El G20 silencia sus demandas a costa de sus agricultores
- Opinión
El G20, una alianza de 23 países miembros de la OMC que gira en torno a los temas de comercio agrícola, liderado principalmente por India y Brasil y que representa al 51% de la población mundial y al 63% de los agricultores del mundo, demostraron gran irresolución e inercia ya que en lugar de arremeter contra las prácticas proteccionistas de EE.UU., buscaron una ruta fácil para enfrentar el tema llamando a una “urgente” conclusión de la Ronda de Doha, aun cuando sus demandas fundamentales no han sido siquiera abordadas en el texto de negociación actual. El comunicado emitido luego de la reunión Ministerial del G20 en Ginebra, el 29 de noviembre, afirma que “la conclusión de la Ronda de Desarrollo de Doha conllevaría tres logros: (i) reforzaría la confianza en el sistema de comercio multilateral; (ii) elevaría la vigilancia contra tendencias proteccionistas; y (iii) contribuiría a impulsar la economía global reduciendo asimetrías y contrastes. “ Y continúa diciendo que “Los Ministros del G20 llamaron a una acción urgente para la conclusión de Doha…existe la necesidad urgente de traducir las declaraciones políticas en un compromiso concreto en Ginebra, con miras a lograr el objetivo común de concluir la Ronda en el 2010…la única manera de lograr este objetivo es buscar convergencias en las modalidades del texto de diciembre de 2008”.
Este es un cambio muy grande en la posición del G20 desde su conformación en 2003, justo antes de la 5ª Conferencia Ministerial en Cancún. Este es el primer comunicado del G20 en los últimos seis años cuyo tono es muy bajo en lo que respecta a su demanda básica de una reducción “efectiva” de los subsidios en los países desarrollados, principalmente en EE.UU. y la Unión Europea (UE). Irónicamente, el comunicado del G20 no incluye ninguna de sus demandas clave respecto al Trato Especial y Diferenciado, especialmente en relación a los Productos Especiales (PE) y el Mecanismo de Salvaguardia Especial (MSE) que el G20 ha defendido anteriormente. Los PE y el MSE han sido ostensiblemente concebidos para proteger los intereses de las grandes masas de campesinos pobres en los países en desarrollo, pero parece que el G20 está dispuesto a aceptar disposiciones debilitadas, inadecuadas e ineficaces sobre PE y el MSE, tal como han sido esbozadas en el texto del Presidente de diciembre de 2008.
La reunión Ministerial del G20 realizada el 20 de julio de 2008 en Ginebra había declarado que “los países desarrollados son responsables de las principales distorsiones y restricciones en el comercio y las políticas agrícolas” y llamaba a “logar recortes efectivos de la Ayuda Interna Agregada que Distorsiona el Comercio.” Ellos también “recalcaron la importancia de que el Trato Especial y Diferenciado sea operativo e integral en las negociaciones en sus tres pilares, y enfatizaron el papel imprescindible de los PE para el abordaje de la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y las preocupaciones relativas a los medios de sustento de los países en desarrollo, así como el del MSE”. Sin embargo lo que ellos han aceptado en el texto de diciembre de 2008 es lo opuesto.
El texto de diciembre de 2008 dispone una reducción del 70% para los subsidios permitidos en EE.UU., con lo que si llega a un acuerdo, los subsidios permitidos bajo el Acuerdo sobre Agricultura (AoA) pasarían de los US$48.700 millones actuales a US$ 14.500 millones. Pero el monto total real de ese tipo de subsidios en EE.UU. en 2007 fue de aproximadamente US$8 mil millones, por lo que en realidad se le permitiría duplicar sus niveles actuales de subsidios. Lo peor es que toda esta “reducción” no afectará los subsidios que prosperan rápidamente bajo el denominado “compartimento verde” (que actualmente se estiman en aproximadamente US$50 mil millones y constituyen aproximadamente el 80% del total de subsidios establecidos por la legislación de EE.UU., que no están sujetos a ningún tipo de compromiso de reducciones.
Incluso las disposiciones de salvaguardia para los PE han sido bastante debilitadas si se las compara con la demanda original del G20 de que un 20% de las líneas arancelarias pudieran ser designadas como Productos Especiales. El proyecto de texto actual dispone que sólo el 12% de las líneas arancelarias podrán ser elegibles para recibir el tratamiento de Productos Especiales, y de éstas, sólo el 40%, o sea el 5% de las líneas arancelarias, podrán quedar exentas de las reducciones arancelarias, y el restante 60%, o sea el 7% de las líneas arancelarias podrá estar sujeto a una reducción promedio del 19%. En el contexto de la India, de un total aproximado de 700 líneas arancelarias en agricultura, tan sólo 35 líneas podrían quedar exentas de las reducciones arancelarias, y a 49 líneas se les podría aplicar una reducción del 19%. Comentando esta disposición del texto de diciembre, Mr. SP Shukla de la Campaña de Popular de la India Contra la OMC expresó: “considerando la gran multiplicidad de productos agrícolas en la India, y la importancia vital de estos productos para el sustento, el nivel de protección disponible es demasiado limitado y demasiado débil”.
Más aún, los condicionamientos para el uso del Mecanismo de Salvaguardia Especial como mecanismo de protección ‘en base a los precios’ y ‘en base al volumen’, han sido diseñados de forma tal que los torna ineficaces en caso de avalanchas de importaciones. En lugar de prever un mecanismo flexible y práctico para los países en desarrollo, el texto de diciembre impone numerosos condicionamientos que harán que sea imposible para los países importadores introducir aranceles extraordinarios si estiman que las importaciones a bajo precio podrían afectar sus sectores agrícolas nacionales y generar impactos negativos en sus medios de sustento, el desarrollo rural y la seguridad alimentaria del pueblo. Algunas de estas condiciones son bastante problemáticas, por ejemplo el MSE en base al volumen sólo podrá ser utilizado durante dos períodos consecutivos; la aplicación del MSE sólo será sobre el nivel arancelario de la Nación Más Favorecida; el MSE en base al volumen y el precio no puede ser utilizado para cargamentos en ruta; el MSE en base al volumen sólo será aplicable cuando el precio nacional se desplome; el período máximo para la aplicación del MSE en base al volumen será de 4 a 8 meses; la cantidad máxima de líneas arancelarias que se podrán amparar en las disposiciones del MSE es el 2,5%, y el límite máximo para el MSE en base al precio está determinado por los aranceles consolidados de los países durante la Ronda Uruguay. Estas condiciones convierten al MSE en una “red de seguridad” extremadamente débil para los millones de hogares de bajos ingresos y pocos recursos de los países en desarrollo, que tienen muy pocas posibilidades de absorber las fluctuaciones de precios y una inundación de importaciones de productos agrícolas subsidiados. Más aún, estas disposiciones con fuertes condicionamientos no responden a las demandas originales del G33 que solicitó un mecanismo de salvaguardias especiales “eficaz, flexible, práctico y operativo”. Por otro lado, los países desarrollados han diseñado disposiciones de salvaguardias especiales más flexibles y prácticas para sí mismos, principalmente en “base a precios” y no tienen ninguna de esas condiciones engorrosas para su aplicación efectiva.
Las organizaciones de campesinos y agricultores a pequeña escala, y de la sociedad civil presentes en Ginebra, están muy disgustadas con las posiciones de los países miembros del G20 y el G33 en relación al texto de diciembre de 2008. Ellos pusieron su confianza en la instrumentalización de los Productos Especiales y el Mecanismo de Salvaguardia Especial, pero lo que está sobre la mesa es completamente inadecuado para brindar algún tipo de protección a los agricultores pobres en los países en desarrollo que se ven afectados por las importaciones baratas de productos subsidiados de los países desarrollados. Su mayor preocupación consiste en que la reciente Ministerial de Nueva Delhi realizada en septiembre de 2009 tomó la decisión de negociar sólo las partes del texto de diciembre de 2008 que no han sido acordadas aún y que se encuentran todavía entre corchetes. Desafortunadamente, sólo una pequeña parte del texto sobre el MSE está aún entre corchetes, lo que significa que la mayoría de las disposiciones y condicionamientos para el MSE ya han sido acordados y no estarán abiertos para una mayor discusión durante las negociaciones de la Ronda de Doha. Por ejemplo, las disposiciones del MSE en base a precios no están entre corchetes, lo que implica que ya no serán objeto de debate, aún cuando países como Filipinas están tratando de abrir la discusión.
Las organizaciones de agricultores a pequeña escala y de la sociedad civil están también preocupadas por el hecho de que los países en desarrollo se hayan comprometido a reducir sus aranceles agrícolas en un 36%, cuando no existe un compromiso final de los países desarrollados de eliminar, y ni siquiera de reducir sus subsidios agrícolas. Y en caso de concluirse la Ronda de Doha, y es probable que esto suceda cuando EE.UU. decida avanzar, con estas disposiciones truncas e ineficaces sobre PE y el MSE, los países en desarrollo no tendrán ninguna carta de negociación para exigir una mayor reducción de los subsidios, de cualquier tipo, de los países desarrollados. Esto será suicida para la agricultura y las economías de base agrícola del Sur, y las profundas inequidades entre los miembros de la OMC persistirán para siempre.
* Afsar Jafri es investigador asociado de Focus on the Global South. El G20 es un grupo de 46 países en desarrollo en la OMC.
Fuente: Enfoque sobre comercio No. 148.