Poetas en movimiento
20/02/2003
- Opinión
La Primera Dama estadounidense Laura Bush puede ostentar el mérito de
haber ensanchado rápidamente el campo pacifista en su país: en sólo
20 días hasta ayer (19 febrero) logró que 9600 poetas escribieran
10.817 poemas y comentarios condenando la guerra contra Irak. Para
lograr este éxito sin duda inesperado, a Mrs. Bush le bastó cancelar
el simposio que se iba a realizar en la Casa Blanca el 12 de febrero
para analizar -con el aporte de poetas famosos- las obras de Emily
Dickinson, Langston Hughes y Walt Whitman. La reunión era una más de
las veladas literarias que la señora organiza, pero el aire está
belicoso por allí y varios invitados anunciaron que la convertirían
en una sesión de protesta contra la guerra.
El poeta y cofundador de la prestigiosa editorial Copper Canyon Press
Sam Hamill sintió "una especie de náusea" cuando recibió la
invitación un día después de que Bush hijo amenazara a Irak con una
destrucción semejante a la que sufrieron Dresde y Tokio en la Segunda
Guerra Mundial. Escribió entonces a un pequeño grupo de colegas
proponiendo reconstituir el movimiento de Poetas contra la guerra que
nació cuando Vietnam e invitándolos a enviar poemas a la página web
www.poetsagainstthewar.org. El resultado fue arrollador. El 12 de
febrero, fecha del simposio suspendido, una delegación del movimiento
llevó a cabo una lectura de poesía frente a las puertas de la Casa
Blanca y trató de entregar una declaración contra la guerra que fue
rechazada. Hubo más de 160 lecturas ese día en cafés, librerías,
iglesias y universidades de casi todos los estados del país.
Grandes poetas como Lawrence Ferlinghetti, Mark Strand, John Balaban,
Gregory Orr, Rita Dove, Adrienne Rich, Grace Paley y el actual poeta
laureado Billy Collins -autor de una obra más bien intimista y que
nunca había adoptado una postura política- se han sumado al
movimiento; también W.S. Merwin, ganador del Pullitzer, quien señaló:
"El Sr. Bush y sus planes son para EE.UU. un peligro mayor que
Saddam Hussein". Los poemas del sitio abordan la situación de
diferente manera, claro. Sam Hamill, detonante del movimiento -autor
de trece volúmenes de poesía y de notables traducciones del latín,
griego clásico, japonés, estonio y chino-, escribe en "Estado de la
Unión 2003", título del discurso de Bush que anticipó sus náuseas:
"No estuve en Jerusalén, / pero Shirley habla de las bombas. / No
tengo dios, pero he visto a los niños rezar / para que eso acabe.
Rezan a dioses distintos. / Todas las noticias son viejas otra vez,
repetidas / como una mala costumbre, tabaco barato, la mentira
social. / Los niños han visto tanta muerte / que la muerte nada ya
significa para ellos. / Hacen fila para el pan. / Hacen fila para el
agua. / Sus ojos son lunas negras que reflejan vacíos. / Los hemos
visto mil veces. / Pronto hablará el presidente. / Tendrá algo que
decir sobre bombas / y libertad y nuestro estilo de vida. / Apagaré
el televisor. Siempre lo hago. / Porque no soporto mirar / los
monumentos al caído en sus ojos".
Lawrence Ferlinghetti, primer poeta laureado de EE.UU. (1998) y
siempre beat a los 80 de edad, adopta en "Tomar posición sobre Irak:
hablen claro" un tono incitador casi de letanía: "Y una vasta
paranoia barre el país / Y Estados Unidos convierte el ataque contra
sus Torres Gemelas / En el comienzo de la Tercera Guerra Mundial / La
guerra con el Tercer Mundo / Y los terroristas en Washington / llaman
a filas a todos los jóvenes / Y nadie habla / Y se llevan a todos los
que usan turbante / Y expulsan a todos los inmigrantes raros / Y
envían a todos los jóvenes / a los campos de muerte otra vez / Y
nadie habla / Y cuando acorralen / a todos los grandes escritores y
poetas y pintores / La Fundacional Nacional de las Artes de la
Complacencia / no hablará / Mientras todos los jóvenes / estarán
matando a todos los jóvenes / en los campos de muerte otra vez / Y ha
llegado el tiempo de que ustedes hablen / Todos ustedes amantes de la
libertad / Todos ustedes amantes de la búsqueda de la felicidad /
Todos ustedes amantes que duermen / profundamente en sus sueños
privados / Ha llegado el tiempo de que hablen / Oh mayoría silenciosa
/ Antes de que vengan por ti".
El movimiento no se limita a EE.UU. El poeta canadiense Todd Swift
no empeñó más de una semana en compilar Cien poetas contra la guerra.
El volumen contiene textos de unos 25 poetas de Gran Bretaña y de
Irlanda. Y a la página electrónica de "Poets against the war"
afluyen poemas enviados desde Noruega, Australia, Jordania, Alemania,
Francia, España, Suiza, Argentina, Turquía, Sudáfrica o desde el mero
"Planeta Tierra". Nunca antes el mundo poético había sido levantado
por semejante marea pacifista. El mundo a secas tampoco. Estos
poetas no se engañan sobre el motivo de la guerra anunciada.
"Cráteres de bombas / sangrando oro negro. / El calor", dice un haiku
de Alice Benedict, Richmond, California.
PAGINA / 12 de Argentina
20 de Febrero de 2003
https://www.alainet.org/en/node/107018
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