La incoherencia entre el reclamo soberano de las Malvinas y la política de adquisiciones militares de Argentina
- Opinión
Las Malvinas son Argentinas y la Patria Grande Nuestroamericana es solidaria con el reclamo de Argentina de la soberanía de las Islas del Atlántico Sur ocupadas por el Reino Unido, no obstante todos sabemos que los organismos multilaterales al servicio del Norte Global nunca reconocerá el legítimo derecho del pueblo argentino sobre el territorio insular, razón por la cual, para decirlo suavemente, resulta necesario convencer a los ingleses del desalojo de las islas, y con esto no me refiero a la guerra, sino a la disuasión de la ocupación, pero esto nunca ocurrirá desde una posición de debilidad estratégica en materia de fuerza y equipamiento militar; es decir que si bien la ubicación de las Malvinas tan cerca de Argentina y tan lejos de Inglaterra debería otorgar una ventaja para exigir su devolución, la debilidad de las fuerzas armadas, sobre todo en materia naval y aérea, termina permitiendo que una potencia media lejana mantenga su posición dominante, por esta sencilla razón ni el Reino Unido ni sus aliados permitirán que Argentina se fortalezca hasta el punto de poder reclamar desde una posición de fuerza la soberanía sobre este territorio, de allí que exista un veto británico contra cualquier compra de equipo militar que cambie el statu quo vigente.
Los antecedentes de esta afirmación resultan dolorosamente demoledores; la guerra de las Malvinas dejó absolutamente claro que ningún país miembro del complejo militar industrial de “occidente” va a ponerse en contra del Reino Unido, tal cual lo demostró Francia con los misiles anti buque exocet y los Estados Unidos prefiriendo al aliado de la OTAN y poniendo en evidencia la farsa del TIAR. Una cosa que demostró esta guerra a todos los analistas militares del mundo fue el poder de la aviación naval frente a la flota, un potencial que los argentinos no pudieron explotar debidamente por carecer de los equipos militares con las características necesarias (aviones que perdían ante los Harriers subsónicos), ni las municiones adecuadas (es de recordar, los misiles que impactaron pero no estallaron); precisamente es sobre este aspecto que gira este aporte, sobre la fuerza aérea, sus necesidades, posibilidades y opciones, frente a la obcecada posición y pretensiones de una élite militar enamorada del norte global y el occidente colectivo.
Hace aproximadamente un año trascendió a los medios la intención de Argentina de adquirir aviones FA-50 de construcción coreana (Corea del Sur), y recientemente se conoció la negativa de KAI, la empresa fabricante del avión, aludiendo el veto británico, por cuanto la aeronave contiene componentes y elementos del Reino Unido; la elección de la fuerza aérea se tomó considerando las limitaciones de presupuesto y las preferencias geopolíticas por encima de las necesidades y dejando de lado otras opciones con el potencial de cubrir mejor los criterios de necesidad real y disponibilidad de presupuesto. Para demostrar el punto haremos un análisis de necesidades y opciones.
Necesidades de la Fuerza Aérea para respaldar el reclamo sobre las Malvinas y las opciones disponibles
Considerando la ubicación de las Islas, lo ideal sería un caza bombardero pesado de largo alcance, con altas capacidades de ataque aire-superficie y aire-tierra, así como excelentes capacidades de combate aire-aire, con el equipamiento misilístico correspondiente; el asunto es que el avión tenga la capacidad de ida y vuelta con la carga suficiente para atacar y la capacidad de defenderse de los ataques desde tierra, agua y otros aviones; ese producto en este momento solo es producido por 3 complejos militares industriales en el mundo: Estados Unidos (F-15), China (J-11B y J-16) y Rusia (SU-30SM); el primero de ello solo comercializa ese tipo de aviones a sus aliados más cercanos y con un alto costo y condicionantes técnicas y políticas estrictas (aquí el veto británico entra en juego), el segundo no comercializa para exportación sus aviones pesados, por lo que sólo queda el tercero, que ofrece el Sukhoi sin condiciones y a un precio razonable para sus altas capacidades; solo una docena o incluso media de estos aviones ya resultarían en motivo de preocupación para las fuerzas británicas en las Malvinas, no obstante puede que aún se salga del presupuesto disponible actualmente.
La segunda posibilidad, en caso de no poder optar por cazas bombarderos pesados, sería apelar por cazas polivalente medianos bimotores o monomotor, los cuales puedan cubrir la distancia con tanques adicionales o reabastecimiento aéreo, con una carga decente de armas y buenas capacidades de combate aire-aire y ataque aire-superficie; en este caso el mercado es mucho más amplio e incluye a los europeos (Rafale y Eurofigther), los estadounidenses (F-18 y F-16), los rusos (MIG-29M y MIG-35), y el chino J-10C; los primeros resultan muy costosos y todos estarían vetados por razones políticas de la alianza OTAN; los segundos también son caros y solo se venderían con limitaciones de software y armamentos (capados), por lo que quedan los rusos y chinos, altamente capaces accesibles y sin condicionantes.
Finalmente está la posibilidad, como último recurso, de acudir a la compra de cazas ligeros monomotor, con limitaciones de alcance y carga efectiva que podrían solventar parcialmente con tanques externos y reabastecimiento en el aire; el mercado aquí consta de la oferta europea (SAAB Griphen), y el chino/paquistaní (JF-17), también están cazas ligeros basados en entrenadores avanzados, con capacidades limitadas de combate y ataque ligero, grupo en el que se ubica el FA-50 coreano, el FTC-2000 y L-15B chino, el Yak-130 Ruso y M-346 italiano; en este caso solo JF-17 y el SAAB podrían cumplir con el cometido, pero el segundo a pesar de su tamaño compacto es costoso y no superior al nuevo Bloq III del avión chino.
El problema de fondo: La política de adquisiciones
Luego de la negativa de KAI, el alto mando de la fuerza aérea argentina se pronunció denunciando el veto británico y anunciando que estaba estudiando la posibilidad de adquirir el JF-17, argumentando razones presupuestarias y disculpándose con los que se oponían a los aviones chinos, afirmando que no tenían otra opción y que de ser otras las circunstancias no tomarían tal decisión, “necesitamos aviones de 4ta generación y si los tenemos que ir a buscar a China lo haremos”; si bien la nueva iniciativa resulta razonable, termina por reflejar los problemas de la política de adquisiciones militares de la fuerza área (y todas las fuerzas armadas), las cuales demuestran una preferencia total por el complejo militar industrial de occidente y su desprecio irracional por los productos alternativos de Rusia y China; obviamente esta postura tiene raíces políticas y doctrinales en la formación de la elite militar argentina en la escuela de las américas y su profunda vinculación con el sistema mundo moderno-colonial e imperial.
Lo irracional se refleja en la negación de dos grandes realidades, en primera instancia, el complejo militar occidental, representado por Estados Unidos, Europa, Israel, Japón y Corea del Sur, comparte tecnologías, componentes, procesos, y sobre todo intereses comunes, razón por la cual este complejo militar tan amado por el alto mando argentino nunca permitirá el fortalecimiento de las fuerzas armadas argentinas y solo estará dispuesto a vender artículos usados (o nuevos), con capacidades limitadas de fábrica y acceso parcial a las municiones (aviones viejos y capados); la segunda realidad se refiere a las capacidades de los complejos militares industriales de Rusia y China, las cuales son reconocidas por expertos militares de Estados Unidos y Europa; la industria aeroespacial rusa tiene una trayectoria histórica de capacidades que compiten, igualan e incluso superan los productos occidentales; entre tanto el avance del complejo industrial chino, hace que sus productos sean cada vez más numerosos y altísima calidad, gracias al dominio tecnológico logrado en el gigante asiático y enorme poder económico.
Otro elemento relacionado con la postura irracional del alto mando es que el veto británico siempre estará ahí y será una condicionante permanente en las opciones de compra de Argentina; más allá de las limitaciones presupuestarias, aunque el país dispusiera de recursos ilimitados, el complejo militar occidental no armará adecuadamente a los argentinos jamás. La situación de la fuerza aérea argentina es crítica y necesita con urgencia de aviones capaces que no obtendrá de occidente, por lo que Rusia y China son sus opciones, aun así los productos rusos ni siquiera fueron considerados, y los chinos ahora son tomados en cuenta por descarte y como último recurso, e incluso con tanta vergüenza que el alto mando presenta escusas a sus críticos por comprar “basura china”.
El Gobierno tibiamente progresista de Argentina, aun con las limitaciones económicas, debe tomar esta situación en consideración si es que la nación de Perón aspira a reivindicar sus legítimos derechos sobre las Malvinas. Tanto Rusia como China estarían dispuestos a vender lo necesario a cambio de acuerdos por mercancías, y con créditos flexibles (como ya han hecho con tantos países en el mundo); lo que haría falta sería voluntad política y valor para tomar decisiones que pueden conllevar a sanciones y animadversión de occidente, pero que también podría equipar a la fuerza aérea con al menos 12 cazas pesados SU-30SM y 24 MIG-35 o J-10C, sin descartar como opciones más accesibles el JH-7ª (Bombardero naval táctico), y el mencionado JF-17. El tema de fondo aquí es que la elite militar argentina ha determinado una política de adquisidores militares altamente incoherente con su reclamo soberano de las Malvinas, y el gobierno de la nación debería tomar medidas al respecto; puede que esta no sea una prioridad en la actualidad para el alto mando civil, o tal vez simplemente no exista voluntad de perturbar al alto mando y sus convicciones norte céntricas.
Pltgo. MSc. Oswaldo Espinoza.
Docente/investigador UBV-CEPEC. Investigador asociado del CIM.
Especialización en Epistemologías del Sur de Universidad Sur-Sur (CLACSO/CES/FLACSO).
Administrador de los blogs: https://tableroordenmundial.blogspot.com/ y https://descolonizarlaeducacion.blogspot.com/
Colaborador como analista para: Mundo.sputniknews.com, Alainet.org, Otrasvoceseneducación.org, Analéctica.org, Aporrea.org, Rebelión.org, Barometrolatinoamericano.blogspot, Cubad
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