¿A quién quieren asustar?
29/05/2007
- Opinión
Del 3 al 5 de mayo se realizó el VI Encuentro Hemisférico de lucha contra los Tratados de Libre Comercio y por la integración de los pueblos. El encuentro tuvo lugar en La Habana y sirvió para discutir estrategias de lucha frente al libre comercio, la deuda externa, la militarización y la OMC (Organización Mundial de Comercio), así como para la construcción y avance de la integración, como parte de las alternativas al modelo neoliberal. El encuentro contó con la participación de más de 700 delegados. Representantes y miembros de las organizaciones sociales y políticas de América, indígenas, negros, sindicalistas, campesinos, estudiantes, pobladores, religiosos, ambientalistas, antibelicistas, defensores de derechos humanos, creadores, comunicadores, parlamentarios, artistas e intelectuales, hombres y mujeres de todas los pueblos de las Américas, se reunieron en sesiones plenarias con el objetivo de lograr articulaciones y planes de acciones comunes en torno a los temas más apremiantes existentes en la región.
Después del Encuentro, el periódico Granma publicó “Reflexiones del Comandante en Jefe: La opinión unánime” (16/05/07), en donde el autor expone -es decir presenta- lo que tres participantes -de México, Costa Rica y Chile- dijeron en ese Encuentro. Pero como es Fidel Castro quien muestra las “tres intervenciones elocuentes de personalidades latinoamericanas que expresaron conceptos de enorme interés y lo hicieron con gran claridad y peculiaridad”, entonces, aquí en Costa Rica se desató el escándalo: a la oligarquía se le removió las entrañas. Asustados como siempre, pretendieron asustar a otros. Aprovecharon lo que dijo el costarricense Jorge Coronado (de la Alianza Social Continental), para mentir, diciendo que fue Fidel Castro quien lo dijo.
Este tema fue editorializado por el periódico La Nación (20/05/07), bajo el título “Irrespeto a Costa Rica”. La cantidad de mentiras, insinuaciones y desaciertos no sólo lo desacreditan como medio serio, sino que ayuda a sumar más personas en contra del TLC. En una disputa política, cuando uno de las partes recurre a armas tan bajas como el engaño y la calumnia, además de no crecer, envía señales de su derrota.
Lo que dijo Coronado fue lo que miles de costarricenses repiten todos los días aquí: “El Movimiento Social Popular y el pueblo de Costa Rica, que han impedido hasta el día de hoy la aprobación del TLC en Costa Rica, forjando una unidad con diversos sectores académicos, políticos y hasta empresariales, para crear un gran frente nacional de lucha diverso y heterogéneo, hasta hoy han logrado parar al gobierno costarricense, a la derecha neoliberal, que no ha podido aprobar el TLC. Hoy se está planteando la posibilidad de que el tema del TLC en Costa Rica se defina en un referendo”.
Esto no es novedad. En Costa Rica y fuera de nuestras fronteras es sabido que aquí el negocio (TLC) de la oligarquía y los políticos corruptos han sido frenados. ¿De qué se escandaliza La Nación? Se alarma porque ahora que lo repitió Fidel Castro (que hace unos meses La Nación le daba por muerto y se burlaba de su “agonía”), y salió en el periódico Granma (que según sus enemigos solo es leído en el mundo por diecisiete comunistas), ahora serán cientos de miles en otros países quienes sabrán lo que aquí está pasando. Esto es inocultable.
Dado que La Nación no va a publicar la intervención de Jorge Coronado en La Habana -ante cientos de representantes de 33 países-, entonces veamos qué más dijo: “Estamos a las puertas de una jornada fundamental en Costa Rica en términos de poder impedir el avance de la agenda neoliberal; una derrota de este tratado significaría, simbólicamente, seguir sumando victorias, como ha sido estancar y detener el ALCA.”
Si en lugar de Coronado ahí hubiera estado algún otro costarricense -de tan solo esos 23,500 que contó La Nación en la pasada marcha del 26 de febrero y que puso a temblar al gobierno- diría lo mismo que dijo Coronado. Antes Costa Rica era conocida por ser el mejor vecino de los Estados Unidos; los políticos rancios solían repetir no sin cierta vanagloria que Costa Rica, era el mejor socio comercial de los yanquis (¡Qué vergüenza ya toda Centroamérica aprobó TLCs con Estados Unidos y nosotros todavía no!). Por eso ahora les duele y se desesperan al ver a campesinos, profesores, ambientalistas, jóvenes, estudiantes, amas de casa, académicos, ancianos y artistas, marchando por las calles y repitiendo ¡La patria no se vende carajo! Esto es lo que le asusta a La Nación.
Coronado, en La Habana pidió, lo que cualquiera de esos cientos de miles de costarricenses, pediría: “Hoy requerimos de la solidaridad del movimiento popular, hoy les solicitamos a las organizaciones sociales y populares que lleguen a Costa Rica como observadores internacionales. La derecha se prepara para estimular, si es posible, un fraude que le garantice ganar una pelea que la tiene perdida, y el tener observadores internacionales desde el movimiento popular, va a ser un aporte importante de solidaridad activa y militante con nuestra lucha.”
No señores de La Nación, no ha sido Fidel Castro quien dijo estas cosas. En la voz de Jorge Coronado ha estado la mayoría de costarricenses, que es la que se opone al TLC. ¿Por qué se pide solidaridad? Porque el pueblo no tiene dinero para montar una multimillonaria campaña publicitaria como la vienen montando ustedes los enemigos de la patria, que quieren vender el país. Sí, el movimiento popular requiere de solidaridad de los observadores internacionales, porque si de alguien desconfían los pueblos latinoamericanos es de la derecha, especialista en fraguar fraudes. Si ustedes no se sienten aludidos en estas artimañas y se sienten ganadores, entonces deberían ser los primeros en aceptar la presencia de observadores internacionales.
Mientras ustedes se irritan, el pueblo sonríe, pero no es la sonrisa triunfalista, sino la sonrisa del trabajo. Porque quienes se oponen al TLC se están movilizando, cantón por cantón, distrito, por distrito, casa por casa; en el barrio, la pulpería, la iglesia, el equipo de fútbol, las universidades, explicando con razones por qué hay que votar por el NO en el referendo. Mientras ustedes se engolosinan y pagan para que les coloquen una burda propaganda en los ‘grandes medios’, el pueblo se moviliza para compartir ideas y construir esperanzas con otros costarricenses.
Ustedes y sus medios ya no asustan a nadie. De un periódico como La Nación, donde escribe un terrorista, como Montaner, y donde tratan a Posada Carriles como anticastrista y no como lo que verdaderamente es: terrorista convicto y confeso, cualquier calumnia puede esperarse.
Lic. Abner Barrera
Profesor
Después del Encuentro, el periódico Granma publicó “Reflexiones del Comandante en Jefe: La opinión unánime” (16/05/07), en donde el autor expone -es decir presenta- lo que tres participantes -de México, Costa Rica y Chile- dijeron en ese Encuentro. Pero como es Fidel Castro quien muestra las “tres intervenciones elocuentes de personalidades latinoamericanas que expresaron conceptos de enorme interés y lo hicieron con gran claridad y peculiaridad”, entonces, aquí en Costa Rica se desató el escándalo: a la oligarquía se le removió las entrañas. Asustados como siempre, pretendieron asustar a otros. Aprovecharon lo que dijo el costarricense Jorge Coronado (de la Alianza Social Continental), para mentir, diciendo que fue Fidel Castro quien lo dijo.
Este tema fue editorializado por el periódico La Nación (20/05/07), bajo el título “Irrespeto a Costa Rica”. La cantidad de mentiras, insinuaciones y desaciertos no sólo lo desacreditan como medio serio, sino que ayuda a sumar más personas en contra del TLC. En una disputa política, cuando uno de las partes recurre a armas tan bajas como el engaño y la calumnia, además de no crecer, envía señales de su derrota.
Lo que dijo Coronado fue lo que miles de costarricenses repiten todos los días aquí: “El Movimiento Social Popular y el pueblo de Costa Rica, que han impedido hasta el día de hoy la aprobación del TLC en Costa Rica, forjando una unidad con diversos sectores académicos, políticos y hasta empresariales, para crear un gran frente nacional de lucha diverso y heterogéneo, hasta hoy han logrado parar al gobierno costarricense, a la derecha neoliberal, que no ha podido aprobar el TLC. Hoy se está planteando la posibilidad de que el tema del TLC en Costa Rica se defina en un referendo”.
Esto no es novedad. En Costa Rica y fuera de nuestras fronteras es sabido que aquí el negocio (TLC) de la oligarquía y los políticos corruptos han sido frenados. ¿De qué se escandaliza La Nación? Se alarma porque ahora que lo repitió Fidel Castro (que hace unos meses La Nación le daba por muerto y se burlaba de su “agonía”), y salió en el periódico Granma (que según sus enemigos solo es leído en el mundo por diecisiete comunistas), ahora serán cientos de miles en otros países quienes sabrán lo que aquí está pasando. Esto es inocultable.
Dado que La Nación no va a publicar la intervención de Jorge Coronado en La Habana -ante cientos de representantes de 33 países-, entonces veamos qué más dijo: “Estamos a las puertas de una jornada fundamental en Costa Rica en términos de poder impedir el avance de la agenda neoliberal; una derrota de este tratado significaría, simbólicamente, seguir sumando victorias, como ha sido estancar y detener el ALCA.”
Si en lugar de Coronado ahí hubiera estado algún otro costarricense -de tan solo esos 23,500 que contó La Nación en la pasada marcha del 26 de febrero y que puso a temblar al gobierno- diría lo mismo que dijo Coronado. Antes Costa Rica era conocida por ser el mejor vecino de los Estados Unidos; los políticos rancios solían repetir no sin cierta vanagloria que Costa Rica, era el mejor socio comercial de los yanquis (¡Qué vergüenza ya toda Centroamérica aprobó TLCs con Estados Unidos y nosotros todavía no!). Por eso ahora les duele y se desesperan al ver a campesinos, profesores, ambientalistas, jóvenes, estudiantes, amas de casa, académicos, ancianos y artistas, marchando por las calles y repitiendo ¡La patria no se vende carajo! Esto es lo que le asusta a La Nación.
Coronado, en La Habana pidió, lo que cualquiera de esos cientos de miles de costarricenses, pediría: “Hoy requerimos de la solidaridad del movimiento popular, hoy les solicitamos a las organizaciones sociales y populares que lleguen a Costa Rica como observadores internacionales. La derecha se prepara para estimular, si es posible, un fraude que le garantice ganar una pelea que la tiene perdida, y el tener observadores internacionales desde el movimiento popular, va a ser un aporte importante de solidaridad activa y militante con nuestra lucha.”
No señores de La Nación, no ha sido Fidel Castro quien dijo estas cosas. En la voz de Jorge Coronado ha estado la mayoría de costarricenses, que es la que se opone al TLC. ¿Por qué se pide solidaridad? Porque el pueblo no tiene dinero para montar una multimillonaria campaña publicitaria como la vienen montando ustedes los enemigos de la patria, que quieren vender el país. Sí, el movimiento popular requiere de solidaridad de los observadores internacionales, porque si de alguien desconfían los pueblos latinoamericanos es de la derecha, especialista en fraguar fraudes. Si ustedes no se sienten aludidos en estas artimañas y se sienten ganadores, entonces deberían ser los primeros en aceptar la presencia de observadores internacionales.
Mientras ustedes se irritan, el pueblo sonríe, pero no es la sonrisa triunfalista, sino la sonrisa del trabajo. Porque quienes se oponen al TLC se están movilizando, cantón por cantón, distrito, por distrito, casa por casa; en el barrio, la pulpería, la iglesia, el equipo de fútbol, las universidades, explicando con razones por qué hay que votar por el NO en el referendo. Mientras ustedes se engolosinan y pagan para que les coloquen una burda propaganda en los ‘grandes medios’, el pueblo se moviliza para compartir ideas y construir esperanzas con otros costarricenses.
Ustedes y sus medios ya no asustan a nadie. De un periódico como La Nación, donde escribe un terrorista, como Montaner, y donde tratan a Posada Carriles como anticastrista y no como lo que verdaderamente es: terrorista convicto y confeso, cualquier calumnia puede esperarse.
Lic. Abner Barrera
Profesor
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