Francisco, la ¿sorpresa? vaticana
24/03/2013
- Opinión
Compromiso tácito de suceder a Benedicto XVI
La elección del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como nuevo papa de la Iglesia católica constituyó una sorpresa para sus fieles, pero al parecer no sucedió lo mismo en las esferas de poder a nivel internacional.
En los días transcurridos desde que se anunció su designación, se han divulgado nuevas informaciones que sugieren la existencia de una suerte de compromiso tácito de que sería el sucesor de Benedicto XVI, elegido en 2005.
En ese cónclave se produjo, según lo han señalado ahora algunos periódicos europeos, una suerte de duelo entre el entonces cardenal Ratzinger y Bergoglio. Este último había resultado segundo en la votación, pero solicitó a quienes lo habían apoyado que no lo eligieran y eso determinó la designación de quien sería Benedicto XVI.
Esto lo convertía de hecho en un candidato con posibilidades de ser elegido, como ocurrió en el cónclave que se acaba de realizar y que ha originado lo que se podría considerar un debate en torno al nuevo pontífice.
Se discute, especialmente, sobre su papel en la época de la dictadura militar y se plantean interrogantes acerca de si habrá un cambio de estilo o un cambio más profundo en la iglesia y se señalan las diferencias que se registran entre Bergoglio y Francisco.
Dos épocas
El golpe de Estado de 1976 que impuso la dictadura militar en Argentina se sumó al ocurrido en Chile en 1973, al de Brasil en los años sesenta y a los existentes en América Central y otros países de la región.
Eran los tiempos en que surgía la Teología de la Liberación y los sacerdotes católicos se unían al movimiento Cristianos por el Socialismo. La represión fue generalizada y los regímenes militares se implantaron incluso en países de larga tradición democrática.
Las reacciones fueron de distintos contenidos, en lo que a la Iglesia se refiere. Mientras en algunos países las autoridades eclesiásticas adoptaban medidas en defensa de los perseguidos, en otros hacían abstracción de los hechos o apoyaban a los regímenes dictatoriales.
Así, por ejemplo, mientras en Chile el cardenal creaba la Vicaría de la Solidaridad, que dio apoyo y defensa a los perseguidos y que llevó un registro de los crímenes cometidos, en el caso argentino hubo una clara división.
Por un lado se encontraba el sector de la Iglesia que estaba con los perseguidos y en el lado opuesto los que respaldaban al gobierno militar. Entre los perseguidos, torturados y asesinados estuvieron también los sacerdotes que apoyaban los cambios.
En este contexto es que se han reiterado acusaciones al cardenal Bergoglio, que hoy es el papa Francisco, por el caso de dos sacerdotes jesuitas detenidos y torturados por el régimen militar, los que no habrían recibido el apoyo que éste les había ofrecido.
Se ha originado así una nueva controversia, debido a que uno de los sacerdotes, ya fallecido, se negó a perdonar a Bergoglio y el otro declaró que se sentía reconciliado con “aquellos acontecimientos que para mí son asunto terminado” y señaló que no haría comentarios sobre el entonces aún cardenal.
Medios de prensa argentinos han dado a conocer videos de las declaraciones de Bergoglio sobre el secuestro de los sacerdotes, en las que éste manifiesta, en un interrogatorio judicial, que le había formulado los reclamos correspondientes a Emilio 4Massera, integrante de la Junta Militar, quien el año 2002 sufrió un derrame cerebral que lo dejó con un alto grado de demencia y murió el año 2010.
Controversia
En los acápites anteriores hemos tratado de resumir los planteamientos formulados hasta la investidura del nuevo papa. Con posterioridad a ese hecho se han conocido declaraciones de destacadas personalidades y organizaciones.
Adolfo Pérez Esquivel, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1980, junto con anunciar su visita al papa señaló: “En lugar de estar pensando en que es el primer papa latinoamericano y que es un hombre que acompañó a los pobres, se busca atacarlo”.
Lo atribuyó a que el gobierno argentino tiene una mala relación con él y criticó también al periodista Horacio Verbitzky, instándolo a que dé a conocer la documentación que tiene y que afecta al ahora papa.
Leonardo Boff, exsacerdote brasileño y una figura conocida de la Teología de la Liberación, dijo en una entrevista con la revista alemana Der Spieguel:
“Ahora es papa y puede hacer lo que quiera. Muchos se sorprenderán con lo que va a hacer Francisco. Para ello necesitará una ruptura con las tradiciones, dejar atrás la curia corrupta del Vaticano para abrirle paso a una Iglesia universal”.
Dijo también que hace unos meses el hoy papa había aprobado que una pareja homosexual adoptara un niño y que, por otra parte, mantiene contacto con sacerdotes “que han sido repudiados por la Iglesia oficial por haberse casado” y que “Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura pero Bergoglio no estaba entre ellos”.
Y hay también otra visión. Las Madres de la Plaza de Mayo, cuyos hijos fueron asesinados por la dictadura o están desaparecidos, señalaron en una declaración de su presidenta Hebe de Bonafini: “Hace muchísimos años, casi desde el momento mismo en que comenzamos nuestra lucha, tuvimos relación solamente con los sacerdotes del Tercer Mundo”.
Afirmó que “la Iglesia oficial es opresora, pero la del Tercer Mundo es liberadora” y agregó: “Sobre este papa que nombraron ayer sólo tenemos para decir Amén”.
Estela Barnes de Carloto, presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, organización que busca a los niños dados a luz cuando sus madres fueron detenidas estando embarazadas, dijo que después de tantos años tienen claro quién fue quién en la etapa del terrorismo de Estado y aún después y añadió:
“Descubrimos complicidad por acción u omisión. Sólo unos pocos magníficos prelados jugaron su vida dándonos protección y consuelo. Otros fueron asesinados”.
“Que el Santo Padre Francisco sea iluminado por el Espíritu Santo y nos ayude a encontrar a nuestros desaparecidos, porque la dulce mirada de María llorando a su Hijo nos acompañó siempre.”
Como se puede apreciar, no es nada fácil el camino que tiene que recorrer el nuevo pontífice, quien en su primer Ángelus dijo: “Un poco de misericordia es capaz de cambiar el mundo”.
Y, curiosamente, todo esto sucede cuando en el gobierno de la presidenta Cristina Fernández se han iniciado nuevos juicios contra los que integraron los gobiernos militares.
Hay nuevas denuncias, producto de nuevas investigaciones, y generales como Jorge Rafael Videla, que han recibido nuevas condenas de prisión a perpetuidad y que acaba de hacer un llamado a los militares a que se armen contra el gobierno.
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