Tanta veces Intersur

17/06/2008
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  • Opinión
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El último 16 de junio, Eduardo Arisaca Medina, arqueólogo del INC, denunció a los medios de comunicación de la región Puno que INTERSUR Concesiones sería responsable de la destrucción de varios centros arqueológicos, como andenerías pre hispánicas y vestigios de la cultura Colla. Los daños son incalculables y la formalidad de la empresa vuelve a ponerse en tela de juicio, dado que, según la versión de los representantes del INC, la empresa no habría obtenido el Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA), condición previa para la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que debe regir la ejecución de la obra.

Lo cierto es que el EIA se aprobó en abril del 2007, cuando la empresa ya había iniciado con la ejecución de obras en septiembre del 2006, lo que denota serias irregularidades. Lo más grave es que, nunca se explicó el por qué de este hecho, y en caso de existir dolo por parte de la empresa, ello no habría sido observado por las entidades pertinentes como el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transportes de Uso Público (OSITRAN) y la Dirección de General de Asuntos Socio Ambientales (DGASA), ambas encargadas del monitoreo y la supervisión del proyecto vial y, en el caso de OSITRAN, responsable de sancionar las irregularidades.

De otro lado, la tarde del 22 de abril último dos obreros perdieron la vida en el sector denominado Soccostaca (a 35 minutos de Ollachea). José Solórzano (Ollachea) y Marco Quipo (Cusco), trabajaban para CEN Perú, empresa sub contratista de INTERSUR Concesiones, encargada del asfaltado del tramo IV de la carretera Interoceánica Sur. El hecho es conocido por la Fiscalía provincial de Carabaya, dependencia que tendría a su cargo la investigación del mismo.

Según versiones de los lugareños, esta no sería la única vez que ocurre un accidente similar. Por su parte, Marco Antonio Apaza Avilés, presidente del Frente de defensa de los Intereses de Ollachea, ha denunciado la existencia de “services” para el contrato de trabajadores, pese a que el trabajo que realizan los obreros se efectúa en zonas de alto riesgo y se requieren medidas de seguridad que garanticen su vida, ya que no cuentan siquiera con un seguro de vida contra accidentes.

Toda comparación es odiosa, pero basta un simple recorrido para percatarse de las abismales diferencias que existen entre la concesionaria de los tramos II y III (Madre de Dios y Cusco) y la del tramo que une a la localidad de Azángaro con el puente Inambari. Para citar un ejemplo, los arqueólogos contratados por la empresa CONIRSA encontraron vestigios del legendario Qapac Ñan en uno de los tramos, lo que obligó a la empresa, a modificar el trazo original de la vía. En el tramo IV, INTERSUR Concesiones, lejos de ello y del mandato legal que señala que un hallazgo de ese tipo manda a paralizar las obras e informar a las autoridades pertinentes, continuaron con la realización de obras.

La lista es larga, pero terminaré aludiendo a un hecho importante como son los planes de responsabilidad social que tienen las empresas. En los tramos II y III, Conirsa en alianza con Odebrecht, Conservación Internacional y Pro Naturaleza ha gestionado un proyecto denominado Interoceánica Sur, Integrando Conservación y Desarrollo (iSur), la cual mediante programas como, turismo responsable, eco-negocios y conservación de la biodiversidad tiene como objetivo Desarrollar y posicionar el “Destino Interoceánica Sur”. El aporte de INTERSUR en el tramo IV se reduce a campañas de eliminación de ratas y fumigación de viviendas.

Si bien los puneños hemos añorado el asfaltado de esta vía y la hemos identificado como una condición para el desarrollo regional, debemos exigir también, la sostenibilidad, el respeto a los derechos humanos y a nuestro patrimonio cultural. Las actuales condiciones deben servir para exigir que las entidades estatales encargadas de la supervisión y el monitoreo de la construcción, cumplan debidamente con su rol, de tal modo que la cuestionada transnacional brasilera, responda a todas estas denuncias y sea sancionada, si es que el caso lo amerita, ejemplarmente.

- Aldo Santos, Asociación SER – Oficina Regional Puno

Fuente: Asociación SER (Perú)
http://www.ser.org.pe/ 
https://www.alainet.org/de/node/128269?language=es
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