El turno es de Roger Pinto
27/08/2013
- Opinión
Después de la huida de Manfred Reyes Villa a los EEUU junto a otra gran camada de corruptos y de otros que quisieron partir el país en dos como lo fue Branko Marinkovic; luego le tocó a Mario Cossío en el Paraguay quien escapó por los mismos hechos, ahora el turno es de Roger Pinto.
Qué curioso el hecho y tan evidente a los ojos del mundo para que la presidenta del Brasil baje el dedo a muchos de sus diplomáticos en Bolivia y le cueste el cargo a nada mas ni nada menos que a su propio Canciller, Antonio Patriota, por un hecho que vincula a uno de los operadores de la oposición boliviana como es Roger Pinto.
Con la dimisión de una de las piezas clave de la administración de Dillma Rousseff da a entender que ningún funcionario de alto nivel estuvo involucrado en este traslado de Roger Pinto a ese país, es más, lo hicieron a espaldas de decisiones que toma la propia presidenta del país más poderoso de Suramérica, como fue la del funcionario Eduardo Saboia.
Hasta los mercaderes de la información pro oposición boliviana han bajado el tono de sus justificaciones y a éstos como a sus analistas no les quedó otra que marcar la cancha con disimulados argumentos más éticos y dejar la especulación para otro rato.
Los hechos están ahí y no necesitan mucha explicación, porque con la declaración de Dillma Rousseff quien consideró como 'inaceptable' que Roger Pinto haya salido de Bolivia hacia su país sin el salvoconducto correspondiente, nos da a inferir que cualquier traslado a otro país debe cumplirse respetando las normas internacionales y Pinto no lo hizo.
El mismo gobierno a través de su canciller fundamentó su posición al mostrar con documentos que el senador opositor violó la normativa nacional porque sale sin el salvoconducto y se viola a la Convención Interamericana y la Convención de Naciones Unidas.
Además que Brasil incumplió la Convención de Caracas sobre asilo diplomático de 1954, que en uno de sus artículos establece que no es lícito conceder asilo a personas que se encuentran inculpadas o procesadas ante Tribunales ordinarios.
A Roger Pinto se lo ha querido mostrar como otro “perseguido político” como también quieren justificar a los que, por más de tres años, se encuentran fuera del país y que huyeron por no enfrentar a la justicia, una argucia muy astuta de estos politiqueros que no tuvo resultados esperados.
El caso Pinto es uno más de los que tiene procesos penales en su contra por delitos comunes de corrupción, como por ejemplo es el caso “Zofra-Universidad”, en el que se habla de un daño económico de alrededor 11 millones de bolivianos.
Estos procesos fueron iniciados por el gobierno departamental de Pando, la Contraloría General del Estado, la Procuraduría y el acompañamiento del Ministerio de Transparencia, inclusive estos procesos están siendo seguidos por ciudadanos particulares, lo que demuestra que es la justicia la que actúa con total independencia a través del Ministerio Público.
En otras palabras estamos hablando de uno más de los opositores que ya es declarado como prófugo de la justicia por incumplimiento de deberes, uso indebido de influencias, conducta antieconómica, cohecho pasivo, uso indebido de influencias, beneficios y razón de cargo, legitimación de ganancias ilícitas, contratos lesivos al Estado, conducta antieconómica, destrucción de bienes del Estado y riqueza nacional, es decir, hechos de corrupción!
A ello habrá que acotar las declaraciones de uno de los más creíbles en la administración de justicia como es el decano del Tribunal Supremo de Justicia, Jorge Von Borries, quien adelantó de pedir al Brasil la extradición de Roger Pinto, por los procesos pendientes que tiene con la justicia, en los que se presume un daño económico al Estado.
Recordemos que Roger Pinto es otro que siguió la línea conspirativa junto a Rubén Costas, Ernesto Suárez y Reyes Villa; pidió la creación de un Estado Federal al igual que Leopoldo Fernández, aquel libreto elaborado en altas reuniones cupulares, con el asesoramiento del ex embajador norteamericano Phillip Goldberg.
Este como los prófugos de la justicia, no tendrá otra salida que rendir cuentas al pueblo que lo eligió respetando el escenario democrático y que creyó en su palabra, de lo contrario, amargos serán los últimos días de su vida porque traicionaron al pueblo.
Rafael Artigas, es comunicador e investigador orureño.
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