La historia nacional con libre

06/10/2013
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Uno de los efectos provocados por el golpe de Estado de 2009 y la organización del Frente Nacional de Resistencia Popular fue estimular interés y discusiones en cuestiones como la cultura, el patriarcado, el poder comunitario, los temas de género, la formación política, la exclusión y la inclusión social, el feminismo, el socialismo, los derechos humanos y la ideología, entre otros. En algunas ocasiones la intención ha sido muy simple al pretender definir y tomar posición en esos asuntos como si fueran conceptos acabados, definitivos, absolutos,  al estilo de los dogmas religiosos y de los artículos pétreos de la constitución nacional  en vez de considerarlos como construcciones sociales.
 
Pues bien, una  característica de las ideologías es que son  resultado de  épocas históricas, de sus sociedades, del trabajo humano tanto material como espiritual y como ocurre en cualquier agrupación social  sus ideologías se modifican, se ajustan, se alteran, toman nueva forma, su contenido puede enriquecerse o degradarse según transcurra el desarrollo social y vayan surgiendo diferentes intereses. En ese hacerse la ideología puede tener elementos firmes y más duraderos que otros  provenientes de las historias locales o de las modas políticas y, en general, de la práctica política y social;  poseen elementos más o menos estables originados en  el ejemplo de los grandes modelos de individuos encarnado en personajes como  Francisco Morazán, José Cecilio del Valle, Graciela García,   Froylán Turcios, Medardo Mejía, Visitación Padilla, Roberto Sosa, todas ellas y ellos ciudadanos destacados por su trayectoria  patriótica y su entrega y servicio a favor de los intereses nacionales. Y más recientemente el legado de lucha de los obreros de 1954 y la resistencia nacional contra el golpe de Estado de junio de 2009, agilizaron el crecimiento de la conciencia social, del pensamiento político contestatario y de las ideologías forjadas en esa lucha democrática.
 
Las distintas maneras de expresarse la conciencia muestran contornos bien específicos y se notan cuando hay más conciencia de la necesidad de cuidar y defender la naturaleza,  de respetar y tolerar las diversas preferencias sexuales, de dignificar los pueblos marginados, de generar relaciones equitativas entre hombres y mujeres, de superar el patriarcado y el caudillismo. Así, vemos amplios grupos sociales interesados en acceder al  poder político con la idea de edificar un Estado y una sociedad más digna, justa y respetuosa de los derechos de todos. Ninguno de esos momentos de la conciencia y de las ideologías se ha logrado repentinamente ni se van a desarrollar de forma inmediata; su formación es un proceso social con distintos ritmos, con pausas, con avances, con retrocesos, pero forjándose sin descanso y gracias a la movilización social y política de las fuerzas democráticas identificadas con el Frente Nacional de Resistencia Popular, con el partido Libertad y Refundación y con otras organizaciones políticas.
 
En ese movimiento de lucha contra el poder tradicional y de formación de ideología, conciencia y pensamientos políticos, se puede ver que responde a las necesidades de nuestra sociedad, que son portadoras de las aspiraciones de diversos grupos sociales y que intentan guiar y justificar la actividad política de dirigentes, activistas y simpatizantes de esas organizaciones. Y en este afán, en esta edificación política e ideológica tienen que ser parte fundamental un sistema de principios y valores de los que se identifican con la lucha popular y, especialmente, los que creemos ser parte del Partido del pueblo, Libertad y Refundación.
 
La apertura consciente hacia la realidad nacional, los elementos ideológicos que hemos logrado, el conocimiento crítico de nuestra historia, el relativo avance en la cultura política, el sangriento costo en vidas humanas segadas por la represión oficial, es lo que permite que muchos hondureños y hondureñas podamos preguntar y cuestionar sobre la legitimidad de las relaciones sociales que genera este capitalismo neoliberal; que indaguemos en la vida material y en las ideas y costumbres consumistas, conformistas, si realmente son justas, humanas, reguladoras, dignas de asumirse y a qué intereses responden.
 
En tal sentido, los planes de gobierno y las ideas políticas que propone Libertad y Refundación tendrán que poner distancia con la tradición conservadora, servirán para poner en su lugar a los códigos vigentes y a la normativa oligárquica; los planteamientos y proclamas de los grupos que impulsan las candidaturas de la derecha política  podrán criticarse y combatirse ya que pretenden establecerse como la verdadera y absoluta concepción social. Y estos sólo sirven para la continuidad de la crisis nacional y para seguir entregando el territorio nacional a los mejores postores. Y como LIBRE es la única alternativa a la crisis general, pondrá al desnudo toda la palabrería hueca de los grupos conservadores. Desde LIBRE y sus colectivos de base se van construir los cimientos de una sociedad diferente y será el elemento básico, primigenio, de las políticas públicas y de la refundación nacional a partir de lo existente, de los hombres y mujeres que tenemos, desde sus posibilidades, desde sus carencias, desde la forma de las relaciones sociales existentes.
 
Los esfuerzos para hacer realidad un ambiente justo, solidario, respetuoso para todos y todas, no es algo exclusivo y que haya ocurrido en los últimos cuatro años. Tampoco es fruto de la espontaneidad o una feliz ocurrencia de algún iluminado. Antes de 2009 hay experiencias históricas importantes. Desde un poco antes de 1821 la historia nacional registra la existencia de figuras públicas que se esforzaron por levantar la triste realidad hondureña para construir una sociedad  superior en donde no exista la exclusión social. Muchos personajes se imaginaron una sociedad superior y los plantearon de forma teórica y en sus acciones. Ahí están los nombres de Vale, Morazán y Turcios enfrentados a sus circunstancias.
 
Morazán introdujo profundas reformas sociales que afectaron a los grupos conservadores, intentó modificar el sistema educativo y el  judicial y, sobre todo, con su ideal integracionista aspiró a crear una Centro América fuerte y desarrollada que fuera capaz de enfrentar las exigencias del desarrollo económico de su época. Esa unidad sería la garantía para enfrentar las potencias coloniales y evitar el saqueo de los recursos naturales.
 
Morazán sigue enseñando que el progreso social no debe estar al servicio de los grupos que edificaron su poder con prebendas y privilegios en detrimento de la mayoría de la población. Uno de sus objetivos fue poner las bases del Estado moderno que hiciera frente a la tradición colonial y que ayudara a superar la miseria, la ignorancia y el marginamiento.
 
 En Valle, el núcleo  de sus ideas políticas estaba en la educación popular y en la edificación de un sistema educativo impulsado por el gobierno justo. En tal sentido se necesitaba de un poder ejecutivo fuerte y respetable para impulsar políticas que condujeran a la obtención de la felicidad general. Al igual que Morazán, se pronunció por la libre circulación de ideas, la rendición  de cuentas, la administración correcta de la justicia, la protección de la salud del pueblo y la educación para hacer posible un mayor acercamiento a la igualdad y a la felicidad general.
 
Tanto Morazán como Valle supieron identificar que el valor fundamental se encuentra en la felicidad del pueblo. La herencia de Froylán Turcios se nota en su obra literaria y, sobre todo, en su lucha contra la presencia de tropas norteamericanas en Honduras y en Nicaragua; se encargó de denunciar la intromisión imperial para obtener concesiones de tierras fértiles y de explotaciones mineras para las compañías transnacionales  en el segundo decenio del siglo XX. Se convirtió, entonces, en uno de los más importantes defensores de la soberanía nacional.
 
Existen también otros patriotas hondureños que sirven de sólido soporte  a los momentos más dignos de la historia nacional como es el caso de Dionisio de Herrera, José Trinidad Cabañas,  Ramón Rosa, Alfonso Guillén Zelaya, Ramón Amaya Amador, Ramón Oquelí y, tanto de ellos como de los aportes del pensamiento universal y latinoamericano de avanzada, se nutre LIBRE para construir su propuesta política del socialismo democrático.
 
A la influencia de esos ejemplos de vida debe agregarse otro elemento fundamental: las tradiciones de la lucha popular que pueden verse en las protesta del pueblo contra las dictaduras, en sus luchas por conquistar derechos sociales, en la gesta de la huelga bananera de 1954 que se convirtió en un nuevo momento de la historia nacional, en las ejemplares movilizaciones del movimiento social durante la segunda mitad del siglo XX y, especialmente, en la frontal y valiente respuesta del pueblo frente al golpe de Estado del 28 de junio de 2009. Es desde esa ruptura constitucional que podemos hablar de un pueblo que va haciendo su historia con mayor madurez en su conciencia y en la organización política. Este duro momento de represión y asesinato se ha convertido en el punto de quiebre y continuidad de la historia nacional.
 
Todo el dinamismo del pueblo expresado en sus protestas, en sus exigencias, en su forma de organizarse y educarse; esa actividad que se manifiesta en las comunidades rurales y urbanas está fuertemente impregnada de las propuestas de Libertad y Refundación, es de ese pueblo de donde han surgido ideales, proclamas, indignaciones, consignas, que sus dirigentes y líderes  sabrán hacer realidad por vitales, urgentes, necesarios.
 
 Esos ideales se condensan en dos grandes objetivos. La refundación del Estado de Honduras y la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente que haga posible otros objetivos derivados igualmente importantes, como ser: la organización de una sociedad democrática y soberana, la edificación de un sistema económico alternativo en donde sea cierta la soberanía alimentaria para erradicar el hambre y la desnutrición, soberanía en las telecomunicaciones, en la generación de energía,  soberanía minera, en todos los recursos naturales y en el sistema de salud pública, transformación del sistema educativo nacional en todos sus niveles para que forme hombres y mujeres dignas que contribuyan en el desarrollo nacional, programas de vivienda que respondan frente al problema del hacinamiento, la insalubridad y las malas condiciones en que viven muchas personas, la práctica de la refundación tendrá una dura y peligrosa tarea cuando ponga en claro y haga frente a toda la vileza. la corrupción y la injusticia que cruza  todo el sistema de defensa, justicia y seguridad; tampoco podrá ponerse condición alguna a la necesidad de velar, proteger, respetar, fomentar, divulgar las políticas y regulaciones sobre los derechos humanos.
 
Todos esos momentos tan generales no pueden sintetizar la totalidad de las necesidades nacionales; su realización va a depender de la voluntad política del gobierno de Xiomara Castro, del apoyo de las organizaciones populares agrupadas en el Frente Nacional de Resistencia Popular. Ese respaldo popular será muy importante para vencer la oposición de la derecha, la misma reacción que organizó, financió y ejecutó el golpe de Estado de 2009. No van a quedarse quietos. Existe  otro elemento fundamental que va a retrasar la puesta en práctica de los programas democráticos de LIBRE como ser las difíciles condiciones financieras en todo el período de gobierno de Xiomara Castro. El escenario económico es complicado y va imponer   constantes revisiones de las políticas públicas, pero van agregar nuevos contenidos que ayuden a la transformación nacional.
 
5 de octubre de 2013.
https://www.alainet.org/de/node/79899?language=es
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