Poco le queda a Trump

12/12/2019
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No hay mal que dure cien años. A pesar de que los republicanos tienen la mayoría en el Senado, el voto final no está claro. Es un caso en donde la opinión y la presión de la ciudadanía serán un importante factor para decidir el futuro de tambaleante Presidente. Cuando se llega a cierto nivel en un proceso de crisis, el acusado comienza a perder apoyo y comienza a sufrir el humillante proceso del abandono de sus correligionarios, además, nadie quiere sufrir la deshonra de aparecer en la historia como apoyando al malo de la película, al perdedor – es una de las razones de por qué los acusados prefieren renunciar antes.

 

Poco le queda a Trump

 

Después de casi tres meses de investigaciones, los congresistas demócratas de la Cámara de Representantes dieron a conocer este 10 de diciembre dos artículos con los cuales comienzan formalmente el proceso de acusación constitucional en contra del desquiciado Presidente Donald John Trump.

 

El primer artículo sobre abuso de poder está basado en que Trump trató de extorsionar a los ucranianos para que investigaran a su rival político, utilizando una posible reunión en la Casa Blanca y dinero para ayuda militar. El segundo artículo lo acusa de oobstaculizar las funciones del Congreso, ordenando a su personal y agencias a no participar y no responder a las peticiones de la Cámara de Representantes.

 

Los artículos, traducidos en su totalidad y reproducidos más abajo, acusan a Trump de abuso de poder y de oobstruir las funciones del Congreso. Estos son los dos puntos mencionados en la Constitución política del país para la acusación constitucional. Levantar este tipo de acusación es muy difícil debido a que los autores del histórico e inoperante documento no hicieron una lista de lo que ellos consideraban delitos y solo los nombraron como “grandes crímenes y delitos menores” (high crimes and misdemeanors).

 

Esto explica que no se hayan considerados otras violaciones de Trump como las mencionadas en el informe del abogado Robert Muller que dejó en claro, sin decirlo, que Trump también obstruyó la justicia al tratar de bloquear la investigación de la injerencia de Rusia en las elecciones del 2016. Otros crímenes “menores” perpetrados por Trump y los cuales no se pueden usar para acusar al presidente porque no están mencionados en la Constitución incluyen: incitación a la violencia y llamar abiertamente al asesinato, aprovechamiento económico de un puesto público, trata de blancas y adulterio, infringir las leyes de impuestos, la constante mentira, misoginia, insultos y desprestigio público en contra de periodistas y personas discapacitadas, racismo o xenofobia, afrentas a personas de otros grupos étnicos, etc.

 

Estos artículos de la acusación constitucional tienen que ser aprobados por el Comité Judicial de la Cámara de Representantes posiblemente esta semana. Se estima que la aprobación será fácil. Luego irán a la Cámara de Representantes. Allí solo bastaría que se apruebe uno para que la acusación avance. Si se aprueba, posiblemente en este mes, Trump sería acusado formalmente y el Senado tendría que llevar adelante un juicio para determinar su destitución presidencial; lo que requeriría dos tercios de los votos del Senado.

 

A pesar de que los republicanos tienen la mayoría en el Senado, este voto aun no está claro. Es uno de los raros casos en donde la opinión y la presión de la ciudadanía serán un importante factor para decidir el futuro de Trump. Está comprobado históricamente, que cuando se llega a un nivel en un proceso de crisis, el acusado comienza a perder apoyo y comienza a sufrir el humillante proceso del abandono de sus correligionarios – nadie quiere sufrir la deshonra de aparecer en la historia como apoyando al malo de la película, al perdedor - es una de las razones de porque los acusados prefieren renunciar antes.

 

Por su parte Trump está respondiendo a través de Twitter como una bestia mortalmente herida; con pataleos de niño malcriado, con insultos, mentiras e improperios a destajo, como solo él lo sabe hacer.

 

Se estima que para enero del 2020, el futuro del incompetente presidente Trump – que nunca se ganó su dinero si no que lo heredó de su padre – podría quedar sellado en una movida histórica que podría terminar con el régimen presidencial actual, el monopolio de los dos partidos y profundizar la crisis constitucional por la que atraviesa el país desde ya hace muchos años.

 

Resolución de la Cámara de Representantes para la acusación constitucional contra Trump

 

Traducción de Fernando A. Torres

 

Artículo I: Abuso de poder

 

La Constitución establece que la Cámara de Representantes “tiene el poder exclusivo de entablar una acusación constitucional y que el Presidente deberá ser destituido de su cargo en una acusación constitucional por traición, soborno u otros grandes crímenes y delitos menores". En su desempeño en el cargo de Presidente de los Estados Unidos, y en violación de su juramento constitucional de ejecutar fielmente el cargo de Presidente de los Estados Unidos - lo mejor que pueda – para preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos, y en violación de su deber constitucional de cuidar que las leyes se ejecuten fielmente, Donald J. Trump ha abusado de los poderes de la Presidencia, en el sentido de que:

 

Utilizando los poderes de su alto cargo, el Presidente Trump solicitó la interferencia de un gobierno extranjero, Ucrania, en las elecciones presidenciales de 2020 en los Estados Unidos. Lo hizo a través de una maquinación o conducta repetitiva que incluía solicitar al Gobierno de Ucrania que anunciara públicamente investigaciones que beneficiarían su reelección, dañarían las perspectivas electorales de un oponente político e influirían en la elección presidencial de los Estados Unidos 2020 para su provecho. El Presidente Trump también trató de presionar al Gobierno de Ucrania para que tome estas medidas condicionando los actos oficiales del Gobierno de los Estados Unidos - de gran valor para Ucrania - a un anuncio público de las investigaciones. El Presidente Trump participó en esta maquinación o constante conducta con fines corruptos en busca de un beneficio político personal. Al hacerlo, el Presidente Trump utilizó los poderes de la Presidencia de una manera que comprometió la seguridad nacional de los Estados Unidos y minó la integridad del proceso democrático de los Estados Unidos. Así ignoró e hirió los intereses de la nación.

 

El Presidente Trump participó en esta maquinación o constante conducta a través de los siguientes medios:

 

1) El Presidente Trump, actuando tanto directamente como a través de sus agentes dentro y fuera del gobierno de los Estados Unidos, solicitó corruptamente al gobierno de Ucrania que anunciara públicamente investigaciones sobre:

 

(A) un opositor político, el exvicePresidente Joseph R. Biden, Jr. y

 

(B) una teoría desacreditada promovida por Rusia alegando que Ucrania, en lugar de Rusia, interfirió en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016.

 

2) Con los mismos motivos corruptos, el Presidente Trump, actuando tanto directamente como a través de sus agentes dentro y fuera del gobierno de los Estados Unidos, condicionó dos actos oficiales en los anuncios públicos que había solicitado:

 

(A) la entrega de $391 millones de fondos de los contribuyentes de los Estados Unidos que el Congreso había aprobado sobre una base bipartidista con el fin de proporcionar asistencia militar y de seguridad vital a Ucrania para oponerse a la agresión rusa y que el Presidente Trump ordenó suspender; y

 

(B) una reunión de jefes de Estado en la Cámara Blanca, con la cual el Presidente de Ucrania intentó demostrar el continuo apoyo de los Estados Unidos al Gobierno de Ucrania frente la agresión rusa.

 

3) enfrentado a la revelación pública de sus acciones, el Presidente Trump finalmente liberó la ayuda militar y de seguridad al Gobierno de Ucrania, pero ha continuado instando y solicitando abierta y corruptamente a Ucrania para que realice investigaciones para su beneficio político personal.

 

Estas acciones fueron consistentes con las invitaciones anteriores del Presidente Trump a la interferencia extranjera en las elecciones de Estados Unidos. En todo esto, el Presidente Trump abusó de los poderes de la Presidencia al ignorar y dañar la seguridad nacional y otros intereses nacionales vitales para obtener un beneficio político personal inapropiado. También ha traicionado a la Nación al abusar de su alto cargo para reclutar a una potencia extranjera en la corrupción de las elecciones democráticas.

 

Por lo tanto, el Presidente Trump, mediante tal conducta, ha demostrado que seguirá siendo una amenaza para la seguridad nacional y la Constitución si se le permite permanecer en el cargo, y ha actuado de una manera extremadamente incompatible con el auto-control y el estado de derecho. Por lo tanto, el Presidente Trump merece la acusación constitucional y el juicio, la destitución del cargo y la descalificación para ocupar y disfrutar de cualquier puesto de honor, confianza y/o lucrarse de los Estados Unidos.

 

Artículo II: Obstaculizar las funciones del Congreso

 

La Constitución estipula que la Cámara de Representantes “tiene el poder exclusivo de entablar una acusación constitucional” y que el Presidente “será destituido de su cargo en una acusación constitucional por traición, soborno u otros grandes crímenes y delitos menores”.

 

En su desempeño en el cargo de Presidente de los Estados Unidos, y en violación de su juramento constitucional de ejecutar fielmente el cargo de Presidente de los Estados Unidos - lo mejor que pueda – para preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos, y en violación de su deber constitucional de cuidar que las leyes se ejecuten fielmente. Sin precedentes, categórico e indiscriminado, Donald J. Trump ha ordenado desafiar las citaciones emitidas por la Cámara de Representantes de conformidad con su Poder único para la acusación constitucional. El Presidente Trump ha abusado de los poderes de la Presidencia de una manera ofensiva y subversiva de la Constitución, en el sentido de que:

 

La Cámara de Representantes ha emprendido una investigación de acusación constitucional centrada en la corrupta solicitud del Presidente Trump al Gobierno de Ucrania para interferir en las elecciones presidenciales de 2020 en los Estados Unidos. Como parte de esta investigación de acusación constitucional, los Comités que llevaron a cabo la investigación presentaron citaciones a varias agencias y oficinas del Poder Ejecutivo, y funcionarios actuales y anteriores para la búsqueda de documentos y testimonios considerados vitales para la investigación. En respuesta, sin una causa o excusa legal, el Presidente Trump ordenó a las agencias, oficinas y funcionarios de la Rama Ejecutiva para que no cumplan con esas citaciones. El Presidente Trump interpuso así los poderes de la Presidencia contra las citaciones legales de la Cámara de Representantes, y asumió para sí las funciones y juicios necesarios para el ejercicio del "Poder único de acusación constitucional" conferido por la Constitución en la Cámara de Representantes. El Presidente Trump abusó de los poderes de su alto cargo a través de lo siguiente:

 

1.- Ordenar a la Cámara Blanca para que desafíe una citación legal reteniendo la producción de documentos solicitados por los Comités (investigadores).

 

2.- Ordenar a otras agencias y oficinas del Poder Ejecutivo para que desafíen las citaciones legales y bloqueen la producción de documentos y registros de los Comités, en respuesta a lo cual el Departamento de Estado, la Oficina de Administración y Presupuesto, el Departamento Energía y el Departamento de Defensa se negaron entregar un solo documento o registro.

 

3.- Ordenar a los funcionarios actuales y anteriores del Poder Ejecutivo para que no cooperen con los Comités, en respuesta a lo cual nueve funcionarios de la Administración desafiaron las citaciones para testimonio, a saber: John Michael "Mick" Mulvaney, Robert B. Blair, John A. Eisenberg, Michael Ellis, Preston Wells Griffith, Russell T. Vought, Michael Duffey, Brian McCormack y T. Ulrich Brechbuhl.

 

Estas acciones fueron consistentes con los esfuerzos previos del Presidente Trump para socavar las investigaciones del gobierno de los Estados Unidos sobre la interferencia extranjera en las elecciones de los Estados Unidos. A través de estas acciones, el Presidente Trump buscó arrogarse el derecho de determinar la propiedad, el alcance y la naturaleza de una investigación de acusación constitucional sobre su propia conducta, así como la prerrogativa unilateral de negar cualquier información a la Cámara de Representantes en el ejercicio de su “Poder único de acusación constitucional”.

 

En la historia de la República, ningún Presidente ha ordenado nunca el desafío total de una investigación constitucional de acusación, ni ha intentado obstruir e impedir tan masivamente la capacidad de la Cámara de Representantes para investigar “grandes crímenes y delitos menores”. Este abuso del cargo sirvió para encubrir la mala conducta reiterada del propio Presidente y para tomar y controlar el poder de acusación constitucional y, por lo tanto, para anular una salvaguardia constitucional vital conferida únicamente a la Cámara de Representantes.

 

En todo esto, el Presidente Trump ha actuado de manera contraria a la confianza como Presidente y subversivo al gobierno constitucional; un gran daño a la causa de la ley y la justicia, y a la manifiesta herida del pueblo de los Estados Unidos. Por lo tanto, el Presidente Trump, mediante tal conducta, ha demostrado que seguirá siendo una amenaza para la Constitución si se le permite permanecer en el cargo, y ha actuado de una manera groseramente incompatible con el auto-control y el estado de derecho. Por lo tanto, el Presidente Trump merece la acusación constitucional y el juicio, la destitución del cargo y la descalificación para ocupar y disfrutar de cualquier cargo de honor, confianza o lucro en los Estados Unidos.

 

-Fernando A. Torres, desde EEUU, 10 de diciembre de 2019

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