México no es basurero de Estados Unidos

11/03/2007
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Mérida, Yucatán

Con una boda entre George Bush y Felipe Calderón, en la que la pareja fue “festejada” con arroz transgénico, Greenpeace demandó al gobierno mexicano suspender las importaciones de arroz transgénico y reorientar las políticas agrícolas para fortalecer la producción nacional de arroz y a rescatar la soberanía alimentaria.

En el arco que rodeaba a la pareja se leía el mensaje: “Hasta que la soberanía nos separe”, en español y en inglés. El acuerdo comercial entre México y Estados Unidos ha facilitado la introducción a nuestro país de los productos transgénicos que otros países rechazan. El arroz transgénico no apto para el consumo humano que actualmente está contaminando las mesas de los mexicanos ha sido rechazado por 25 países de la Unión Europea, por Japón y por Corea del Sur, mientras que México, principal importador de arroz estadounidense, lo recibe sin ningún control, denunció la organización ambientalista.

“Llamamos al presidente Felipe Calderón a aprovechar la reunión que tendrá con George Bush el día de mañana para dejar en claro que la relación comercial de México con Estados Unidos no implica que nos envíen sus alimentos inseguros y rechazados por otros países. Si es necesario importar arroz de Estados Unidos, que sea un arroz segregado, convencional, sin variedades transgénicas que nuestro país no ha autorizado para el consumo humano”, aseveró Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña de transgénicos de Greenpeace México.

La semana pasada, la organización ambientalista Greenpeace dio a conocer que los arroces marca propia de Soriana (Monterrey), Chedraui (Pabellón del Valle, Ciudad de México) y a granel (Central de Abastos, Ciudad de México) están contaminados con arroces transgénicos no aprobados para el consumo humano de la variedad LL601, de la compañía farmacéutica Bayer (1), y que las autoridades sanitarias mexicanas, enteradas de esta situación, no lo habían dado a conocer ni habían tomado ninguna medida para proteger a la ciudadanía.

“Licenciado Calderón: le pedimos poner los puntos sobre las íes. Explíquele al señor Bush que México no es el basurero de Estados Unidos, que el TLC no es excusa para que envíen a México el arroz que no quiere nadie, los mexicanos tenemos derecho a un arroz de buena calidad y sin transgénicos. Le pedimos que la relación de México con Estados Unidos no signifique sumisión, ni permitir el ingreso de materiales ilegales y de riesgo para nuestra salud. Es inaceptable que mientras otros mercados se cierran a los productos transgénicos por cuestiones ambientales o de prevención a potenciales problemas de salud, en México se mantengan las fronteras abiertas”, añadió Ampugnani.

Hoy México importa el 70% del arroz que consume. La crisis del sector arrocero mexicano empezó a mediados de 1998; la producción nacional pasó de 400 mil toneladas en 1992 a poco más de 230 mil en 2004. Esta caída coincide con el incremento en los subsidios pagados al productor estadounidense, que en 1999 se duplicó, pasando de 12 mil millones 357 mil dólares a 21 mil millones 572 mil (2).

“Desgraciadamente, las políticas agrícolas y comerciales adoptadas en los últimos 3 sexenios han llevado a México a perder su soberanía alimentaria y a depender de Estados Unidos en materia de granos básicos como el arroz, e incluso estratégicos como el maíz”, lamentó Ampugnani. “Pedimos a Calderón detener las importaciones de arroz transgénico y establecer políticas de fomento al campo que reviertan la dependencia y que garanticen el acceso de los mexicanos a alimentos sanos y seguros”, dijo Ampugnani.

Greenpeace alertó a Calderón sobre la irresponsabilidad con la que han actuado las autoridades de Salud al no informar sobre la contaminación del arroz a la sociedad y de hecho continuar permitiendo la importación de arroz transgénico no aprobado, y señaló que esto podría empeorar si las autoridades sanitarias intentan aprobar dicho arroz experimental con tal de no perjudicar los intereses comerciales de Estados Unidos.

“Bajo ninguna circunstancia las autoridades mexicanas deben legalizar el transgénico LL601 para consumo humano en México, pues esto sería legalizar el riesgo que estamos corriendo los mexicanos y permitiría a Estados Unidos continuar desahogando aquí un stock de arroz que se rechaza globalmente”, advirtió Ampugnani.

La fuerte dependencia de México hacia Estados Unidos también significa que nuestro país sea el destino final de materiales transgénicos, tanto arroz como maíz, que otros países rechazan, dado que Estados Unidos es el principal desarrollador de semillas transgénicas del mundo.

Notas:

1. Los análisis fueron hechos por el laboratorio Genetic ID en Estados Unidos. El arroz transgénico experimental LL601 no cuenta con un estudio ni autorización para consumo humano en México, por lo que su presencia en los anaqueles es insegura, riesgosa e ilegal. El arroz transgénico de Bayer se sembró de manera experimental en Estados Unidos. Ni Bayer ni el gobierno estadounidense han podido explicar cómo contaminó el arroz destinado al consumo humano.

2. Información disponible en las páginas: www.ewg.org/farm/progdetail.php?fips=00000&progcode=total y http://www.cedrssa.gob.mx/documentos/DNR/Observatorio/Observatorio2006/1....

Fuente: Greenpece Boletín 0722 / 12 de marzo de 2007
www.greenpeace.org.mx
https://www.alainet.org/de/node/119935
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