Cultura de la marginación
23/12/2005
- Opinión
Las representaciones de las comunidades pobres en Brasil muchas veces
nos presentan imágenes de una población que sólo posee como
principales agentes la exclusión social y la violencia. Favela es
sinónimo de violencia y narcotráfico. Una etiqueta muy fácil de
imponer a los más de 4.000 barrios marginales de Brasil. Sin embargo,
muy pocos saben que los símbolos más exportables del país, desde la
samba al carnaval, son productos culturales surgidos en estos
suburbios.
La favela Cidade de Deus se hizo famosa en Europa por la película de
mismo nombre del director Fernando Meirelles, que narra las guerras
del crimen organizado y las andanzas de una banda de adolescentes
liderada por un asesino compulsivo, el sanguinario Zé Pequeño. Esta
interpretación cinematográfica representa la imagen de unas
comunidades donde muchas veces las relaciones sociales traspasan los
límites de lo justo, y así lo tomamos por su identidad. Con sus
trazados caóticos, las favelas son delineadas con dibujos de líneas
sinuosas y entrelazadas para formar tramas laberínticas. Estructura
compuesta por gran número de divisiones (pasillos angostos, callejones,
claraboyas) y de resoluciones espaciales tan complejas en las que
difícilmente podríamos orientarnos. Un universo cerrado que mantiene
sus propias reglas, un campo de batalla donde los moradores son
soldados armados. Un bando de miserables, asociados a un estado de
barbarie cuyos límites están determinados por su propia miseria, que
parecen amenazar el confortable mundo civilizado de las élites
brasileñas.
Dentro de todos estos signos externos que a primera vista no ayudan a
deshacer el tópico de marginalidad, la mayoría de la población lleva
una vida alejada de la violencia. Este mundo de chabolas se ha
convertido en uno de los mayores focos emisores de cultura de Brasil.
Una cultura caracterizada por ser tremendamente joven y autogestionada.
Sin ninguna ayuda de las autoridades, esta gente, salida de los guetos
y la pobreza, hace música, moda, danza o teatro como alternativa a la
violencia. Una marca de identidad propia y de distinción que gana hoy
visibilidad como la fuente de significado de un submundo atrapado por
la marginación estatal y por las clases altas del país.
El resultado es una cultura bastante singular, de carácter local y
ciertamente aislada pero que se conecta con el resto del país y del
mundo gracias a las poderosas armas de Internet. A través de Google,
el gran buscador de la Red, se encuentran páginas referentes a
multitud de proyectos y algunos incluso con web propia, imagen
corporativa y logotipo. Desde compañías de teatro hasta una agencia de
fotógrafos. Todo por un mismo objetivo: mostrar al mundo la realidad
de la favela a través de su propia gente sin los tópicos creados desde
el exterior.
Es una cultura conectada a la Red, de tal modo que existen favelas que
sólo pertenecen al universo virtual, como es el caso de la web de Viva
Río, una de las ONG más potentes del país. Esta organización da
trabajo a un millar de personas y está presente en 600 comunidades
pobres con proyectos de superación de la violencia, trabajo para
jóvenes y propuestas de educación y cultura sobre todo a través de
Internet.
Por otro lado, se encuentra TV ROC, la primera televisión por cable
hecha y gestionada desde una comunidad marginal. Se emite en Rocinha,
la favela más grande de América y una de las más emblemáticas de Rio
de Janeiro con cerca de 200.000 habitantes. Por 7 euros al mes toda
una programación compuesta por 25 canales en una ciudad sin
alcantarillado, sin agua corriente y sin servicio urbano alguno.
Tony Barros, fotógrafo nacido en la favela de Cidade de Deus, en el
mismo lugar donde nació el famoso Zé Pequeño, vive entregado a la
solidaridad con su comunicad. Desde 2002 dirige Lente do Sonhos, una
escuela de modelos en la que centenares de jóvenes favelados de hasta
21 años y de ambos sexos participan de diferentes actividades como son
la moda, la fotografía o la danza. "Tenemos a la vez una cultura
supervocal, aislada y muy conectada con el mundo por Internet",
comentaba el fotógrafo en una entrevista. Son las principales
características del auge de una cultura contra la marginación en
espacios donde la miseria y la pobreza conforman estos escenarios.
- Sergio León, periodista, Centro de Colaboraciones Solidarias
(España): ccs@solidariosorg.es
https://www.alainet.org/de/node/114005?language=es
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