Datos de este lado del bloqueo
28/10/2014
- Opinión
El 28 de octubre 188 de los 193 países miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) volvieron a votar contra el bloqueo impuesto de manera unilateral, hace más de medio siglo, por los EEUU contra Cuba. Sólo la potencia norteamericana e Israel votaron a favor y se abstuvieron las Islas Marshall, Micronesia y Palau.
Esta votación se lleva a cabo desde el año 1992 y nunca cosechó más de cuatro votos en defensa del bloqueo. Siempre con Israel y Estados Unidos que fueron cambiando sus circunstanciales aliados.
Mientras tanto sí fue ganando enormes adhesiones el voto a favor de Cuba. En 1992 solo 59 países rechazaron el bloqueo y 71 se abstuvieron, hoy se han sumado a la causa cubana 129 países más desde aquella primera votación.
A pesar de este apoyo el bloqueo persiste por decisión unilateral de los Estados Unidos quienes lo impulsan y defienden.
Los comienzos del bloqueo
Con la llegada al gobierno de los revolucionarios cubanos en 1959 las relaciones entre Estados Unidos y la isla se comenzaron a tensionar. La reforma agraria y otras medidas realizadas en los primeros meses provocaron la reacción de Washington que comenzó a atacar a La Habana con agresiones militares, pero también con sanciones económicas.
La primera gran ofensiva fue dejar de comprar azúcar cubano, cuando la isla exportaba más del 70% de su producción al país norteamericano. La respuesta cubana fue negociar vender ese producto a la Unión Soviética.
Tras varios intentos de doblegar el gobierno encabezado por Fidel Castro, el gobierno estadounidense decidió comenzar con el bloqueo.
Un memorando del Departamento de Estado norteamericano de 1960 afirmaba: “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro, no existe una oposición política efectiva. El único medio previsible para enajenar el apoyo interno es a través del desencanto y el desaliento basado en la insatisfacción y las dificultades económicas”.
El mismo documento agregaba que para eso “debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
De esta forma, desde sus comienzos el bloqueo (instaurado oficialmente en 1962) estuvo apuntado a dañar al pueblo cubano. El objetivo, de por sí cuestionable, del gobierno estadounidense de modificar el régimen de gobierno en Cuba no tuvo ni tiene pruritos en provocar sufrimiento en la población civil a la cual, según dice, pretende defender.
¿Qué efectos concretos tiene el bloqueo?
Con el correr de los años el bloqueo se ha ido modificando y endureciendo. En primer lugar prohíbe a Cuba exportar cualquier producto a EEUU. De la misma forma prohíbe que Cuba haga transacciones en dólares. Si esto sucede, Washington decomisa el dinero o multa a las instituciones que avalen esa transacción. Por estar obligado a cambiar los dólares a otra moneda como el Euro, Cuba pierde todos los años entre 50 y 60 millones.
Otra imposición del bloqueo, endurecida en los años 90 con las leyes Torricelli y Helms-Burton, es que ninguna empresa puede venderle a Cuba un producto si el mismo tiene más de un 10% de componentes estadounidenses. Sólo para poner un ejemplo esto se puede ver en la industria aeronáutica. Cuba no puede comprar el Boeing porque está hecho en EEUU pero tampoco puede comprar el Airbus europeo porque tiene un alto porcentaje de tecnología estadounidense.
A la inversa sucede lo mismo. Ninguna empresa puede vender a EEUU nada elaborado con productos cubanos. Si una empresa automotriz alemana o japonesa, quiere vender un auto en EEUU tiene que demostrar que no utilizó níquel cubano (el segundo producto de exportación de la isla) en su elaboración.
Si alguna empresa decidiera venderle de todas formas sus productos a Cuba evadiendo el bloqueo debe atenerse a sanciones de distinta índole como la imposibilidad de comerciar con EEUU, que sus barcos no puedan arribar a puertos norteamericanos y/o que sus ejecutivos tengan prohibido el ingreso al país norteamericano.
Como si esto no fuera suficiente, con el argumento del bloqueo Estados Unidos presiona al Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo para que no aprueben créditos a Cuba.
Según estimaciones del propio gobierno cubano, durante los años que duró el bloqueo la isla ha perdido un billón 112 mil 534 millones de dólares.
La ilegalidad nacional e internacional del bloqueo
Las leyes aprobadas en los años 90 con el objetivo de ahogar definitivamente a Cuba ante la pérdida de sus socios comerciales más importantes que se encontraban en el desaparecido campo soviético significaron también la violación de la legislación nacional e internacional.
Fue a partir de entonces que el bloqueo se comenzó a aplicar de manera extraterritorial, es decir por fuera de los Estados Unidos. La Ley Torriceli (1992) y Helms-Burton (1996) establecieron que se aplicará la legislación estadounidense en países extranjeros. Esto fue inmediatamente cuestionado por la Unión Europea y la propia Organización Mundial de Comercio ya que atenta, justamente, contra el libre mercado.
El bloqueo también viola la Constitución de Estados Unidos porque prohíbe a sus habitantes viajar a Cuba y por lo tanto trasladarse libremente por el mundo. Cualquier estadounidense que viaja a Cuba puede recibir una multa de 250 mil dólares y hasta 10 años de cárcel. Esto ha provocado que familias permanezcan divididas durante años. Muy similar a lo ocurrido en Berlín durante la época del muro.
La resistencia cubana
Si bien el bloqueo ha significado pérdidas económicas y materiales para Cuba a lo largo de prácticamente todo el proceso revolucionario, el momento más álgido se dio durante la década del noventa.
La Unión Soviética y el bloque socialista habían permitido que Cuba se sostenga y mantenga un comercio internacional estable que le permitiera exportar sus productos e importar lo que necesitara.
Sin embargo, con la caída del “socialismo real” en Europa del Este, Cuba perdió, de un día para el otro, el 85% de su comercio exterior y entre 1989 y 1993 el PBI cubano cayó 35% (solo para comparar, en Argentina durante los años de la crisis cayó 22%).
Las importaciones cubanas que eran de 8.500 millones de dólares en 1989, en poco tiempo cayeron a 1.500 millones. La ingesta calórica promedio bajó de tres mil a 1900 por día (según la Organización Mundial de la Salud no puede ser menos de 2400). De 800 medicamentos que en Cuba se utilizaban se dejaron de conseguir 500.
Aun en este escenario trágico no se privatizó ningún servicio y no se cerró una sola escuela. El recrudecimiento de las leyes del bloqueo, ante una situación económica desesperante, no pudo doblegar al pueblo cubano.
Porque a diferencia de los Estados Unidos, Cuba vive de acuerdo a sus principios y no a meros intereses. A pesar de los agoreros del fin de la historia, Cuba siguió y sigue su marcha forjando día a día el sueño de una sociedad justa, democrática e igualitaria.
@SantiMayor
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