El Tren Maya, el motor turístico de la cuarta transformación

La ruta del tren está compuesta por quince estaciones, que recorrerá los estados de Chiapas, Quintana Roo, Campeche, Yucatán y Tabasco.

16/05/2019
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El Tren Maya representa una esperanza para implementar un nuevo modelo turístico en los estados del sureste mexicano bajo la cuarta transformación encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. La ruta del tren está compuesta por quince estaciones, que recorrerá los estados de Chiapas, Quintana Roo, Campeche, Yucatán y Tabasco. El objetivo de la vía férrea es impulsar la actividad turística por medio del traslado de mercancías, turistas y trabajadores con el fin de contribuir a eliminar la pobreza extrema en esa región del país. El gobierno contribuirá con un 10% de la inversión total (150,000 millones de pesos), mientras que la parte restante será financiada por el sector privado en un plazo de cuatro años.

 

Actualmente cinco centros turísticos solamente concentran el 80% de los viajes de turistas extranjeros (Cancún, Riviera Maya, Los Cabos, Puerto Vallarta-Riviera Nayarit, y Ciudad de México) de acuerdo con la Secretaría de Turismo. El gobierno de López Obrador tratará de potenciar otras zonas turísticas construyendo lugares atractivos en los estados sureños, pero tendrá que recomponer los graves problemas del turismo. En Cancún, los trabajadores viven en zonas marginadas con deficiencias en los servicios públicos; las áreas verdes han desparecido por el crecimiento de la urbanización; y las playas se han visto seriamente dañadas a causa de los desperdicios producidos principalmente por los hoteles de lujo y las empresas dedicadas a la construcción.

 

La polarización social se ha acentuado en el estado de Quintana Roo donde la zona costera está plagada de hoteles, restaurantes y centros comerciales; mientras que las regiones marginadas habitadas por los trabajadores tienen graves deficiencias en los servicios de electricidad, drenaje y seguridad. Ahora el turismo se encuentra amenazado por la creciente violencia perpetrada por diversos grupos delictivos, situación que podría reducir la afluencia de turistas extranjeros. El nuevo modelo turístico debe incluir un entorno laboral digno para los trabajadores junto con la protección de las especies animales y vegetales.

 

El director del Fondo Nacional de Turismo, Rogelio Jiménez Pons, anunció que diez licitaciones serán lanzadas para la construcción de la vía férrea a partir de 2019. La construcción de la línea férrea inició con la rehabilitación de la vía existente entre las estaciones de Escárcega y Valladolid. Luego seguirá la construcción del tramo, que abarca zonas arqueológicas y áreas naturales, tras la publicación de los estudios de impacto ambiental y las consultas a las comunidades indígenas este año. La ruta del tren se construiría tomando en cuenta varias medidas con respecto a la protección del medio ambiente, puesto que conectará a grandes reservas naturales (Calakmul, Sian Ka’an y Yum Balam, entre otras)

 

Cabe recordar que los corredores ecológicos permiten el movimiento de especies en peligro de extinción que necesitan extensos espacios para poder sobrevivir como por ejemplo el jaguar, el puma y el mono araña. Por lo tanto, la construcción de puentes aéreos y pasos subterráneos es necesaria para permitir el movimiento de las especies, además de establecer estrictas regulaciones para no afectar las condiciones ambientales. Por esta razón el gobierno se comprometió a que el tren funcionará con un combustible de hidrógeno que no produzca una elevada contaminación; transitará a una distancia considerable de las zonas naturales para no estresar a los animales; y estará en constante mantenimiento para evitar accidentes durante sus recorridos.

 

El gobierno de López Obrador ha tenido reuniones con el Consejo de Desarrollo Rural Sustentable, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, el Colegio de la Frontera Sur con el fin de examinar estudios y propuestas para la conservación del medio ambiente. Entre las acciones que deberían revisar, consideramos que la restauración de bosques, arrecifes y corales es fundamental para crear un entorno aceptable para las especies animales que están en riesgo de extinción. Para mantener esta conservación ambiental, los gobiernos estatales deben impulsar la investigación científica que apoye un monitoreo sobre las áreas naturales. Finalmente, la vigilancia requiere ser reforzada con el propósito de erradicar la tala de árboles y la caza de animales que son realizadas de forma ilegal.

 

Por añadidura, los funcionarios públicos están trabajando con habitantes y grupos ambientalistas como la Alianza Nacional de Protección de Jaguar para proteger a la fauna y la flora. Sin embargo la protección del medio ambiente requiere fortalecer el papel de las comunidades indígenas en la administración de las áreas naturales protegidas. En este sentido las comunidades indígenas deben tener el derecho exclusivo de ocupar los recursos de las áreas protegidas; ser consultadas constantemente para desplegar las iniciativas de infraestructura; y recibir apoyo económico para implementar proyectos comunitarios en la agricultura, ganadería y pesca de forma sustentable.

 

El nuevo modelo turístico necesita estar basado en el consumo sustentable de los recursos naturales. Entre algunas medidas que podrían aplicarse, podemos incluir la fijación de límites en el número de hoteles permitidos; la promoción de espacios eco-turísticos; y la supervisión de las regiones naturales para verificar que no sufran afectaciones derivadas del crecimiento de la urbanización. La preservación de las regiones naturales hará que las zonas turísticas continúen siendo atractivas para los turistas; con lo cual asegurará una fuente de ingresos que será sostenida en el largo plazo.

 

Por otra parte, el Fondo Nacional de Turismo creará un Fideicomiso de Inversión y Bienes Raíces (FIBRA), que agrupará a 15 fideicomisos de las estaciones del Tren Maya. Este fondo de inversión financiará la construcción de centros urbanos que estarán constituidos por hoteles, restaurantes, centros comerciales y naves industriales, entre otras obras. El gobierno ocupará las tierras de los habitantes para construir estos complejos industriales y los beneficios de los proyectos serán otorgados a los dueños de los territorios y los inversionistas. La construcción de infraestructura tendrá un impacto económico ya que contribuirá a eliminar la pobreza en las comunidades marginadas por medio de la creación de empleos.

 

En los centros urbanos, el gobierno busca crear atractivos ancla para ofrecer a los turistas lugares de entretenimiento que permitan alargar su estancia en cada estación, ya que varias regiones no cuentan con una infraestructura turística comparable con otros centros como Cancún. Entre los nuevos atractivos se encuentran el museo de Armando Manzanero en Mérida; un video mapping en Edzná; y el museo de los piratas en Campeche. Así los centros urbanos estarán equipados con museos, exposiciones, ferias de artesanos, paseos en las zonas naturales en donde los turistas incrementarán los ingresos de la población local.

 

De acuerdo a estimaciones oficiales, el Tren Maya podrá trasladar a 3 millones de personas anualmente. El gobierno se centrará en aumentar la afluencia de turistas de naciones, cuyo nivel de ingreso pueda potenciar el flujo de divisas. En la actualidad, la distribución de turistas por nacionalidad está dominada por Estados Unidos, que aporta un 51% del total de turistas cada año. Para diversificar los mercados, el secretario de Turismo, Miguel Torruco, anunció que incentivará la llegada de turistas asiáticos principalmente de China y Rusia, porque los turistas chinos y rusos gastan 3,800 y 1,500 euros en promedio respectivamente.

 

Por tratarse de turistas con un elevado poder adquisitivo, estas personas se hospedan en hoteles todo incluido; van a comer a restaurantes lujosos; y visitan centros comerciales que cuentan con una gran variedad de servicios. La construcción de establecimientos requerirá la contratación de personal calificado que se encargará de edificar los centros urbanos. Además, la infraestructura turística incrementará la demanda de trabajos en diversas ocupaciones como guías turísticos, recepcionistas, meseros, entre otras. Sin embargo, las regiones marginadas no cuentan con un personal calificado para integrarse a la industria turística a causa del rezago educativo. Para tener un impacto en las zonas marginadas, el gobierno de López Obrador necesita crear en paralelo programas de capacitación para la población con el propósito de que puedan atender a los turistas extranjeros.

 

Por otro lado, los gobernadores estatales deben establecer un marco legal que obligue a las empresas a pagar una remuneración aceptable a los trabajadores. Con el fin de erradicar la informalidad laboral, las autoridades estatales requieren revertir la pobreza de diversos trabajadores (albañiles, meseros, personal administrativo, entre otros) que han sufrido la explotación de las empresas turísticas. En ese sentido la transformación de las relaciones laborales exige la eliminación del outsourcing, que ha sido utilizado por las compañías turísticas para contratar a los trabajadores sin ningún tipo de prestación.

 

En conclusión, la construcción del Tren Maya es una oportunidad para saldar la deuda histórica con la población de los estados del sureste, que fue excluida durante los años del neoliberalismo. Tras varias décadas de sufrir marginación económica, la población podrá integrarse en el sector turístico en donde podrán mejorar sus condiciones de vida. Para llevar a cabo con éxito esta labor, el gobierno de López Obrador enfrenta el reto de crear un nuevo modelo turístico basado en la preservación de la naturaleza además de asegurar un marco laboral que dignifique a los mexicanos.

 

Ulises Noyola Rodríguez

Colaborador del Centro de Investigación sobre la Globalización.

https://www.alainet.org/de/node/199870
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