Las elecciones regionales: pocas convergencias
- Opinión
Las elecciones presidenciales de 2018 en Colombia dejaron como gran enseñanza que para enfrentar la coyuntura se requería un entendimiento político que se debería materializar en un acuerdo entre el centro político y la izquierda. La negativa de la Coalición Colombia, COCO, representada en aquel entonces por la candidatura de Sergio Fajardo y que contaba con el apoyo de sectores del partido Alianza Verde y el Polo Democrático no se avino a una consulta que proponía el candidato de izquierda Gustavo Petro, tampoco lo hizo el candidato liberal, Humberto de la Calle. El resultado fue que en la primera vuelta presidencial en el mes de mayo quienes pasaron a segunda vuelta fueron los candidatos de la extrema derecha Iván Duque y de la Izquierda Gustavo Petro, con el triunfo de la derecha. No bastó que un sector del centro político representado por Claudia López, Antanas Mockus y otros sectores, respaldaran a Petro.
Se dijo entonces que la lección estaba aprendida. Que en las circunstancias políticas del país solo procesos democráticos de consultas populares o entendimientos conducentes a acuerdos que garantizaran concurrir con fuertes candidaturas unitarias del centro y la izquierda a las elecciones de gobernaciones departamentales y alcaldías municipales garantizarían en lo inmediato aspirar a ganar un importante número de gobiernos regionales del cambio que además apostaran por mantener en los territorios los acuerdos de paz en inminente riesgo ante el triunfo de la derecha que había amenazado con hacerlos trizas.
La formidable movilización alrededor de la candidatura de la Colombia Humana encabezada por Petro debería dar paso a la organización de un movimiento estructurado en los niveles municipales y departamentales. Tal cosa no ocurrió principalmente por dos razones. La primera por las dudas de Petro con respecto a la necesidad de centrar los esfuerzos en la creación de una organización política con enraizamiento en las bases municipales, con reglas del juego, con estructuras de movimiento flexibles pero que aglutinaran ese deseo de cambio y de transformación. Esas dudas resultaron fatales para avanzar en la creación de ese movimiento organizado.
Influyó también por supuesto que el politiquero Consejo Nacional Electoral, CNE, le negó a la Colombia Humana la personería jurídica para que pudiera avalar candidatos en todo el país. Esa decisión fue ratificada posteriormente y en segunda instancia por el Consejo de Estado. Así que Colombia Humana no se convirtió en una fuerza política democrática organizada. Todas las decisiones quedaron en manos de Petro con el consiguiente desgaste que tal situación implica.
Por su parte las fuerzas del centro andan también en la dispersión. La Coalición Colombia no existe como fuerza coherente nacional. En cada departamento o en cada municipio se decide de acuerdo a las conveniencias, intereses y apetitos de cada lugar. No se aprendió la lección. Los desencuentros y las críticas abundan en el plano nacional y se reproducen en los territorios. Las expectativas de fuertes coaliciones para estas elecciones regionales no se materializaron y persisten las divisiones y los desencuentros.
Una mirada rápida nos permite ver que esa convergencia no se materializó en la mayor parte de los territorios. En las principales ciudades del país la izquierda va por un lado y los candidatos del centro van por otro lado. Así están hoy las campañas para las alcaldías en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y en las otras principales ciudades del país. En Bogotá, sobre la cual me detendré más adelante el centro político logró una convergencia parcial con sectores de la izquierda alrededor de la candidatura de Claudia López que avanza adelante en las encuestas mientras que el Petrismo al final fortaleció la candidatura de Hollman Morris que marcha de último en las intenciones de voto.
En Medellín marcha adelante el uribista, Alfredo Ramos Maya con una intención de Voto del 29,9% en la última encuesta de Invamer Gallup seguido del Independiente Daniel Quintero con una intención de Voto del 21,4%. Los candidatos de la izquierda y los respaldados por Sergio Fajardo de Compromiso Ciudadano apenas llegan a una intención de voto alrededor del 5%. Quintero ha sido respaldado por Petro lo cual ha tratado de ser capitalizado por Uribe que nuevamente levanta los fantasmas del castrochavismo. Los dos candidatos cercanos a Fajardo suman un 12% mientras que el candidato del Polo apenas tiene una intención de voto cercana al 5%.
En Cali donde tampoco se logró la convergencia del Centro Izquierda el candidato del Partido Alianza Verde que cuenta con el respaldo de la izquierda, Jorge Iván Ospina, marcha adelante con una intención de Voto del 41,9% seguido de un candidato presentando por firmas pero que tiene el respaldo de un conjunto de fuerzas tradicionales incluido el uribismo, Roberto Ortiz Urueña, que tiene una intención del 33,2% del voto en esta ciudad. Allí Sergio Fajardo de Compromiso Ciudadano respaldo al empresario Alejandro Eder que apenas tiene una intención del 8,9% del voto en esta ciudad.
En Barranquilla el candidato del clan Char que mantiene desde hace 12 años la Alcaldía, Jaime Pumarejo, tiene en esta encuesta de Invamer una intención del 79,2% de voto seguido por Antonio Bohorquez con un 10,5% mientras el candidato de la Alianza Verde, Diógenes Rosero, solo tiene una intención del 3,7% del voto ciudadano.
La disputa entre el centro y la izquierda en Bogotá
En Bogotá para estas elecciones se conformó desde comienzos de este año una Mesa de Unidad para trabajar por una candidatura unitaria entre el centro y la izquierda. Todo iba bien hasta que se atravesó el tema del Metro. La administración Distrital encabezada por Enrique Peñalosa se ha empeñado en dejar contratada la realización de un pequeño metro que partiendo del borde occidental, localidad de Bosa, llegué hasta la calle 72 en la modalidad de Metro elevado. Esta que no es una verdadera solución a los inmensos problemas de movilidad de la ciudad y que cuenta con los inconvenientes de los metros elevados en relación con el deterioro de los entornos urbanos por los que circula, está muy avanzada y cuenta con el aval del gobierno nacional. Peñalosa desechó los estudios que la administración de Petro había realizado para la construcción de un metro subterráneo. Durante sus cuatro años de gobierno se dio a la tarea de estructurar la construcción de este metro que a todas luces es el más inconveniente para la ciudad.
Frente a esta obra la candidata Claudia López que cuenta con el respaldo de la Alianza Verde, el Polo Democrático, un movimiento principalmente de jóvenes agrupados bajo la denominación de activistas orientados por Luis Ernesto Gómez, que venían haciendo campaña para la alcaldía de la ciudad, ha manifestado que si la administración de Peñalosa deja contratado el metro elevado ella lo llevará a la práctica pero que con los recursos destinados a la construcción de transmilenio por la carrera séptima y por la carrera 68, que ella no hará, llevara esta línea del metro hasta la localidad de suba en el noroccidente de la ciudad. A esta propuesta de metro levado se opone Petro y no fue posible llegar a un acuerdo. En estas circunstancias Petro opta por apoyar a Hollman Morris que venía sosteniendo una candidatura respaldada por sectores de Colombia Humana, de Mais y con el respaldo de Petro llega también a poyarlo la Unión Patriótica. Otros puntos menores se levantan como críticas al programa de Claudia López como por ejemplo la alternativa para el acceso a la universidad para los cerca de 60 mil jóvenes que no tienen cupos universitarios en la ciudad, pero estos puntos son menores y sobre ellos con toda seguridad se podrían lograr acuerdos.
Ante esta división diversos esfuerzos se vienen haciendo para tratar de buscar un entendimiento que se ve dificultado por la crítica de un sector de mujeres de Colombia Humana en contra de Hollman Morris acusado por presuntos hechos de violencia intrafamiliar. Petro hasta ahora ha señalado que no descarta un acuerdo, pero, el punto fundamental de discrepancia que es el tema del metro se ve muy difícil de superar, toda vez que Claudia López mantiene su postura inicial. Todo ello en medio de recientes denuncias sobre presuntos hechos de corrupción en el proceso de licitación de esta línea del metro.
De acuerdo con la encuesta de Invamer Gallup a la que hemos hecho mención Claudia López va adelante en la intención de voto con un 36,6%, en segundo lugar se ubica Carlos Fernando Galán con un 22,8% candidato que se avaló por firmas, en tercer lugar marcha Miguel Uribe Turbay con un 22,3% y en cuarto lugar marcha Hollman Morris con un 13,7%. En una más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría para el Noticiero CM& Claudia López sigue marchando adelante con un 34% seguida de Galán con 23%, Uribe Turbay tiene 16% y Hollman Morris tiene el 9% de intención de voto.
Estas encuestas y otras publicadas recientemente, muestran o un estancamiento o una caída en la intención de Voto por Claudia López pero aún mantiene una importante ventaja sobre el segundo en intención de voto que también en todas las encuestas es Carlos Fernando Galán, también en todas las encuestas Uribe Turbay marcha tercero y en cuarto lugar Hollman Morris. La leve caída en las encuestas de Claudia López a mi juicio tiene que ver con el respaldo de Petro a Hollman o sea que pierde un importante voto por la izquierda y mantiene hasta ahora un sólido respaldo del centro, del voto joven y del voto de las mujeres.
En realidad la campaña podría decirse que enfrenta a dos tipos de candidatos. Claudia ubicada en centro con el respaldo de un sector de la izquierda que levanta críticas a Peñalosa por su política de movilidad centrada en los buses contaminantes, pero que está dispuesta a hacer el metro que este deje contratado y Hollman que critica el metro elevado y propone construir el metro subterráneo, al tiempo que critica el Plan de Ordenamiento Territorial por entregar las plusvalías urbanas a los terratenientes urbanos y a los constructores, en esto está de acuerdo Claudia López que pide que este Plan no sea aprobado por el Concejo de la Ciudad.
Los otros dos candidatos son peñalosistas y tradicionalistas. Les parece a ambos que lo que hay que hacer es continuar con las políticas de Peñalosa que han revertido los avances significativos que la ciudad había logrado en materia de inclusión social y lucha contra la pobreza. Aún quedan 45 días de campaña. Muchas cosas pueden pasar. Pienso que nuestra responsabilidad sigue siendo la de trabajar por una confluencia del centro y la izquierda alrededor de un buen acuerdo programático. Aún no todo está decidido al respecto.
Bogotá 12 de septiembre de 2019
-Pedro Santana Rodríguez es director de la Revista Sur (Colombia)
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