Comentarios desde la experiencia colombiana[1]
Transnacionalización y mercantilización de la educación pública
15/04/2004
- Opinión
La "revolución educativa" que se adelanta en Colombia se encuentra
inscrita dentro de las tendencias de política educativa
neoliberal, que se han venido profundizando en el país a lo largo
del último lustro. El gobierno de Uribe Vélez representa no sólo
el cierre del ciclo de reformas neoliberales en este importante
sector social. En su administración no está exclusivamente en
consideración la culminación de los "nuevos" diseños
institucionales -en cuanto "reglas de juego"- para la educación
pública y su plena implantación, de acuerdo con las elaboraciones
sectoriales de política por parte del capital transnacional y de
sus instituciones de regulación supranacional.
Más allá de ello, las transformaciones a que está siendo sometida
la educación pública dan cuenta de la preparación y ejecución de
un proyecto capitalista más integral y más complejo: La creación
de un mercado mundial de la educación. Dicho proyecto pasa por la
ruta de la mercantilización en el espacio educativo nacional
estatal y concibe ésta como parte esencial de un nuevo tipo de
inserción en el capitalismo transnacionalizado.
Un examen de la política educativa como política sectorial no
permitiría llegar a una aseveración de estas características. Para
ello es necesario considerar, primero, que se está asistiendo a la
consolidación de un nuevo sistema de poder transnacional, cuyo
fundamento constitucional se encuentra en el "libre mercado", como
principio de estructuración normativa básica de la organización
política, económica y social de ese capitalismo
transnacionalizado. Segundo, que la constitución política del
mercado total, como proyecto político, cuenta con dispositivos de
poder imperiales, políticos, económicos, sociales, militares e
institucionales, para su plena implantación[2]. Tercero, que el
gobierno de Uribe Vélez en Colombia se autocomprende como parte
plenamente subordinada a ese proyecto y como un agente facilitador
de ese proyecto en la región andina. El papel de súbdito de
Estados Unidos es cuando menos notorio, protuberante.
Si la "revolución educativa" neoliberal se lee en esa cartografía,
los ejes de la política educativa, el "aumento de la cobertura, el
mejoramiento de la calidad y de la eficiencia". Ya no se trata
solamente de la conversión del derecho a la educación en la
prestación del servicio de educación. Sino de éste, en una
mercancía transable. La posición del gobierno de Uribe Vélez
frente a las negociaciones de la OMC sobre el comercio de
servicios, al proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas,
Alca y al proyecto de tratado bilateral de libre comercio con
Estado Unidos permite sustentar esta afirmación. En estos tres
escenarios está proyectada la mercantilización de la educación, en
cuanto bien sujeto a transacciones de carácter comercial.
La OMC y el proyecto de mercantilización de la educación
La OMC es una de las instituciones de regulación clave del
capitalismo transnacionalizado, surgida en 1995. De una
institución cuya función original se centraba en la regulación del
comercio de bienes, evolucionó hacia una organización que de
manera creciente busca regular todas las fases del proceso de
producción-reproducción. La OMC es la expresión normativa del
proyecto político de constitución política del mercado total[3].
Actualmente posee, entre otros, tres instrumentos de regulación
normativa: el GATT (Acuerdo general sobre comercio y aranceles),
que incluye normas sobre dumping, subvenciones, aspectos
comerciales de las inversiones, agricultura, textiles y
confecciones, entre otros. El TRIPS (Acuerdo sobre derechos de
propiedad intelectual en el comercio transfronterizo), que regula
aspectos de la protección de patentes y de marcas, secretos
empresariales, derechos de autor, patentes sobre seres vivos,
entre otros. El GATS (Acuerdo General sobre el comercio
transfronterizo de servicios), que contie
Precisamente en este último se encuentra incorporado el proyecto
de mercantilización de la educación[5]. Dicho proyecto resulta del
inicio de la ronda de ampliación del comercio de servicios, en
febrero de 2002, promovida especialmente por Estados Unidos, pero
en la que han participado activamente la Unión Europea y otros
países capitalistas. Tal ronda, de llevarse a cabo el cronograma
previsto, conduciría a que a partir de enero de 2005, entraría en
vigencia el GATS ampliado. El proyecto de GATS ampliado comprende
nuevos servicios, distintos a los prestados por el sector privado,
como se aprecia en el cuadro 1.
Cuadro 1
Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios
Sectores de servicios - Proyecto de ampliación
Sector de servicio
1. Servicios profesionales y empresariales 1.. Servicios de
comunicación
1.. Servicios de construcción y montaje
1.. Servicios de venta
1.. Servicios de educación
1.. Servicios ambientales
1.. Servicios financieros
1.. Servicios médicos y sociales
1.. Servicios de viajes y turismo
1.. Servicios de recreación, cultura y deporte
1.. Servicios de transporte
1.. Otros servicios no enumerados
Esta ampliación de los servicios, como se ve, incluye funciones
que históricamente habían sido asumidas por el Estado
(especialmente en la fase del llamado consenso keynesiano de
acumulación) y en gran medida habían podido ser sustraídas de la
lógica puramente mercantil. Esa es la circunstancia por ejemplo de
la salud y de la educación. El proyecto de GATS, a juzgar por lo
que se conoce, abarca todos los niveles de la educación, como se
aprecia en el cuadro 2.
Cuadro 2
Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios
Servicios educativos - Proyecto
Niveles educativos
1.. Sector educativo primario (preescolar)
1.. Sector educativo secundario (básica, media, técnica)
1.. Sector educativo terciario (universitaria, profesional)
1.. Educación para adultos
1.. Otros servicios (ofertas especiales en 1. y 2.)
Al incorporarse la educación dentro del comercio de servicios, su
funcionamiento entraría a regirse por las normas que regulan el
funcionamiento de los mercados en la OMC. Lo primero, hace
referencia al acceso a los mercados, que se presume debe ser
"libre", esto es, sin ningún tipo de restricciones o limitaciones.
En ese sentido, el GATS ampliado supondría la apertura a las
inversiones extranjeras en el sector educativo y, en consecuencia,
el ingreso de "nuevos operadores" al mercado, que ahora han de
competir con los "operadores nacionales". En ese aspecto lo
previsible sería el surgimiento de empresas multinacionales de la
educación, que se disputarían los nuevos mercados que resultasen
de la nueva ronda de liberalización de los servicios. De hecho ya
existen algunas transnacionales de la educación, particularmente
en el nivel terciario (superior).
En segundo lugar, el libre acceso y la libertad de inversión en
los servicios implicaría adicionalmente la entrada en rigor de
cláusulas no discriminatorias, es decir, la cláusulas conocidas
como del "trato de nación más favorecida" y del "trato nacional".
El "trato de nación más favorecida" consiste en que toda ventaja,
favor, privilegio o inmunidad que conceda un país a los
inversionistas (empresarios) de cualquier otro país, se otorgará
inmediatamente y sin condiciones a los inversionistas
(empresarios) de los demás países[6]. El "trato nacional"
consiste en que un país no otorgará a los inversionistas
(empresarios) de otros países, un trato menos favorable que el que
otorga a sus propios inversionistas (empresarios). De esa forma,
el GATS ampliado se constituiría en un instrumento para el libre
flujo de "operadores educativos", en el cual la "nacionalidad" del
"operador del servicio" pierde relevancia. El "trato nacional"
implica, por ejemplo, que si un Estado subsidia sus instituciones
educativas, en
En tercer lugar, la llegada de nuevos "operadores" extranjeros
demanda transparencia en la regulación estatal, esto es, que
cualquier modificación o reforma en las normas sobre servicios,
incluidos los servicios educativos, debe ser informada
oportunamente y no puede contravenir las normas vigentes de la
OMC.
En cuarto lugar, sólo quedaría excluido de esta regulación todo
servicio que no se suministrare en condiciones comerciales o en
competencia con uno o varios "operadores del servicio".
El alcance del proyecto de GATS ampliado se aprecia aún más cuando
se contemplan las modalidades de servicios transfronterizos
(trasnacionales). Tales modalidades comprenden:
1.- Llevar el servicio más allá de la frontera. El servicio va y
viene a través de la frontera. En el caso que nos ocupa se
trataría, por ejemplo, de servicios de educación a través de la
internet, o de las llamadas universidades virtuales.
2.- Uso del servicio en el exterior. El consumidor va y viene a
través de la frontera. En el caso de la educación se trata de los
estudiantes que realizan estudios en el exterior o de los que
llegan al respectivo país a realizar estudios.
3.- Presencia comercial. El prestador del servicio va y viene a
través de la frontera. Este sería el caso típico de un
inversionista extranjero, que opta por invertir en le sector
educativo.
4.- Presencia de personas naturales. Se refiere a la migración
transitoria de personas que trabajan en el sector de los servicios
educativos de un país y que por razones de trabajo deben laborar
en otro país.
Para estas modalidades, el GATS ampliado contempla que no habría
límites para acceder al mercado y tampoco respecto del "trato
nacional".
Como se aprecia con la extensión del GATS a la educación, se
sientan las bases normativas para la organización de un mercado
mundial de la educación. En la lógica capitalista tal mercado
posee gran importancia si se considera que los gastos educativos a
nivel mundial se estiman actualmente en 2 billones de dólares[7].
Con la ampliación del GATS se refuerza una tendencia que ya viene
operando desde hace varios lustros en la educación superior y en
la que algunos países como Estados Unidos, Gran Bretaña y
Australia son verdaderos "líderes".
Si se examina el asunto según las modalidades de la prestación del
servicio ya anotadas, en la modalidad 1 se estima que el 6% de los
estudiantes en educación superior en el mundo lo hacen a
distancia; se registra igualmente la tendencia a la eliminación de
las jornadas presenciales y se extiende con fuerza el concepto de
universidad virtual. En la modalidad 2, es notorio el aumento de
los estudiantes matriculados en terceros países. Durante los
últimos veinte años el número de estudiantes extranjeros en
Australia se ha duplicado y en Gran Bretaña se ha triplicado. Se
calcula que un 7% en promedio de los ingresos universitarios en
este país, proviene de tales estudiantes; en algunas universidades
alcanza más del 30%. Estados Unidos obtuvo en 1999 ingresos por
9.000 millones de dólares por el mismo concepto. En la modalidad
3, es evidente el aumento de la oferta a través de sucursales en
terceros países. En al año 2000, 35 universidades australianas
desarrollaban 750 programas en el exterior y poseían cerca d
De lo expuesto se puede inferir que la normativa de la OMC en
materia de servicios representaría un golpe certero para la
educación pública en cuanto reforzaría las tendencias a la
privatización que se vienen consolidando durante la administración
Uribe Vélez. La mercantilización en la lógica transnacional
limitaría sensiblemente la posibilidad para concebir y desarrollar
-desde la nacional-estatal- un proyecto educativo democrático y
emancipatorio. Con ella se reforzaría más bien la
instrumentalización de la educación para los propósitos del
dominio y del control social por parte de las potencias
capitalistas, especialmente de Estados Unidos, en el nuevo sistema
de poder transnacional. El GATS representaría, en ese sentido,
una verdadera anexión cultural.
De otra parte, los efectos de la política neoliberal sobre la
educación pública aparecen ahora extrapolados a escala
transnacional: La exclusión educativa, la privatización de la
calidad, la racionalidad económica capitalista (eficiencia) como
fundamento de toda decisión de política educativa. Y algo cuando
menos preocupante: con el GATS la educación se convertiría en otro
lugar de controversia de los asuntos del comercio. Por ejemplo,
¡acceso al mercado educativo a cambio de la eliminación de los
subsidios para el engorde de vacas!
El GATS ampliado representa un proyecto, que como todo proyecto
político, posee dificultades para su implantación. El reciente
fracaso de la Ronda de Cancún de la OMC (septiembre de 2003)
podría llevar a pensar que por lo pronto se aplaza el proyecto de
comercio de servicios educativos, no se sabe si indefinidamente.
Al no producirse acuerdos en la reducción y la eliminación de los
subsidios agrícolas que Estados Unidos y la Unión Europea otorgan
anualmente a sus productores (estimados en cerca de 318.000
millones dólares), un bloque de países en desarrollo, liderados
por Brasil, India y China, no accedió a incorporar en la agenda de
negociación los "temas de Singapur"[9]. Para la ampliación del
comercio de servicios ello significaría una prolongación de los
términos inicialmente previstos. La nueva ronda de negociaciones
de la OMC debería estar concluida a principios de 2005[10].
Empero, para efectos del examen de las tendencias de política
educativa es suficiente con tener en cuenta que el proyecto sigue
allí, a la espera de "mejores condiciones"; que las presiones de
Estados Unidos por sacarlo adelante , se mantendrán. Y que se
activarán con mayor fuerza otras estrategias de liberalización de
la economía que ya están en marcha. Desde tiempo atrás se tiene
claro que la estrategia comercial de Estados Unidos comprende
acuerdos multilaterales o bilaterales de libre comercio. Por ello,
al tiempo que andaba el proyecto de OMC, se ha asistido a las
negociaciones del proyecto de Área de Libre Comercio de la
Américas, Alca y de acuerdos bilaterales. Precisamente en Cancún,
la delegación estadounidense recordó a los demás miembros de la
OMC que "Washington planea impulsar la liberalización del comercio
a través de acuerdos bilaterales negociados con otros países o
regiones. EE.UU. está tratando de negociar acuerdos de libre
comercio con 14 países, incluyendo cinco en América Central".
(...)
Entre esos países se encuentra Colombia, cuyas elites dominantes,
a través del gobierno de Uribe Vélez, vienen desde hace meses
"rogando" por un acuerdo bilateral. Lo que para muchos países de
la periferia capitalista ha sido celebrado como un avance en la
consolidación de una posición de negociación soberana en Cancún,
frente a los intereses de las potencias capitalistas y de las
empresas multinacionales, para el gobierno de Uribe Vélez, es una
oportunidad para ganar espacio en un acuerdo bilateral con Estados
Unidos, que sólo sirve a un puñado de negociantes capitalistas
criollos y afecta sensiblemente la posibilidad de un proyecto de
economía nacional, al exponer la totalidad de la actividad
económica y social a unas condiciones desiguales de competencia
con las empresas multinacionales estadounidenses.
Con razón el ministro Botero se apresuró a aseverar, en un
comunicado oficial, que el resultado negativo de Cancún "no puede
ser atribuido a los países de la Unión Europea ni a Estados Estado
Unidos, que "expresaron su voluntad" para avanzar en la reducción
de los subsidios agrícolas"[12].
La sujeción irrestricta del gobierno de Uribe Vélez a la
estrategia comercial de Estados Unidos, con algunos pintorescos
matices en el tema agrícola, permite aseverar dos cosas. Para este
gobierno, la educación pública representa un sector susceptible de
ser involucrado en el comercio de servicios; aún más, en
consonancia con la ortodoxia neoliberal debe convertirse en una
mercancía, en un bien transable. Segundo, aunque el discurso de la
política educativa del "Estado comunitario" pareciera tener otros
referentes, no debe quedar duda de que la "revolución educativa"
refuerza en todo sentido la organización mercantil de la educación
Colombia y se constituye en antesala para escenarios futuros de un
comercio de servicios educativos. Si el proyecto de
mercantilización de la educación pública por la vía de la
ampliación del GATS puede tener algún retraso, es evidente que a
través del proyecto de Alca y de la perspectiva de un acuerdo
bilateral con Estados Unidos continúa su marcha. Probablemente con
mayor opció
El ALCA[13], el proyectado acuerdo de "libre comercio" con Estados
Unidos y la educación pública
Respecto de lo que es actualmente el proyecto de la OMC, el ALCA
representa una versión más elaborada en cuanto a los alcances de
sus definiciones normativas. La noción de constitución política
del mercado total adquiere aquí toda su dimensión; sólo que se
trata de un proyecto de transnacionalización regionalizada, bajo
el poder imperial de Estados Unidos y de sus empresas
multinacionales.
Si bien es cierto que la perspectiva del ALCA se encuentra
afectada por los procesos de crisis económica y social, así como
por los cambios políticos en algunos países de América Latina[14],
que indican una redefinición del proyecto, tramitado hasta
ahora[15], hacia lo que se ha dado en llamar un "ALCA light"[16],
el examen de los contenidos presentados en la reunión de Quito de
2002 mantiene vigencia en cuanto el proyecto continúa su trámite y
tales contenidos dan cuenta de una visión política (en la forma de
ordenamiento jurídico) sobre la forma como se quiere regular la
organización económica y social del continente. Esta aseveración
es igualmente válida para el caso de la educación pública. La
normatividad hasta ahora prevista en el ALCA tendría unas
repercusiones de la mayor magnitud: establecería una regulación
para un mercado educativo "libre" en las "Américas".
Aunque generalmente las tendencias a la mercantilización
transnacional de la educación son examinadas en relación con las
propuestas de definición amplia de servicios[17], una lectura
transversal de la normatividad de los capítulos que conforman el
proyecto de ALCA permite afirmar que las implicaciones para la
educación pública trascienden el capítulo de los servicios.
En efecto, desde la misma definición del propósito del ALCA,
queda claro que se trata del "establecimiento de un área de libre
comercio de conformidad con el Artículo XXIV del Acuerdo General
de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) de 1994 y su
Entendimiento y el Artículo V del Acuerdo General sobre Comercio
de Servicios" (GATS)[18]. En el segundo borrador, se estipula en
un articulo del proyecto, de incalculables efectos, que "todos
los países deben asegurar que sus leyes, reglamentos y
procedimientos administrativos estén conformes con las
obligaciones del presente Acuerdo"[19]. Tal formulación implicaría
que cualquier definición de política educativa del orden nacional
estatal o local estaría sujeta al "filtro" del ALCA. En la
práctica se trataría de una renuncia total a la soberanía en este
campo.
El ALCA comprende la traducción de los presupuestos teóricos y
políticos de la noción de "libre mercado" a todas las fase del
proceso de producción-reproducción. La producción normativa abarca
la producción, la circulación, la distribución y el consumo. No se
trata de un acuerdo de libre comercio exclusivamente. La
definición de los términos servicios e inversión deja en claro la
pretensión de abarcar (mercantilizar) toda la organización
económica y social. La noción normativa de "libre mercado" supone
precisamente que se trata de regular el comercio de bienes y
servicios y de las inversiones. Así mismo, la "apertura" del
mercado a campos en los que su lógica aún no se ha introducido o,
de haber ocurrido, apenas ha sido de manera parcial. Para la
educación pública ello significa no sólo el salto mortal hacia el
comercio "productos y servicios educativos", sino la entrada de
nuevos inversionistas (productores del servicio), que se deben
entender extranjeros, y más específicamente de multinacionales de
la
Ese ingreso de inversionistas multinacionales ocurriría sobre
presupuestos de desnacionalización del sistema educativo, pues los
proyectos de normatividad contemplan la superación (o el
reforzamiento de la superación) de la organización nacional
estatal con las cláusulas llamadas no discriminatorias, esto es,
respecto del "trato nacional" y el "trato de nación más
favorecida", ya examinadas en el caso de la OMC y con idénticos
contenidos en el proyecto de ALCA.
El concepto de "libertad económica" que atraviesa el acuerdo se
encuentra reforzado con las cláusulas protectoras de la "libertad
de empresa", del "libre acceso a los mercados" y de la "libre
competencia". Así mismo, con la prevista sanción a prácticas que
pudieran considerarse como desleales e inadecuadas. De esto último
trata precisamente el capítulo sobre normas relativas a subsidios,
antidumping y derechos compensatorios[20], que se mueve en el
marco de las regulaciones de los Acuerdos Antidumping y del
Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias (SMC) de la
OMC. El proyecto de acuerdo prevé la adopción de medidas, "a nivel
nacional o subregional, para proscribir las prácticas contrarias
a la competencia". En igual sentido, está previsto el compromiso
de cada parte a "permitir el acceso, en términos no
discriminatorios, de las personas naturales o jurídicas
domiciliadas en el territorio de cualquier parte, a los mecanismos
y procedimientos previstos en su legislación nacional de
competencia"[21]
Dentro del proyecto de normatividad del ALCA merece especial
atención la protección a los derechos de propiedad en general, y a
la propiedad intelectual en particular[23]. Si bien pudiera
afirmarse, que la normas sobre "libertad económica" se encuentran
encaminadas a proteger y a afianzar los derechos de propiedad
(privada), debe decirse que el segundo borrador incorpora un
concepto de protección adicional que comprende factores de
carácter extraeconómico en la protección de la propiedad de los
inversionistas[24]. Tal concepto se había intentado introducir, en
su momento, en el malogrado en 1998 Acuerdo Multilateral de
Inversiones (AMI). El concepto de inversión en el Acuerdo apunta a
generar unas condiciones de libertad absoluta al flujo de
inversiones entre los países (las empresas) del espacio geográfico
del ALCA, que como ya se dijo también comprenden el sector
educativo. Ello resulta de la amplia definición de lo que se
entiende por inversión, de la eliminación de cualquier restricción
sectorial o en c
Precisamente en este último aspecto, el proyecto de legislación
del ALCA desarrolla la tendencia de "libre mercado" que
caracteriza a todo el Acuerdo. En efecto, la eventual o presunta
inobservancia de normas del ALCA será resuelta en instancias de
regulación de conflictos de carácter privado. En ese sentido el
ALCA de cuenta de las transformaciones del derecho público
internacional en el marco de los procesos de globalización
capitalista y de la búsqueda de soluciones a conflictos mediante
"mecanismos alternativos", como los tribunales de arbitramento. La
solución de conflictos se basa en una redefinición de los sujetos
jurídicos, pues aquí las controversias más que controversias entre
Estados, que también las pudiera haber, serán controversias entre
empresas y Estados. A menara de ilustración, cualquier decisión de
política educativa tomada por el Estado (bien sea por el gobierno
central o por los gobiernos locales), en cualquier campo, por
ejemplo, respecto de cuestiones relacionadas con definiciones curr
Dentro de la normatividad básica del ALCA se estableció que este
Acuerdo "puede coexistir con acuerdos bilaterales y subregionales,
en la medida que los derechos y obligaciones bajo tales acuerdos
no estén cubiertos o excedan los derechos y obligaciones del
ALCA". En ese aspecto el ALCA pareciera compatible con los demás
acuerdos de "integración", que en el marco del "regionalismo
abierto" se han impulsado en los últimos lustros, bien sea a
través de acuerdos bilaterales o de convenios subregionales de
"libre comercio". Los aspectos normativos básicos consideran de
manera específica la situación y las condiciones de acceso de las
llamadas economías débiles, también desde un concepto de "libre
mercado". Lo que hasta ahora prevé la normatividad es una
flexibilidad relativa en cuanto a los tiempos de implantación del
ALCA en esos casos, más que tratos preferenciales o tratamientos
especiales a sectores específicos de su actividad económica.
Colombia no es considerada, en todo caso, un país de economía
débil en
El examen de estos aspectos básicos del ALCA permite afirmar que
estamos en presencia de un proyecto con profunda y nefastas
repercusiones para la educación pública. Más allá de la
"mercantilización regionalizada" de la educación que conllevaría
este Acuerdo, lo que está en juego es la posibilidad de
afianzamiento de un proyecto capitalista de dominación política y
sociocultural. La mercancía transnacionalizada llamada educación
traería como uno de sus atributos (valor de uso) los contenidos de
una transculturización, estructurada sobre un sistema de valores y
unas visiones de sociedad "genuinamente" neoliberales, en cuya
raíz se encuentra la consolidación del poder imperial de Estados
Unidos. No habría lugar para la construcción de un proyecto
político-pedagógico que diera cuenta de la riqueza cultural del
país. La anexión no sólo se constituiría en el sentido económico.
También alcanzaría la dimensión sociocultural.
El proyecto político de Uribe Vélez, se encuentra plenamente
subordinado, como ya se ha dicho, a las definiciones de política
regional y subregional de Estados Unidos. Respecto del proyecto
actual de ALCA no habido manifestación expresa alguna por parte de
este gobierno para controvertir los lineamientos generales de esta
estrategia de culminación y pretendida irreversibilidad de las
reformas neoliberales del Consenso de Washington[25]. En el caso
de la educación es, entre tanto, de conocimiento público que el
Ministerio de Educación se ha venido preparando y está preparando
al sector educativo para un escenario de comercio hemisférico de
servicios educativos, sobre los supuestos de libre acceso, libre
inversión y libre competencia. Además de los diseños de
"estrategias de negociación" y de la consideración de escenarios
posibles de mercado, resulta útil la mercantilización del sector
educativo en plena marcha con la "revolución educativa". Ésta
sería una suerte de fase de preparatoria de una "mercantiliz
Para los negociantes de la educación, que ya los hay en todas las
modalidades de la educación, el ALCA es concebido como un reto y
como una oportunidad, tal y como ocurre con el empresariado
privado en general; como la posibilidad, a través de alianzas
estratégicas", de conquistar nuevos mercados, de afianzar y ganar
nuevas posiciones en el mercado interno, de incrementar sus
ganancias. La producción del discurso en favor del ALCA por parte
del gobierno y de intelectuales orgánicos del capital ha
consolidado una posición antinacional, genuflexa a los intereses
del imperio y en la que sólo cuenta la estrecha visión del
negociante.
Ello se ha hecho más evidente en relación con las "estrategias de
negociación" en materia comercial del gobierno de Uribe Vélez:
nada que le apueste al fortalecimiento de una posición negociadora
subregional andina o suramericana frente a Estados Unidos. Más
recientemente, frente a la perspectiva de un ALCA light, que, como
ya se dijo, pareciera abrirse paso, ha ganado espacio la idea de
trasladar las prioridades de "negociación" del ALCA hacia un
acuerdo bilateral con Estados Unidos[26]. De nuevo aparece en este
punto la "coincidencia" de intereses, que en el caso de Estados
Unidos se verá probablemente estimulada ante el fracaso de la
Ronda de Cancún. Por lo que se sabe, un acuerdo de libre comercio
con Estados Unidos presumiría la plena subordinación al marco de
negociación impuesto por la potencia imperial y sería, desde el
punto de su contenido, idéntico a lo previsto en el ALCA. La
diferencia radicaría en carácter bilateral del Acuerdo. Los
"inversionistas" tendrían una identidad reconocida: multinacio
Un escenario de acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, que
se aspira por parte del gobierno Uribe Vélez se concrete a más
tardar en 2005, es similar en cuanto a sus efectos sobre la
educación pública al examinado para el caso del ALCA, dado que los
capítulos y los diseños de normatividad responderían al mismo
libreto neoliberal.
* Jairo Estrada Álvarez es profesor asociado del Departamento de
Ciencia Política, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y
Sociales, Universidad Nacional de Colombia
Notas:
[1] Una versión de este texto se encuentra en de mi libro La
contra "revolución educativa". Política Educativa y neoliberalismo
en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, publicado en octubre de
2003..
[2] Escapa a los propósitos de este trabajo un análisis de los
límites de tal proyecto, así como de las fuerzas mundiales de la
resistencia y de la construcción de alternativas.
[3] La idea de un estatuto para el libre flujo absoluto de
capitales, impulsada por las potencias capitalistas y las empresas
multinacionales con el proyecto de Acuerdo Multilateral de
Inversiones - AMI sucumbió en 1998. Desde entonces, el proyecto
político del capital en favor de una constitución política del
mercado total se ha venido concretando a través de la OMC.
[4] Desde 1996 se han intentado incluir en la agenda de
negociaciones de la OMC otros temas. Éstos, conocidos como los
temas de Singapur, incluyen inversiones, facilitación del
comercio, transparencia en la compras gubernamentales y políticas
de competencia.
[5] En adelante me apoyo en Christoph Scherrer und andere (2003).
GATS-Verhandlungsrunde im Bildungsbereich: Bewertung der
Forderungen. Gutachten für die Max-Traeger-Stiftung, Universität
Kassel, Kassel, März.
[6] Se prevé en todo caso excepciones hasta un máximo de 10 años,
respecto de la cantidad de oferentes del servicio, del valor del
negocio, del monto de la participación de capital, entre otros.
[7] David Hachfeld Wie Bildung zur Ware wird
[8] Ibid.
[9] Ver Portafolio y La República, 15.09.2003. Analistas señalan
que las conversaciones habrían terminado antes de que los
ministros pudieran entrar de lleno a tema más complicado, la
agricultura, en temas como el acceso a mercados. El Tiempo,
16.09.2003
[10] El fracaso de la Ronda de Cancún representa un nuevo traspiés
en el proyecto de liberalización absoluta de la economía mundial.
Ya en Seattle, en 1999, se habían arrojado resultados similares,
que apenas pudieron ser "enderezados" por la Ronda de Doha, en
Qatar, en 2001. Lo que sigue ahora es "una reunión de altos
funcionarios a más tardar en diciembre de 2003". Ibid.
[11] "Vamos a buscar otros espacios" (...) "Siempre estaremos
dispuestos a sumarnos [a la OMC], pero tampoco voy a esperar
eternamente", afirmó Robert Zoellick, tras el fracaso de las
conversaciones. El Tiempo, 16.09.2003, p.1-12.
[12] Agregó además: "No puede entonces aceptarse, así suene
popular y sirva a los intereses políticos de algunos países, que
hemos vivido un nuevo episodio de confrontación entre los países
ricos y aquellos de desarrollo incipiente". El Tiempo, 15.09.2003,
p.1-11.
[13] Un análisis extenso del ALCA lo realicé en mi trabajo La
constitución política del mercado total. Reflexiones apropósito
del Área de Libre Comercio de las Américas - Alca. En: Estrada
Álvarez, Jairo (Compilador) (2003). Dominación, crisis y
resistencias en el nuevo orden capitalista. Observatorio Político,
Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional de
Colombia, Bogotá, D.C.
[14] Se trata de Brasil, Argentina y Venezuela, del
"resurgimiento" reciente de MERCOSUR como opción de integración
subregional y de un cierto fortalecimiento de la posición
negociadora impulsada por estos países, especialmente por Brasil.
[15] La última versión del proyecto de ALCA corresponde a los
documentos presentados en noviembre 2 de 2002 en la reunión
ministerial celebrada en Quito.
[16] Dado que no parece presentarse avance alguno respecto de los
subsidios estadounidenses a sus productos agrícolas (cerca de
100.000 millones de dólares en 2003), Brasil y otros países han
manifestado que no incorporarían en la agenda de negociaciones
temas relacionados con los servicios, las inversiones, las compras
estatales, entre otros. El ALCA light tendería a un acuerdo
estrictamente comercial.
[17] Una de las propuestas señala, por ejemplo: "[1.6. a)Ninguna
disposición de este Capítulo se interpretará en el sentido de
impedir a una Parte prestar servicios o llevar a cabo funciones
tales como la ejecución de las leyes, servicios de readaptación
social, pensión o seguro de desempleo o servicios de seguridad
social o [la seguridad o el seguro sobre el ingreso, la seguridad
o el seguro social], bienestar social, educación pública,
capacitación pública, salud y protección de la niñez.
b)No obstante lo dispuesto en el Artículo 1.6.a, si un prestador
de servicios de una Parte, debidamente autorizado, presta
servicios o lleva a cabo funciones gubernamentales tales como
servicios de readaptación social, pensión o seguro de desempleo o
servicios de seguridad social, bienestar social, educación
pública, capacitación pública, salud y protección de la niñez en
territorio de otra Parte, la prestación de estos servicios estará
protegida por las disposiciones de este Capítulo.]". [17] ALCA -
Área de Libre Comercio de las Américas (2002). Borradores de
Acuerdo. Capítulo sobre Servicios, art. 1º, Quito. En: www.ftaa-
alca.org
[18] Ibid. art. 1º.
[19] Ibid. art. 28º.
[20] Ver: ALCA - Área de Libre Comercio de las Américas (2002).
Borrador de Acuerdo. Capítulo sobre subsidios, antidumping y
derechos compensatorios, Quito, noviembre. En: www.ftaa-alca.org
[21]Ver: ALCA - Área de Libre Comercio de las Américas (2002).
Borrador de Acuerdo. Capítulo sobre Política de Competencia, art.
1º., Quito, noviembre. En: www.ftaa-alca.org
[22] Sin contabilizar el mercado privado de la educación ya
existente en el país y los gastos conexos a los gastos educativos
en los que incurren padres de familia y estudiantes.
[23] El ALCA protegería propiedad intelectual de empresas
multinacionales, por ejemplo, sobre materiales pedagógicos y
didácticos.
[24] Por ejemplo, la protección frente eventuales desbordes del
proceso político y social en protestas sociales o revoluciones.
[25] Con excepción de las manifestaciones iniciales respecto de
las políticas y los impactos sobre el sector agrícola por parte
del ministro de Agricultura, Gustavo Cano, que en todo ya se
"atemperaron" para sumarse a la política general.
[26] Asesores gubernamentales como Rudolf Hommes han producido
discurso, hasta la saciedad, sobre la conveniencia de un tratado
de libre comercio con Estados Unidos. Frente a la agresiva
estrategia de Brasil para un fortalecimiento de MERCOSUR, a la que
se ha convocado al gobierno colombiano, han insistido en la
necesidad de guardar distancia. El argumento es que sería más
conveniente un acuerdo con Estados Unidos por la
"complementariedad" de la economías, que con Brasil, dada la
similitud en las posiciones sujetas a competencia, la cual
favorecería más bien a los empresarios de este país. Por cierto,
una forma cínica de sustentar un proyecto económico basado en la
reprimarización, la desindustrialización y la terciarización
precaria.
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