Los movimientos sociales en Paraguay después del golpe de Estado

26/02/2013
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Paraguay. Las organizaciones populares de Paraguay enfrentan un escenario político complejo originado no sólo por la caída del presidente Fernando Lugo en junio de 2012, acusado de provocar la masacre de Curuguaty, donde fueron asesinados 17 campesinos, sino por las dinámicas que se generaron con la llegada del luguismo al poder.
 
Arnaldo Sandoval, luchador social, explica en entrevista con Desinformémonos que el actual gobierno está ligado a Monsanto, a las mineras y a los empresarios de la soja, y desgrana las articulaciones de los movimientos indígenas y campesinos.
 
También da luz sobre los nuevos movimientos que nacen en los barrios paraguayos, independientes de lo electoral y horizontales.
 
La situación actual en Curuguaty
 
La Masacre de Curuguaty trascendió la mediterraneidad del Paraguay y se conectó con otras miles de luchas de pueblos indígenas y campesinos que resisten y luchan contra los desalojos violentos y solapados de sus territorios ancestrales y tradicionales por parte del capital. En ese sentido, la masacre de Marina Cué fue el inicio de una serie de golpes contra comunidades pobres sin tierra de una parte del interior del país, que es Curuguaty.
 
En Paraguay existen más de 8 millones de hectáreas de tierras malhabidas, y las 2 mil hectáreas en disputa -desde el 2004 hasta el 2012- forman parte de esa cifra descomunal que implica casi el 25 por ciento del territorio paraguayo; Paraguay posee 40 millones de hectáreas.
 
En el país existen mafias corporativas que tienen sus raíces profundas en tierras mal habidas. Las tierras en cuestión de Marina Cué eran tierras del pueblo aché. Hasta los años ochenta, los aché, si no salían por las buenas de sus tierras, eran echados por la fuerza en camiones de las fuerzas armadas; aquellos que se resistían eran acribillados a balazos por militares y matones, quienes cobraban un plus por cada par de orejas que conseguían.
 
Las comunidades indígenas que hoy existen permanecen gracias a que en su momento pudieron refugiarse monte adentro, pero con el avance de la sociedad occidental a través del modelo de producción ganadera, las comunidades fueron quedando dentro de las estancias. Muchas de estas comunidades han sido explotadas como peones, y algunas aún lo son.
 
En los años noventa, el enclave ganadero cambió y se transformó enclave sojero, lo que trajo consigo los efectos de los paquetes tecnológicos, el alquiler de las tierras, las fumigaciones indiscriminadas sobre las comunidades, sobre las escuelas, sobre las poblaciones mismas. La tranza de las autoridades locales y nacionales han cedido territorio a los narcos, a los ganaderos, a los sojeros, y éstos últimos han avanzado violentamente en los últimos años.
 
Monsanto, las corporaciones y el golpe de Estado
 
El presidente golpista, actual Federico Franco, siendo vicepresidente de Fernando Lugo, fue descubierto en varias ocasiones en reuniones secretas con la embajada de los Estados Unidos, en Asunción. La primera vez que fue descubierto fue en 2009; esto le costó el cargo al entonces Ministro de Defensa, Bareiro Spaini, leal a Lugo, quien recibió ofertas del gobierno yanqui para apoyar un posible golpe.
 
Hay que recordar que era un cogobierno con el Partido Liberal Radical Auténtico. Franco siempre ha apoyado abiertamente a Monsanto, a la minera Río Tinto Alcán y a los gremios de “productores”: Unión de Gremios de la Producción (UGP), Asociación Productores de Soja (APS) y Asociación Rural del Paraguay (ARP), que nuclean a los grandes sojeros y ganaderos del Paraguay.
 
En la misma semana en que subió Franco, derogó una ley que limitaba el uso de agrotóxicos y el ingreso de semillas modificadas genéticamente. Al mes ya había ingresado el algodón BT de la Monsanto, y luego de tres meses, las primeras variedades de semillas de maíz genéticamente modificadas. Las organizaciones campesinas, muy debilitadas porque estaban estrechamente vinculadas al gobierno de Lugo -sobre todo las dirigencias, cooptadas por el gobierno progresista-, no han tenido la capacidad ni la fuerza de resistir la avanzada de los agronegocios.
 
En este sentido, la empresa Campos Morombi , de Blas Riquelme, dice que las tierras de Marina Cué son una reserva, pero en realidad de las 2 mil hectáreas, cerca de mil 200 son alquiladas a los sojeros brasileros y árabes que sí han invadido y avanzan sobre las poblaciones pobres paraguayas. De este modo se va perdiendo tierra, territorio y soberanía de los pueblos.
 
Articulación de indígenas y campesinos
 
Una de las pocas instancias que ha logrado sobrevivir en estos meses como instancia nacional es la Articulación Curuguaty, en torno a la cual se han articulado organizaciones de la Vía Campesina, la Plataforma de Estudios e Investigaciones de Conflictos Campesinos, la Plataforma de Organizaciones Sociales por la Democracia, la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y Adolescencia, la Pastoral Social Nacional, partidos políticos de izquierda, anarcos e independientes.
 
El problema actualmente es que el ambiente electoral divide las fuerzas. La izquierda está dividida y la dirigencia de las organizaciones y movimientos históricos se ha involucrado mucho en la cuestión; incluso son candidatos a diputados, senadores y vicepresidentes.
 
Las fuerzas políticas tradicionales y la división de la izquierda
 
Justicia, libertad, soberanía, respeto a los territorios son luchas de los pueblos; la gente está muy descreída de los partidos políticos. El 21 de abril es día de elecciones nacionales; el candidato del Partido Colorado es visto como el candidato narco; su principal oponente es el Partido Liberal, que representa al neoliberalismo de la calaña de Menem; y tenemos a la izquierda totalmente dividida por el golpe, algunos sectores con fuertes intenciones de tranzar con el Partido Liberal y el gobierno actual so pretexto de que no gane el narco.
 
Avanza País está integrado por varios partidos y movimientos; los principales partidos son el PMAS (Partido Movimiento al Socialismo) y el Movimiento 20 de Abril. Tiene como candidato a presidente a Mario Ferreiro, periodista, quien tiene mucha publicidad mediática, poco contenido y está ligado al Partido Liberal. Era el candidato de Lugo, pero el problema surgió cuando se iban a definir las candidaturas a diputados y senadores, porque ocupando estos puestos muchos de los que son candidatos van a lograr “fueros parlamentarios” y no pueden ser procesados por hechos de corrupción.
 
El Frente Guasú es liderado por Fernando Lugo, quien va como candidato a senador primero; su candidato a presidente es Aníbal Carrillo Iramain, del Partido Popular Tekojoja, muy respetado pero de muy bajo perfil. El candidato a vicepresidente es Luis Aguayo, un histórico dirigente campesino.
 
Entonces tenemos a Avanza País, que tiene mayoría de votos urbanos, y al Frente Guasú, con mayoría de votos rurales. La derecha ha hecho un buen trabajo para dividir a los sectores populares.
 
Me faltó mencionar al Movimiento Kuña Pyrenda, un movimiento político que por primera vez está conformado por mujeres indígenas, campesinas y urbanas que tiene en cuenta también a hombres feministas. Tiene un proceso muy interesante y reconocido por una participación real de las bases.
 
Este movimiento está conformado por mujeres de base, lideresas indígenas, ex funcionarias del gobierno de Lugo, ex ministras, dirigentas e integrantes de organizaciones campesinas. Esto significa Kuña Pyrenda en guaraní: plataforma de mujeres. Los hombres son bienvenidos, por cierto.
 
Campesinos, indígenas y procesos electorales
 
Los dirigentes, líderes y lideresas son referentes importantes. En algunos casos, las comunidades están ligadas a organizaciones y sus dirigentes están vinculadas a los movimientos y partidos políticos; es una lógica no sólo de los partidos de izquierda. El caudillismo todavía está fuerte en la política de base. En una comunidad, el líder está fuerte con tal partido pero las personas tienen la libertad de votar por el candidato de su preferencia; en ese sentido, el prebendarismo y la compra de votos son una práctica corriente.
 
La Federación Nacional Campesina (FNC) es la única que no se mete con ningún partido ni movimiento político. Las demás están ligadas a los partidos y movimientos de izquierda no explícitamente, pero sí de hecho.
 
Articulaciones internacionales
 
La Vía Campesina está ligada a las organizaciones campesinas. En lo referente a la nación guaraní, existe una instancia regional que nuclea a los pueblos guaraníes de Paraguay, Brasil, Argentina y Bolivia. También está el Concejo Intercontinental de la Nación Guaraní, ligados al grupo de Sao Paulo y también ligado a los partidos de izquierda.
 
Nuevos movimientos
 
Con los desplazamientos de grandes contingentes campesinos e indígenas del campo a la ciudad están surgiendo nuevos movimientos urbanos comunitarios, barriales, comunidades indígenas urbanas, estudiantes universitarios y poblaciones marginadas en los bañados de la Gran Asunción, que se están organizando para resistir a la ofensiva de la Policía Nacional, el Ministerio del Interior y la Fiscalía, que so pretexto de la lucha contra el microtráfico reprimen fuertemente a los jóvenes trabajadores pobres de estas comunidades.
 
Las municipalidades están en un proceso de “recuperación” de espacios pertenecientes a esta institución, corriendo a platazo o a la fuerza a las villas y asentamientos algunas creadas hace más de 40 años y a otras más recientes. Quieren instalar parques industriales desplazando a la gente pobre hacia no sé dónde.
 
Al margen de los modos tradicionales de organización, existe un recambio generacional, intercultural y de género, emergente, más horizontal, más popular. Hay nuevas formas de articulación también, por eso la Articulación Curuguaty es una nueva modalidad. Aunque están algunos representantes de partidos de izquierda, allí prima lo que dicen los movimientos y las organizaciones de base.
 
En esos movimientos y modos de nuevas políticas está el cambio real. Es nuestra esperanza, es nuestra apuesta, hacia ahí vamos.
 
Mensaje a los movimientos
 
Los pueblos que habitan este territorio llamado Paraguay son pueblos sufridos, resistentes, luchadores; muchos lo llaman el corazón de América del Sur. Es muy importante estar atentos a lo que viene del proceso paraguayo, porque al mismo tiempo posee la derecha más sólida de la región. La solidaridad de los pueblos debe crecer, los intercambios deben multiplicarse.
 
Unamos nuestras luchas, por la vida, por la libertad y la justicia. Nuestros enemigos son los mismos, quizás con otros rostros y otros idiomas, pero nuestra Abya Yala es una sola y su corazón palpita si sus hijos nos mantenemos en movimiento honesto, real, solidario y comprometido.
 
La realidad de nuestra América nos lo exige, el presente, el futuro y la memoria de los que fueron nos lo demandan.
 
 
https://www.alainet.org/de/node/73983
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