Socialismo y neoliberalismo se enfrentan el 07 de Octubre

06/10/2012
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Hace dos días bajo supervigilancia del “Consejo Nacional Electoral” –CNE- culminaron las campañas proselitistas de los candidatos que disputarán el 07 de Octubre la presidencia de Venezuela en el período 2013-2019.
 
Aspecto original de estas elecciones presidenciales suramericanas ha sido el hecho que el “CNE” venezolano en uso de la soberanía de su país, haya decidido prescindir de las controvertidas “Misiones de Observación Electoral”-OEA y UE-.
 
La decisión habría sido adoptada en razón que éstas eran un remanente colonial y que sólo servían a intereses foráneos para poder injerir y favorecer a candidatos afines.
 
Sin embargo ratificando su trasparencia democrática con la comunidad internacional el CNE de Venezuela ha creado la nueva modalidad de las “Misiones de Acompañamiento Electoral”.
 
El accionar y atribuciones de éstas han sido debidamente normadas por la autoridad electoral y en estos comicios la más importante es la Misión de “UNASUR” (1).
 
También han llegado ya a territorio venezolano comisiones políticas de todos los Continentes, así como, corresponsales mundiales de medios de prensa públicos, medios privados y medios de la prensa alternativa.
 
El “Centro Carter” de los EE.UU. a invitación del CNE auditó en Setiembre el sistema electoral venezolano, expresando su director -el ex presidente Jimmy Carter- que “es el mejor sistema electoral del mundo” e instó a los EE.UU. a adoptar uno similar (2).
 
El cierre legal de encuestas fijado en el pasado 30 reiteró las normales expectativas sobre los candidatos, de las que no podemos hacer comentario alguno en la fecha –por prohibición de la ley electoral venezolana-.
 
En relación a los candidatos participantes los más representativos son el de la izquierda socialista y actual mandatario, Hugo Chávez Frías, y el representante de la derecha venezolana y del neoliberalismo transnacional, Henrique Capriles Radonski.
 
El mandatario venezolano sumamente conocido por la opinión pública internacional y que opta por un tercer mandato, en el nuevo intento presenta rasgos especiales que es necesario reseñar.
 
Llega a la campaña luego de sufrir dos sucesivas afecciones cancerígenas superadas satisfactoriamente en base a detecciones oportunas y tratamientos positivos.
 
Esa desgracia fue utilizada por su opositor a inicios de la campaña, para perversamente desarrollar propaganda tanática en su contra; en vez de perjudicarlo, ésta lo potenció mucho más ante el pueblo venezolano –se produjo el efecto “boomerang”-.
 
La campaña ha servido para ratificar que Chávez goza de condiciones físicas óptimas y que cuenta ahora más que nunca, con un mayor fervor y aprobación de la población -en 14 años de gobierno éstas nunca han descendido del 60%-.
 
Recorriendo todo el territorio ha renovado compromiso con sus electores, anunciando que caso le otorguen un tercer mandato “la pobreza en Venezuela llegará a 0%”.
 
También ha indicado que “la riqueza del petróleo seguirá siendo redistribuida entre los ciudadanos más desposeídos para eliminar la desigualdad e inequidad”.
 
Ello en voz de Chávez son hechos a cumplirse; esto lo distingue de muchos presidentes demagogos del Continente, más aun cuando la lucha contra la pobreza y quienes la promueven ha sido el pilar de sus dos gestiones de gobierno.
 
En 1999 al asumir su primer mandato recibió de la derecha liberal que gobernó por 40 años su país, una población en el 60% de pobreza y el 25% de extrema pobreza -pese a ser Venezuela el cuarto país productor de petróleo del mundo-.
 
Al cabo de diez años redujo la primera al 26% y la segunda al 7% pese a los intentos sucesivos de la derecha por defenestrarlo del poder –con el auspicio de los EE.UU.-.
 
El denominado “candidato de la patria” –Chávez- cuenta con la adhesión total de los estratos “E” y “D” de la población, y en los últimos años se ha ganado a parte de los “C”, “B” y “A”, que tradicionalmente solían alinearse con la derecha venezolana.
 
Sus políticas sociales contrastan con las seguidas por los presidentes neoliberales de Chile, Perú y Colombia en Suramérica, de EE.UU. y Canadá en Norteamérica, y de los países de Europa -actualmente en crisis-.
 
En casi todos ellos la pobreza, exclusión social, desigualdad económica y social, y la supresión del Estado de Bienestar, son distintivos característicos del neoliberalismo.
 
En estas elecciones presidenciales venezolanas el candidato de ese modelo es Henrique Capriles Radonski, representando a la unificada derecha venezolana y a los intereses del poder económico neoliberal foráneo (3).
 
Sus asesores sabiéndolo un pigmeo político frente a Chávez han ensayado múltiples técnicas que magnificaran su imagen ante el electorado a fin de captar votos de acaudalados, derechistas, descontentos, desorientados y residentes en el exterior.
 
Estas han ido desde fraguar un ilusorio y mediático “empate técnico electoral” con Chávez, hasta el extremo que Capriles “imite a Chávez, imite su mensaje e imite su oferta”.
 
De pronto el neoliberal Capriles en camaleónica transformación se llamó “progresista”, “hombre de centro-izquierda”, “continuador” de programas sociales creados por Chávez, e incluso, llegó a autodefinirse como “anti-imperialista” (4).
 
Sin embargo el sociólogo francés Romain Migus fue quien desenmascaró al “izquierdista” Capriles en su libro “El Programa de la MUD”, en el cual develó que la verdadera propuesta de éste es un “programa de shock económico neoliberal” (5).
 
El “paquetazo” que Capriles mantenía semioculto generó el repudio del electorado al rememorar infaustos hechos producidos en gobiernos anteriores, cuando intentaron aplicar las “recetas” neoliberales del FMI -Carlos Andrés Pérez, 1989, “El Caracazo”-.
 
Los votantes perciben en Capriles a un timador político que intenta estafar al electorado con un mensaje diferente al programa que verdaderamente ejecutaría en el poder, el cual los llevaría hacia un pasado neoliberal lleno de inestabilidad y miseria.
 
Su sentencia electoral sería la misma que la de su mentor Vargas Llosa –el fracaso- cuando en 1990 ofreciera un “shock” similar, siendo candidato presidencial del Perú.
 
Por ello Chávez ha definido a Capriles como “el candidato de la anti-patria y del imperio yanqui”.
 
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https://www.alainet.org/de/node/161597
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