Cemeí Verdía: la lucha contra los Templarios y los intereses mineros
- Opinión
AQUILA, Mich. (proceso.com.mx).- Cemeí Verdía Zepeda, el primer comandante de la Policía Comunitaria de Santa María Ostula y coordinador general de las autodefensas de los municipios de Aquila, Coahuayana y Chinicuila, se ha convertido en el principal enemigo del cártel de Los Caballeros Templarios en Michoacán y de poderosos intereses políticos y mineros de la zona.
Tras el encarcelamiento de José Manuel Mireles, excoordinador general de las autodefensas y de los comunitarios de Michoacán, Verdía, quien estudió hasta sexto de primaria, es el comandante de las autodefensas y policías comunitarias con más influencia en el estado, si bien la atención mediática ha estado enfocada en figuras de Tierra Caliente.
Indígena nahua de 37 años, Verdía ha enfrentado amenazas de muerte y tres emboscadas en su contra. Militares y policías estatales lo detuvieron el pasado 19 de julio por posesión de armas de uso exclusivo del Ejército. Se le liberó y de inmediato lo aprehendieron por el delito de homicidio de los cuatro atacantes caídos en el enfrentamiento de la última emboscada en su contra, ocurrida el 25 de mayo. También por el robo de 60 rollos de alambre del ayuntamiento de Aquila. En el proceso judicial se desechó el primer delito por falta de elementos y el ayuntamiento retiró la acusación del segundo.
Sin embargo, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) aseguró en un boletín que el robo calificado es un delito grave, “por lo tanto, no alcanza beneficio de libertad” de su reclusión en el Centro de Readaptación Social David Franco Rodríguez, conocido como Mil Cumbres, en Morelia.
La comunidad de Ostula preveía que Verdía sería liberado este lunes 10. En un comunicado alertó que, ante su inminente excarcelación, personas ligadas a los Templarios y a la Fuerza Ciudadana de Michoacán enviaron a un grupo de sicarios que se hacen pasar como pobladores originarios de la comunidad nahua de Pómaro, en donde se explotan ilegalmente tres minas de hierro, y la de Coire, para enfrentarse con la gente de Ostula. Dichos sicarios instalaron retenes en la carretera costera que conecta a ambas comunidades. El comunicado advirtió que a los sicarios “los está apoyando la Marina destacada en la población costera de Maruata, donde ahora tienen un bloqueo con gente armada y hay mucha tensión en la región”.
Franja minera
Verdía, pequeño productor de papaya, fue quien llevó en febrero de 2014 a las autodefensas a la costa michoacana para liberar del cártel a su pueblo, Ostula, en el municipio de Aquila. La acción detonó la expulsión de los Templarios a lo largo de 200 kilómetros de la Carretera Federal 200, que representan un corredor con más de las dos terceras partes del territorio costero michoacano que conecta a Colima con Guerrero. Entre los templarios que huyeron estaba el líder de plaza del cártel, Federico González Medina, alias Lico.
La franja liberada forma parte del cinturón ferroso considerado como el más rico de América Latina, que comprende a Jalisco, Colima y Michoacán. Y era estratégica para el crimen organizado debido a su utilidad en el trasiego ilegal de hierro hacia el puerto de Lázaro Cárdenas con destino a China, y también por el potencial de explotación del mineral en la misma.
Cristian Chávez, el topógrafo de Ostula, integrante de la Asociación Jalisciense de Apoyo a Grupos Indígenas, dice en entrevista telefónica que la comunidad tiene 19 mil hectáreas que poseen títulos de propiedad, y en casi la mitad de su territorio, en 7 mil 913, hay 14 concesiones mineras, siete de las cuales pertenecen a Las Encinas, S.A de C.V., concesionaria de la empresa italo-argentina Ternium. El territorio, externa, tiene gran riqueza mineral. “Se sabe de la presencia de oro, cobre, plata, y de hierro principalmente”, precisa. Esas concesiones se han otorgado sin haberse consultado a la comunidad indígena, que históricamente ha enarbolado la defensa de su territorio.
Otras minas en la región eran explotadas ilegalmente, como las tres de Pómaro, vecina de Ostula, saqueadas por el cártel de los Templarios, y luego por el presidente municipal priista de Aquila, Juan Hernández, encarcelado el 31 de mayo por financiar el intento de homicidio de Verdía y por sus vínculos con los Templarios.
Otro de los cómplices del ataque fue el profesor nahua José Antioco Calvillo, de la comunidad costera de Cachán, que bajo la coordinación de Verdía custodiaba la franja de la costa colindante con municipio de Lázaro Cárdenas. Calvillo fue cooptado por Hernández a cambio de prebendas. Fue encarcelado junto con éste.
En un video grabado con teléfono celular tras la captura de Calvillo por el grupo de Verdía, el profesor expresa que en la explotación ilegal de las tres minas de Pómaro participaban, además de Hernández, Jesús Chuy Meraz, integrante del grupo de Los Viagra, al que acusan de conformar un cártel, y Eloy Peralta, alias El Yanqui, subsecretario de Seguridad Pública de Michoacán, llevado por Alfredo Castillo, actual titular de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), cuando fue comisionado federal de Seguridad Pública en Michoacán. Peralta renunció a su puesto el 15 de junio, dos semanas después del ataque contra el comandante nahua.
En la videograbación Calvillo asegura que Hernández ofreció pagar por la ejecución de Verdía “500 mil pesos”, y que a él le prometieron que tras quitar a su grupo su comunidad recibiría “más o menos setenta y tantos mil pesos al mes” de regalías por la explotación ilegal de las minas de Pómaro.
Lucha por la autonomía
Ostula es la sede del primer grupo de autodefensa contra el crimen organizado en el México del siglo XXI. Entró en acción en 2009, dos años antes que la de Cherán, luego de un saldo de 32 ejecuciones y 6 casos de desaparición a manos de los Templarios. En esa cifra de sangre, Verdía perdió a un primo, dos tíos y tres sobrinos.
Al ser precursora, la comunidad nahua se convirtió en un referente de la lucha por la autonomía, siguiendo los pasos del zapatismo en Chiapas. En 2006 el subcomandante Marcos la visitó durante su recorrido de La Otra Campaña.
Verdía ha sido uno de los principales defensores del territorio indígena, que comprende una cabecera y 22 rancherías. Ostula a su vez había enfrentado al crimen organizado que saqueaba sus bosques, particularmente el árbol de sangualica. Y ha librado una batalla legal contra pequeños propietarios de La Placita, un poblado mestizo aledaño, refugio templario, que la despojó de mil 200 hectáreas de terreno costero con potencial turístico y minero.
Ante el saqueo y el despojo, la comunidad intentó organizar su policía comunitaria pero el cártel lo impidió. Tendió un cerco en su torno y comenzó a extorsionar y a ejecutar a sus pobladores provocando desplazamientos forzados. Ostula quedó totalmente aislada durante cuatro años.
Verdía estuvo exiliado esos cuatro años. En 2010 huyó tras negarse a pagar una extorsión, por lo que un comando pretendió secuestrarlo a pleno día, mientras jugaba un partido de futbol, frente a 500 asistentes. Logró huir al cerro, vestido de futbolista.
Un año después del alzamiento de las autodefensas en Tierra Caliente, el 8 de febrero de 2014, Verdía y siete exiliados más, acompañados de 40 autodefensas de Coalcomán, Coahuayana, Chinicuila y Aquila, tomaron Ostula. En el grupo también iban comuneros de la autodefensa de la cabecera municipal de Aquila que infructuosamente se habían alzado el 15 de agosto de 2013 contra el cártel y la minera Ternium, instalada en su territorio. Reclamaban que la compañía no le daba a la comunidad 700 mil pesos de regalías a los que tenía derecho por la concesión de las tierras y que, en cambio, ese dinero era entregado, por medio de extorsión, a los Templarios. El mismo día del alzamiento militares ingresaron a Aquila dispersaron el movimiento y detuvieron a 43 comuneros.
De idéntica manera, tras la toma de Ostula, un convoy del Ejército ingresó al poblado pero no pudo desarmarlo.
Dos días después, ante una asamblea expectante que reunió a mil 200 indígenas, con la presencia de unos 300 autodefensas de los cuatro municipios citados, a Verdía se le nombró el comandante de Ostula. Año y medio después ya coordinaba a guardias civiles de los cuatro municipios.
A diferencia de las autodefensas de Tierra Caliente, financiadas por empresarios agrícolas y ganaderos, las de la costa enfrentan carencias de vehículos y de armas potentes. Las conforman campesinos e indígenas curtidos por el sol, muchos de ellos calzando huaraches.
El 19 de julio militares y policías estatales detuvieron a Verdía por posesión de arma prohibida. Él portaba un fusil R15 y una pistola 9 mm, ambas entregadas por el gobierno estatal tres meses antes, cuando, después de casi un año de espera inexplicable, finalmente se le legalizó como comandante de la Fuerza Rural. Los pobladores dicen que dicha dilación se debió a que es aliado de Mireles. Como protesta por el arresto, los pobladores de la costa bloquearon tres puntos en 15 kilómetros de la carretera costera para exigir su liberación. Fuerzas federales arrollaron los retenes y dispararon sobre la población de Ixtapilla, provocando la muerte del niño Edilberto Reyes García e hiriendo a seis personas más.
El equipo de apoyo y solidaridad con Ostula ignora si tras la liberación de Verdía se girarán nuevas órdenes de aprehensión en su contra. Por lo pronto, temen más detenciones de elementos de la Fuerza Rural y autodefensas cercanos a él.
El equipo muestra la copia del documento del Poder Judicial de Michoacán, fechada el 12 de junio, aún sin firmar, por el delito de homicidio de los cuatro atacantes de la referida emboscada del 25 de mayo.
Si bien Verdía ya fue exonerado, se incrimina a cuatro personas más: Freddy Cruz Martínez, uno de los siete exiliados que acompañó a Verdía en la toma de Ostula, nieto de don José Trinidad de la Cruz, el viejo activista que secuestró un comando al momento de conducir una delegación del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en Ostula el 6 de diciembre del 2011. Su cadáver apareció con huellas de tortura.
Otro de ellos es primo de Verdía: Héctor Zepeda Navarrete, conocido como Tetos, el comandante de la Fuerza Rural de Coahuayana, de oficio mecánico, cuyo hermano fue ejecutado por los Templarios en 2013, lo que detonó el alzamiento en el lugar.
Los otros dos son Germán Ramírez Sánchez, que quedó como comandante sustituto en ausencia de Verdía, y Evanivaldo Arceo Rojas.
La comunidad de Ostula alerta además, que Lico y su gente intentan recuperar la plaza del cártel.
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