El cambio climático real y los intereses encontrados (IV)

24/08/2015
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4ª parte  

 

Hemos hecho un recorrido por las diversas reuniones multilaterales, la lucha de los pueblos y comunidades y otras organizaciones, para detener y acabar con las afectaciones que el ser humano, en su afán de mayor confort, le infiere desde hace décadas a las condiciones climáticas del Planeta y con ello a la vida toda que le habita.

 

En esta tarea se involucran también iglesias, singularmente la católica dada la personalidad de su Papa, de la Orden Jesuita. Francisco, como le dicen sus seguidores –tomó su apelativo de San Francisco de Asís- incursiona 2 veces en materia ambiental, como ya vimos. Dedicaremos más  espacio a su 2ª participación, con su Encíclica Laudato si ("Alabado seas", en dialecto umbro), en la que llama a una "conversión ecológica". Ahora es conocida como Encíclica verde. Afirma: "No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental. Las líneas para la solución requieren aproximación integral para combatir la pobreza, devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente cuidar la naturaleza". Es uno de los párrafos de este inédito documento ético, expresa y denuncia sobre la relación directa entre destrucción del medio ambiente, pobreza y explotación económica, sin dejar de realzar belleza e importancia de la naturaleza, más allá de cualquier valoración que pueda darle el mercado.

 

Las encíclicas son dirigidas fundamentalmente a los creyentes. Esta, por texto y profundidad, posee dimensión planetaria. Hace un "llamamiento urgente a un nuevo diálogo sobre el modo en que se está construyendo el futuro del planeta", en alusión a la Cumbre que se realizará en París, considerada la cita definitiva de la que se espera un compromiso vinculante internacional, para la reducción de gases de efecto invernadero, incluidas las grandes potencias. 

 

La Encíclica impresiona por la hondura y prolijidad en los temas: contaminación y cambio climático; cuestión del agua; pérdida de la biodiversidad; deterioro de la calidad de la vida y degradación social; la inequidad planetaria; la debilidad de las reacciones y diversidad de opiniones respecto de estas problemáticas. Refiere la luz que ofrecen fe y sabiduría de los relatos bíblicos. Dice en una de sus partes: "La existencia humana se basa en 3 relaciones fundamentales, estrechamente conectadas: con Dios, el prójimo y con la tierra. Según la Biblia, las 3…se han roto, no sólo externamente, sino también dentro de nosotros…", sostiene.

 

En "Raíz humana de la crisis ecológica", Francisco recalca que "hoy el paradigma tecnocrático se ha vuelto tan dominante que es muy difícil prescindir de sus recursos, y más difícil todavía es utilizarlos sin ser dominados por su lógica"; pensando acerca de: ecología ambiental, económica y social –dice- "El ritmo de consumo, de desperdicio y alteración del medioambiente, supera las posibilidades del planeta…el estilo de vida actual, por ser insostenible, sólo puede terminar en catástrofes, como ya está ocurriendo periódicamente en diversas regiones".

 

La Encíclica resulta mayormente vigorosa cuando, respecto del cambio climático, critica "la debilidad de la reacción política internacional. El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas -dice- se muestra en el fracaso de las cumbres mundiales sobre medio ambiente. Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico, llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos".

 

También resalta: la tecnología basada en "combustibles fósiles muy contaminantes, necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora" y propone un diálogo en política internacional fijando que en el celo por la diversidad biológica los avances no han sido significativos. La encíclica invita a apostar por otro estilo de vida, por una educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente, y por una conversión ecológica.

 

Menciona reflexiones del patriarca ecuménico Bartolomé: “los crímenes contra la naturaleza constituyen un pecado”. Francisco ha invitado muchas veces a las religiones a trabajar juntas por la paz, el desarrollo social y defensa del medio ambiente. El escrito papal es un grito de alerta a una sociedad consumista y un aporte esencial a la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático 2015. Quizá por eso deja percibir una sensación de urgencia: se necesitan acciones concretas para hacer frente al calentamiento global, para lo cual propone un cambio drástico de corazón. Es un documento moral de lectura imperdible. http://horizontal.mx/la-enciclica-verde-el-papa-francisco-y-la-politica-global-del-cambio-climatico/

 

Como viene ocurriendo, la defensa de lo indefendible no se hace esperar respecto al CC. Apreciaciones desde que no pasa nada extraordinario, que tales afectaciones se dan en diversos momento del desarrollo de la Tierra, hasta asegurar que es una simple lucha de intereses, en que el propio Papa está involucrado. Veamos una nota denominada: FRANCISCO: IZQUIERDISMO POLÍTICO E IZQUIERDISMO TEOLÓGICO. Aquí se hacen afirmaciones sin sustento al señalar que “Algunos pronunciamientos sobre el izquierdismo político del pontífice Francisco, en los planos sociopolítico y económico, han sido objeto de comentarios críticos por parte de diversos analistas, presentando discrepancias y levantando interrogaciones”. 

 

Más adelante presenta una disquisición sobre el izquierdismo teológico de Francisco: “Filosofía y teología inaceptables de la encíclica Laudato Si” por Arnaldo Xavier da Silveira –quien afirma en otra nota que la “desviación básica en materia moral de numerosos católicos, laicos o sacerdotes, que en nuestros días van multiplicando con audacia creciente, de modo claro o velado, sus doctrinas disolventes”- predica que en la encíclica están una visión filosófica y teológica del ser humano y la creación, con sabor panteísta y evolucionista -inspiradas en el jesuita Teilhard de Chardin, precursor de los teólogos de la liberación- que, para él, resulta inaceptable a la luz de la teología tradicional católica y la sana filosofía. Da Silveira resalta que esos aspectos son inaceptables por los graves errores que contienen, y por insinuaciones, ambigüedades, omisiones y unilateralidades; y que no se siente en la encíclica, el timbre de voz del Buen Pastor. 

 

No soy religioso ni menos profundo conocedor de los amplios y recónditos senderos de la filosofía, pero la postura muestra el razonamiento medioeval, que Teilhard de Chardin supera en sus trabajos de investigación y fueran –eso sí- precursores de grandes momentos al lado de los pueblos, tanto de la teoría de la liberación como de las actitudes e ingenio activo del Papa Francisco. http://www.catolicosalerta.com.ar/revista-roma/10moral-sin-pecado.html

 

Más torpes son las críticas de “científicos”, hacia el 1er borrador de Francisco, enriquecido con más de 200 propuestas “de todo el mundo: científicos, activistas, filósofos, empresarios, políticos”. Francisco, Jorge Mario Bergoglio, estudió en una escuela secundaria industrial, graduándose como técnico químico (trabajó un tiempo realizando análisis de alimentos) y es jesuita, una de las órdenes religiosas que más evalúan el conocimiento.

 

Pero las posiciones progresistas de Francisco, no coinciden con la postura de su iglesia, basada en un conocimiento revelado, dogmático, en el que la Tierra y los seres que la habitan, fueron puestos ahí por Dios para servir al ser humano. Sin duda tal postura justifica mucho del deterioro ambiental que nuestra especie causa a lo largo de siglos. Francisco ofrece una apuesta moderna: “Hoy la Iglesia –dice- no considera que las demás criaturas están completamente subordinadas al bien del ser humano, como si no tuvieran un valor en sí mismas y nosotros pudiéramos disponer de ellas a voluntad”

 

Francisco es un papa liberal, innovador del siglo XXI. Su encíclica apoya la defensa global del ambiente -en vísperas de la COP 21, la Conferencia sobre Cambio Climático de París, que se celebrará en diciembre próximo-. Pero su lucha reformista es compleja, tiene que echar mano de criterios religiosos fuera de lugar, para apuntalar -con menor conflicto interno- sus criterios de avanzada. Ojalá logre revertir posturas que han lastimado al ser humano y al ambiente, por más de 20 siglos. 

 

Existen móviles para especular que la Conferencia (COP 21 de París), marcará un antes y un después en la lucha contra el cambio climático. Allí podría conformarse un compromiso vinculante y definitivo para reducir emisiones contaminantes a la atmósfera a partir del 2020. Hasta esa fecha durará el retardo que, desde la COP de Copenhague, sufrió el Protocolo de Kyoto, el cual marcaba –recordemos- un recorte en emisiones de CO 2 del 15 % para los países firmantes, con respecto a lo emitido en 1990.

 

” El “Acuerdo universal sobre el cambio climático” que se espera obtener en París, tiene como objetivo principal limitar el aumento de la temperatura global, en menos de 2º C. Francia se empeña en que sus socios de la UE, apoyen y amplíen su postura pionera en la lucha contra el cambio climático. El presidente J.F. Hollande, anunció -discurso en conferencia medio ambiental de Polonia- que defenderá una posición ambiciosa, centrada en el objetivo de reducir emisiones de gases de efecto invernadero en 40 % para 2030 y 60 % en 2040 (cifras respecto a 1990), en las próximas discusiones europeas, que llevarán a la Cumbre. Otro objetivo fundamental es limitar el aumento de la temperatura global en menos de 2º C, de gran importancia general y particular para países insulares y costas -incluido México-.

 

El empeño francés sobre tal base genérica y otras propuestas, se discutirá dos semanas en París (en Le Bourget) también los reflejos y condicionantes, siempre con la obligación de cumplir lo establecido. Previamente, la agenda y planificación de propósitos para esta reunión se analizarán en la Cumbre de Perú (COP 20) de diciembre de este año. Para esta reunión en el ámbito Latinoamericano, se tiene la certeza de que el cambio climático ya no es una teoría o posibilidad, es evidente, sus efectos se sienten  en todo el planeta. Por eso hay mayor compromiso con el principal objetivo: que para fines de este siglo la temperatura global no aumente más de 2°C.

 

Christiana Figueres, secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático, es la responsable de lograrlo. Ésta  diplomática costarricense -hija del 3 veces Presidente, José Figueres- asumió su cargo en 2010 reemplazando al holandés Yvo de Boer. Hoy tiene la misión de encontrar una ruta que lleve al mundo hacia un acuerdo global, que le permita enfrentar, de forma rápida y eficiente, las consecuencias del cambio climático, que son irreversibles. Es optimista. “Las realidades de hoy son muy diferentes a las de 2009 (cuando fracasó la cumbre de Copenhague). Mientras las negociaciones sobre cambio climático a nivel internacional continúan, las cosas no han permanecido estáticas a nivel nacional. Durante los últimos años ha habido una clara tendencia a aprobar leyes climáticas tanto en países desarrollados como en desarrollo. Más de un centenar de naciones tienen objetivos de reducción de emisiones para 2020, fijados mayoritariamente en leyes o políticas”, asegura en una entrevista por escrito con “El Mercurio”. http://www.cop20.pe/24710/si-no-logramos-bajar-las-emisiones-el-crecimiento-economico-habra-sido-en-vano/ (Continuará)

 

Puebla, Pue. 23 de agosto del 2015.

V_barcelo@hotmail.com

https://www.alainet.org/de/node/171931?language=es

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