Introducción Hablar de la guerra, es realmente tratar un tema humano, que por desgracia implica mucho dolor y sufrimiento y más aún cuando su contexto expresa un mundo caótico totalizante, que manifiesta situaciones de antisolidaridad, injusticia, pobreza, miseria y mucha hambre, entre otros. Es necesario, plantear, reflexionar y construir discursos formulados, haciendo hincapié en las posibilidades de incidir y transformar lo que tengamos a nuestro alcance, como trabajadores, de la salud, de la educación, etc.; como diría Paulo Freire, es una llamada a la necesidad de la utopía, a la tarea de construir "propuestas de posibilidad", a no conformarse pensando que la realidad fue y es siempre así, algo que propugnan los discursos mas conservadores o los del pensamiento único. Aproximarse al tema de la inseguridad alimentaria, puede parecer en un determinado momento, de poca importancia ante el dolor humano tan profundo y lacerante de la muerte de muchos seres inocentes; pero no podemos negar que es un tema fundamental, para la subsistencia de los sobrevivientes de la misma. Por otro lado la producción de alimentos, es un arma clave y poderosa, para los países del primer mundo guerra y alimentos están estrechamente vinculados, el desarrollo de la producción masiva de granos ha sido un pilar fundamental en la economía mundial, tanto, que a los habitantes de muchos países en desarrollo, se les ha despojado de todo, no solo de sus tierras, territorio, recursos naturales, sino de la visión y de los grandes conocimientos en el manejo de dieta alimenticia sana nutritiva y autóctona, dieta que ha sido quebrada, por la intromisión de las ideas políticas globales, externas a ellas. El presente escrito plantea, un acercamiento breve al tema de la inseguridad alimentaria en situaciones de guerra, como aspectos que deben ser considerados en la implementación de estrategias de contribución a mejoras de la situación alimentaria de una población en conflicto y no solo eso, sino también podría aportar en algún grado, planteamientos que nos den bases para actuar, desde nuestro pequeños y grandes espacios de trabajo. Los conflictos armados y la inseguridad alimentaria. Los conflictos armados, son contrarios a la seguridad alimentaria. Está ampliamente documentado, la correlación entre la exposición de países de países en conflicto externo e interno y el deterioro o alteración a largo plazo de su seguridad alimentaria. Dentro del país en conflicto, siempre hay "franjas" mas vulnerables unas que otras. Por un lado la producción alimentos, se ve alterada debido a la destrucción material y al saqueo de cultivos, ganado, cosechas y reservas alimentarias, lo cual obstaculiza aún mas la posibilidad de la seguridad alimentaria ; sin contar que las vías de comunicación a través de las cuales se realizan los intercambios y se transportan los alimentos, al estar destruidas derrumban las exportaciones agrícolas; también el hecho de que hombres adultos jóvenes se incorporen a las luchas armadas, disminuye la actividad en la producción de alimentos. Por todo esto, las consecuencias de los conflictos en la seguridad alimentaria suelen persistir mucho tiempo después de que la violencia se haya atenuado. La situación es realmente complicada, ya que se redistribuye y no siempre equitativamente, los bienes de las personas muertas o heridas, desplazadas, los daños del medio ambiente y la alteración de servicios sanitarios, educativos y sociales; aún mas terribles son las consecuencias de las minas terrestres, diseminadas por las tierras que matan y mutilan a las personas y les disuaden de cultivar, durante años después de lo anterior. Emergencias alimentarias y guerra En las dos últimas décadas, se han registrado un gran número de emergencias alimentarias, debidas a factores en los que intervienen catástrofes desde origen natural hasta humanas. La FAO, reporta, entre 20 y 30 conflictos anuales, aumentando estos desde la década de 1990. Aún que estamos tratando el tema, lo más específico posible, no podemos dejar de hablar del dolor humano, que causan estos fenómenos: el sufrimiento, la muerte de hombres, mujeres y niños, los cuales consideramos, que también matan a otros seres humanos, que habitan otros lugares del planeta, solo basta un poco de conciencia, sensibilidad, humanismo, y amor hacia la especie humana. SI, otros seres humanos, tal vez, van muriendo lentamente al saber de las injusticias, y desigualdades de otros humanos. Las pérdidas materiales también tienen su grado de importancia, para los que sobreviven ya que es posible que reduzcan la capacidad para subsistir y recuperarse. Lo anterior se presenta en la agricultura entre otras, en donde la destrucción de los cultivos y animales que se ocupan en la alimentación, provoca en el mejor de los casos la disminución de alimentos y en el peor hambre y muerte. En estas situaciones la agricultura doméstica, con frecuencia representa la opción mas viable de subsistencia, sobre todo en la población rural pobre, pasando entonces a engrosar las filas de la población hambrienta. Cabe señalar que estamos señalando, las catástrofes sobre todo humanas y el contexto alimentario que a menudo las rodea, tratando con esto de afirmar nuevamente que tanto la alimentación como la nutrición, dependen de muchos factores que van ligados a toda una estructura socioeconómica y cultural, independientemente si se está en conflicto o no; es decir que las acciones o intervenciones que se lleven a cabo para mejorar la situación, a nivel institucional, quizá tendrán algún efecto positivo en la medida en que se consideren los factores que rodeen el proceso de alimentación. Retomando el tema de los diferentes contextos que rodean a la alimentación, por desgracia encontramos situaciones en nuestras sociedades, sobre todo en América Latina, que aunque no haya conflictos bélicos o naturales persisten las desigualdades socioeconómicas, la discriminación étnica sistemática, la negación de los humanos, las polémicas en torno a la participación política o los agravios de larga duración con respecto a la asignación de tierra y otros recursos; es decir, que casi nos encontramos en guerras permanentes, guerras contra gobiernos deficientes, guerras contra explotaciones impulsadas por una ambición y codicia desmesuradas. Desafortunadamente el tema de la alimentación y nutrición, lo separamos automáticamente de este contexto, sin pensar, que son ellas (la alimentación y la nutrición), las que determinan la calidad de vida del ser humano en gran escala, estando presentes en la salud y el bienestar de la sociedad y si las aislamos del tema, mas que contribuir a su solución, nos alejamos de ella. El hambre como una emergencia humanitaria compleja a nivel global. En el informe de la FAO, titulado "El estado de Inseguridad Alimentaria en el mundo 2001; afirma que la humanidad, ha hecho progresos en la reducción del número absoluto de personas con hambre en el mundo. Sin embargo, este avance no es lo suficientemente rápido para cumplir con las metas establecidas por la famosa "Cumbre Mundial de la Alimentación", en un mundo rico, que si realmente lo quisiera, podría alimentar a toda su población. La misma ONU, a través de su relator Jean Ziegler, ha declarado: " Cada víctima del hambre, supone un asesinato (...) " " cada siete segundos, un niño menor de 10 años muere por efectos directos e indirectos del hambre (12, 344 niños diario) en un mundo con capacidad suficiente para proporcionar una dieta, de 2700 kilocalorías diarias a 12 000 millones de personas" . Según la misma FAO, en el periodo 97-99, se registraron 815 millones de desnutridos en el mundo, de ese total, 777 millones están en los países sudesarrollados; 27 millones en la naciones en transición hacia el libre mercado y 11 millones en los países desarrollados. Si bien la situación ha mejorado, notablemente en algunos países, como China, en otros ha empeorado., en el caso de la República democrática del Congo, India, Tanzania Corea del Norte, Bangladesh y Afganistán. Conflictos, desplazamientos, crecimiento acelerado de la población, catástrofes naturales, están relacionados con las situaciones de hambre en el mundo, y si ha esto le agregamos fenómenos como la globalización, es de esperarse su agravamiento. Para reflexionar No deberíamos habituarnos a esa guerra total, la mas mortífera de cuantas guerras la historia registra: la expresión máxima de dominación, el mayor crimen del capitalismo: guerra , dominación ,crímenes, hambre y desnutrición cínicamente justificados en el derecho internacional. La inseguridad alimentaria, con sus dos hermanas: hambre y desnutrición, no son el resultado de la fatalidad, ni de un problema geográfico, ni de fenómenos climatológicos adversos, aunque todo ello puede influir. El hambre y la desnutrición son el resultado de haber excluido a millones de personas del acceso a bienes y recursos productivos tales, como la tierra, el bosque, el mar, el agua, las semillas, la tecnología, la educación y la salud. Son ante todo, consecuencia de las políticas económicas, agrícolas, comerciales y sanitarias a escala mundial, regional y nacional impuestas por los poderes mundiales, sus corporaciones trasnacionales y sus múltiples expresiones tanto en los países desarrollados como en los del tercer mundo, en su afán de mantener y acrecentar su hegemonía política, cultural, y militar en el actual proceso de reestructuración económica global. Con las políticas neoliberales, el hambre y la desnutrición crecen, no por ausencia de alimentos, sino por ausencia de derechos reales. Bibliografía: Comisión Latinoamericana por los Derechos y Libertades de los trabajadores (CLADEHLT); Rev. Nuestra Tierra (4), La inseguridad Alimentaria y la Globalización. Caracas, Venezuela, 2002. FAO, Alimentos, Seguridad Justicia y Paz; Cumbre mundial Sobre la Alimentación, Junio, 2002. Roma. FAO; El Estado, de la Seguridad Alimentria, en el Mundo, 2001, Roma. P. Freire, Pedagogía de la Indignación; edit. Morata, Madrid, 2001.