Padre nuestro que estás en México,
bienaventurado sea tu pueblo.
Venga a nosotros tu bendición
Y con ella la justicia y la igualdad.

Padre nuestro que estas en el centro de América Latina,
Que casi nunca te acuerdas de los míos,
No importa donde estés, santificado sea tu nombre.
Deseo con todas mis fuerzas
que ya no se fortalezcan quienes santifican tu nombre,
cerrando los ojos para no ver las bajezas de su propia miseria.

Hágase tu voluntad y no la de los miserables
que esclavizan a nuestros pueblos
como el FMI y el BM, entre otros,
ah! y la de nuestros gobernantes deshonestos..

Danos hoy nuestro pan de cada día,
a través de nuestra fuerza de trabajo digna y honrada
para no tener que saquear a nuestros hermanos,
en ninguna de sus modalidades
vejatorias y humillantes.

Perdona nuestra insensata indiferencia,
docilidad y cobardía, por dejarles el campo libre
A nuestros inescrupulosos gobernantes,
Así como el inmenso daño a veces irreparable
que le hacemos a este bendito planeta.
Danos también escuelas universidades,
Hospitales y medicamentos y
que estos últimos sean en verdad para todos.
Danos fortaleza para defender el derecho a la salud,
A la vivienda, a la alimentación y a la vida digna.

Danos aliento para defendernos usando,
principalmente nuestros valores
basados en nuestra inteligencia.
No nos dejes caer en la tentación de devolver violencia,
A los que nos oprimen,
nos saquean, nos golpean, nos humillan…

Y líbranos del neoliberalismo,
Que ya no quiere apropiarse del planeta en partes,
Ahora lo quiere completo,
A costa de vernos bajo su yugo, ahora que es la hora
De unirnos como hermanos, como humanos,
Arráncanos del alma el egoísmo y la inhumanidad,
que nos provoca entre otras cosas, pobreza y miseria
y líbranos de la ultraderecha.
Amen.