de la
presencia de narcotraficantes, paramilitares, sicarios, guerrillas,
refugiados, desplazados colombianos, ACNUR, secuestradores, hampa
común, ganaderos, Ejército, Guardia Nacional, entre otros actores.
Esto ha servido para montar una guerra paralela diplomática
político mediática desde Washington, Bogotá, la Coordinadora
Democrática y la Gobernación del Zulia para obligar al Gobierno
nacional, al Ejército venezolano y a la Guardia Nacional a realizar
incursiones, donde la mayoría de las veces los principales víctimas
son los campesinos, desplazados y los indígenas, tal como ocurrió en
los meses de agosto y septiembre de 2003 por parte del Ejército
venezolano o en diciembre también del año pasado por parte del Grupo
Antiextorsión y Secuestro (GAES) de la Guardia Nacional y del Cuerpo
de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), o
en febrero de 2004 por parte del Ejército venezolano.
Los cuerpos de seguridad del Estado están obligando en estas
últimas incursiones a los tres sectores sociales ante mencionados a
abandonar las tierras de Guasare, Socuy, Cachirí y el Diluvio, pero
al mismo tiempo Carbones del Guasare, Carbone de La Guajira, COSILA
y Carbonífera Caño Seco vienen presionando a los campesinos e
indígenas Wayúu a vender sus tierras, pero lo más grave del asunto
que el Instituto Nacional de Tierra (INTI) se niega a emitir Cartas
Agrarias a campesinos y Wayúu en los tres municipios que conforman
la Subregión Guajira, es decir en los espacios donde se ubican los
proyectos mineros del Socuy y Cachirí, la vía ferroviaria, las
carreteras y los puertos Pararú y el Terminal Carbonero de la Isla
San Bernardo, primer modulo de Puerto América.
Por esta razón los integrantes de la Comisión de Demarcación de
Tierras y Hábitats de Pueblos y Comunidades Indígenas está contra la
pared, debe de dilucidar si estas tierras, en el Gobierno del
Presidente Chávez, se les restituirán a los indígenas a través de su
auto demarcación o por lo contrario terminarán de ser entregadas a
los capitales financieros y mineros foráneos para ejecutar la
propuesta del Eje de Desarrollo Occidental, brazo final del Eje de
Integración Andino dentro de los parámetros globalizadores del
ALCA/IIRSA (Integración de la Infraestructura de Sur América), sólo
que está disposición se le escapa a sus atribuciones, por ser asunto
de alta política de Estado. He allí la duda sobre la pertinencia de
esta comisión, muy en especial de las comisiones regionales, pues
estas no tienen poder de decisión, lo cual es una contradicción ya
que allí es donde se encuentran los verdaderos representantes de las
comunidades indígenas. Estas comisiones no tienen políticas ni
dinero, la burocracia y la inercia las vienen acabando.
Recordemos que al interior de esta comisión todos los días los
representantes indígenas se deben debatir con los representantes de
organismos que por definición de Estado deben defender la minería y
el Eje de Desarrollo Occidental. De esta manera se entrampó la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que obliga al
Gobierno a los dos años de su promulgación a tener demarcadas las
tierras de los indígenas, hasta la fecha no hay voluntad política
para hacerlo, consideramos que se está buscando la manera elegante
de demarcar las tierras y hábitats de tal manera que los intereses
político económicos representados en el Eje de Desarrollo Occidental
no sean sustancialmente perjudicados.
* Lusbi Portillo, profesor, es Coordinador de la ONG "Sociedad Homo
et Natura"
https://www.alainet.org/de/node/109533?language=es